Bajo la Lupa
¿Para qué sirven las reservas del Banco de México?
Alfredo Jalife-Rahme

Fachada del Banco de México en el Centro Histórico
Foto Guillermo Sologuren
Las reservas del Banco de México son relativamente elevadas, pero no sirven gran cosa y reflejan tanto el entreguismo como las contradicciones de quienes
manejanlas finanzas nacionales. Tan no han servido para mucho que ya empezó el gran declive del peso mexicano –al unísono del desplome del petróleo y la fuga de capitales a Madrid (para rellenar los agujeros negros de la quebrada banca española)– que va a arreciar antes y después de la elección. Lo advertí hace más de un mes en entrevista a Feliciano Hernández (sinembargo.mx 7/5/12).
Las reservas
mexicanassirven para apuntalar el dólar más que el peso (suena paradójico, ¿no?). Pero si la grave crisis financiera de EU arrecia, entonces Wall Street puede optar por acelerar la fuga de capitales y la devaluación del peso para intentar colmar parte de su agujero negro financierista vía mercado bursátil. En la Bolsa de Luis Téllez, operador del suprabursátil Grupo Carlyle del nepotismo bu-shiano, han ocurrido dos extraños
accidentesen un solo mes, que han minado selectivamente las acciones
mexicanas. ¿Deliberado?
En la entrevista de marras pronostiqué hace más de un mes:
gran partede las reservas
van a servir para tapar los boquetes de EU, y comenzarán los ataques especulativos contra el peso, y las reservas no van a servir de nada. Ya hay antecedente de esto con todas las devaluaciones. EU imprime los dólares, pero sus reservas verdaderas del país no están en dólares, sino en oro. Ce qu il fallait démontrer!
Dentro de los 20 países con mayores reservas están los asiáticos y los petroleros, quienes las han diversificado en oro, plata y otras divisas. El mismo EU detiene 75 por ciento de sus reservas totales (367 mil 536 millones de dólares) en oro (¡supersic!) frente al raquítico 0.26 por ciento aurífero (¡supersic!) de México. ¡Increíble: ni EU confía en su dólar! Según BM, EU posee 488 mil 929 millones de dólares constituido por oro, derechos especiales de giro (SDR, por sus siglas en inglés) y reservas en dólares.
La Reserva Federal (Fed) cotiza tramposamente sus reservas de oro a un bajísimo precio de 35 dólares la onza: a precio de Bretton Woods de hace 67 años, cuando hoy en el mercado vale cinco veces más. Es probable que EU se guarde un as bajo la manga: ¿regreso al patrón oro? Quienes menos reservas poseen son los integrantes del G-7, a escala individual, menos que México (con excepción de Japón): EU 148 mil 445 mdd (¡sin oro!: 1.01 por ciento de su PIB nominal); Alemania 263 mil 17 mdd (7.10 por ciento del PIB); Japón, el mayor, 1,302,877 mdd (21.27 por ciento del PIB); Francia 185 mil 40 mdd (6.40 por ciento del PIB), e Italia 187,298 mdd (8.19 por ciento).
México ostenta 155 mil 949 millones de dólares (13.2 por ciento del PIB nominal), lo cual es mayor al G-7 (excepto Japón), pero menor a los países asiáticos y petroleros árabes (Arabia Saudita y Argelia). En forma anómala México es el primer productor de plata del mundo, lo cual no sirve para mucho (poquísimo se queda acá) porque beneficia exclusivamente a las depredadoras mineras anglosajonas. El paradigma del saqueo argentífero: Zacatecas, primer productor de plata, es el primer exportador de migrantes. Daddy Bush lanzó la idea de una canasta de materias primas (commodities) para fortalecer al dólar: alimentos, petróleo, oro, uranio, etcétera. No es mala idea: es mejor que contar con oro solamente.
En la
vieja economía, antes del modelo financierista-globalizador y su dizque
nueva economía, las reservas significaban tres meses de dinero para pagar las importaciones, lo cual es anacrónico. Hoy, después de las crisis financieras (v.gr efecto dragón), en el parasitario modelo financierista monetarista centralbanquista, las reservas de divisas de México sirven a la Fed con tres propósitos: 1) apuntalar el alicaído dólar, 2) sostener el carry trade (género de especulación con los diferenciales de las tasas de interés); y 3) detener algún embate especulativo contrario a los intereses bidireccionales de Wall Street (a veces conviene sostener al peso, a veces lo contrario).
