Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 25 de septiembre de 2012

La guerra boba- Con Peña, la resurrección de los fósiles-Moreno Valle, un Peña Nieto “patito”

La guerra boba


Hallan en Jalisco cuerpos de 17 hombres ejecutados. Foto: Rafael del Río
Hallan en Jalisco cuerpos de 17 hombres ejecutados.
Foto: Rafael del Río
1
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Los fenómenos globales ocurren hoy en forma de red. Las causas suceden simultáneas en varias regiones del globo y los efectos en otras regiones, también de forma simultánea, y a menudo sin el control de los Estados. Es el caso del cambio climático. O la recesión. De las nuevas formas de la comunicación. O del narcotráfico.
A México debiera interesarle en especial reconocer cómo las causas del narcotráfico, con sus características peculiares, ocurren en Europa y Estados Unidos, y suspender una guerra que ataca al narcotráfico como un fenómeno local. Es lo equivalente a encender fogatas en el Valle de Anáhuac para regresar la larga primavera mexicana, acortada en este siglo XXI por el descongelamiento de los polos del globo.
2
Levanten por favor la mano aquellos que han fumado mariguana o esnifado cocaína, le pido al público de la Feria del Libro en Berlín. Seis de cada 10 personas alzan las manos.
Levanten las manos quienes piensen que la droga es el Diablo. Ninguna mano se alza y una risa recorre al público.
Levanten las manos los que hayan tenido algún problema con la policía por haber fumado mariguana o esnifado cocaína. De nuevo, ninguna mano se alza y de nuevo la risa.
3
Estos son los números según el Reporte Mundial de la Droga, de la ONU: 34 millones de europeos consumen coca o mariguana como parte de su estilo de vida. En Estados Unidos la cifra es de 44 millones de consumidores.
Si alguna vez lo hizo, hoy día la policía del Primer Mundo no persigue la distribución ni el consumo de la droga. La droga está tan cerca como el menudista de la colonia. Se le llama por celular, él trae a casa la mercancía.
En Londres visito las cárceles de Queensway un sábado, noche de drogos y pirados. Acá traen a pasar la turbulencia de una sobredosis a los usuarios que despliegan conductas aberrantes. Llaman a la policía sus novias o sus amigos, sus madres o los vecinos. La policía los recoge, los encierra en una celda a que hagan sus locuras en solitario. Gritar incoherencias, estrellarse contra las paredes, orinar los muros. En la mañana, ya sobrios, reciben un desayuno y una recomendación de tratamiento.
Hay que repetirlo, acá traen a las víctimas de una sobredosis, no a cualquier consumidor. El consumo de droga es tratada como un asunto de salud, no un crimen.
4
Sencillamente la droga ha perdido su aura diabólica en los países altamente desarrollados donde se consume. De ahí que ningún político se anime a lanzar una ofensiva contra ella. Pero tampoco ningún político propone su legalización para desvanecer la incongruencia de que sea permitida pero criminalizada. Nadie se lo aplaudiría. El asunto se vive en una hipocresía conveniente.
Sólo en ese país lejano llamado México el narcotráfico provoca balazos, descuartizados, encajuelados, marchas de protesta, 95 mil muertos, billones de dólares de costo, un malestar social que se traduce en una hostilidad en la vida cotidiana.
Pero si en Londres o en Berlín hay un robo, ahí está la policía en un parpadeo. Un robo, un homicidio, una riña. La policía llega en menos de 10 minutos y aprehende a culpables y se encarga de las víctimas. Un juez dicta sentencia presta. Se reparten los castigos en un sistema confiable que da a la vida cotidiana una certeza ética.
5
México se ha equivocado. Libra sólo una guerra contra un fenómeno global que a pocos importa. Que llega a los titulares de los diarios en todo caso por su inusitada crueldad.
Sí, el presidente Obama declara su admiración al Ejército Mexicano y manda algunos armamentos. Sí, las cabezas de Estado europeo fruncen el ceño y felicitan al pariente tonto, México.
En realidad, México no tiene ninguna obligación de proseguir una guerra para recibir palmaditas. Nuestra urgencia es otra. Alcanzar el nivel de civilización de esas naciones, y para lograrlo deberíamos emularlos, a ellos y no a Colombia.
6
La política antidrogas de México debería emular la del Primer Mundo. Es decir: contra el tráfico y el consumo de mariguana y cocaína deberíamos hacer nada, como ellos. Legalizar estas sustancias sería lo congruente, pero volver la mirada a otro lado, como los europeos o estadunidenses, bastaría.
Y sobre todo deberíamos emular su política anticrimen. Construir una policía y un sistema de justicia confiables y eficaces. Mientras no tengamos esa policía y esos jueces, mientras no construyamos las circunstancias para tenerlos por primera vez en la historia del país, continuaremos a 10 grados de distancia de la civilidad que reina en Europa o Estados Unidos.
En esta barbarie con islas de civilidad.
7
Por eso preocupa la visita del próximo presidente de México a Colombia, para hablar con los ejecutores de aquella guerra de ya 40 años contra el narco. Por eso preocupan sus pláticas con Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, quien con cara adusta y lujosas frases le prescribe proseguir el esfuerzo heroico contra el narco.
Sería de desear que este presidente tenga una visión clara de México insertado en el planeta y una enorme desconfianza al bla-bla-bla con que nuestros hermanos más civilizados nos alientan para seguir matándonos en esta guerra dos veces trágica. Una, porque cualquier guerra lo es. Dos, por boba.
 

