El Prian ha decidido aprobar el plan de Calderón y traicionar a los trabajadores: Monreal
PRI, AN y PRD ofrecen empujar la reforma laboral, dice el CCE
Se debe insistir en más transparencia sindical: Beltrones
Difícil, sacarla en 15 días: Aureoles
El coordinador de la bancada del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el diputado Manuel Añorve conversan con el líder panista Luis Alberto Villarreal, en la sesión del pasado jueves en San LázaroFoto Cristina Rodríguez
Roberto Garduño y Susana González
Periódico La Jornada
Sábado 15 de septiembre de 2012, p. 5
Sábado 15 de septiembre de 2012, p. 5
Diputados de PRI, PAN y PRD se reunieron ayer con la dirigencia del del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para discutir el proyecto de reforma laboral del presidente Felipe Calderón.
Mientras, en San Lázaro, el dirigente de la bancada de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, denunció que hay un acuerdo tácito entre priístas y panistas para aprobar esa iniciativa preferente el próximo día 27,
con los matices que les permitan lavarse la cara frente a los trabajadores que votaron por ellos.
Luego del encuentro con los legisladores, el dirigente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, comentó que se lleva el compromiso de los tres partidos de que
van a empujar un acuerdo para sacar la reforma laboral.
Por separado, el líder de los diputados priístas, Manlio Fabio Beltrones, dijo que el proceso de dictamen de esa iniciativa preferente del Ejecutivo federal concluirá a finales de mes, y que aprobarán una legislación que no afectará conquistas de los trabajadores, pero propiciará la productividad. Reveló que el presidente electo, Enrique Peña Nieto, está de acuerdo con ello.
En tanto, el coordinador del PRD, Silvano Aureoles, no fue tan optimista; luego de la reunión con los empresarios comentó que es difícil aprobar una reforma laboral en los 15 días que restan, y “no por oposición per se, sino por los plazos, ya que cada apartado requiere mucha discusión y análisis”.
Recalcó que el trabajo es arduo, ya que implicará la revisión de casi 500 iniciativas que se encuentran en los archivos de la Cámara en materia laboral.
En conferencia de prensa en San Lázaro, Monreal sostuvo:
pareciera ser un acto consumado, porque “el Prian ha decidido avalar esa reforma sin importar que traicionarán el compromiso de campaña hecho frente a millones de electores para respaldar, resguardar y proteger las conquistas laborales, que han costado sangre a la clase trabajadora del pueblo de México.
Vamos a acompañar a los trabajadores que así lo decidan, a no permitir que se consume una puñalada trapera de Calderón y del PRI contra la clase trabajadora, recalcó Monreal, quien reiteró que su bancada decidió rechazar la iniciativa y lamentó que
algunos políticos se muestren tan ingenuos, incluso líderes obreros del PRI que saben que van al matadero y todavía les aplauden a sus victimarios.
En entrevista radiofónica, Beltrones reiteró que el grupo parlamentario del PRI está decidido a alcanzar un acuerdo para la reforma laboral.
Lo he platicado con mis compañeros. Todos nos reunimos con el presidente electo, Enrique Peña Nieto, quien también está en esa frecuencia; él insistió en que debemos alcanzar un acuerdo y nosotros estamos trabajando a favor de él.
A la pregunta de si Carlos Aceves del Olmo, presidente de la comisión especial de San Lázaro que revisa el proyecto laboral, no representaría un freno a la reforma, Beltrones afirmó que “se trata de un líder obrero que está insistiendo en que se garanticen los derechos alcanzados de los trabajadores; entiende el factor de la competitividad y la modernidad, pero está muy atento a hacer que se respeten los derechos de los trabajadores.
Sobre todo, pensando que en los últimos ocho a 10 años, salvaguardando esos derechos, no hemos puesto en riesgo la paz y la tranquilidad laboral. No recordamos más de 20 huelgas, y de éstas, no creo que hayan durado ni dos o tres días, a excepción de una, que es la de la mina de Cananea”.
Agregó que se debe insistir en dar más transparencia y autonomía a la vida sindical,
pero respetando la parte de los derechos ganados, y adicionalmente salvaguardados por la Constitución o por los tratados que hemos firmado.
Antes de que se inicie la revisión de la iniciativa en la comisión especial del trabajo, encargada de elaborar el dictamen final, los grupos parlamentarios de PRI, PAN y PRD continúan reuniéndose en privado con los distintos actores del sector laboral.
Ayer acudieron al Club de Industriales para entrevistarse con la cúpula del CCE, el coordinador perredista Aureoles y los vicecoordinadores de PRI, PAN y PRD, Héctor Gutiérrez de la Garza, Ricardo Anaya y Miguel Alonso Raya, respectivamente.
Fue una reunión a puerta cerrada, y al término de ésta Gerardo Gutiérrez Candiani dijo que encontraron disposición de los diputados de las tres principales fuerzas políticas para sacar la reforma:
Les pedimos que no pase lo de siempre; hay muy buena voluntad y al final los resultados son muy escasos, acotó.
Dijo que se debe avanzar sobre las coincidencias ya construidas a lo largo de muchos años de discusión en el tema y se abstuvo de opinar sobre la oposición de los sindicatos y el anuncio que hicieron de hacer un frente común contra la iniciativa.
Jorge Dávila, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), se mostró escéptico:
hasta no ver no creer, dijo, y recordó que en el Congreso siempre
ha habido buenas iniciativas, pero muy malos resultados.
Silvano Aureoles comentó que encontró a los empresarios
sensiblesen torno a respetar los derechos laborales, y no notó
cerrazón o una postura duraal respecto, pero advirtió que se deben respetar las conquistas laborales plasmadas en el artículo 123 constitucional.
