La tesis de la obesidad como un efecto de la desigualdad y no sólo causada por el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y la genética es resultado de un amplio y ambicioso estudio realizado por los epidemiólogos
La tesis de la obesidad como un efecto de la desigualdad y no sólo causada por el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y la genética es resultado de un amplio y ambicioso estudio realizado por los epidemiólogos Richard Wilkinson y Kate Pickett en países ricos y plasmado en una obra única, sin parangón, que en español se titula Desigualdad: Un análisis de la (in)felicidad colectiva. Los autores también demuestran que la desigualdad propicia la violencia, las enfermedades mentales, el consumo de drogas y el embarazo de adolescentes, así como los bajos rendimientos escolares de los niños y jóvenes. El análisis se deriva de una doble pregunta: ¿por qué se ha disparado el estrés en las sociedades modernas, en apariencia opulentas, y qué repercusiones tiene en la salud de las personas?
Los epidemiólogos prueban que los niveles de estrés crónico son ostensiblemente bajos en países menos desiguales, como Japón y Suecia, y muy altos en países desiguales como Estados Unidos y Reino Unido. El estrés crónico se manifiesta como un continuo estado de alerta del organismo (liberación de las reservas de energía, vasoconstricción, aumento de los factores de coagulación sanguínea, mayor actividad pulmonar y cardiaca, agudización de los sentidos y alerta del sistema inmune), que trastorna su autorregulación. El estado perpetuo de alerta del cuerpo provoca daños: la movilización de energía en forma de glucosa favorece la obesidad central y la diabetes; la vasoconstricción y los altos niveles de coagulación causan hipertensión, debilitan el sistema inmunológico, dañan parte del cerebro y la digestión... y esto refuerza los hábitos no saludables.
Ahora bien, ¿qué causa el estrés crónico? Los diversos estudios estadísticos y de salud llevan a concluir a los investigadores que la desigual distribución de la riqueza es el principal factor que detona el estado perenne de estrés. Me explico: el hombre como animal social y político necesita de los demás para sobrevivir, a lo cual se conoce como empatía: capacidad cognitiva que permite reconocernos en los otros, y favorece el desarrollo del lenguaje y la imitación-socialización. Nos relacionamos y convivimos con nuestros iguales y rechazamos a los que no son iguales. Por eso importa tanto cómo nos ven los demás, parecernos y ser lo más igual posible a ellos. La aceptación social nos da seguridad y favorece el desarrollo de la confianza social; el rechazo nos torna inseguros, irascibles y violentos. De ahí que sea vital el lugar que ocupamos en la jerarquía social. Esto explica porqué la desigualdad social genera estrés continuo, mala salud y el creciente malestar en nuestro mundo. Por tanto, es crucial exigir a los gobiernos políticas públicas que favorezcan la igualdad, base de la felicidad.
Héctor Barragán Valencia - Opinión EMET
Sexting, ¿qué es y por qué es un problema?
Pareciera que es muy sencillo intentar una definición acerca del Sexting, pero no. En realidad se ha convertido en algo muy confuso, así que tratemos primero de aclarar este término.
Bandera roja
Pareciera que es muy sencillo intentar una definición acerca del Sexting, pero no. En realidad se ha convertido en algo muy confuso, así que tratemos primero de aclarar este término.
Como sabemos los adolescentes siempre han sido muy atrevidos y en estos tiempos modernos, comenzaron a enviar imágenes y texto con situaciones que comprometedoras, con una fuerte carga erótica. Los padres, como es lógico, exigieron una explicación y así nació el término sexting.
Sexting se ha vuelto tan nebuloso como promocionado y a veces, exageradamente. Y eso genera un problema para definirlo porque existen muchos conceptos, pero la mayoría son ambiguos.
Algunos dicen que un sext es una foto de alguien desnudo. Otros dicen que es coquetear; algunos dicen que es sugestivo o con temática sexual. Si una persona muestra una foto suya, desnudo, ¿es sext?, si sólo muestra el pene, ¿también tendrá la misma carga sexual?
Parece que nadie está de acuerdo, no obstante que nos enfrentamos a una palabra que puede derrumbar al político más encumbrado o tirar la fama de alguna estrella de cine, pero lo cierto es que no estamos seguros de qué estamos hablando.
Con cada oleada de tecnología acumulamos nuevas palabras: upload, download, delete, Google, Facebook, Twitter, tuit, post, etc., lo cual está bien porque sus significados son técnicamente claros e inocuos. Pero usar la palabra sexting, suele ir acompañado de un sentimiento vergonzoso. Podría ser divertido hablar del tema, pero a que no te atreves a hacerlo en la fiesta de cumpleaños de tu papá o en la cena de navidad, ¿verdad?