Con Peña, la resurrección de los fósiles

Enrique Peña Nieto. Foto: Octavio Gómez
Enrique Peña Nieto.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (Proceso).- México atorado. México paralizado. México atrapado en la “trampa del ingreso medio”. Con salarios muy altos como para permitirle ser globalmente competitivo en manufactura básica asociada con la mano de obra barata. Sin las capacidades tecnológicas o el capital humano o las instituciones necesarios para competir con los países avanzados. Incapaz de pasar del crecimiento impulsado por los insumos al crecimiento impulsado por la productividad. En la misma posición relativa al mundo que hace 30 años. Perdiendo terreno ante las economías emergentes de Asia, Europa del Este y Brasil.
Como sugiere el libro coordinado por Claudio Loser y Harinder Kohli, Futuro para todos: acciones inmediatas para México, al país le ha faltado ahorrar e invertir, educar y profesionalizar, abrirse y competir. México lleva tres décadas nadando de muertito, sin lo que Héctor Aguilar Camín llama “una hoja de ruta” que despierte su hambre de cambio y una ambición colectiva de mejora. En lugar de aspirar al imaginario de desarrollo, repetimos el pasado melancólico de carencias y privilegios, pobreza descomunal y riqueza concentrada, desigualdad inmutable y prosperidad inalcanzable. A México le hace falta una narrativa de a dónde quiere ir y cómo llegar hasta allí. Un diagnóstico certero y una promesa creíble.
El gobierno de Enrique Peña Nieto llega por ello en una coyuntura crítica. México puede seguir el mismo camino de los últimos cinco sexenios: un equilibrio de bajo crecimiento que lleva a un círculo vicioso de estancamiento económico y expectativas incumplidas. O puede –como sugiere el libro– adoptar una agenda de reformas audaces para liberar el vasto potencial del país y transformarlo. Peña Nieto puede perpetuar el país de privilegios o irlos desmantelando. Puede aspirar a convertir a México en un país de ingreso alto, o conformarse, como sus predecesores, con administrar la inercia promovida por los intereses enquistados. Puede abrazar una reforma laboral que transparente y democratice a los sindicatos o terminar doblegado por ellos.
Muchos de los cambios que México requiere entrañan combatir los cotos corporativos que el priismo protege. Construir una economía altamente productiva implica confrontar a numerosos sectores con bajas tasas de productividad. El México bajo el viejo estilo de control asociado con sindicatos como el SNTE o el STPRM. El México de los cotos creados, caracterizado por grupos de interés que capturan rentas de los consumidores gracias a la falta de competencia. El México preso de su historia, fosilizado, resistente al cambio. Un coctel anacrónico de “sindicalismo improductivo, ilegalidad consentida, nacionalismo defensivo, dirigismo estatal y patrimonialismo burocrático”.
El estudio de Loser y Kohli propone un paquete integral, una visión global, un conjunto de pasos que la próxima administración debería instrumentar de forma coherente y no de manera fragmentada. Promulgar reformas fundamentales en educación para mejorar su calidad. Adoptar un programa para recuperar el papel de las universidades. Eliminar las limitantes que impiden la eficiencia y la autonomía de gestión en Pemex, quitarlo del presupuesto federal y reformar su sistema de pensiones. Hacer que el costo de la electricidad sea competitivo mediante la eliminación del monopolio de la CFE. Instrumentar políticas y regulaciones para promover mayor competencia en el sistema financiero. Instrumentar un Programa Nacional de Infraestructura para incrementar sustancialmente inversiones en el rubro. Desarrollar un paquete de políticas para combatir la informalidad. Reforzar reformas políticas que busquen reducir la desigualdad y promuevan la inclusión. Implementar agresivamente la recién reformada Ley Federal de Competencia. Diseñar y poner en práctica una reforma fiscal exhaustiva. Asegurar una temprana implementación de la reforma judicial de 2008. Hacer cumplir el actual marco legislativo anticorrupción. Mejorar la gobernabilidad atendiendo la falta de rendición de cuentas de los gobiernos estatales y municipales. Adoptar una nueva política de seguridad nacional para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado. Reposicionar al país como socio y renovar sus relaciones comerciales con el resto del mundo, dentro y fuera del TLCAN.
Estas reformas –en conjunto– permitirían que México rompiera con el equilibrio estancador y construyera trampolines para la prosperidad compartida. Pero ese desenlace no está garantizado, y depende de centralizar fuerzas centrífugas que jalan al país en direcciones opuestas. En México la modernidad coexiste con el subdesarrollo. Las industrias altamente competitivas coexisten con los monopolios ineficientes. La clase media incipiente y demandante coexiste con el sector de la sociedad que tiene una de las más altas concentraciones de ingresos y con aquellos que se hallan en la marginalidad y la pobreza. La democracia imperfecta coexiste con el feudalismo político y la violencia rampante. La población que busca bienes y progreso coexiste con minorías privilegiadas y rapaces que se han dedicado a exprimirla. Los vicios y las costumbres del pasado coexisten con una idea de futuro que constituye el anhelo de millones de mexicanos.
Vicios ante los cuales Peña Nieto sucumbirá si no está dispuesto a distanciarse de los cotos corporativos que su partido encumbró. Si no está dispuesto a renunciar al “nacionalismo revolucionario” que el PRI concibió. Si no está dispuesto a eliminar los privilegios sindicales que el priismo cobijó. La respuesta a los dilemas que el país enfrenta no se encuentra en la promoción del consenso, en el anuncio de una comisión anticorrupción, en una “Presidencia democrática” cuyo significado es inasible. México necesita propósito, proyecto claro, rumbo deseable, compás de futuro. No la resurrección de los fósiles.
 

