Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 10 de marzo de 2012

AMLO sobre postulación de Bartlett: «ha tenido una actitud consecuente»- Cárdenas: dos propuestas económicas- Rinden homenaje a Luis Javier Garrido-

Acudieron alumnos, profesores y políticos; lamentan que el acto no fuera en la UNAM
Rinden homenaje a Luis Javier Garrido
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Carola García, Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas en la ceremonia, que se llevó a cabo en la casa de la cultura de la delegación TlalpanFoto Carlos Cisneros
Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Sábado 10 de marzo de 2012, p. 10
 
     El recuerdo a Luis Javier Garrido Platas, el aprecio por su vida académica, periodística y política, y su compromiso permanente con las causas de los jóvenes, conjuntó a cientos de estudiantes, profesores y políticos de izquierda, quienes le rindieron homenaje este viernes, como todos los viernes que publicaba en las páginas de este diario su decálogo sobre los grandes problemas nacionales.
En el homenaje, al que acudieron, entre otros, su compañera, Rosalina Barranco; el precandidato de la izquierda a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador; Alejandro Encinas; la doctora Carola García Calderón; el académico Hugo Aboites y el profesor Héctor Quintanar, se calificó a Garrido de ejemplo de congruencia, siempre respaldando las grandes causas ciudadanas y colocándose al frente de las demandas políticas y académicas de los jóvenes.
El acto no se celebró en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su casa, donde impartió cátedra y dedicó su vida a la investigación de la política mexicana y al régimen de partidos. Se pretendía que la ceremonia se llevara a cabo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, pero fue impedido con el argumento de que la presencia de López Obrador podría violar la veda electoral –que culminará el 30 de marzo–, según el director Fernando Castañeda Sabido, según confió el maestro en ciencia política Leonardo Figueiras.
Así, el Seminario Interdisciplinario de Comunicación e Información consiguió que la delegación Tlalpan abriera las puertas de su casa de cultura, ubicada en el bosque de esa demarcación.
El homenaje no representaba un acto político. Se trataba de un reconocimiento estudiantil y académico que la comunidad de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales rendía a uno de sus integrantes más prolíficos y críticos del sistema político mexicano.
Al encuentro acudieron decenas de estudiantes, académicos y políticos, quienes observaron permanentemente en Garrido un ejemplo de congruencia y lealtad a la crítica por un país mejor.
Colaborador y fundador de esta casa editorial, Garrido fue descrito por Andrés Manuel López Obrador como un estudioso de los fenómenos sociales y promotor del conocimiento sobre el origen de los partidos políticos en México.
Luis Javier va más allá. En México tenemos muy buenos investigadores y literatos sin mucho compromiso con la lucha social. Muy buenos intelectuales, pero muy desentendidos en el terreno de la práctica política.
El precandidato presidencial resaltó el permanente compromiso social del investigador y académico, quien manifestaba cada viernes en La Jornada su apoyo a los movimientos sociales.
Luchó por la democracia en México y esto significó mucho en Luis Javier, porque hay intelectuales que no ven en la lucha democrática el camino a seguir para las transformaciones.
Con atención, los estudiantes escucharon al investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Hugo Aboites, quien ponderó el pensamiento libre e independiente de Garrido, quien no dudaba en ir más allá de la palabra. Lamento profundamente que este homenaje no se lleve a cabo en la su casa, la UNAM, enfatizó.
Alejandro Encinas también reconoció el vigor intelectual del profesor universitario, quien como hombre disciplinado siempre defendió el bien público. Al igual que Aboites, el diputado federal reprochó la decisión de no celebrar en suelo universitario el homenaje a un hombre que dedicó su vida a las aulas.
Lamento que este homenaje no se celebre en la UNAM. Es lamentable que por la decisión de un burócrata de la facultad se haya convertido éste en un acto político, más que en un homenaje. No obstante, los aportes de Garrido al conocimiento son invaluables en el modelo teórico de los partidos políticos.
Al concluir la ceremonia, la despedida del sector estudiantil fue un largo aplauso que conmovió, hasta arrancar lágrimas y sollozos, a Rosalina Barranco.


