Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 26 de septiembre de 2012

De nuevo en la encrucijada: proyecto neoliberal de Peña o proyecto nacionalista de AMLO- Se cierra el círculo de las reformas salinistas- Reforma laboral de Calderón y Peña: igual a crisis

De nuevo en la encrucijada: proyecto neoliberal de Peña o proyecto nacionalista de AMLO



De nuevo en la encrucijada: proyecto neoliberal de Peña o proyecto nacionalista de AMLO
Del otro lado están políticos como Andrés Manuel López Obrador, cuyo plan alternativo de Nación es diametralmente opuesto a los de Calderón y de Peña Nieto




México se debate entre dos proyectos y programas de país completamente diferentes y encontrados. Por un lado están los programas de la clase política gobernante, no sólo la representada por los panistas que han administrado en los últimos 12 años, sino también la de los políticos priístas que permitieron y respaldaron la aplicación de políticas neoliberales y de subordinación de la Nación a los intereses del gobierno y la cúpula empresarial de los Estados Unidos, educados y adoctrinados en ese país y que ahora se aprestan a tomar las riendas en un retorno al poder nada extraño y presuntamente pactado desde principios de este siglo. Por otra lado, se encuentran los académicos y políticos nacionalistas, que postulan un proyecto propio, un modelo de desarrollo a la mexicana, con tintes estatistas y nacionalistas, educados principalmente en la Universidad Nacional Autónoma de México y las universidades estatales del país. Un grupo que, por desgracia, es minoría en el Congreso de la Unión.

El grupo en el poder, con Felipe Calderón a la cabeza, y el que habrá de sucederlo, con Enrique Peña Nieto como nuevo inquilino de Los Pinos, tienen claro hacia donde debe ir México, hacia la complementación de la economía de Estados Unidos, con un papel de absoluta subordinación a sus intereses geopolíticos, por lo que han hecho hasta lo imposible por cumplir los dictados de Washington. Por eso no es extraño que en los últimos días de su gestión, Calderón insista en que Peña Nieto no tiene más opción que mantener el combate al crimen organizado. Precisamente en Washington, “el hijo desobediente” sostuvo en el influyente Consejo de Relaciones Exteriores que la otra alternativa es que el próximo gobierno “se eche para atrás” y le de mano libre a los criminales. Ahí, el michoacano también sugirió que Pemex (suculento bocado para las trasnacionales) se abra “un poquito” a la iniciativa privada y diga que Peña Nieto tiene una ventana de oportunidad para concretar la reforma a la paraestatal.

Tampoco extraña que el presidente electo, en su gira por Sudamérica, siga los dictados del Departamento de Estado de EU y trabaje a favor de “alianzas estratégicas” en Latinoamérica que garantice el desarrollo de los países en momentos de crisis financiera mundial, es decir que sigan en la misma orbita del sistema financiero internacional anglosajón y cancelen otros caminos y acercamientos con otros bloques económicos como Europa y China. O que confirme en Lima, Perú, que continuará el trabajo de la actual administración en materia de combate al crimen organizado, aunque con un replanteamiento de la estrategia; que sostenga que deben darse los consensos políticos para sacar adelante la reforma laboral y que manifieste su intención de llevar a cabo una reforma energética para “modernizar” a Pemex. No extraña porque es el mismo proyecto de Nación, es decir, el de la subordinación al capital estadounidense.

Del otro lado están políticos como Andrés Manuel López Obrador, cuyo plan alternativo de Nación es diametralmente opuesto a los de Calderón y de Peña Nieto, como se vio a lo largo de toda la campaña presidencial, y académicos tan sobresalientes como el rector de la UNAM, José Narro Robles, quien manifestó que en el tema energético y la renovación de políticas públicas en este sector, el Estado no debe renunciar a determinar el rumbo. En el Foro Internacional de Energía, lamentó también que a pesar de que en los últimos años la inversión pública –al menos en el papel- ha sido multimillonaria, aún hay pobreza, desigualdad e ignorancia que deben resolverse. Narro Robles sostuvo que en el país faltan reformas, no sólo la laboral –con un enfoque totalmente diferente al presentado por Calderón al Congreso- o fiscal, sino una social, de hecho, subrayó “la propia reforma del Estado nacional”, concepto éste último que parece desapareció de la mente de los tecnócratas que nos han gobernado los últimos treinta años. El colmo es que hasta el propio Francisco Labastida, integrante del mismo grupo político, considere los resultados de la gestión de Pemex en los últimos 12 años como un verdadero desastre.

