Iniciará Peña Nieto su "gobierno" con políticas injustas y retrógradas
En su primera gira como presidente electo, Enrique Peña Nieto afirmó que el primer gran reto de su “gobierno” será combatir eficazmente la pobreza. En la capital de Durango, puntualizó: “Dejemos a un lado, por un ratito, por un momento, lo que nos divide y hace diferentes”. Ciertamente, combatir el flagelo más dramático que padece México es un imperativo insoslayable, pero no será posible hacerlo ni haciendo a un lado por “un ratito” lo que nos hace diferentes a los mexicanos, principalmente la enorme estratificación social que caracteriza al país.
Tal reto será imposible de superar sin afectar intereses de los poderes fácticos, y eso no lo tiene contemplado el abanderado de la oligarquía. De hecho fue impuesto en Los Pinos con la finalidad de mantener intocados los privilegios de las menos de cincuenta familias dueñas de las principales riquezas del país, lo que implica no olvidar ni por un momento “lo que nos divide y hace diferentes”: la distribución de la riqueza. Al contrario, su obligación fundamental al frente del Ejecutivo será tener muy presente tal realidad para fortalecerla y asegurar su permanencia tal como está.
La pobreza irá en aumento los próximos años, más aún si llegaran a concretarse las famosas “reformas estructurales”, particularmente la laboral, que garantizaría una inhumana precarización del trabajo. En la agenda neoliberal del mexiquense no está incluido el combate a la pobreza, así que sería una ingenuidad creerle. Sus discursos demuestran su gusto por la demagogia, lo que en las actuales circunstancias se le puede revertir muy fácilmente, cuando la situación que viven más de dos terceras partes de mexicanos, es de penurias cada vez más dramáticas.
No deja de ser un síntoma muy ilustrativo del rumbo que seguirá su “gobierno”, el que en su equipo de transición no haya incluido a nadie orientado a la educación, a la cultura, la ciencia y la tecnología, error que le fue hecho notar y en Durango trató de corregirlo anunciando que en los próximos días dará a conocer los nombres de quienes se integrarían a su equipo de transición para responsabilizarse de esas áreas. Vemos así claramente que sus compromisos centrales son con la oligarquía y los poderes fácticos, no con la sociedad ni mucho menos con los asalariados, a quienes se tratará por todos los medios de poner de rodillas ante los patrones.
La finalidad de la estrategia que encabezará Peña Nieto es apuntalar un estado de cosas que beneficia enormemente a una reducida minoría, pero sin poner en riesgo el futuro de los grandes intereses involucrados, como podría suceder si empezara a mostrarse titubeante. De ahí que debamos esperar un arranque de su administración fundado en la firmeza de cada acción que deba ponerse en marcha. Por eso mismo es fundamental que las fracciones de izquierda en el Congreso muestren también igual actitud. Si las corrientes progresistas comenzaran con divisiones en su seno, más pronto se abrirían posibilidades para que la derecha que encabezará el “nuevo” PRI avance con más rapidez.
En este contexto, la corrupción jugará un papel decisivo. No habrá dinero para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, pero sí para comprar conciencias y enajenar a la población, fortalecer a grupos de interés muy útiles en momentos en que su falta de escrúpulos es indispensable, como así será en los próximos meses, cuando haya que aprobar iniciativas que apuntalen el Estado canalla que domina las relaciones políticas en la actualidad.
Allí está el ejemplo del Panal, partido que controla Elba Esther Gordillo, un poder real que la oligarquía tiene en gran aprecio, como lo demuestran los extraordinarios privilegios de que disfruta, comenzando por su dirigente vitalicia, quien como comisionada del sindicato devenga la cantidad de 94 mil 194.48 pesos mensuales, mientras un humilde profesor de escuela no llega a diez mil pesos trabajando de sol a sol. Por si no bastara, buena parte de su familia también disfruta de canonjías y prebendas a cuenta del sindicato magisterial.
Con los dos gobiernos panistas la pobreza aumentó de manera considerable, motivo por el que el combate al fenómeno es fundamental. Pero no será fácil lograrlo mediante las políticas injustas y retrógradas que habrá de seguir Peña Nieto, al costo que se tenga que pagar. Reducir el flagelo será factible sólo si hay cambios de fondo en la estrategia de gobierno, lo que bien sabemos no será posible, menos aún si las corrientes progresistas en el Congreso y en la sociedad empiezan a mostrar gusto por “negociar” en lo oscurito, por mostrarse “modernas” y pragmáticas, como Rosario Robles.
Guillermo Fabela - Opinión EMET
Se sacó la rifa de la selva entera y Peña no es Tarzán
La diabética victoria de Peña y su PRI tiene una herida que no cerrará, pues la competencia electoral no es, como quiere un “periodista” de ocasión, punto y aparte. Y porque como escribió el senador del PAN, Javier Corral: “Enrique… fincó su candidatura… en una triple estrategia: uso indebido de recursos públicos para su promoción personal; una hipoteca mercantil celebrada con Televisa desde el inicio de su gubernatura que le mantuvo… presencia en televisión nacional a través de propaganda encubierta, y el espectacular derroche de dinero público y privado… rebasó los topes de gastos e incurrió en financiamientos privados ilícitos” (La inequidad impune. El Universal: 4/IX/12).
