Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 4 de enero de 2013

Izquierda hegemónica- Los reflectores electorales- EZLN, la apuesta civil

Denuncia Solalinde nuevas amenazas contra indocumentados en Chiapas

El coordinador del albergue “Hermanos en el Camino”, Alejandro Solalinde. Foto: Eduardo Miranda
El coordinador del albergue “Hermanos en el Camino”, Alejandro Solalinde.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F., (apro).- El padre Alejandro Solalinde, responsable del albergue “Hermanos en el Camino”, denunció nuevas agresiones y abusos contra migrantes centroamericanos por parte de policías, apenas un día después de que directivos de la Casa del Migrante de Saltillo, Coahuila, interpusieron una demanda por amenazas contra integrantes de ese centro.
“Los hermanos que pasaron el fin de año por acá no reportaron agresiones, se fueron con bien, pero a esta generación sí los empezaron a agredir. Eso es preocupante. Tenemos varías denuncias que presentaremos ante la fiscalía de Arriaga, Chiapas, además de analizar con ellos qué está pasando y buscar frenar los abusos”, puntualizó.
El cura detalló que las agresiones contra los indocumentados fueron perpetradas los primeros días de 2013 en Coita, Arriaga y Tapachula, y ya se está integrando la información correspondiente para integrar las demandas respectivas.
A dichas denuncias se suma la que ayer interpusieron, ante la Procuraduría General de Justicia de Coahuila, directivos de la Casa del Migrante de Saltillo, que dirige el sacerdote Pedro Pantoja, quien fue amenazado de muerte por supuestos familiares de un indocumentado hondureño que fue ultimado en esa ciudad el pasado 25 de diciembre.
El responsable del albergue “Hermanos en el Camino”, localizado en Ixtepec, Oaxaca, advirtió que este año dejará a un lado las protestas y encaminará su lucha a través de un movimiento social para frenar los feminicidios en el país, “o por lo menos en los estados con el mayor número de ejecuciones”.
Ello, dijo, lo hará de la mano de mujeres de todos los niveles, pues son ellas mismas las que –añadió– deben defenderse de los abusos. “Yo las apoyaré”, recalcó.
Además, dijo, propondrá al Ejecutivo federal que reconozca la “guerra” desatada contra los migrantes, pues a partir de eso, subrayó, podrá establecerse una ruta forense en todo el territorio para saber dónde están, cuántos y quiénes son los desaparecidos.
“Con esta propuesta Enrique Peña Nieto tendrá que tener el valor de aceptar el pasado e invertir dinero para saber la verdad. No pido que se haga justicia, sino que se enfrente la verdad de las fosas de migrantes en estados como Veracruz. El presidente, para demostrar su imparcialidad, no pido que meta a la cárcel a Fidel Herrera (exgobernador veracruzano), sino que investigue dónde están los muertos”, concluyó.

