El fallo, “mentiroso y anticonstitucional”
Ricardo Monreal, coordinador de campaña de AMLO.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La resolución del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) de validar la elección presidencial y
reconocer el triunfo del priista Enrique Peña Nieto deja en la izquierda y
algunos sectores, en particular los jóvenes, una sensación de déjà vu, de ya
haber vivido ese episodio.
El fallo del pasado 30 de agosto es similar al de
2006. Los magistrados desecharon las impugnaciones presentadas por los partidos
del Movimiento Progresista que impulsaron a Andrés Manuel López Obrador, quien
por segunda ocasión sufre un revés del máximo órgano electoral.
La mañana del 31 de agosto, conocida ya la posición de los magistrados, López
Obrador organizó una conferencia de prensa en la que acusó al PAN y al
presidente Felipe Calderón de ser cómplices del “atraco a la democracia” por
solapar la millonaria y masiva compra del voto orquestada por los priistas antes
y durante el proceso electoral que culminó el 1 de julio pasado.
A su vez, Ricardo Monreal Ávila, quien coordinó la campaña de López Obrador,
considera que el fallo del tribunal es “mentiroso, parcial y
anticonstitucional”. La decisión de los magistrados de declarar “infundado” el
juicio de inconformidad de la elección presidencial promovido por la coalición
Movimiento Progresista se hizo “de un plumazo”, dice a Proceso.
Monreal, quien ahora es diputado federal, insiste: la decisión del TEPJF no
tiene fundamento, y critica a los magistrados porque declararon infundados los
argumentos del movimiento respecto de la propaganda encubierta, la inequidad en
los medios y la cobertura sesgada, a pesar de que el expediente que analizaron
incluía copias de convenios y contratos, entre ellos el de Alejandro Íñiguez, de
Televisa.
Añade que el movimiento también exhibió facturas del conglomerado de Emilio
Azcárraga Jean, además de información que se difundió ampliamente en medios
extranjeros y en diversos reportes, entre ellos los monitoreos del IFE. Sobre la
propaganda encubierta en la revista Quién, los magistrados simplemente dijeron
que era “la línea editorial de la revista”.
En lo concerniente a la manipulación de las encuestas, Monreal se dice dolido
porque el máximo órgano electoral consideró “insuficiente” la documentación,
pese a que Ciro Gómez Leyva, conductor de noticias y colaborador de Milenio
Diario, admitió los sesgos en que incurrió su encuestadora GEA-ISA, por lo cual
“renunció” a realizar este tipo de ejercicios en el futuro.
Señala que los integrantes del TEPJF desestimaron el caso Monexgate y el de
las tarjetas Soriana y otros siete plásticos de prepago usados para la compra
del voto; esa indagatoria, afirma, debió realizarla el IFE, pero no lo hizo.
“Es tal su cinismo sobre el rebase de topes de gastos de campaña que, según
ellos, se está haciendo una valoración prematura… La investigación está
inconclusa, y aun así se atreven a emitir una sentencia.”
Dice que aunque los magistrados reconocieron que la investigación sobre las
aportaciones mercantiles a favor de Peña Nieto sigue abierta, juzgaron que las
pruebas eran insuficientes para comprobar la compra de votos y las
desecharon.
Ya se veía venir
Falta de libertad y de autenticidad fue el enunciado que se repitió en 2006 y
en los comicios presidenciales del 1 de julio pasado. En aquella ocasión López
Obrador denunció el fraude cometido por el PAN en complicidad con el PRI; hoy
los papeles se invirtieron: el priista Peña Nieto se reunió el 18 de julio en
Los Pinos con Calderón, antes de que el tribunal emitiera su dictamen.
El viernes 31 de agosto López Obrador llamó a la “desobediencia civil
pacífica” y convocó a una asamblea en el Zócalo capitalino para el domingo 9 a
las 11 de la mañana. El propósito: definir la estrategia inmediata.
A diferencia de 2006, cuando expresó “¡al diablo con las instituciones!”,
esta vez aclaró: “Es cierto que debemos respetar a las instituciones, pero en
buena medida el problema de México radica en que las instituciones están
secuestradas por la delincuencia de cuello blanco.