Moreno Valle, un Peña Nieto “patito”

Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla. Foto: Octavio Gómez
Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- El expriista Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, quiere ser presidente de México y emplea la misma fórmula que fabricó a Enrique Peña Nieto, sólo que en una versión más burda.
Como Peña, Moreno Valle se ha sometido a Televisa –y a TV Azteca–para aparecer en pantalla cuando le da la gana, hasta para cocinar con el chef Alfredo Oropeza la receta del mole de su bisabuela, cuyo nombre –por cierto– impuso a un hospital.
Solamente en 2011, su primer año de gobierno, el gobernador de Puebla destinó 180 millones de pesos al área de comunicación social, 112 de los cuales facturó a la televisión y de ellos 88.5 millones fueron para Televisa, según la propia información oficial.
No sólo eso: Al inicio de su gobierno, Moreno Valle regaló a Televisa un terreno de 6.7 hectáreas, valuado en aproximado de 325 millones de pesos, y aprobó una inversión de 116 millones de pesos para la construcción de un Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) en Puebla.
Pero, además, autorizó que se destinen anualmente 8 millones 500 mil Udis (aproximadamente 38.5 millones de pesos) para la operación del CRIT durante los próximos 10 años.
Y el extra: El año pasado, Moreno Valle regaló a Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, un total de 36 millones de pesos para la realización en Puebla de “Espacio 2011”.
Con Televisión Azteca mantiene el mismo trato: En 2011, le entregó casi 24 millones de pesos en publicidad gubernamental, aparte de los 30 millones de pesos para realizar el festival “Puebla: la ciudad de las Ideas”, organizado por la televisora propiedad de Ricardo Salinas Pliego.
Moreno Valle le entregó a la Fundación Azteca, negocio también de Salinas Pliego, el edificio histórico de La Constancia Mexicana, la primera fábrica textil de América Latina, con el fin de ser la sede del Centro de Formación de las Orquestas Esperanza Azteca.
Este año de 2012 no ha sido distinto en el trato obsequioso de Moreno Valle a las televisoras, que lo compensan con la difusión de su imagen y encubren sus caprichos y desplantes autoritarios, una conducta imitada también por el grueso de los medios locales, sometidos con dinero y terror.
Aunque militante panista, filiación que adoptó tras desertar del PRI, Moreno Valle es discípulo de Elba Esther Gordillo y mantiene una estrecha relación con Los Chuchos, la facción hegemónica del PRD, razón por la cual pudo conformar una alianza de partidos que ganó el gobierno en 2010.
Tras “dos años de megalomanía”, como tituló Proceso un reportaje bajo mi firma sobre el primer tercio de su gestión –caracterizada justamente por su delirio de grandeza–, Moreno Valle mantiene también un férreo control de los grupos parlamentarios de esos partidos en el Congreso y ha montado un aparato de espionaje para vigilar a quien le dé la gana.