Izquierda hegemónica

Peña se compromete a leer dos libros que le regaló una niña. Foto: Miguel Dimayuga
Peña se compromete a leer dos libros que le regaló una niña.
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Lo que más irrita a los poderes fácticos y a la mayor parte de la clase política nacional es que a pesar de décadas de represión, exclusión y cooptación, el discurso crítico de izquierda sigue imponiendo las coordenadas del debate político nacional. Los principales medios de comunicación electrónicos son muy eficaces cuando se trata de desviar la atención de los temas de fondo, de vender productos chatarra y de generar un ambiente de miedo y desánimo entre la población. Sin embargo, estos mismos medios han sido incapaces de llenar el vacío con un nuevo discurso afirmativo y articulado desde la derecha.
Hoy la verdadera crisis de identidad y de propuesta ideológica, tanto en México como en el mundo, no es de la izquierda, sino de la derecha. Durante la Guerra Fría, los neoliberales se enorgullecían de su supuesta defensa del capitalismo, la “libertad” y la democracia de la incursión de las dictaduras “totalitarias” y comunistas. Este discurso siempre fue una mascarada para esconder el imperialismo estadunidense, la concentración generalizada de la riqueza y la comisión de un sinnúmero de atrocidades y crímenes de guerra, pero todo se hacía supuestamente con el noble fin de defender los principios básicos del liberalismo.
Pues bien, desde la desarticulación del bloque soviético, marcada simbólicamente por la caída del Muro de Berlín en 1989, la derecha ha perdido la brújula. En Estados Unidos se ha buscado reemplazar la “amenaza comunista” con la “amenaza terrorista” y el peligro de los “fundamentalistas” musulmanes. Este esfuerzo ha funcionado para permitir tanto una enorme expansión del gasto militar como una escalofriante reducción de la privacidad y las libertades cívicas, pero no ha logrado articular una nueva propuesta de transformación social y humanitaria. Al contrario, cada día es más transparente el desnudo ejercicio del poder en función de los intereses imperiales y de una pequeña clase dominante mundial.
En México, tanto la rampante corrupción política durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari como la crisis económica de 1994 deslegitimaron de manera contundente el discurso neoliberal iniciado en 1982. Fue evidente para todos que la “modernidad” y el “desarrollo” ofrecidos por esta corriente de pensamiento en realidad implicaba mayor desigualdad, pobreza y saqueo por los potentados. El “error de diciembre”, la masiva devaluación del peso en 1993, desnudó la mentira del proyecto salinista y cumplió entonces la misma función en el contexto mexicano que la caída del Muro de Berlín a escala mundial: ambos eventos marcan el fin de la credibilidad del discurso neoliberal.
Pero en México, en lugar de recurrir a la amenaza del terrorismo como eje articular de un nuevo discurso dominante, el nuevo “enemigo” es el supuesto “populismo” del nacionalismo revolucionario. Aquí el adversario a vencer no serían los fundamentalistas religiosos, sino quienes defienden las conquistas históricas de la Constitución Mexicana, y en particular los artículos 3, 27 y 123 sobre la educación pública, gratuita y laica, la propiedad “originaria” de la nación sobre todas las tierras y aguas y los derechos laborales y sociales.
Resulta evidente que el “Pacto por México” (véase: http://ow.ly/gmdxq), la “nueva estrategia” de seguridad pública (véase: http://ow.ly/gmduy) y los otros esfuerzos políticos y propagandísticos del nuevo gobierno (véase: http://ow.ly/gmdAu) están diseñados con el fin de excluir, dividir y arrinconar a las fuerzas progresistas. Si bien la cabeza más visible y el blanco más común de los ataques es el dos veces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, el verdadero adversario del “nuevo” PRI, que el mismo César Camacho Quiroz ya ha reconocido no es más que el PRI de siempre, es nada menos que la misma Constitución Política y la Revolución Mexicana.
Pero lo que llama la atención y genera esperanza para el futuro es que el nuevo gobierno no se atreve a decir públicamente lo que planea en privado, por ejemplo con respecto a la privatización del petróleo, el aumento del IVA y la creación de nuevo emporios mediáticos y empresariales dirigidos por amigos para “competir” con los ya existentes. Las reiteradas menciones de Enrique Peña Nieto a la “modernización”, la “audacia”, la “unidad” y la “paz” no constituyen una nueva visión articulada del futuro de la nación, sino que solamente buscan distraer la atención pública a partir de una apropiación y tergiversación del discurso de la izquierda.
Así que quienes en realidad no tienen “propuestas” y “solamente destruyen” no son el movimiento #YoSoy132 o la Convención Nacional Contra la Imposición, sino Enrique Peña Nieto, el PRI, Televisa y TV Azteca. Hoy en México el pensamiento crítico goza de cabal salud, sobre todo entre los estudiantes universitarios y los usuarios de las redes sociales.
El gran pensador y dirigente italiano Antonio Gramsci conminaba a sus seguidores a complementar un sano “pesimismo del intelecto” con un más sano “optimismo de la voluntad”. Es fundamental entender las razones de la derrota de la izquierda en las urnas, tanto en la elección presidencial como en las entidades gobernadas por candidatos “amarillos” que no tienen nada que ver con las fuerzas progresistas. Sin embargo, también es importante reconocer y celebrar la invaluable hegemonía del discurso de izquierda en el debate político nacional.
Hoy en México nadie se reivindica como un reaccionario o un neoliberal. Estas corrientes de pensamiento se encuentran en franca bancarrota. El principal reto estratégico, entonces, no es necesariamente la elaboración de nuevas “propuestas”, ya hay una infinidad de iniciativas excelentes elaboradas por algunas de las mejores mentes del país (véanse, por ejemplo, las obras e iniciativas del Consejo Nacional de Universitarios: www.consejonacionaldeuniversitarios.org.mx). El reto principal más bien sería evitar la expropiación del discurso progresista por las fuerzas de la reacción, así como asegurar que la valiosa hegemonía discursiva de la izquierda aterrice en un nuevo movimiento político y social capaz de dictar las coordenadas de la política nacional.
www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman
 