El diario español “El País” informó que Estados Unidos controla datos de quienes viajan desde España a México, Cuba y Canadá, y sobrevuelan su espacio aéreo, aunque no hagan escala en su territorio. Con los datos facilitados por las aerolíneas, Washington bloquea directamente la emisión de tarjetas de embarque de los que aparecen en sus listas. El rotativo advirtió que esta práctica no está amparada por el acuerdo de entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Lilia Arellano - Opinión EMET
 
Se cierra el círculo de las reformas salinistas
Se cierra el círculo de las reformas  salinistas
En el caso de los trabajadores del campo, ¿se reinaugura el tiempo de las tiendas de raya? ¿Vendrán las ventas al menudeo que hipotecan a esos trabajadores de por vida?



Hacerle una reforma con 51 cambios, de los cuales son 17 los temas que la atoran, no es un asunto que pueda solucionarse, como plantean, con una sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados. Tan no lo es que ha despertado todo tipo de comentarios y levantado airadas críticas así como negativas sustentadas para su aprobación con todo y que quienes la van a operar, es decir, tanto los funcionarios como el propio Enrique Peña Nieto, insistan en que traerá beneficios a los sectores productivos y a la clase trabajadora, opinión que contrasta sustancialmente con la emitida por Andrés Manuel López Obrador quien sentencia que tales adecuaciones o reformas no traerán sino más pobreza, miseria y desempleo.

Especialistas y sindicalistas han externado públicamente su opinión y ésta coincide con que tal y como envió Calderón la iniciativa no representa beneficio alguno para los trabajadores, ya que hay temas que levantan indignación como son el considerar “trabajo decente”, oficialización de las outsourcing con paga, incluso, por hora, cuando en México el salario mínimo equivale a que cada 60 minutos se tenga derecho a cobrar poco más de 7 pesos y en los países en donde se practica, como EU, el equivalente sea de 108 pesos por hora. Despidos que conllevan una liquidación que sólo comprenderá un año aún y cuando los juicios pudieran llevarse 10; multihabilidades, derechos escalafonarios, transparencia sindical y registro gremial. Estos dos últimos renglones se antojan como la cortina de humo, ya que pueden asestarle varios golpes a los trabajadores con las modificaciones señalando que se exigirá transparencia a los sindicatos a sabiendas de que estas organizaciones pueden esgrimir la autonomía y, por tanto, un registro de ingresos y egresos que resulte a satisfacción de los agremiados, es decir, con total opacidad como en el presente.

En estas mismas líneas hemos dado cuenta de cada uno de estos renglones que ahora se han presentado en la mesa de la Comisión de referencia en la Cámara de Diputados, en donde lo que se acordó es que fuera el sábado cuando se apruebe el dictamen que presentarán y que hasta el cierre de estas líneas no estaba terminado, por lo que se pronuncian por mantenerse en sesión permanente hasta esa que es la fecha límite para la aprobación o el rechazo, situación esta última que no han querido contemplar aún y cuando es perfectamente legal y neutraliza el envío de Calderón permitiendo que se haga el cabildeo y las consultas necesarias para en realidad expedir una Ley Federal del Trabajo completa, que no se inmiscuya en los beneficios que han obtenido los trabajadores en años de lucha y que permita su modernización al tiempo de obligar a las autoridades a ser mucho más puntuales y cumplidas, incluso con los casos que se presentan en las Juntas de Conciliación para poder establecer el monto de las indemnizaciones y que sólo así pueda quedar debidamente reglamentado un año de percepciones.

