Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 18 de septiembre de 2012

India: Crimen de mexicana bajo sospecha

India: Crimen de mexicana bajo sospecha


Cécile Denise Acosta Reynaud, la mexicana asesinada en la India. Foto: Especial
Cécile Denise Acosta Reynaud, la mexicana asesinada en la India.
Foto: Especial
MÉXICO, D.F. (apro).- El caso del asesinato en la India de la mexicana Cécile Denise Acosta Reynaud –presuntamente cometido por su expareja sentimental– presenta varias “sospechosas” irregularidades, sostiene Cécile Reynaud, madre de la víctima.
El cuerpo de Denise, de 36 años y estudiante de danza en una universidad india, fue encontrado por un habitante de un lugar cercano a la ciudad de Madurai, el pasado 11 de abril, de acuerdo con el reportaje de la revista Gatopardo, “Muerte en la India”.
Su antigua pareja sentimental, el ciudadano mexicano Martín Manrique Mansour, quien se encontraba haciendo un posdoctorado en matemáticas en aquel país, y vivía precisamente en Madurai, confesó haberla asesinado al término de una discusión sobre la custodia de la hija de ambos, de cinco años.
Manrique fue encarcelado durante tres meses en la prisión de Chennai, en la provincia de Tamil Nadu, pero salió libre el 24 de julio.
Reynaud dice en entrevista con Apro que le es sospechosa la libertad bajo fianza que obtuvo el presunto homicida. La excusa para la liberación de Manrique fue la ausencia de una acusación formal y la falta de “hoja de cargos”.
“Dejamos pasar nuestra mayor oportunidad por confiar en la aplicación justa de las leyes”, dice Cécile Reynaud.
Manrique habría aprovechado el hecho de que, al parecer, en la India un presunto criminal confeso puede quedar libre bajo fianza después de tres meses de no existir acusación formal en su contra.
Además, existen otras irregularidades que podrían afectar un futuro proceso penal. La familia de Cécile Denise recibió el 6 de agosto, casi cuatro meses después del crimen, una copia del certificado post mórtem 881/12, levantado en Madurai por la Oficina del Distrito de Policía.
El texto establece que la joven murió el 11 de abril y no el 9 de ese mes, como el inspector de policía, Sethumanimathadam, se los había hecho saber personalmente a los familiares de la víctima.
“Es un error: ella iba a estar del día 4 al 9 (de ese mes) en casa de Martín. Ese día se llevaría a su hija de vacaciones por diez días a Cheruthuruty”, dice Reynaud.
“El inspector nos explicó allá que el homicidio se cometió el día 9, fecha que es coherente con el caso, ya que para el día 11 ella hubiera ya salido de Kalasalingam”.
Recibió además un documento sobre las causas de la muerte firmado por el doctor K. Rajavelu, quien no aclara los motivos del deceso. “No hay una opinión definitiva, debido a que el cuerpo está en descomposición”, fue la excusa.
Reynaud relata que viajó a la India con sus dos hijos, Louis Denis e Yves Michel, para esclarecer las causas de la muerte de su hija.
Junto con el abogado de la familia y Vladimir Vázquez, funcionario de la embajada mexicana en la India, sostuvieron una reunión con las autoridades de la policía.
Un oficial les informó sobre el estado del cuerpo de Cécile: fracturas craneales, fractura de tráquea, lesión de la aorta y otras heridas producidas con un objeto punzocortante. Posteriormente, sus abogados reportaron también una incisión en la pierna.
“Todos estos datos deben incluirse en la autopsia, que el gobierno indio no entrega todavía”, dice Reynaud
La familia ha recibido sólo copias del análisis de ADN (el cual resultó positivo), copias del estudio de superposición de fotografías craneales (también con resultados positivos), así como la copia del acta de defunción y el certificado post mórtem, con los mencionados errores.
En una entrevista con Gatopardo, P. Kumaresan, abogado de Manrique, se jactó de que podría desmentir las pruebas y aprovechar los errores de la policía para obtener la excarcelación de su cliente.
Estas declaraciones, la liberación de Manrique y la imprecisión en los datos del expediente, le parecen a Reynaud “indicadores sospechosos” que, casualmente, favorecen al acusado.
Incluso, la madre de la víctima ha llegado a sospechar que todo esto habría sido un plan premeditado de Manrique para asesinar a Cécile en un país lejano y, posteriormente, separar a su nieta, de nombre Adela, de la familia materna.
Y es que la relación entre Cécile y Manrique estuvo plagada de conflictos, algunos de ellos violentos.
El 16 de mayo de 2011, Cécile y Manrique llegaron a un acuerdo sobre la custodia de la niña. Tres meses antes, febrero de ese año, Cécile había presentado una demanda por maltrato en contra de Manrique, la cual se encuentra extraviada.
Reynaud dice que desde el 2004, Cécile sufrió maltrato físico y psicológico de parte de Martín. Sostiene que durante ese tiempo recibió patadas y golpes y que en dos ocasiones estuvo a punto de morir intoxicada, aunque no sabe la causa.
Refiere que en noviembre del 2010, Manrique aventó a Cécile por las escaleras de su casa. Posteriormente, Manrique se fue a Polonia y luego a la India. Cécile fue también a ambos países con el propósito de estar con su hija.
Reynaud hace notar un hecho: en la India, Manrique registró con sus apellidos a la pequeña Adela.
“Adela Manrique Mansour”, dice un documento del Registro de Extranjeros, el 1939-PRT I, II y IV. Fue “como queriendo borrar a mi hija del mapa, deshacerse de ella”, dice Reynaud. “La tercera fue la vencida”.
La familia Acosta Reynaud contrató a una abogada de la India, que se sumó al trabajo de sus otros defensores. Todos ellos están relacionados con causas de derechos humanos.
Esta abogada recibirá el apoyo del Estado mexicano, de acuerdo con Reynaud. También se les asignó ya un fiscal, pero no tienen su nombre.
“La liberación de un confeso no es accidental”, finaliza Reynaud. “Queremos un juicio justo, que se lleve a cabo con prisión preventiva. Si no, sería un proceso de burla. Esta muerte no se puede dignificar así, ni sería justo para mi nieta”, denuncia.

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