Los reflectores electorales

Tamaulipas. Elecciones bajo vigilancia. Foto: Juan Cedillo
Tamaulipas. Elecciones bajo vigilancia.
Foto: Juan Cedillo
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El domingo 7 de julio de 2013 se celebrarán comicios en 14 entidades de la República Mexicana para elegir a un gobernador, a mil 348 alcaldes con sus respectivos ayuntamientos, y a 451 diputados locales. Baja California será el único estado en el que se elegirá gobernador, ayuntamientos y Congreso; en otros 11 se votará para renovar ayuntamientos y Congreso; en Coahuila, únicamente ayuntamientos, y en Hidalgo, sólo Congreso.
De acuerdo con los precedentes, es posible adelantar que las elecciones en Chihuahua, Durango, Hidalgo y Zacatecas las ganará el PRI sin mayores dificultades; los dos estados intermedios son todavía de los nueve reductos tricolores que no conocen la alternancia en el Ejecutivo estatal, y allí el PRI supera en las preferencias a las otras fuerzas políticas por diferencias de dos dígitos; en el caso de la primera entidad, tras un sexenio blanquiazul, el tricolor parece totalmente afianzado en el gobierno, a pesar del cuestionable desempeño de sus gobernantes; y en el de la última, las divisiones de la izquierda, tras dos sexenios de gobierno, le abrieron la puerta al regreso del priismo.
En las otras 10 entidades todo indica que habrá cerrada competencia, por lo que los resultados dependerán de las alianzas que se conformen y de los candidatos que se postulen. En siete estados (Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz) la disputa por los principales puestos se dará entre PRI y PAN; en otros dos (Oaxaca y Quintana Roo), entre PRI y la izquierda, si ésta logra mantener un mínimo de unidad; y, finalmente, en uno (Tlaxcala), el electorado se divide prácticamente en tercios y cualesquiera de las tres fuerzas políticas podría ganar.
En seis de los estados (Aguascalientes, Coahuila, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Tlaxcala) una posible alianza con el Partido Nueva Alianza puede ser determinante para el resultado; en Aguascalientes, Sinaloa y Tamaulipas, porque en las últimas elecciones federales logró porcentajes altos de preferencia electoral (13.78%, 16.11% y 7.3% respectivamente); y, en el resto, porque aunque su porcentaje de votación no es tan alto, sí puede ser decisivo, como en el caso de Coahuila, donde con poco más de tres puntos porcentuales puede inclinar la balanza a favor de los blanquiazules o propiciar una muy probable alianza entre PRI y PVEM. Y lo mismo sucede en el resto de los estados.
En Oaxaca la izquierda tiene en sus manos la posibilidad de ganar la elección, y realmente eso depende de que logre mantener la unidad y postular a buenos candidatos. No sucede lo mismo en Quintana Roo, donde la ventaja sería para una eventual alianza del PRI y el PVEM, pero la izquierda podría conseguir el triunfo, pues las diferencias de votación son de menos de cinco puntos porcentuales.
