Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 27 de abril de 2013

Dinero- «Dejar hacer, dejar pasar»- Palabras de un maestro guerrerense al Ejecutivo

Dinero
¿Arraigo por no pagar la cuenta al banco?
Intimidante contenido del reformón
Pago de favores al sector financiero
Enrique Galván Ochoa
¿Arraigar a los clientes de los bancos, es decir, privarlos de su libertad, por no pagar la tarjeta de crédito o el préstamo de nómina? Este es uno de los contenidos del reformón financiero, aunque no se ha presentado formalmente por las diferencias que hubo en el interior del Pacto por México. ¿Cuál es tu opinión? 1) Creo que con esta ley Peña Nieto está pagando facturas al sector financiero, contestaron mil 237 encuestados. 2) Pienso que seré tratado como delincuente, respondieron 544. 3) Me gusta que traten así a los incumplidos, dijeron 19.
 
Metodología
 
Esta semana participaron en la encuesta mil 875 miembros de El Foro México. Además de emitir su voto, algunos lo acompañaron de su opinión. Enseguida algunos fragmentos; los textos originales pueden verse en el portal.
 
Opiniones
 
A los bancos no les interesa prestar dinero, reciben mucho más con las comisiones y cargos bancarios. Si el gobierno quiere obligar a los bancos a que presten dinero, lo pueden hacer con sólo obligarlos a reducir sus comisiones y la gran cantidad de cargos que hacen a los usuarios.
Jaime Rueda Velázquez/Cancún
¿Cuántas personas sin tener tarjeta ni haberla tenido nunca hemos sido víctimas de hostigamiento por parte de algún cobrador a cualquier hora del día y la noche? Esas personas que llaman no tienen escrúpulos ni entienden que en el domicilio marcado no vive quien buscan; sin tener sustento legal abusan de las atribuciones que ellos mismos se fijan; con esta ley, no se medirán. ¿Quién nos quitará el coraje y el susto mientras uno comprueba que no se debe nada?
Fernando Quiroz Nácar/Distrito Federal
Con estos reformones de EPN todos los mexicanos somos delincuentes; si te quejas y reclamas eres delincuente y provocador. Ahora seremos peligrosos delincuentes si osas no pagar la tarjeta.
Silvia Hernández Luelmo/Distrito Federal
Sencillamente, el arraigo por morosidad en las tarjetas bancarias además de ser una aberración, no procede jurídicamente por no ser una causa penal; en todo caso un banco puede demandar a un moroso, pero en un juicio civil, y si el cliente no paga se le someterá a un embargo de sus bienes para garantizar dicho pago. Así pues, qué pena que una vez más se demuestre que México es un Estado fallido.
César Nicolás Rojas Escobar/Salamanca
Seremos criminales antes que te lo prueben (a menos que seas francés). Sólo en México ocurre. ¿Y qué pasará con los gobernantes que endeudaron a municipios, estados y Federación?, ¿a esos que pidieron prestado al banco dando como garantía las participaciones federales? No, a esos no, por supuesto.
José Luis López González/Puebla
Me imagino que con el arraigo (encerradito) piensan que uno va a poder conseguir dinero para pagarles.
César Olea Lara/Ixtapa
¿Van a arraigar a miles de personas? No veo cómo. Quieren espantar a la gente. Y a los banqueros ladrones darles más armas pera seguir robando.
Marcos David Arenas de La Rosa/Toluca
De prosperar esta iniciativa los deudores de los bancos estaremos aún más desamparados, no es suficiente el acoso que sufrimos día y noche de parte de los despachos para exigir el pago. Estoy de acuerdo que debemos pagar nuestras deudas, pero es excesivo el monto de los intereses que nos cobran, estoy seguro que como en muchos casos, sólo en México las autoridades permiten estas acciones a los dueños del dinero.
Arturo Sánchez Álvarez/Distrito Federal
¿Cómo puede argumentarse que los bancos prestarán más y a menor costo? ¿Se imaginan el costo de aplicar un procedimiento de arraigo a todos los deudores? ¿Cómo piensan instrumentarlo? Es una propuesta fuera de toda lógica. No cabe duda: México es el país donde las paralelas se cruzan.
Patricia Aguilar Albores/Cuernavaca
Pues ya es tiempo que demos una respuesta a esa propuesta, el país tiene muchos tarjetahabientes puesto que se otorgan hasta sin que el cliente las solicite, y no digamos las líneas de crédito, que las incrementan sin preguntar al cliente. ¿Qué les parece si antes de que entre en análisis la propuesta dejamos de usar las tarjetas por una semana o 15 días o un mes?
Bertha Adelina López Arce/Guadalajara
Cualquier ciudadano fácilmente cae en sus garras. Primero ofrecen las tarjetas sin investigar a los usuarios y después quieren cobrarles lo impagable. Me pregunto: arraigado y con riesgo de perder tu empleo, ¿no es más difícil pagarles a los agiotistas?
Adrián Fernández/Distrito Federal
Los usureros solamente le pidieron a los pactistas su apoyo, no que mataran a las gallinas de los huevos de oro: los minideudores de la banca.
Ángel Ortiz Tovar /Chihuahua
Twitter: @galvanochoa
Facebook: @galvanochoa
Dejar hacer, dejar pasar
El pasado jueves, en el contexto de la 76 Convención Bancaria, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, formuló un diagnóstico poco alentador sobre los potenciales riesgos de la coyuntura económica internacional: señaló que la normalización monetaria de las economías desarrolladas podría derivar en una reasignación masiva de inversiones a nivel global, lo que en el caso de México se traduciría en una salida súbita de los capitales que en meses y años recientes se han beneficiado de las condiciones especu­lativas favorables –y de los nulos gravámenes a las ganancias obtenidas por esa vía– en nuestro país. Ayer, sin embargo, el funcionario rechazó la necesidad de adoptar controles para regular las inversiones foráneas en los mercados financieros y sostuvo que la política de la institución a su cargo ha sido la de dejar al máximo posible que los ajustes se lleven a través del mercado. En suma, el banco central exhorta a confiar en la autorregulación de la economía, enuncia una renovada profesión de fe en la mano invisible del mercado y emite una confesión de incompetencia, falta de voluntad política o ambas cosas en voz de su titular.
 