Sin embargo, aunque ha sumado al PRI a su control, las cosas se le han empezado a descomponer al ambicioso gobernador: El PAN estatal ha chocado con él por su afán de imponer candidatos a alcaldes y diputados –para que le aprueben sus cuentas y darle viabilidad a su proyecto–, y el PRD se lo está sacudiendo o encareciendo su apoyo.
La conflictiva relación de Moreno Valle con el PAN hizo crisis con la reforma aprobada por el Congreso para prorrogar tres meses el inicio del proceso electoral, con el fin de evitar la relección del presidente de ese partido, Juan Carlos Mondragón, opuesto a su proyecto.
Ahora la apuesta de Moreno Valle es mantener el control del PAN –como del PRD– desde la dirigencia nacional, a cambio de canonjías del presupuesto de Puebla, y perfilarse hacia 2018 como candidato de una alianza de esos partidos y el Panal, sustentada en un diseño propagandístico semejante al que le hizo Televisa a Peña Nieto.
Moreno Valle se ufana, además, de ser apoyado en su proyecto presidencial por prominentes empresarios, aun del extranjero, y de su relación con Peña Nieto y con Televisa, debido a que su padre, Rafael Moreno Valle Suárez, fue supuestamente amigo de El Tigre Azcárraga.
De hecho, funcionarios de Televisa tuvieron una intervención directa para que Javier López Zavala, candidato del PRI, ofreciera una disculpa al padre del gobernador –actual presidente de la fundación UNAM– por haberlo acusado, en la campaña, de tener una fortuna mal habida y de haber pagado un millón de dólares para salir de la cárcel en Italia por un fraude.
Reputado de insolente, arrogante y frívolo –le encanta intimidar con estrellas de la farándula–, Moreno Valle es también un político laborioso y astuto al que no debe menospreciarse, sobre todo porque está dispuesto a destinar el dinero que sea necesario para su proyecto, lo mismo que ha hecho Peña Nieto.
Sólo que no debe olvidar que, también en política, nunca segundas partes han sido buenas.
Por ahora es sólo un Peña Nieto patito…
Apuntes
Por cierto, el vocero de Moreno Valle, Sergio Ramírez Robles, aseguró que, el lunes 17, envió una carta a Proceso porque mi reportaje “está plagado de mentiras, las cuales desde esta mañana desmentimos, invitándote a presentar denuncia y pruebas”. La mentira es de él. Envió, sí, una carta ambigua que no desmiente nada, menos las evidencias del espionaje del gobierno que alcanza hasta la propia mujer del gobernador, Martha Erika Alonso, y que es investigado por la PGR… Desde Televisa y desde el gobierno de Felipe Calderón, súbdito de la televisora, se ha montado una campaña para que el senador Javier Corral sea destituido como representante de ese partido ante el IFE, sobre todo luego de la carta que encolerizó a los felipistas…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado

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