En Veracruz, otrora entidad donde el electorado se dividía a tercios, la izquierda ha perdido mucho terreno, y aunque en los comicios presidenciales logró poco más de 30% de la votación válida, en los correspondientes a diputados y senadores apenas rondó el 25%, con lo cual la batalla se concentró entre los otros dos partidos, que la superaron con diferencias de más de dos dígitos. Mientras tanto, en Tlaxcala, la división es prácticamente a tercios, y además el Panal dispone de más de 5% de los votos, con lo cual también puede convertirse en factor decisivo; en la pasada elección de senador el PAN obtuvo 29.8% de los sufragios válidos; si hubiese habido coalición PRI-PVEM habrían sumado 29.9%; PRD-PT-MC, 35.1%; y Panal, 5.2%.
La atención se centrará en Baja California, por ser la única entidad que elige gobernador, pero además porque fue la primera que perdió el PRI y que está en manos del PAN desde 1989, es decir, seis sexenios consecutivos se ha mantenido en manos de los blanquiazules. En 2007, el actual gobernador José Guadalupe Osuna Millán ganó con más de la mitad de los sufragios, para ser precisos con 51.2% de la votación válida, postulado por la denominada Alianza por Baja California, que incluía al PAN, al Panal y al PES (Partido Encuentro Social, con registro estatal), con una diferencia de más de 55 mil votos y 6.5 puntos porcentuales sobre el candidato de la Alianza para que Vivas Mejor, que incluía al PRI, al PVEM y al PEBC (Partido Estatal de Baja California, también con registro estatal), y que postuló a Jorge Hank Rhon.
Sin embargo, en la elección intermedia de 2010 la alianza de PRI y PVEM ganó los cinco ayuntamientos y 13 de los 16 distritos locales, con lo cual prácticamente borró a la Alianza por Baja California, que únicamente pudo conseguir tres dipu­taciones de mayoría relativa. Y en las pasadas elecciones para senador el PAN obtuvo 34.2%; si el PRI y el PVEM hubiesen participado en coalición hubiesen obtenido 32.9%; la coalición de izquierda, 28.7%; y el Panal, 4.2%. Así las cosas, de acuerdo a dichos cálculos, también aquí el Panal puede ser factor determinante.
Pero ya surgió la posibilidad de que el PRD se alíe al PRI si éste postula a Fernando Castro Trenti como su candidato. De acuerdo con el periódico La Crónica de Mexicali, Julio Octavio Rodríguez, representante del PRD en el órgano estatal electoral, señaló que en caso de que el tricolor no postulara a Castro Trenti, ellos estarían dispuestos a hacerlo, solos o en coalición. Además de Castro Trenti, entre los aspirantes del tricolor figura nuevamente Hank Rhon, al igual que los alcaldes de los cinco municipios bajacalifornianos.
Por parte del PAN destacan, entre los aspirantes, Héctor Osuna Jaime y Francisco Vega Madrid, según una encuesta que dio a conocer la Fundación Rafael Preciado, del mismo instituto político, el 28 de noviembre pasado. Lo cierto es que el blanquiazul tiene posibilidades reales de retener la gubernatura, especialmente si se da una escisión en el tricolor.
En cualquier caso, que haya elecciones competidas depende fundamentalmente de la unidad de la izquierda y de la capacidad de los panistas para superar el trauma de la pérdida de la Presidencia.
 