Los empresarios no sólo deben pensar en las ganancias y el crecimiento de sus negocios, sino en el capital humano, comentó.
A su vez, el ahora diputado panista Mario Sánchez Ruiz, ex dirigente del CCE, sostuvo que hay muchas coincidencias entre las fracciones parlamentarias.
Veo condiciones muy favorables y muchísimas posibilidades para que se dé en este mes de septiembre; no quiero decir que va a ser tal cual. Si el PRI no tuviera interés simplemente la habría desechado, y hay que negociar la parte referente a los sindicatos, señaló.
Por la soberanía nacional con los trabajadores
Pablo González Casanova*
En la crisis que vivimos se hace cada vez más necesario asociarse para defender los derechos de los trabajadores, de los campesinos, de los pueblos indios, de los empleados y, sobre todo, de las juventudes. Es necesario unirse en torno a un proyecto de lucha por la soberanía nacional, por los recursos nacionales y por los derechos sociales, culturales, políticos y económicos que los gobiernos neoliberales les han ido conculcado y que pretenden seguirles arrebatando, con un partido de Estado disfrazado de varios partidos con distintos nombres y la misma política de recolonización de México.
Estamos por sufrir un nuevo despojo del petróleo, que todavía es fuente de una proporción muy alta de los ingresos fiscales y que era el más preciado patrimonio nacional.
Estamos aumentando cada vez más la inmensa deuda pública, que un día nos van a cobrar los shylocks trasnacionales en condiciones peores que las de España, Italia o Grecia.
Nos seguimos endeudando, tanto en forma rápida y furiosa como lenta y calmada, pero abiertamente impune, todo para comprar armas y mercancías que, lejos de servir a la producción y el desarrollo, inflaman la destrucción y el genocidio nacional, y se usan para pagar las importaciones de maíz y petróleo, antes símbolo y fuerza de nuestra soberanía alimentaria y energética, y garantía, con el Ejército, de la seguridad nacional.
Estamos asignando cada vez menos recursos a la educación y a la investigación científica y humanística, como si el proyecto fuera hacer de México y de su juventud y su niñez un país tan miserable como los más miserables de la Tierra, fuente de explotación de una fuerza de trabajo descalificada, base de dominación de un país de hombres y mujeres perdidos en la ignorancia y en el basurero de desechos de la industria del norte.
Estamos viviendo la crisis de un sistema político y de una clase política que entre la ceguera, el oportunismo y la corrupción priva más y más a los ciudadanos, a los trabajadores y a los pueblos de México de los recursos legales necesarios para luchar y negociar. Y que ahora nos anuncia nuevas medidas por las que pretende privatizar y desnacionalizar aún más la riqueza del petróleo y arrebatar a los trabajadores los derechos que lograron tras una revolución en la que dieron la vida más de un millón de hombres y mujeres, de jóvenes, de niñas y de niños.
Y mientras esto ocurre, la desregulación de los trabajadores se da sin cesar, la depauperación de los campesinos hace que millones padezcan sed y hambre, y es creciente el asedio a los pueblos indios, en especial a los zapatistas, que tratan de construir uno de los proyectos autosostenibles más avanzados y democráticos de la tierra.
Al mismo tiempo las corporaciones mineras y agroindustriales despojan a los habitantes de sus territorios y recursos, empleando cuanto medio es necesario, incluido el terror que por todas partes siembran junto con el megacomercio del narco y con el lavado de dinero de la gran banca de Georgia, de las Islas Caimán y de Wall Street.
Salir de los infiernos que las corporaciones construyen y en los que muchos centroamericanos y mexicanos viven resulta cada vez más difícil, pues a la gran muralla que el gobierno estadunidense levantó para impedir un peligro por sus estrategas previsto, se añaden las matanzas y desapariciones colectivas de braceros mexicanos y centroamericanos que no alcanzan a llegar con vida a la frontera.
Muchos de estos y otros males afectan al conjunto de la nación. Corresponden a algo más que un
modelo de desarrollo: son resultado de la política neoliberal y globalizadora de las corporaciones y complejos que dominan el mundo, encabezados por Washington y Wall Street, hechos innegables y ampliamente comprobados, que están haciendo víctimas crecientes hasta en su propio país.
Reconocer la inaceptable realidad en que vivimos, y cobrar conciencia de lo que signfica para nosotros y para nuestros descendientes el futuro que les preparan, es tan necesario como formular un programa mínimo de defensa de los derechos de los trabajadores, de los pueblos, y de los ciudadanos que, uniéndose en torno a la lucha por recuperar y consolidar la soberanía nacional, fortalezca al estado de derecho e impida la criminalizacion de los trabajadores, de los ciudadanos y de los pueblos que defienden sus legítimos derechos y su libertad.
Una nueva lucha por la independencia, una nueva lucha por la democracia real de un pueblo en verdad soberano, tiene que articular a los trabajadores industriales, agrícolas y de servicios, a los hombres, mujeres, niños y niñas, a los asalariados y no asalariados, regulados y desregulados, precarios, excluidos, desplazados. Tiene que articularlos a todos ellos y proponerse practicar la comunicación, la información, el diálogo y la acción concertada en una organización que junte las redes de los colectivos presenciales y a distancia, y que abarque al conjunto de la nación, vinculando a sus habitantes con los de América Latina y con los del mundo para la lucha por la vida y la libertad. Esa gran organización tendrá que cultivar una vigorosa moral de lucha y de solidaridad, y una voluntad colectiva a la que caracterice la lucidez y la firmeza para defender y decidir el futuro del México y del mundo que queremos, y que podemos hacer… ¡que haremos! ¡y que sin duda ustedes harán!
* Mensaje leído en la sexta Conferencia Sindical Nacional
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