Sin considerar la presente
guerra de las divisas(James Rickards dixit), en general, si algún país se atreviese a adoptar una política que no beneficie los intereses de la plutocracia/bancocracia de Wall Street y la City, pues estas poderosas plazas generan ipso facto una hemorrágica fuga de capitales: gozan con el control.
Ante un Congreso emasculado, se suele dar exagerada importancia al Banco de México, que sirve a los intereses supremos de la Fed, por lo que constituye una aberración que se ostente como Banco de México (¡supersic!). ¿Para qué sirven los más de 155 mil millones de dólares de reservas en un país donde la mayoría es miserable? Pues para sostener el parasitario dólar. Tal es el saldo del modelo neoliberal financierista israelí-anglosajón que adoptó en forma masoquista el
México neoliberal. En una situación ideal, el
México eterno(no el efímero y accidental
México neoliberal) debería poseer oro y plata (curioso: a imitación de EU) como sostén monetario y tener dólares suficientes para el comercio, lo cual le brindaría mayor autonomía relativa respecto de los centros del poder financierista de Wall Street y la City. En forma más imaginativa, el
México eternodebería crear su canasta de reservas con plata (primer productor del mundo) y sus activos en petróleo para fortalecer su divisa.
El modelo del G-7/OTAN, encabezado por EU, es bancario-financierista, mientras los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ostentan un modelo economicista basado en las materias primas. México, productor de materias primas y de mediocre infraestructura financiera (ranking 41 en el Índice de Desarrollo Financiero de Davos), ha sido absorbido insensatamente por el modelo financierista de la
bancocracia, que lo ha perjudicado a todas luces. El desmantelamiento nacional empezó en El Álamo y se profundizó con el demencial TLCAN; aún no concluye: en espera del golpe final de su incorporación obligada al Comando Norte (que explica, además de las venganzas calderonistas, la decapitación de los generales coincidentemente nacionalistas).
En el México financierista 92 por ciento de la banca
nacional(medido por
capitalización de mercado) está en manos foráneas. Desde el punto de vista financiero somos un país esclavo de EU, cuya Fed tiene 12 sucursales; 13 si se suma Banco de México. No existe tal
autonomíaexterior de éste: es sólo
internafrente a los tres caducos poderes locales. El
México eternocayó en la trampa monetarista centralbanquista. Somos esclavos financieros de la Fed. Lo grave radica en que ese modelo está quebrado cuando la deuda de EU es impagable: 14 veces más de lo que propalan. El modelo neoliberal financierista para sostenerse requiere del engaño permanente y la desinformación.
Urge cambiar el modelo. Existen antídotos: empezar por quitar su
autonomía internaal Banco de México para que se acople a la economía política del país. Su director –no
gobernador(¿de dónde?)– debe ser designado por el Congreso para que asuma sus responsabilidades al unísono del Ejecutivo. El
nuevo Banco de Méxicodebe estar supeditado al desarrollo del país, no a las políticas financieristas que sólo benefician a EU y Gran Bretaña.
Fox montado en su macho-Ahumada

La ética como soberanía, iglesias y elecciones
Bernardo Barranco
Diferentes colectivos religiosos presentaron, este martes, un pronunciamiento ético de iglesias frente al proceso electoral de 2012. El Observatorio Eclesial, uno de los organizadores de la iniciativa, alertó que México vive una situación de emergencia nacional. Me llama la atención que diversos discursos religiosos sobre las elecciones estén enfatizando en la recuperación social de la ética ante el ejercicio y práctica de la política que ha venido erosionándose, perdiendo valores y que fácilmente cae en la mentira, la hipocresía y la simulación. El deslinde del ex presidente Vicente Fox es claro ejemplo de un político con moral filibustera. Para la opinión pública la clase política es la que posee el menor índice de credibilidad, los políticos son sinónimos de corrupción, engaño y mezquindad. Hay una clara tensión de valores entre los actores políticos que aspiran conquistar la Presidencia. Hablar de la relación entre ética y política es ir más allá del bien y el mal; es, ante todo, siguiendo a Hegel, una vocación de servicio desde la responsabilidad social.
