Suecia: Ofensiva contra el ciberactivismo
Simpatizantes de Assange protestan en la embajada de
Ecuador en Londres.
Foto: AP
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BRUSELAS (apro).- El gobierno de Suecia continúa su ofensiva contra íconos
del ciberactivismo internacional: a la solicitud de extradición del creador de
Wikileaks, Julian Assange, se sumaron, el 31 de agosto pasado, el arresto en
Camboya de Gottfrid Svartholm y la anulación del pasaporte de Fredrik Neij,
ambos fundadores del sitio de intercambio libre de archivos por Internet Pirate
Bay.
Svartholm, conocido en el mundo virtual como Anakata, fue detenido en su
departamento de la capital de Camboya, Nom Pen, donde reside desde hace cuatro
años.
El portavoz de la policía de ese país asiático, Kirth Chantharith, declaró
a la agencia francesa AFP que el joven sueco había sido detenido “por una
infracción relativa a la tecnología informática” y por petición del gobierno de
Estocolmo, que pide su captura.
Camboya anunció que había aceptado extraditar a Svartholm después de una
reunión entre el jefe de la policía nacional, Sok Pahl, y enviados del gobierno
sueco, según reportó el Nom Pen Post el 4 de septiembre.
Coincidentemente, al día siguiente el gobierno camboyano anunció el
“fortalecimiento de los vínculos bilaterales con Suecia” con la firma de un
acuerdo de ayuda financiera por un valor de 59.4 millones de dólares para el
desarrollo democrático y educativo del país.
Svartholm es un personaje que admiran muchos internautas por haber osado
tocar los intereses de Hollywood.
A principios de 2003, mientras hacía unas prácticas en una empresa de la
Ciudad de México, el genio de la informática, con apenas 18 años, creó los
programas de base del sistema que más tarde convertiría a Pirate Bay en el sitio
de intercambios más recurrido del mundo (Proceso 1559).
El joven sueco regresó a Suecia a fundar Pirate Bay, ya que, entre otras
razones, la calidad del servicio de Internet que desde entonces había en México
le impedía proseguir con el proyecto.
“¡Es lentísimo!”, se quejaba.
Juicio a modo
Pirate Bay se posicionó como un símbolo de libertad en Internet y de
resistencia a la dominación de los corporativos en la cultura contemporánea.
Sometido a una enorme presión de la industria estadunidense del
entretenimiento, el 31 de enero de 2008 el gobierno sueco decidió perseguir a
los fundadores del sitio: además de Svartholm, a Fredrik Neij, Peter Sunde y
Carl Lundström.
Luego de un juicio que causó mucha polémica en Suecia, el 16 de abril de
2009 la Corte del distrito de Estocolmo los declaró culpables de “promover que
otras personas violen las leyes del derecho de autor”. Cada uno fue sentenciado
a un año de prisión y a un pago conjunto de dos millones y medio de euros por
daños e intereses a favor de las discográficas, las compañías cinematográficas y
las empresas de videojuegos denunciantes.
Los condenados apelaron el fallo y exigieron la revisión del proceso, luego
de que la radio pública sueca revelara que uno de los jueces del caso, Tomas
Norström, era miembro de la Asociación Sueca para la Protección de la Propiedad
Intelectual y de la Asociación Sueca del Derecho de Autor.
A esta última también pertenecían los abogados de la parte acusadora, Henrik
Pontén, Peter Danowsky y Monique Wadsted, quienes habían representado durante el
juicio a la industria del disco y el cine.
Pero la Corte de Apelaciones desechó la solicitud de anulación dos meses
después.
Posteriormente, el 26 de noviembre de 2010, esa misma Corte redujo las
penas de prisión a Neij, Sunde y Lundström (de cuatro a ocho meses de cárcel),
aunque aumentó el monto de indemnización a cinco millones de euros.
Svartholm, sumamente enfermo, no se presentó a las audiencias durante el
proceso de apelación; nada se sabía de él desde que se había mudado a Camboya
hace cuatro años.
Durante ese lapso de tiempo, en octubre de 2009 la justicia de su país le
prohibió participar de cualquier forma en el manejo de Pirate Bay, y dos años
más tarde, en octubre de 2011, ordenó que fuera encarcelado por no haber
asistido al proceso de apelación, a pesar de que Svartholm envió certificados
médicos que justificaban su ausencia. Su condena: un año de prisión y el pago de
aproximadamente un millón de euros.
Svartholm tenía que haber ingresado a prisión el pasado 2 de enero.
El caso Neij
El gobierno sueco también decidió tomar acciones contra Fredrik Neij, otro
fundador de Pirate Bay autoexiliado en Asia.
Conocido con el alias de TiAMO en el ciberespacio, Neij, actualmente de 34
años, solía desafiar a Hollywood en encendidos y divertidos discursos
que pronunciaba durante las manifestaciones de solidaridad con la causa de
Pirate Bay en Estocolmo y otras ciudades suecas.