Perredistas y representantes de la izquierda advierten que no se les permitió participar en la elaboración del dictamen que pretende presentar el diputado Carlos Aceves del Olmo, segundo de abordo en la CTM y presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social. Se sabe que en esas modificaciones se habla de emplear a los jóvenes, lo cual ya está aprobado con la iniciativa de Beltrones sobre el primer empleo; la regulación del trabajo doméstico que es otro de los renglones que dicen amplia la protección a esa rama que actualmente no cuenta con ninguna prestación y la interrogante surge de inmediato: ¿cuántos hogares que emplean el servicio doméstico cuentan con los recursos para pagar IMSS, Infonavit, Impuestos –porque en su mayoría ganan más de un salario mínimo- y de paso al contador que deberá estar pendiente de la presentación de las liquidaciones? Solo este renglón ¿traerá o no desempleo? ¿Seguirán laborando las que exijan estas prestaciones o todo seguirá igual y nadie pagará nada de nada porque el número de demandadas sería tal que resultará imposible desahogar tanta documentación?
¿Es esta otra de sus formas para manejar supuestos beneficios a cambio de asestar los golpes más duros a la clase trabajadora? Dicen los empresarios que el empleo temporal es lo que permitirá mayor generación de inversión y desarrollo, lo cual es otra gran mentira que se comprobará de manera inmediata en las zonas turísticas del país ya que en temporada baja, en el presente, se envía a los empleados de vacaciones y de esa manera se reduce la plantilla sin tener que hacer despidos. Como la plantean en el presente se harán contrataciones por temporadas y eso sí que redundará en tiempos de gran desempleo en los que, obviamente, puede incluso incrementarse la inseguridad, la violencia, se verán resultados en el tejido social altamente perjudiciales.

Los sindicatos defienden, fundamentalmente, su ventaja de no presentar cuentas, de no ofrecer números que indiquen cómo, cuándo, dónde y para qué emplean las cuotas que reciben de los trabajadores, ya sea de los burócratas o de los independientes. Dicen que su constitución está basada en la defensa de las arbitrariedades que cometen los patrones en contra de los trabajadores y ¿las que ellos mismos provocan, realizan a través de la venta de los contratos colectivos de trabajo? ¿Y las posturas que adoptan cuando se trata de liquidaciones masivas como las que tuvieron lugar con la venta de los bancos?

¿Y los nulos reclamos por falta de medidas suficientes de seguridad y de capacitación o de revisión de terceras empresas que garanticen experiencia suficiente en las labores para las cuales son contratadas como es el caso de las que trabajan para PEMEX? ¿ Y el rumbo que tomó el gran patrimonio de los petroleros? ¿Y los casos de las minas? Son tantos los abusos de los patrones como de esos mismos sindicatos que hoy pujan por una sobrevivencia plena en garantías para la formación de patrimonios jugosos para los líderes. ¿Usted conoce a algún líder sindical empobrecido o que viva del salario que debe percibir por el trabajo que alguna vez desempeño y del cual esta “de comisión”?

Dicen que van a proteger a los trabajadores a comisión y nos preguntamos ¿a cuáles? ¿Acaso a los de las gasolineras, a los que les piden firmas y más firmas incluyendo un pagaré en blanco por si les llega a faltar dinero? ¿Acaso por fin van a reconocer los dueños de estos sitios que esos empleados manejan fuertes sumas económicas y además de las prestaciones a las que tienen derecho les van a otorgar un seguro por si mueren en un asalto? Parece que no, como tampoco contemplarán a los de los estacionamientos que también tienen como salario las propinas y nada más y que además de la explotación por las largas jornadas de trabajo son responsables de cualquier rayón o golpe a los autos y si acaso el patrón recibe reclamación y tiene que pagar, el descuento va por cuenta de quien no tiene ni siquiera la garantía de seguir en el mismo lugar al día siguiente. ¿Van a proteger a los “comisionistas” o “martillos” de los taxis y de los autobuses de transporte que es para el público pero que genera recursos a la iniciativa privada? ¿De cuáles trabajadores hablan en ese renglón de “comisionistas”? ¿A los agentes de ventas van a garantizarles sueldos base y en ellos incluirán a los que realizan ventas de casa por casa?