Hay agitación en el país. Como tras el arribo al poder presidencial de Salinas (ahora poder tras el trono del peñismo), Zedillo y Calderón; estas elecciones dejaron gran malestar porque fueron manipuladas por el PRI y el PAN para imponer sucesor. Y si las cosas no se salen del guión IFE-TRIFE, en casi 90 días y ya sea en el Congreso, ante las Comisiones legislativas, el Presidente de la Suprema Corte… o en el baño, Peña tomará posesión para asumir constitucionalmente el cargo presidencial, conforme a una componenda legal, pero deslegitimado.
Sin duda se habrá sacado algo más que la rifa del tigre –expresión para decir que alguien tiene ante sí una fiera difícil de domar–. Enfrentará a la oposición lópezobradorista que no quiere arriar sus banderas… a la pobreza, desempleo, narcotráfico, deudas interna y externa cuantiosas e impagables; desabasto de alimentos. Desempleo. Inflación. Intervención policiaca estadounidense. El problema migratorio. Y los homicidios que no paran. El espinoso asunto de los electricistas. La quiebra suspendida de Mexicana de Aviación. La venganza de Calderón contra MVS… y la prepotencia de Televisa y Tv-Azteca con sus diputados y senadores, que constituyen la “bancada” de Azcárraga y Salinas Pliego.
No parece que Peña ni sus colaboradores cercanos tengan los tamaños para enfrentar los problemas que representan los animales de la selva; y domar a los cocodrilos-empresarios, las hienas de la Gordillo su partido y el sindicato del SNTE. La diezmada carga de los halcones panistas; los leones del sindicalismo antiguo; los depredadores lobos de la banca, etc. Peña tiene muchos Chitas, pero no es Tarzán ni nada parecido.
La tarea es para un Estadista y Peña, salido de las pantallas televisivas, con todo y que dice haber investigado la biografía de Obregón, siendo desgobernador del Estado de México, sólo mostró las mañas de la corrupción, la represión y el abuso del poder, más no las cualidades del general sonorense que tuvo alumbramientos notables al ser Presidente de la República. El ídolo de Peña es López Mateos; aunque más lo parece su tío Arturo Montiel y… ¡Carlos Salinas!; y sin ser un jefe tribal para controlarlos, está rodeado de una camada de priistas caníbales de la antipolítica. Calderón deja un país en el desastre. Peña empezará con ese legado, con todos los animales de la selva en su contra. Y no es Tarzán.
Álvaro Cepeda Neri - Opinión EMET
PRI-PAN: la misma agenda, el mismo gobierno, la misma oligarquía
Salinas, que llegó a la Presidencia mediante un fraude electoral; Zedillo, que ascendió gracias al miedo generado por los crímenes políticos de 1994, y Calderón, el presidente del segundo fraude
Muy amargo ha sido para los mexicanos el paso ilegítimo de la derecha por el gobierno. Entre menos respaldo popular tiene, menos respeto le merece la gente.
En una democracia, un gobernante debe el poder al pueblo, por eso supedita sus acciones a la subsistencia de su “capital político”, es decir, su legitimidad, la cual determina su permanencia en el poder. Por eso quizá, el único gobernante de la era neoliberal que ascendió al poder con respaldo real de la gente, Vicente Fox, fue el que se autolimitó –contra sus deseos– para imponer las contrarreformas de la agenda salinista que han mantenido intacta los presidentes prianistas.
Salinas, que llegó a la Presidencia mediante un fraude electoral; Zedillo, que ascendió gracias al miedo generado por los crímenes políticos de 1994, y Calderón, el presidente del segundo fraude, nunca sintieron compromiso alguno con la gente, porque su poder no provino de ella. A toda costa, buscaron imponer las reformas neoliberales, tildadas por ellos de “estructurales”, con los mismos elementos con que ascendieron al poder: la trampa, el engaño, la confusión, la manipulación mediática.
Medios de comunicación, los grandes sustitutos de la legitimidad democrática en el Estado moderno neoliberal, que no “democracias modernas”.
Aún no toma posesión Enrique Peña Nieto y ya sucede lo mismo. PAN y PRI se han puesto de acuerdo en aprobar la contrarreforma laboral presentada por Felipe Calderón el 1º. de septiembre pasado. A punto de terminar su sexenio, Calderón sigue empeñado por darle sentido a su gobierno, además de que busca garantizarse impunidad para él y su gabinete en el tránsito sexenal. Por eso, ahora da cobijo a Peña Nieto tendiéndole la reforma y asumiendo su costo político, siempre que los priistas lo compartan, al mismo tiempo que queda bien ante los únicos que sinceramente le interesó siempre al PAN quedar bien: la clase empresarial mexicana.