“¡Pirate Bay está de regreso! Y esta vez disparando sus más grandes
cañones, ¡y en tu cara, Hollywood!”, proclamaba Neij a una multitud de cientos
de jóvenes, días después de que, el 31 de mayo de 2006, media centena de
policías suecos desembarcaron en los locales de Pirate Bay y confiscaron sus
servidores, acción que provocó una fuerte indignación social.
El diario SVT publicó que la Motion Picture Association America, el grupo
de cabildeo de la industria cinematográfica estadunidense, había pedido la
intervención policiaca contra el sitio y había amenazado al gobierno sueco de
que Estados Unidos aplicaría sanciones económicas contra el país, en el marco de
la Organización Mundial de Comercio (OMC), si no tomaba “acciones verdaderamente
necesarias contra Pirate Bay”.
En ese contexto de movilizaciones ciudadanas por el derecho a compartir
libremente productos culturales en Internet, se creó en enero de 2006 el Partido
Pirata Sueco, el origen de los partidos piratas que existen hoy en casi todos
los países occidentales y que luchan por la libertad de información y el respeto
de la vida privada en Internet.
El Partido Pirata Sueco obtuvo en las elecciones generales del 17 de
septiembre de 2006 apenas 0.63% de los votos. Pero conforme continuaron los
ataques oficiales contra el sitio, el porcentaje del partido creció.
Luego del cuestionado proceso contra Neij, Svartholm y los otros fundadores
de Pirate Bay, el Partido Pirata se apuntó un inédito éxito en las votaciones
para el Parlamento Europeo: alcanzó 7.1% de los votos y dos escaños.
En entrevista con Apro, Amelia Andersdötter, quien ocupa uno de esos
escaños, lamentó que Suecia haya implementado políticas digitales anti-piratería
tan duras y poco eficientes sólo por presiones de Estados Unidos, y criticó la
ley sueca en la materia, concebida en 2006.
El presidente del Partido Pirata Sueco, Rick Falkvinge, considera que esa
ley fue escrita por “analfabetas digitales que se comportan como si tuvieran los
ojos vendados”, y los acusa de “no ser conscientes del daño que están
provocando, simplemente porque estas personas carecen de conocimientos
actuales”.
No entienden, dice Falkvinge sobre los autores de dicha ley, cómo Internet
está reconfigurando el corazón de las estructuras del poder.
Poco después de su condena, Neij viajó a Laos, donde ahora vive con su
esposa tailandesa y sus dos hijos pequeños.
El junio pasado, la Corte del distrito de Estocolmo aseguró que él seguía
involucrado en la operación de Pirate Bay –como tampoco podía hacerlo
Svartholm–, así que le impuso una multa de 70 mil 690 dólares.
Neij explicó al sitio TorrentFreak que él se había rehusado a revelar
a quién le había transferido el sitio, como se lo exigía la justicia sueca.
“Ellos (el tribunal sueco) dicen que si no soy yo, entonces puedo decirles
fácilmente quién se está ocupando de operar Pirate Bay”, declaró el 17 de
agosto. Agregó que “le vale” totalmente la sentencia, puesto que no vive en
Suecia y 70 mil dólares no es nada a lado de los casi 11 millones que ya debe a
causa de varios juicios que le han levantado.
Precisó que no piensa saldar la multa, ya que, según comentó, el Estado
sueco le retiraría una gran porción en impuestos y sólo la cantidad
restante contaría como pago, por lo que se le exigiría más dinero.
De hecho, la autoridad fiscal sueca declaró poco después del fallo de hace
tres años que los fundadores de Bahía Pirata –Neij incluido– eran insolventes y
no podrían pagar tales sumas.
Su estancia en Laos había transcurrido sin contratiempos hasta que Neij
tuvo la necesidad de renovar su pasaporte para viajar a la vecina Tailandia, en
donde su mujer dará a luz y es atendida.
Entonces acudió a realizar el trámite a la embajada sueca en la capital
tailandesa, Bangkok. Sorpresivamente, se le informó que su pasaporte había sido
revocado debido a las sanciones pendientes en Suecia.
Neij protestó: argumentó que el crimen por el que fue condenado en su país
no es suficientemente grave para ameritar el retiro de su pasaporte, y advirtió
que las autoridades suecas serían las únicas responsables de la suerte que corra
su familia como consecuencia de tal disposición.
En el acta de apelación de la decisión de la embajada sueca –revelado por
la prensa de ese país nórdico–, Neij explica que sus hijos nacieron en un
hospital tailandés y que ahí siguen recibiendo atención médica, ya que en ese
país los estándares de higiene y cuidado sanitario son mucho más elevados que en
Laos.
Por tal motivo, señala, él y su familia deben cruzar la frontera
frecuentemente para efectuar revisiones médicas y atender el embarazo de su
esposa.
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