Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 5 de junio de 2012

Dinero- Don Juan- Errores de cálculo

Dinero
Empresarios anticipan la derrota del PAN
Hacen el feo a Fox en el PRI
Los yates de los Azcárraga
Enrique Galván Ochoa
    
 Quien traiciona una vez traiciona siempre, dice un añejo aforismo latino. El mando de campaña de Enrique Peña Nieto no le guiñó un ojo a Vicente Fox tras su llamado en favor del priísta, aunque no le ha cerrado las puertas a otros desertores como Manuel Espino y Lía Limón. Son los conocidos, pero se cuentan por millares los panistas que están buscando una balsa salvavidas ahora que el panismo se hunde. Un naufragio peor que el del Titanic, porque también se prevé la pérdida de los gobiernos de Jalisco y de Morelos, y el próximo año el de Baja California, gracias a los gobiernos desastrosos de Emilio González Márquez, Marco Adame Castillo y José Guadalupe Osuna Millán. Y si tomamos en cuenta la baja votación de su candidata presidencial, su representación en el Congreso se desplomará. No hay que culpar exclusivamente a doña Josefina, los gobiernos de Fox y Calderón han sido una verdadera desgracia para México. Curiosamente, en muchos priístas provocó una reacción de desprecio la adhesión de Vicente Fox. Esa reacción de repulsa que provoca un desleal que se convirtió en uno de los políticos más ricos del mundo gracias al partido al que ahora da la espalda. Y entre los panistas ni qué decir.
Capital suficiente
Eso es materia política. En materia económica algunas empresas están acelerando el paso para levantar capital vía la bolsa de valores. Consideran que es inminente la caída del panismo, partido que, por otro lado, los ha hecho ganar mucho dinero a lo largo de la docena trágica. A partir de la noche del próximo primero de julio enfrentarán una nueva realidad. A muchos provoca rechazo la idea del regreso del PRI, no se olvida su historia. Otros ven con desconfianza el triunfo de un partido de izquierda, es lo desconocido, no hay antecedentes de ningún tipo. Así que hay que levantar capital para lo que venga. De acuerdo con un reporte de Reuters, la agencia de información, Banorte venderá mañana bonos a 10 años por 3 mil 200 millones de pesos; Banca Afirme, mil millones de pesos en bonos a 10 años, y Holding Monex, mil millones de pesos en bonos a 3 años. Infonavit emitirá bonos por 1,950 millones de pesos a 28 años y la cementera Holcim Capital, 2 mil millones por títulos a 5 y 10 años. Y hay más. Son las estrategias de las tesorerías corporativas poniéndose el guarache antes de espinarse –la espina sería una probable, no segura, escasez de financiamiento los primeros meses del nuevo gobierno. Cuando menos son 10 las empresas que se preparan para emitir bonos este mes, con el potencial de vender 12 mil millones de pesos.
Los yates de los Azcárraga
Uno de los intangibles que heredó a sus sucesores El Tigre Azcárraga fue su afición por el yatching. Escogió morir a bordo de su yate Eco, cuando un cáncer terminó con su vida. Una afición cara, por supuesto, que sólo puede darse la gente con mucho dinero; la prole tiene que resignarse con realizar travesías de corta distancia en las trajineras de Xochimilco. Dos de sus herederos siguen la inclinación de El Tigre: su hijo Emilio Azcárraga Jean y su sobrino Alejandro Burillo Azcárraga. Recién falleció, disputaron el control de Televisa; ganó el hijo al sobrino y en ello contó el apoyo de Carlos Slim, de quien ahora se ha convertido en implacable rival. ¿Quién posee el yate más lujoso, más costoso, más espectacular? Esta semana la revista Proceso dedica su portada al yate de Emilio, se llama TV. Vale, según Proceso, 180 millones de dólares, algo así como 2 mil 600 millones de pesos, cifras redondeadas. Su primo Alejandro es el propietario del yate Pegaso, embarcación orientada a la oceanografía… costó alrededor de 84 millones de euros, unos 1,500 millones de pesos. ¿Cuál de los dos yates es mejor? Es cuestión de gustos. El TV fue pensado para los viajes de placer, el Pegaso para la oceanografía; incluso cuenta con un submarino.