“Ojalá se entienda que, así como ellos defienden por todos los medios al
régimen de corrupción, nosotros estamos sinceramente empeñados en abolirlo… Por
eso, aunque nos sigan atacando, acusándonos de malos perdedores, de locos,
mesiánicos, necios, enfermos de poder y otras lindezas, preferimos esos insultos
a convalidar o formar parte de un régimen injusto, corrupto y de complicidades
que está destruyendo a México.”
López Obrador recalcó que seguirá actuando “con responsabilidad y por la vía
pacífica, sin dar motivo para que los violentos nos acusen de violentos. No
claudicaremos –remarcó–. El destino de México no tiene precio”.
Desde la semana antepasada, Ricardo Monreal, asesor legal de la coalición
Movimiento Progresista para el juicio de invalidez de la elección, comentó que
los magistrados del TEPJF validarían la elección presidencial, pues los
consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) “no vieron ni escucharon” las
pruebas ni los argumentos de la izquierda.
Poco antes, el representante del PRD ante el IFE, Camerino Eleazar Márquez,
repasó en entrevista con Proceso la ruta de los 359 recursos de impugnación del
Movimiento Progresista ante las autoridades electorales.
Dijo que éstas habían adoptado una actitud “encubridora del PRI” y adelantó
que si el IFE se negaba a investigar a los priistas, el TEPJF validaría la
elección sin ofrecer certeza sobre los gastos desmedidos en la campaña del PRI,
la promoción ilegal de la candidatura de Peña Nieto en Televisa desde 2005
–documentada en este semanario por Jenaro Villamil–, la triangulación de fondos
de procedencia dudosa y la compra masiva del voto (Proceso 1869).
En la entrevista con Proceso, Monreal expone: “La democracia está pervertida.
Hay luto en el país porque todo parece indicar que habrán de asestarle un golpe
a la democracia, que no les importa nada. Todos están alineados con el poder y
lo más grave es que consumaron la imposición y hay una gran indignación”.
Más aún, sostiene que el panista Felipe Calderón “negoció su impunidad con el
PRI y llevó al país al colapso, que queda hecho un tiradero, con violencia
teñida de sangre, con inflación, precios altos en los productos, desempleo,
impunidad, corrupción, complicidad”.
La mañana del 30 de agosto, como último recurso para demostrar que la
presidencial fue una “elección comprada” por los priistas, Monreal presentó en
la Procuraduría General de la República (PGR) una denuncia de hechos contra el
gobernador del Banco de México, Agustín Carstens; funcionarios de Scotiabank, y
el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, por presunta falsificación de
documentos financieros, probable peculado y lavado de dinero, delincuencia
organizada y lo que resulte.
“Ahora es el gobierno y los actos de los magistrados los que están provocando
este conflicto social”, comenta a la reportera.
Replegarse o morir
El mismo 30 de agosto, los dirigentes del PRD, Jesús Zambrano; Movimiento
Ciudadano (MC), Luis Walton, y el representante del PT, Ricardo Cantú,
anunciaron en la Cámara de Diputados la creación de una bancada única denominada
Frente Legislativo Progresista para hacer valer que por segundo sexenio
consecutivo son la segunda fuerza política en el país.
En 2006 los tres partidos se dividieron a raíz del plantón de López Obrador y
el PRD en Reforma. Este partido, que ese año se convirtió en la segunda fuerza
electoral, cayó a tercera en 2009. Pagó cara su división interna (Proceso
1705).
En esta ocasión, de manera insólita, a instancias del PRD los tres partidos y
sus coordinadores legislativos firmaron el “Acuerdo de conformación del Frente
Legislativo Progresista, por los grupos parlamentarios de las Cámaras de
Diputados y de Senadores, de los partidos de la Revolución Democrática, del
Trabajo y Movimiento Ciudadano”. El propósito, dijeron, es impulsar una agenda
legislativa común, actuar como una sola fuerza, con base en un acuerdo político
y la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
Silvano Aureoles, coordinador del grupo parlamentario del PRD en San Lázaro,
indicó que su partido impulsará iniciativas acordes a nueve ejes fundamentales
de la agenda de la coalición que encabeza López Obrador. “Actuaremos –dijo– como
un solo bloque para la defensa y obtención de posiciones en los órganos
legislativos de gobierno, administrativos, y de dictamen.”
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