No descarta invitar a cualquier persona en busca de reconciliación
AMLO sobre postulación de Bartlett: ha tenido una actitud consecuente
Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Sábado 10 de marzo de 2012, p. 10


    
Andrés Manuel López Obrador, precandidato a la Presidencia de la República por la coalición Movimiento Progresista, dio la bienvenida a todos los políticos y ciudadanos defensores del interés de la nación. Incluso, a quienes con un pasado cuestionable pero que con el tiempo han modificado su forma de ver el rumbo del país.
Al concluir el homenaje –celebrado en la casa de la cultura de la delegación Tlalpan– al doctor Luis Javier Garrido Platas, firme crítico del priísmo, López Obrador respondió a las interrogantes sobre la candidatura de Manuel Bartlett Díaz al Senado, respaldado por el Movimiento Regeneración Nacional.
“Estamos en el homenaje a Luis Javier. Como dije, se trata de uno de los mejores investigadores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y de la Universidad Nacional Autónoma de México, un extraordinario investigador. ¿Me estás tomando el ojo? Les voy a decir: tengo un tutupiche, y vayan al diccionario del maestro Santamaría y ahí van a saber qué es.
–¿Hay voces que dicen que Bartlett debe explicar qué pasó en 1988?
–Ya expliqué muchas veces que la única condición que he puesto a los partidos para la postulación de candidatos es que se hagan encuestas y que sean los ciudadanos quienes decidan quién debe ser. En este caso se hicieron tres, él resultó el mejor posicionado y por eso yo tengo que acatar.
Lo demás, él va a tener que explicarlo. Yo, lo único que les puedo decir es que bienvenidos todos los que de buena fe luchan por la transformación del país. Si en el pasado tuvieron algún acto reprobable, pero si están en condiciones sinceras de enmendarlo y de actuar con rectitud, poniendo por delante los intereses del pueblo y de la nación, debe permitirse la participación de quienes en otros tiempos actuaron de manera incorrecta.
Gente que tiene posturas no muy adecuadas va cambiando
“En política suele pasar que gente que tiene posturas no muy adecuadas va cambiando, porque el ser humano evoluciona. Conozco muchos ejemplos. Les puedo decir varios, les puedo decir de ese gran muralista José Clemente Orozco, al igual que Diego Rivera y Siqueiros. Combatió con la caricatura, porque se dedicaba a eso. Y así, les puedo decir otros casos. Por ejemplo, el del obispo (Óscar Arnulfo) Romero, de El Salvador. Sostenía posturas conservadoras y terminó siendo un hombre consecuente. Fue, por eso, víctima de la derecha, de la reacción. Entonces, no nos anclemos. No estemos pensando que la gente no cambia. También les puedo decir que hay gente que es consecuente durante muchos años de su vida y al final claudica. Vamos a esperar. No juzguemos por anticipado. En los tiempos recientes Manuel Bartlett ha tenido una actitud consecuente, me consta, en la defensa del petróleo.
–Si esta transformación le ocurre a Carlos Salinas, ¿lo podría invitar?
–A cualquier persona. Nosotros necesitamos sumar voluntades para transformar el país. Mujeres y hombres de buena voluntad, que quieran contribuir a sacar adelante a México. Deben tener espacios. Necesitamos buscar la unidad y la reconciliación, poner por delante el interés de la colectividad, del pueblo y de la nación. Eso es lo que buscamos. Hay cosas que no me gustan del todo, pero las tengo que hacer como dirigente, porque el interés superior que tenemos es transformar a México. Siempre vamos a actuar de manera tolerante, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Luna productions-Helguera
Cárdenas: dos propuestas económicas
Enrique Calderón Alzati
 