Los valores como referentes básicos orientan el comportamiento de la vida cotidiana, tienden a hacer a la persona más humana, van conformando los principios socialmente aceptados y socialmente practicados. En ese sentido, la ética en la dinámica compleja de una sociedad es un acervo codificado de valores que se gestan en la cultura y en las religiones para otorgar sentidos a las normatividades jurídicas y políticas. Parafraseando a Albert Camus: un político sin ética es una bestia salvaje que conduce nuestros destinos.La jerarquía católica, si bien mostró músculo al convocar a los cuatro aspirantes a su asamblea plenaria, vivió el inicio del proceso electoral con cierta incomodidad. Recordemos los copiosos temores políticos electorales en la opinión pública ante la visita del papa Benedicto XVI en abril pasado, justo cuando recién se iniciaban las campañas. Después, los obispos mexicanos se aplican a enderezar posturas, y ponen el acento en la dimensión ética en su mensaje con motivo del proceso electoral de 2012. En el texto afirman que hay que construir ciudadanía con ética, por ello se requiere que todos observemos un orden establecido por normas, un orden que se requiere respetar. Por tanto, la ética permite renovar la vocación de ser personas, de cultivar y difundir en la sociedad las virtudes morales y sociales. Algunos otros obispos han pasado de las grandes frases a señalamientos concretos. Por ejemplo, Raúl Vera, obispo de Saltillo, acaba de advertir a los fieles no caer en la corrupción que significa las dádivas con dinero y despensas a cambio de comprometer el voto. Vera reconoce las enormes carencias de la población y se lamenta de que los procesos electorales, en lugar de fortalecer a la ciudadanía, los partidos la manipulan. Éticamente, concluye, la compra y la coacción del voto es inaceptable: “‘Corromper el voto significa hacerse cómplice de derramamiento de sangre’, advirtió” (La Jornada, 5/6/12).
Con otra motivación, monseñor Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, pide a la feligresía razonar su voto afinando la mirada crítica en torno de los candidatos:
Quiénes son, qué han hecho en su vida, qué valores practican, qué experiencia tienen, cómo son sus reacciones, cuál es su actitud ante la familia, ante la vida, ante la religión. ¿Son honestos? ¿Hay estabilidad en su hogar? ¿No se han enriquecido ilícitamente?... Que nuestra decisión no se incline por los atractivos de los discursos y las promesas de campaña. Ni siquiera hay que fijarse mucho en los partidos, pues ahora sólo sirven como un trampolín para ser nombrados candidatos. Fijémonos más bien en la persona misma de los candidatos y de sus colaboradores(CEM, 3/6/12). Los obispos de Chiapas, en exhortación pastoral sobre el proceso electoral (9/5/12), insisten en “mirar a los candidatos y referirse a ellos como personas dignas de todo respeto, empeñados también en construir el bien común… Que no sea el criterio fundamental proponer sólo a quien tiene más posibilidades de ganar, pues la popularidad no es garantía de buen servicio” (CEM 9/5/12).
Además de las creencias, las iglesias son instancias tutelares de los valores. Son su materia prima, aunque muchas veces la moral que ellas proclaman no sea cabalmente aceptada por la sociedad, especialmente en el ámbito de la sexualidad. También es cierto que la agenda moral de las Iglesias se ha venido politizando y ha crispado otras coyunturas electorales. Los temas como aborto, uniones homosexuales y otros, los actores religiosos los han matizado en el presente proceso; es de agradecerse, quizá los obispos siguieron la línea moderada seguida por el tono de los discurso de Benedicto XVI en nuestro país. Gran parte de los obispos se han alejado del tono provocador e intransigente de las orientaciones pastorales sobre el voto del cardenal Rivera, que publicó en febrero de este año y alzó acaloradas polémicas, pues excluía aquellos políticos y candidatos que no se apegaran a las sagradas escrituras que no defendieran la vida y la libertad religiosa. Incluso la propia arquidiócesis ha flexibilizado posturas y ahora califica de
fresca, la irrupción universitaria en la escena política; aunque con jiribilla frente a Mancera, pide a sus feligreses no hacer caso de las encuestas para el momento de sufragar. Coincido, la inesperada presencia de indignación de los jóvenes frente a las manipulaciones político-electorales de los medios, como el caso de la comparecencia de Peña Nieto en la Ibero, inhibe comportamientos mediáticos perversos como los que vivimos en 2006. La irrupción universitaria en el proceso obliga a los poderes fácticos a actuaciones menos facinerosas que en otras contiendas.
Sin embargo, muchas iglesias no practican con el ejemplo. Hay simonías electorales de católicos y evangélicos. La sociedad justa es la base de la ética cristiana subyacente en los derechos humanos, donde la verdad encauza al bien. Quizá resuena la filosofía política de Suárez, el jesuita que en los albores del siglo XVII sostuvo que
Dios entrega la totalidad de la soberanía en el pueblo y el pueblo la delega en otra autoridad.