Y ¿qué hay con el derecho a la huelga? ¿Ya quedará cancelado con todo y el número de muertos que para lograr su aprobación se dio? Sobre el registro de sindicatos, ¿seguirán las mismas prácticas para la toma de nota y para el convencimiento de que las asambleas resultan legales? ¿En verdad habrá quien crea que van los sindicatos a transparentar sus cuentas sin protestar, que van a dejarse “despojar” de los ingresos que mes a mes obtienen los líderes y que se ven aumentados sustancialmente en el caso de los de los burócratas en cada festividad? ¿Será que en la legalización de las outsourcing aparezca que deben respetar y garantizar los derechos laborales que en estos días están vigentes?

En el caso de los trabajadores del campo, ¿se reinaugura el tiempo de las tiendas de raya? ¿Vendrán las ventas al menudeo que hipotecan a esos trabajadores de por vida? ¿La contratación será temporal y en las faenas más rudimentarias ya que comprobado está que en México el agro no está tecnificado? ¿Volverán a estar vigentes las imágenes de nuestros empobrecidos campesinos con la mano extendida hacia el hacendado? ¿Es esta la terminación de las modificaciones realizadas por Carlos Salinas de Gortari durante su mandato? Esa protección a las madres trabajadoras tendrá como garantía el contar con guarderías suficientes y debidamente revisadas y registradas para que puedan desempeñar su trabajo con la eficiencia que brinda la tranquilidad sobre la seguridad de los menores?

Queda prohibido, dicen, la contratación infantil, la de menores de 14 años, cuando ya se ha visto que estos niños han sido empleados hasta por funcionarios de gabinete y a sabiendas de que las necesidades en las familias ya son tantas y la pobreza mayúscula que lleva a que sean los propios padres quienes envíen a sus hijos a realizar diferentes faenas. Ahora que, si de protegerlos se trata, ¿cuál es la solución para tantos y tantos vendedores callejeros? Porque para acabar con los franeleros de esas edades y mayores, la solución no solo les resultó fácil sino que les reporta millones y millones de pesos en ganancia vía los parquímetros que ya fueron colocados en el DF y que son rechazados en las Entidades del país.

Ahora que, habrá que resultar que parte de lo que ahora se propone ya hay empresas que lo practican y que están en los laboratorios clínicos, en los restaurantes de comida rápida, en las tiendas de autoservicio, en las de conveniencia y ahí pagan entre 7 y 20 pesos máximo la hora, cantidad que dista mucho de ser la que se paga en otros países del Mundo. Y los nombre sobran: las de las hamburguesas Mac Donalds, laboratorios y farmacias de las grandes cadenas, Wall Mart y otras cadenas ligadas con expendedoras de EU, los de las franquicias en varios renglones e incluso en comercios.

Habrá que ver, que estar muy pendiente del remedo de reforma que pretendan ofrecer ya que solo se ha pactado hasta ahora una sesión permanente, se pide plazo para la reforma, se denuncia que las modificaciones son una simple rasurada, Peña Nieto urge que se lleve a cabo la cadena de modificaciones y los esbirros de Salinas, como Emilio Gamboa, dicen que no hay ninguna presión o sea ¿EPN no cuenta?; la izquierda lanza un rotundo NO, aunque falta saber si el cañonazo lo resistirán los “chuchos” quienes ya hacen cuenta del reparto económico. Así pues esta historia apenas comienza y el final es de pronóstico reservado, sobre todo para los trabajadores.
Lilia Arellano - Opinión EMET
 
Reforma laboral de Calderón y Peña: igual a crisis
Reforma laboral de Calderón y Peña: igual a  crisis
En segundo lugar, esta reforma facilita la extinción de la relación laboral por causas económicas y abarata el despido