La iniciativa laboral calderonista anula la escasa utilidad que los sindicatos tienen en nuestro país, legaliza el outsourcing y afecta la estabilidad en el empleo, el salario y en las condiciones de trabajo. Básicamente propone, como bien ha sintetizado la Asociación Nacional de Abogados Democráticos:
- Mantener un modelo sindical sin participación de los trabajadores en la definición de las relaciones de trabajo y ampliar la intervención gubernamental en la vida interna de los sindicatos
- Anular en la práctica el derecho de huelga y la contratación colectiva
- Eliminar la estabilidad en el empleo al establecer los contratos de prueba, de capacitación inicial y labores discontinúas
- El libre despido sin costo para el patrón, mediante simple aviso, que, peor aún, para los trabajadores domésticos no será necesario
- Un “registro de trabajadores eventuales o de temporada” para facilitar, igualmente, el despido libre y sin costo de trabajadores agrícolas
- Nuevas causales de despido humillantes y subjetivas, como las faltas contra los clientes del patrón
- Reconocer las renuncias en blanco
- Legalizar la contratación por medio de terceristas, para que los patrones no asuman obligaciones laborales, suprimiendo la responsabilidad solidaria
- La fijación del salario por el patrón, de manera unilateral, sin intervención sindical
10. Legalizar la polivalencia (multiusos) con un solo salario
11. La imposición de condiciones unilaterales de trabajo sin beneficio salarial acordado bilateralmente, mediante la certificación laboral
12. La fijación unilateral del monto de bonos, incentivos y comisiones
13. Desaparecer el salario mínimo como tal para establecer el pago por hora a razón de un octavo del salario mínimo
14. Legalizar la subcontratación por outsourcing, permitiendo que en una misma empresa haya trabajadores con funciones iguales con diferente salario y prestaciones
15. La ampliación de tareas, cambio de días de descanso establecidos en contratos y de horas de la jornada de trabajo, en función de las necesidades de la producción
Hasta este momento el PRI no ha hecho pública ninguna posición oficial respecto de la iniciativa.
El PRD, por su parte, en voz de su coordinador parlamentario en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, indicó que la rechazará. Se trata, dijo el diputado, de la 498ª iniciativa que propone revertir los avances en materia de derechos laborales, y como las otras, no obtendrá el consenso en el Congreso.
El Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo también han manifestado que rechazarán la contrarreforma.
De acuerdo con el segundo párrafo del artículo 71 constitucional, reformado el 9 de agosto pasado, el trámite que seguirá la iniciativa del injustificado derecho presidencial preferente, aprobado como parte de la mal llamada reforma del Estado, será este:
El día de la apertura de cada periodo ordinario de sesiones el Presidente de la República podrá presentar hasta dos iniciativas para trámite preferente, o señalar con tal carácter hasta dos que hubiere presentado en periodos anteriores, cuando estén pendientes de dictamen. Cada iniciativa deberá ser discutida y votada por el Pleno de la Cámara de su origen en un plazo máximo de treinta días naturales. Si no fuere así, la iniciativa, en sus términos y sin mayor trámite, será el primer asunto que deberá ser discutido y votado en la siguiente sesión del Pleno. En caso de ser aprobado o modificado por la Cámara de su origen, el respectivo proyecto de ley o decreto pasará de inmediato a la Cámara revisora, la cual deberá discutirlo y votarlo en el mismo plazo y bajo las condiciones antes señaladas.
Afortunadamente, este derecho preferente de iniciativa presidencial quedó imperfecto al no aprobarse la ominosa afirmativa ficta[1] legislativa que proponía la iniciativa original de Felipe Calderón. Así planteaba, refiriéndose a la consecuencia de que las iniciativas presidenciales no siguieran el procedimiento señalado: De lo contrario éstas se considerarán aprobadas en los términos en que fueron presentadas por el Ejecutivo Federal…
De cualquier forma, este nuevo derecho presidencialista pone ahora, absurdamente, en el centro de la agenda de trabajo de una nueva Legislatura del Congreso de la Unión temas de un gobierno que ya se va, cuando la justificación de Calderón al proponer la iniciativa preferente era que la inmovilidad legislativa paralizaba la labor presidencial. Confesión anticipada de que estaría trabajando, justamente, para el presidente que le sucederá…
La derecha PRI-PAN es una sola, con una sola agenda desde los años ochenta. Y como bien sabemos, sirve a una misma oligarquía…
[1] La afirmativa ficta es un recurso que se otorga al ciudadano para defenderse del poder público omiso, cuando éste recibe una solicitud de autorización, licencia o permiso de un particular y no responde en el término que le obliga la ley. Entonces, automáticamente, obtiene dicha prerrogativa, es decir, la ley le concede la respuesta positiva no expresa, ficticia.
Lenia Batres Guadarrama - Opinión EMET
No hay comentarios:
Publicar un comentario