Un ejemplo similar del alineamiento de las autoridades económicas del país a los desacreditados postulados neoliberales lo dio ayer mismo el titular de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray: éste, tras minimizar el riesgo advertido por Carstens, rechazó la aplicación de medidas gubernamentales para fomentar un incremento en el crédito a las empresas, pese a que diversos especialistas y autoridades en la materia han señalado que la oferta en dicho rubro se mantiene muy por debajo de las necesidades del país.

La resistencia de las autoridades hacendarias y del banco central a que el Estado cumpla en forma más activa con el mandato constitucional de erigirse en rector de la actividad económica nacional contrasta con la circunstancia de privilegio que viven los inversionistas especulativos y las instituciones bancarias en México. En el primer caso, la falta de mecanismos de control a los llamados capitales golondrinos es inaceptable no sólo ante la perspectiva de un riesgo coyuntural en la economía planetaria: la aportación de esos capitales a la economía nacional es ínfimo, en la medida en que su llegada no se traduce en actividades productivas; el beneficio que obtienen aquí suele ser mayor al que recibirían en otras naciones y su salida súbita y masiva de los mercados financieros nacionales suele derivar en desequilibrios y afectaciones diversas a la economía real. Tales condiciones hacen aconsejable y necesaria la aplicación de mecanismos que incentiven las inversiones en actividades productivas por sobre las especulativas, como el establecimiento de tasas impositivas a estas últimas.
 
Una premisa fundamental para hacer frente a los riesgos económicos y evitar debacles como las sufridas en años recientes consiste en abandonar los paradigmas de un mercado libérrimo que se regula a sí mismo. En realidad, como se ha demostrado en cada crisis cíclica, y hasta en tiempos de normalidad económica, son los capitales más poderosos los que regulan el mercado, y no se caracterizan precisamente por su transparencia ni por su respeto a las leyes nacionales. De hecho, buena parte de las grandes fortunas planetarias no están basadas en el talento productivo, sino en la especu­lación más agresiva y en la competencia más depredadora. En tal circunstancia, es claro que para empezar a contrarrestar los desequilibrios y la fragilidad que padece la economía mundial es necesario introducir en ella elementos de racionalidad, contención y control que no pueden provenir más que del Estado, y abandonar el viejo mantra neoliberal de dejar hacer y dejar pasar.
 