Durante su campaña electoral el hoy presidente electo Enrique Peña arengó en infinidad de ocasiones sobre la necesidad de que no sólo hubiese más empleos sino que, además, estos fuesen efectivamente remunerativos. Entre sus cercanos, además, se insistía en el propósito que el mexiquense tenía de recrear en México un mercado interno, tras el fracaso de los tecnócratas que durante los últimos 30 años le apostaron al mercado internacional. Sonaba bien.
La terca realidad, empero, dejó ya aquello en meros buenos propósitos. Porque a Peña Nieto se le ha atravesado la reforma laboral que, con fines electoreros, él mismo pospuso en la Legislatura anterior. Sabedor de que producirá más desempleo y pobreza ha debido aceptar que --ya en la agonía de su ocupación en Los Pinos-- Felipe Calderón la haya presentado como iniciativa preferente y haya obligado a los nuevos congresistas a discutirla antes de que este mes concluya.
La reforma laboral en cuestión, calca casi idéntica de otras que ya se han aplicado en naciones que ahora mismo están en crisis, falla en su diagnóstico y propósitos. No creará más empleos. Menos aún los hará remunerativos. No es la que ahora se discute una reforma para crear empleos, sino para facilitar los despidos.
Para ayudar a la creación de nuevos puestos de trabajo, harían falta medidas efectivas para impulsar la creación de empleos de calidad, a los que debería aspirar la economía mexicana si queremos que la productividad sea uno de los motores del crecimiento y un factor de mejora efectiva de nuestra competitividad.
Tal y como fue enviada por Calderón a las Cámaras, la reforma laboral es un detonante que puede agravar la de por sí ya precaria situación de la economía mexicana, inmersa en los albores de una nueva y tal vez definitiva crisis financiera mundial.
En primer lugar, los cambios normativos facilitan la reducción de salarios, con lo que cabe esperar que se produzcan dos efectos:
a) en el corto plazo, la caída de salarios provocará una caída de los ingresos disponibles de las familias, lo que se traducirá en una contracción del consumo y consecuentemente en una caída del PIB;
b) a mediano y largo plazo, esta reducción de salarios puede mejorar la competitividad, siempre y cuando esa caída no se compense con un aumento de márgenes empresariales y se traslade a un descenso de precios.
En todo caso, para que tuviera un efecto decisivo sobre el crecimiento debería acompañarse de otras políticas para aumentar la productividad, verdadera clave de la competitividad (por ejemplo, apostando firmemente por la innovación y por sectores estratégicos con fuerte vocación exportadora).
En segundo lugar, esta reforma facilita la extinción de la relación laboral por causas económicas y abarata el despido. En una coyuntura como la actual, en la que ya se está produciendo una nueva contracción de la economía, esta flexibilización interna podría ser utilizada por las empresas para aumentar el número de despidos y con ello agravar el deterioro del mercado laboral.
Y en tercer lugar, las previsiones de déficit público del Gobierno adolecen de una carencia evidente, ya que no contemplan los efectos negativos derivados de la reforma laboral y que se manifestarán, por un lado, en la caída de la recaudación de los ingresos tributarios (ISR e IVA) asociados al empeoramiento tanto de los ingresos como de la capacidad de gasto de las familias.
Bonita herencia le prepara así Calderón a Peña Nieto.
Nada de que podrá cumplir sus compromisos de campaña: más empleos y bien remunerados.
También tendrá menores ingresos en las arcas públicas, pues con menores ingresos –incluso sin ellos--, las familias dejarán de consumir y bajará la recaudación más significativa e importante que es la del IVA.
Es momento de consensuar medidas, y tanto trabajadores como sus empresas seguramente estarían dispuestos a aceptar medidas excepcionales en sus relaciones laborales en aras de mantener el empleo.
Pero imponer medidas unilaterales, que rompen el equilibrio del mercado de trabajo aparentemente a favor de las empresas –aparentemente, vale subrayar-- y que van a provocar bajas generalizadas de salarios y destrucción de empleos, sólo va a inducir efectos económicos adversos y el estallido de un descontento social que lleva fraguándose ya muchos años, ¿no cree usted?
Francisco Rodríguez - Opinión EMET

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