     En su presentación del proyecto Un México para todos, realizada el pasado 7 de febrero en un evento al que asistió Andrés Manuel López Obrador, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas planteó un conjunto de propuestas importantes, destinadas a cambiar el rumbo que ha llevado al país a la situación de desastre en que actualmente nos encontramos. He seleccionado dos de carácter económico –cuya importancia y valor considero centrales por su relevancia para el futuro del país– para hacer una breve descripción de ellas. En la primera, Cárdenas propone el desarrollo de una banca mexicana orientada a impulsar nuestro desarrollo industrial competitivo a escala mundial y a elevar la capacidad de compra de un amplio sector de la población; en la segunda, plantea una reforma impositiva orientada a terminar con la explotación irracional de nuestro patrimonio, como sustituto de los recursos fiscales que el gobierno debiera obtener de las empresas que operan en México, a las cuales han sido abiertos nuestros mercados sin que se haya establecido esquema alguno para la retribución compensatoria ante los beneficios que eso les reporta, beneficiándolas adicionalmente con exenciones que ningún otro país otorga y que han sido lesivas a los intereses nacionales.
La primera vez que escuché a Cárdenas hablar del establecimiento de una banca mexicana fue en 2005, en una reunión privada con dirigentes industriales, que de inmediato mostraron su molestia ante la idea de una nueva nacionalización de la banca, como la realizada por López Portillo en 1982. “No se trata de eso –respondió Cárdenas–, mi idea es la de una banca que ofrezca a las empresas mexicanas condiciones de crédito similares a las que tienen las firmas norteamericanas que operan en nuestro país, de manera que la competencia que puedan dar, aquí y en Estados Unidos, se dé en condiciones equitativas; sólo así las empresas mexicanas podrán competir y vender sus productos, no sólo en México, sino en los mercados mundiales. Si los bancos que actualmente operan aquí no pueden o no quieren hacerlo en esas condiciones, debemos buscar otros o convocar a su formación; esa es la banca mexicana que necesitamos. Una banca que lejos de ver a México como una zona de privilegio, nos vea como una nación que les puede proporcionar beneficios si la apoyan en condiciones de equidad como las que aplican en sus propios países. Desde luego, sería interesante que su capital fuera de origen mexicano, pero esto no es lo más relevante”.
El mensaje fue claro, contundente y bien recibido por los industriales, quienes aplaudieron con entusiasmo la propuesta, la cual sigue siendo igual de válida el día de hoy, en el que los bancos continúan viendo a México como un país de grandes utilidades, al que hay que explotar de todas las maneras posibles, imponiendo las tasas de crédito más altas, mientras se pagan los intereses más bajos a los ahorradores, promoviendo el crédito al consumo, más que a la producción, y fijando las tarifas más altas para los diferentes servicios financieros que prestan. Para la gran mayoría de mexicanos que necesariamente hacemos uso de la banca, que sufrimos sus abusos continuos y que no tenemos ninguna opción para librarnos de ellos, la existencia de un gobierno fuerte que exija un trato igualitario al que ofrece la banca en las naciones con economías más fuertes que la nuestra, puede constituirse en un motivo de simpatía y apoyo, que López Obrador debiera tomar en cuenta, integrándolo de manera clara a su programa de gobierno, sin tener ninguna reticencia en ello, pensando en la posible enemistad de los banqueros, que saben de antemano los beneficios que pueden obtener de la economía mexicana aun operando en condiciones de menor trato privilegiado del que han venido gozando.
La segunda propuesta de carácter fiscal es esencial para activar la economía y terminar con la política absurda de lapidar el patrimonio nacional, en aras de supuestos espejismos de crecimiento económico, atrayendo capitales extranjeros para establecer empresas que operen con excedentes importantes, pagando impuestos muy bajos y, si es posible, nulos, a cambio de generar empleos. En las naciones modernas, la atracción de inversiones se da a partir de las dimensiones de los mercados que ofrecen, de la infraestructura con que cuentan y del nivel de preparación real de su población trabajadora, no por las exenciones de pago de impuestos, eso ya no es un atractivo importante para las empresas tecnológicas, más interesadas en contar con personal capacitado y con la infraestructura necesaria para lograr altas tasas de competitividad; para ellas la existencia de tasas impositivas reducidas implica malos servicios de esos gobiernos y personal mal preparado. Nada de esto ha sido comprendido por nuestros últimos gobiernos, que por ignorancia o mala fe han frenado el desarrollo económico y social del país, reduciendo los niveles de gasto en la educación y en los servicios médicos y sociales plasmados en la Constitución, empantanando la economía y haciéndonos cada vez más vulnerables ante la dependencia actual del petróleo, en lugar de pensar en una economía real más diversificada. Desde luego que el incremento de los impuestos a las empresas, y de manera especial la gravación a las operaciones bursátiles, no le traerá amigos entre las minerías privilegiadas, quienes seguramente buscan la forma de retener sus grandes privilegios, pero eso es asunto de negociadores, como los que se utilizan en otras naciones, pues esto es algo que sucede en todo el mundo y lo que todas las naciones deben aprender a hacer.
Con estas dos medidas de política económica, que Cuauhtémoc Cárdenas viene planteando desde años atrás, López Obrador puede mejorar significativamente sus posibilidades de ofrecer un programa de gobierno dinámico y con resultados diferentes y esperanzadores para todas las regiones del país, sólo que antes habrá que ganar las elecciones, contra rivales ciertamente desprestigiados, pero con un respaldo económico que no es posible ignorar ni menospreciar. De eso, desde luego, habrá mucho por hacer y corregir en las próximas semanas.

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