Remember Atenco y elecciones-Fisgón
Palabras de un maestro guerrerense al Ejecutivo
Miriam Sánchez Hernández *
¡Ojalá, señor, que pudiésemos revisar todos los actos del Ejecutivo para aprobarlos o reprobarlos! Estoy seguro de que se remediaría mucho y que marcharíamos mejor. En mi humilde opinión, no siempre el Ejecutivo ha hecho buen uso de las facultades con las que se hallaba investido, y bastantes veces ese poder discrecional ha sido en sus manos lo que una espada en las manos de un loco.
 
Estas son las palabras que un maestro guerrerense dirige al gobierno y, aunque no son recientes, tienen vigencia hoy como hace más de 150 años. Este maestro, de origen indígena, nació en Tixtla, Guerrero, promotor del normalismo y maestro normalista, hizo este discurso sobre la Revisión de los actos del Ejecutivo el 27 de julio de 1861, cuando el titular del mismo era nada menos que Benito Juárez. El indígena que se dirige así ante el Congreso es Ignacio Manuel Altamirano.

Este libre pensador está detrás del movimiento de los maestros de Guerrero ante la reforma a los artículos tercero y 73 de la Constitución que emprendió Enrique Peña Nieto. Es el asesor de cabecera, por eso los maestros guerrerenses, desde hace varios años, mucho antes de la llamada reforma educativa, desarrollaron una propuesta pedagógica para mejorar la educación en su estado, a la que han nombrado Escuela Guerrerense Altamiranista.

Como él dice, ojalá que pudiésemos evaluar todos los actos del Ejecutivo, pero no sólo de éste, sino también del Poder Legislativo y el Judicial que aprueban una reforma sin conocerla y sin estudiarla. Particularmente hoy, cuyos intereses son imponer los principios neoliberales a la educación con el subterfugio de la evaluación.

La propuesta de la Escuela Guerrerense Altamirantista considera la preparación de los maestros en función de la persona que se desea formar, una nueva currícula inspirada en pedagogías que desarrollan al niño y propician su formación y su aprendizaje como ser humano, como ciudadano; la vinculación escuela-comunidad, mediante proyectos escolares y proyectos productivos. Contempla un apartado de evaluación del aprendizaje con carácter procesual, demostrativo, horizontal, con la participación de todos los actores, y se apoyan en ella para tomar decisiones de manera colectiva.
 
Sus objetivos son: Poner al ser humano como eje central en la educación, para el desarrollo y la transformación de su realidad.
 
Potenciar la organización y la participación de los pueblos en una nueva forma de vida y trabajo con una visión social sustentable.
 
Una educación que rescate la economía solidaria y la formación integral, para enfrentar y transformar la realidad.
 
Que forme en la práctica de los valores de: democracia, solidaridad, dignidad, convivencia multicultural, garantizando el desarrollo pleno de los sujetos históricos.
 
El ejercicio de la democracia a partir de suprimir la exclusión e impulsar la participación, el análisis reflexivo, crítico en colectivo, que propicie la discusión y la generación de propuestas alternativas, para el desarrollo de la comunidad.
 
Como se puede observar, no hay negativa de los maestros hacia la evaluación y la formación. Antes bien, tienen propuestas que han venido elaborando desde hace tiempo y con apoyo en especialistas en educación, mismas que no se han dignado el Presidente del país y los congresos de los estados a conocer y mucho menos a discutir.
 
Queda aquí la invitación de Ignacio Manuel Altamirano, para que el Ejecutivo, que está tan preocupado por la evaluación de los educadores, someta a evaluación de la sociedad sus propios actos y escuche las propuestas que ésta le hace, hoy a través de los maestros.
 
Y como dice Altamirano, si el gobierno ha obrado bien, su conducta merecerá nuestra aprobación. Si al contrario, la reprobaremos; pero esto no será un divorcio, sino un voto de censura, y censura saludable.
 
* Coordinadora del Programa Galatea de la UACM y miembro de la coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública: México, Estados Unidos y Canadá

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