Entonces tratemos de fijar una definición. Sexting es una combinación de sex y texting. Bien, por lo tanto no es texto sexual o texto sexualmente explícito. Es un simulacro, es un “vamos a hacer eso”, tal y como ocurría y ocurre, con el Cibersexo. Con respecto del cibersexo no existió ninguna confusión, del mismo modo que nunca existió con el “sexo” a través del teléfono (las llamadas Hot lines). El cibersexo es el acto impulsivo de mantener un sexo virtual a través del ciberespacio. Con el sexting ocurre lo mismo. Si yo te escribo: “Quiero hacerlo vía texto”, no soy un sexting. Si yo te digo “quiero arrancarte los pantalones y ponerte contra la pared (de una manera dulce, tierna) estaré actuando como un sexting. Si tú me envías una foto tuya, desnuda, con una respuesta a mi solicitud, entonces ambos estamos siendo sexting. En cambio si yo te envío una foto no solicitada, en la que aparezco desnudo, no soy un sexter, soy un pervertido. En otro caso, si eres mi novia y te envío la misma foto, no soy sexting, porque no hay mensaje, no hay acción, sólo estoy diciendo, “hey, mira una foto de mis genitales”.
Así que es mejor abandonar esas confusiones. Y mejor aún dejemos de sentir miedo. Se trata, solamente, de una pequeña “desviación” que puede ser mal vista en una sociedad alienada y reprimida. Pero fingir que estamos teniendo sexo mediante el uso de aparatos electrónicos puede ser muy divertido.
Con todo, el sexting puede convertirse en un problema, especialmente entre los adolescentes, veamos por qué.
En los Estados Unidos, un estudio compartido entre la Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo Adolescente y la revista Cosmo Girl, sugiere que 20 % de los adolescentes (de entre 13 y 19 años) y 13 % de adultos jóvenes (de entre 20 y 26 años) han compartido fotos de semidesnudos o de desnudos completos, vía mensaje de texto o “posteados” on line. Esta práctica es llevada a cabo un poco más por las niñas: cerca de 11 % admitieron haber enviado fotos “sugestivas de ellas mismas”.
Como podemos ver, no se trata de generar pánico, pero quizás tú querrás discutir este asunto con tus hijos.
De generación en generación, jóvenes y adultos han estado intercambiando cartas sexualmente sugestivas y explicitas, mensajes y otros materiales, de tal modo que el sexting no debería sorprendernos mucho. Por otra parte, la facilidad con la cual las fotos y los videos pueden ser propagados sí puede ser algo que genere preocupación. Una foto compartida entre dos personas rápidamente puede convertirse en un fenómeno “viral”. Hemos visto que eso le ha ocurrido a estrellas de cine y políticos que se han metido en serios problemas al hacerse públicos fotos o videos de contenido sexualmente explícito.
Las fotos y los videos que se envían de manera “privada” pueden ser compartidos con otros. Una vez que las imágenes digitales están allá afuera, dejan una huella digital, especialmente On line. Y desafortunadamente no puedes “recuperarlo”.
Tomen nota de este dato: 51% de las chicas adolescentes comentan que es debido a la presión de los “tíos” por las que ellas envían mensajes explícitos, mientras que sólo un 18 por cierto de chicos aceptan que hacen sexting. Eso ya preocupa, porque es una muestra de un desequilibrio en la relación, o porque se trata de un asunto de autoestima.
En los Estados Unidos, el sexting es ilegal, está clasificado como la creación, distribución y posesión de pornografía infantil, por lo que se le considera un delito mayor. Muchos legisladores están trabajando para cambiar esa condición, mientras que otros están persiguiendo tanto a los que toman las fotos como a los que las poseen.
¿Qué pueden hacer los padres acerca del sexting?
Lo primero es tratar de desarrollar una conversación, en la que no existan prejuicios o un abuso informativo. Mantener el diálogo genera confianza y evita que las chicas escondan información. Recuerde que la palabra “sexting” fue acuñada por la prensa. Los chicos pueden tener diferentes nombres para referirse a ella. Así que intente con una simple conversación para “romper el hielo”: ¿Has oído acerca de esa cosa llamada sexting? ¿Sabes algo de eso?
Estuve mirando las noticias el otro día y vi una historia acerca de algunos chicos que se metieron en problemas por enviar fotos -sexis, de desnudos, eróticas- (use su propio lenguaje) a algunos de sus amigos. ¿Sabes algo de eso?
¿Podemos hablar del tipo de cosas que tú y tus amigos comparten on line?, Sólo quiero asegurarme de que tú te estás cuidando a ti misma y de que cuidas a tus amigos también.
Más que dirigir la conversación, ponga atención a lo que dice su hij@. Ellos pueden, o no, estar de acuerdo acerca de lo que es o no es apropiado y pueden tener razones suficientes del porqué. Ayudarlos a pensar acerca de las posibles consecuencias de su conducta y además del tipo de imagen que quieren representar para el mundo es una forma de alentarlos a que saquen sus propias conclusiones.
Besitos a los niños, a las mariposas amarillas, a mi gaviota que aprovecha la luna llena para sorprender con su belleza en una ola de mar.
Ernesto Jiménez - Contenidos EMET
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