Cincuenta víctimas-Hernández

Las propuestas de salud
Asa Cristina Laurell
En mi anterior artículo (9 de mayo) analicé la
El único candidato presidencial que no se ha sumado a esta propuesta es Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Progresista. En el libro El nuevo proyecto de nación y durante los Diálogos por la regeneración de México, organizados por Morena y el Equipo Equidad y Progreso AC, se han hecho planteamientos encaminados a garantizar el derecho constitucional a la protección de la salud. En vez de plantear un seguro seguridad social universaldel Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN) y la pérdida de derechos sociales que significa para los derechohabientes de los institutos de seguro social. Asimismo, señalé que los ganadores de esta propuesta serían los empresarios de la salud y las aseguradoras.
universalde salud, que sólo es una forma de financiamiento, se propone lograr el acceso oportuno a los servicios requeridos para toda la población. Esto se lograría fortaleciendo los servicios públicos de salud y determinando en el corto plazo una política de servicios médicos y medicamentos gratuitos para los que no tienen seguro social laboral. La universalidad del acceso sería así la combinación del acceso a los servicios de los institutos de seguro social o los de la Secretaría de Salud, estatales y federal.
La política de servicios médicos y medicamentos gratuitos se instrumentó y legisló en el Distrito Federal durante el gobierno de López Obrador y alcanzó la cobertura de 95 por ciento de los grupos familiares en esta condición. Permitió incrementar los servicios prestados, particularmente los de mayor costo, hasta en 85 por ciento, o sea se amplió el acceso. La base para que se materializara fue el incremento del 80 por ciento en el presupuesto de salud y un esfuerzo sostenido de ampliación y fortalecimiento de los recursos físicos y humanos de salud y la transformación de las instituciones y prácticas públicas.
Las propuestas actuales parten de la experiencia del Distrito Federal, pero se extiende a toda la nación. En esta perspectiva el problema de los recursos físicos y humanos se vuelve crítico y debe estar en el centro de su instrumentación, aspecto no abordado por el PRI ni por el PAN. El déficit de infraestructura, recursos humanos e insumos sigue siendo el talón de Aquiles del sistema de salud mexicano y no podrá ser resuelto por el sector privado ni cambiando la denominación
centro de saludpor
hospital comunitario. A lo largo y ancho del país hay hospitales, grandes y chicos, sin terminar o sin recursos para operar. Bastan como ejemplos los hospitales de alta especialidad, federales y del estado de México (Zumpango), que se han construido a un costo muy alto por ser proyectos de asociación público-privada y que funcionan muy por debajo de su capacidad.
Hoy faltan aproximadamente 22 mil 500 camas hospitalarias, que equivalen a 224 hospitales generales de 100 camas. Repartido a lo largo de un sexenio significa construir 37 por año. Esto nunca se había hecho en México, pero es factible cuando se tiene la decisión política de garantizar el acceso a los servicios de salud a todos, ya que el costo no representa más que el 0.08 por ciento del producto interno bruto (PIB) anualmente. A ello se añade el costo de hacer funcionar los nuevos hospitales con el personal requerido y abastecerlos con los insumos y medicamentos necesarios, lo que en números redondeados correspondería al incremento de 1.5 por ciento del PIB al final del sexenio.
Cabe señalar que con estos cálculos el presupuesto público de salud llegaría al 4.5 por ciento del producto interno bruto y nos acercaría a otros países latinoamericanos, como Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay. Simultáneamente habría que avanzar hacia un sistema único de salud, integrando las distintas instituciones públicas de salud, preservando los derechos de trabajadores e igualando la cobertura médica.
La falta de medicamentos es otro problema a enfrentar. La Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares de 2010 encuentra que el 16 por ciento de los afiliados al Seguro Popular y 10 por ciento de los derechohabientes del seguro social con problemas de salud no reciben atención por falta de medicamentos. Significa un gasto particularmente gravoso para los pobres, que en muchos casos impide un tratamiento adecuado.
En esta elección están en juego dos alternativas: o se avanza en la igualdad en salud o se profundiza la inequidad y la privatización. Como dijo la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Ssalud,
La justicia social es cuestión de vida y muerte. La política de salud debe desempeñar un papel importante para salvar vidas y garantizar una vida digna y segura.

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