Coro de Monólogos
Como cada vez que hay elecciones salen a la luz pública numerosos libros que abordan el tema desde distintas perspectivas, vale detenerse en el que presentó la semana pasada, en el Polyforum Siqueiros, el periodista Raúl Rodríguez. Analiza posibles escenarios que podría enfrentar nuestro país en breve, ante el clima de enrarecimiento en el que, según el autor, no hubo cambio de régimen, nunca acabó de salirse el PRI del poder ni el PAN acabó de entrar a Los Pinos.
e@Vox Populi
Asunto: muy diferente al ayate
Hola, Enrique: después de oír lo que comentaste con Aristegui sobre el lujosísimo yate de Emilio III, me vino a la mente que manipular jodidos, como lo decía El Tigre, su señor padre, deja y deja bien, por lo que surgió la décima que te envío:

Manipular sí que deja
Mirando esto, me late,
lo tendremos que enseñar:
premio por manipular,
entre otros, lindo yate,
muy diferente al ayate
de muchos manipulados;
con estos premios logrados,
#YoSoy132,
aunque haga sonar su voz,
ya Joaquín dijo: Acarreados.
Te saluda cordialmente.Profr. Benjamín Cortés Valadéz
Twitter
Separarme de campaña: decisión JVM. Sigo apoyando al PAN con lealtad. Candidata PAN tendrá mi voto. De ABC he dicho la verdad.
Juan Molinar @JFMolinar
Has dicho tu verdad que para nada es absoluta. Ten certeza que es sólo el inicio para que la #JusticiaABC te alcance.
Julio Márquez ABC @juliomarquez1
¿Y por qué no en lugar de pedirle a @JFMolinar que se haga a un lado de su campaña, @JosefinaVM lo manda a la cárcel? ¡Hipócrita!
Isótopo radioactivo @Isotoporadio
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa
Don Juan
Luis Hernández Navarro
       El 28 de marzo de 2001, Juan Chávez Alonso, don Juan para sus hermanos y compañeros, tomó la palabra en el Congreso de la Unión junto a los comandantes zapatistas y otros dos delegados indígenas. Vestido con sombrero, su inseparable chamarra, gabán purépecha y botas de trabajo, se dirigió a los legisladores con su voz de sabio, serena, pausada y firme.
“Somos los indios que somos –les dijo–. Somos pueblos, somos indios. Queremos seguir siendo los indios que somos; queremos seguir siendo los pueblos que somos; queremos seguir hablando la lengua que nos hablamos; queremos seguir pensando la palabra que pensamos; queremos seguir soñando los sueños que soñamos; queremos seguir amando los amores que nos damos; queremos ser ya lo que somos; queremos ya nuestro lugar; queremos ya nuestra historia, queremos ya la verdad.”
Los diputados y senadores reunidos ese día en San Lázaro hicieron como que escuchaban, aunque no oyeron nada. Días después, acordaron una reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas que incumplió los acuerdos pactados entre los zapatistas y el gobierno federal en febrero de 1996.
Para don Juan el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés fue una traición del Estado mexicano a los pueblos indios. Una más. Una deslealtad similar a la reforma al artículo 27 constitucional con la que se legalizó la apertura al mercado de tierras de la propiedad social.
En el Congreso Nacional Indígena (CNI), la organización india más amplia y representativa del país, don Juan fue, hasta su fallecimiento, el pasado 2 de junio, un hermano mayor. Fue una de las más importantes autoridades morales del movimiento indígena nacional; en su nombre habló en múltiples foros y conferencias, recorrió el país y viajó al extranjero.
Nacido en la comunidad de Nurío, en Michoacán, hace 71 años, casado y padre de siete hijos, técnico agropecuario, agricultor especialista en educación indígena, investigó y reflexionó sobre su pueblo, la nación purépecha. Fue un sabio. Se expresaba fluida y articuladamente en castellano y en purhé. Siempre estaba dispuesto a escuchar y a explicar con enorme paciencia lo que se le preguntaba.