EZLN, la apuesta civil

Conmemoran bases zapatistas 19 años de existencia. Foto: Germán Canseco
Conmemoran bases zapatistas 19 años de existencia.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) decidió celebrar a puerta cerrada el pasado 31 de diciembre sus 19 años de existencia desde que lanzó la declaración de guerra contra el Estado mexicano, aquella mañana del 1 de enero de 1994.
Lo que se consideraría como un gesto de ensimismamiento, en realidad podría ser el primer paso del EZLN hacia una nueva etapa de vinculación con los movimientos sociales del país que se encuentran en crisis.
Durante estos años el zapatismo ha evolucionado no sólo en la parte militar, sino también en la política, pero no en los términos de partidos y organizaciones que buscan el poder, sino de participación activa de la vida social de México y del mundo.
Sin levantar la declaración de guerra que emitió en su primera aparición pública tras los primeros diálogos con el gobierno federal en febrero de 1994, el EZLN hizo a un lado las armas y se dedicó a establecer redes con distintas organizaciones sociales, al mismo tiempo que avanzó en su propio proyecto de crear gobiernos autónomos en los pueblos indígenas de los altos, selva y norte de Chiapas.
A partir de la creación de los Aguascalientes en 1995, como centros de reunión de los pueblos indígenas con la sociedad civil, el movimiento insurgente empezó a tener los primeros acercamientos reales con las organizaciones sociales de México y de muchos países. Pero quizá desde antes, con los diversos encuentros –como la Convención Nacional Democrática, de agosto de 1994–, los zapatistas comenzaron a fortalecer sus redes sociales de apoyo, sin dejar de ser un ejército beligerante.
Nunca, durante estos años, tuvieron la tentación de apoyar las causas políticas de partidos o de personajes como Cuauhtémoc Cárdenas o Andrés Manuel López Obrador. Al contrario, su actitud crítica y la decisión de no participar en las elecciones los alejaron de esos grupos de poder.
Todo este tiempo el EZLN le apostó a la sociedad civil, por eso realizó las dos giras (la marcha de los mil 11 y la otra campaña) para, desde abajo y a la izquierda, tejer las relaciones con agrupaciones y pueblos indígenas, campesinos, urbanos, de derechos humanos, estudiantiles y hasta con algunos gremios sindicales, como el los electricistas, dando lugar al surgimiento de nuevas expresiones de organización como el Congreso Nacional Indígena.
Sin embargo, estas redes, estos puentes, muy pronto empezaron a debilitarse, hasta romperse en algunos casos.
En tanto, el EZLN, como agrupación militar indígena, siguió su propio proceso interno de resistencia y de organización política autónoma. A pesar de estar cercados por el Ejército, dieron paso a la integración de regiones autogobernadas por las propias comunidades, representadas en las Juntas de Buen Gobierno, y crearon sus propias escuelas, clínicas, formas de organización comunitaria y centros de recreación independientes de los gobiernos federal y estatal.
Así, mientras los zapatistas continuaban con su proyecto en la región, el resto del país cambió, pero no para bien. El crimen organizado, vinculado o integrado al poder político, creció hasta convertirse en un grupo de poder capaz de crear un estado paralelo en varias regiones del país. La pobreza también aumentó, lo mismo que el desempleo, la corrupción y la impunidad.
La sociedad civil se atomizó perdiendo espacios y presencia.
Las últimas agrupaciones sociales han surgido más por una tragedia que por un proyecto social de organización, como es el caso de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (FUNDEM) y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que agrupan a las familias de las víctimas de la guerra contra el narcotráfico declarada por Felipe Calderón.
El movimiento estudiantil #YoSoy132, surgido durante el proceso electoral de 2012, no dio el estirón y más bien se ha quedado marginado en las propias escuelas, en medio de un asambleísmo desgastante.
En tanto, las organizaciones campesinas e indígenas están debilitadas por el abandono y la marginación de los últimos gobiernos panistas y por el crecimiento del poder del narcotráfico, que se ha apoderado de grandes extensiones de tierra, en las cuales ya no se siembra el maíz, sino la mariguana y la amapola.
Frente a esta crisis social y de los movimientos ciudadanos, el EZLN vuelve a salir a la luz pública lanzando su apuesta por la sociedad civil. Siendo el único grupo con calidad ética y moral, es tal vez el único que puede hacer esa convocatoria de unidad, sobre todo ahora que el PRI ha regresado al poder con la mano dura y autoritaria por delante.
Habrá que esperar las iniciativas sociales y pacíficas que el subcomandante Marcos anunció en uno de sus últimos comunicados. Habrá que ver cuáles son las propuestas de vinculación con las nuevas agrupaciones sociales y, sobre todo, habrá que esperar las nuevas acciones que prepara el EZLN, que en estos 19 años siempre ha sorprendido con una creatividad difícil de encontrar en el mundo de las agrupaciones sociales y ciudadanas

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