Con los pies puestos en las raíces de su comunidad y la mirada divisando el horizonte zapatista, don Juan fue un formidable traductor cultural entre dos mundos. Escucharlo era un acontecimiento. Simultáneamente representante comunitario y líder nacional, sus pláticas eran verdaderas cátedras en las que, para referirse al mundo indígena, hablaba simultáneamente de historia de los pueblos originarios y de México, hacía reflexiones lingüísticas, analizaba conceptos jurídicos, descifraba la destrucción ambiental en clave de barbarie capitalista, explicaba cuestiones agrícolas y emitía agudos juicios morales.
Sus conferencias eran una original mezcla de experiencias personales, recuperación de la historia no escrita de los pueblos indios, y de análisis sobre las relaciones de explotación y opresión étnica y de clase. Músico y poeta, sus discursos parecían en ocasiones ser obra de un predicador laico, de un celebrador de la palabra.
Cuando, en septiembre de 2003, en Cancún, el agricultor coreano Lee Kyung Hae se inmoló para protestar contra la destrucción de la agricultura campesina por parte de la Organización Mundial del Comercio, el CNI le organizó un emotivo funeral. En un auditorio colocaron dos fotos del señor Lee, en las que lucía sonriente, pulcramente vestido de traje y corbata, sin seña que evidenciara desesperación. Una cruz de parafina derretida y veladoras prendidas, adornadas con pétalos de rosas rojas, parecían formar su cuerpo. Un rectángulo de flores y otro más de veladoras enmarcaron el altar. Tres copas de copal remataron y aromatizaron el icono sagrado con el que se le rindió homenaje. Juan Chávez fue uno de los dos notables indígenas que oficiaron el rito. Con un señorío y solemnidad que envidiaría el más capaz de los ministros de culto, el purépecha preparó el terreno para que la tierra y la naturaleza acogieran al mártir.
Don Juan conoció de manera directa la experiencia de ser trabajador migrante del otro lado de la frontera. “Sin salidas, se nos están yendo los muchachos, los hijos, los nietos –decía–: desde los 13 o 14 años se van a cruzar la línea internacional. Van a la muerte allá en el desierto, al maltrato del Servicio de Inmigración de Estados Unidos. Los muchachos se van porque no hay salidas. Y con su salida se desintegran las familias y las comunidades. Allí está el etnocidio, la muerte cultural de los pueblos y también la devastación de los recursos naturales.”
Crítico implacable de los gobiernos de todos los colores, recibió amenazas, represalias e intentos de soborno. Nunca se amilanó. “Son ellos, los gobiernos –aseguraba–, los que siempre han tendido como perdedores a las comunidades indígenas de todo México y como beneficiarios a los caciques, a los ricos y a los poderosos. Los gobiernos son los responsables directos de la creación de conflictos entre pueblos, son los que históricamente han arrebatado la tierra a los indígenas para entregarla a los acaparadores, a los ejidatarios que no tienen arraigo en la tierra y la venden o la rentan a los grandes empresarios y a los saqueadores de este país.”
Zapatista hasta el último segundo de su vida, don Juan advirtió, una y otra vez, la estrecha relación entre los rebeldes del sureste mexicano y el movimiento indígena nacional. “El EZLN y el CNI –explicaba– somos ya una sola fuerza nacional. La palabra armada que se hace escuchar desde enero de 94 es por nosotros aceptada, defendida y respetada, en razón histórica del supremo derecho de los pueblos a la rebeldía. El EZLN enarbola hoy las demandas que por siglos nuestros pueblos han visto negadas por los gobiernos. El CNI hace suyas estas demandas...”
Sembrador incansable de otro futuro, don Juan proponía: Soñemos juntos y hagamos nacer la semilla de la esperanza porque ésta es la hora de los pueblos indígenas, de la democracia, libertad y justicia. Con la muerte, el país perdió a uno de sus más grandes hombres: el que trabajó como muy pocos para hacer realidad la llegada de la hora de los pueblos indios.

Errores de cálculo
Pedro Miguel
       A menos de cuatro semanas para la elección presidencial, se desvanecieron los supuestos sobre los que se había diseñado la estrategia del PRI, que en los comicios federales anteriores (2009) emergió como la mayor fuerza electoral del país. El principal de ellos era que en este 2012 la disputa presidencial podría plantearse como un referendo en torno a la docena trágica del panismo. El segundo, que Acción Nacional no podría salir con bien de esa prueba, habida cuenta de los saldos de catástrofe de eso que el lapsus de alguien convirtió en Vicente Calderón: desde la renuncia del guanajuatense a encabezar una transición democrática hasta la masacre provocada por las estrategias fallidas o perversas del michoacano, pasando por la galopante corrupción en las administraciones de ambos y el manejo económico decepcionante, por decirlo suave, en el lapso 2001-2012. El tercero, que el Revolucionario Institucional estaba lo suficientemente bien posicionado para cosechar los frutos del desencanto, tanto por la persistencia de sus aparatos corporativos en los ámbitos estatales –la madura ingeniería de la compra y coacción del voto– como por su alianza restaurada con las aplanadoras mediáticas de siempre, las mismas que se encargaron de fabricar un candidato con los mismos instrumentos publicitarios con los que se lanza un nuevo producto al mercado. Por añadidura, el priísmo calculaba (cuarto supuesto) que las izquierdas electorales no serían capaces de abandonar la zona de escasa visibilidad a la que fueron confinadas después del fraude electoral de 2006 y que no podrían, en consecuencia, ir más allá de su voto duro ni obtener beneficio electoral alguno del referendo antipanista.
El PRI esperaba aplicar su estrategia en un entorno social desarticulado y atomizado, formado por individuos asqueados de la política y preocupados en lo fundamental por sobrevivir o, en el mejor de los casos, por construir perspectivas de certidumbre o de éxito personal, así fuera en medio de un país que naufraga. Contaba, pues, con la destrucción del tejido social causada por un cuarto de siglo de neoliberalismo gobernante, el descrédito de lo colectivo y la resignada aceptación del individualismo conformista que se aferra con las uñas a unas reglas del juego presentadas como las únicas posibles. Basado en ese cálculo, diseñó una campaña muy parecida, en el fondo, a la publicidad de las compañías de seguros: te vendo tranquilidad, confianza, solidez, estabilidad, certezas, salas de estar con chimenea y ventanas que dan a un jardín con pasto muy verde, rostros sonrientes y felices, familias armónicas.
Lo que el PRI no tomó en cuenta es que el referendo que perdió el PAN ocurrió hace seis años, en 2006 (por eso es inexacto afirmar que la campaña de la aspirante presidencial panista se cayó: es que, simplemente, nunca levantó), y que lo que ahora se decide es la aceptación o el rechazo del PRIAN en su conjunto. El ánimo social no va a someter a referendo a seis o 12 años de desgobierno, sino a tres décadas de declive nacional sostenido, y ante ello, la campaña priísta en curso es tan improcedente e inverosímil como si en Estados Unidos el Partido Republicano hiciera campaña con consignas pacifistas.
Sería injusto, sin embargo, atribuir únicamente al tricolor la imprevisión y el fallo de cálculo. La verdad es que ninguna de las fuerzas políticas con registro fue capaz de prever la emergencia de #YoSoy132 ni la rápida e insospechada generalización de principios y reclamos que han sido sembrados desde hace mucho tiempo por las izquierdas que incursionaron en el escenario electoral, por los zapatistas de Chiapas, por el movimiento lopezobradorista, por la resistencia de los trabajadores electricistas, por las movilizaciones magisteriales, por los comuneros de Atenco, por los deudos de los mineros de Pasta de Conchos, de los niños muertos en la Guardería ABC, de las víctimas inocentes de la guerra de Calderón.
Las crecientes movilizaciones sociales de última hora, representadas en los nueve caracteres de #YoSoy132, no piden el sufragio por López Obrador sino exigen las condiciones para emitir un voto libre, informado, consciente y efectivo. Si esas condiciones se logran, el 1º de julio la ciudadanía habrá de decidir entre seguir en el modelo de país implantado desde los años 80 del siglo pasado o llevar a la nación por un nuevo camino. Ese es el verdadero sentido del referendo que se avecina.

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