Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 28 de mayo de 2012

AMLO: sacaré de la pobreza a 15 millones que sobreviven ante la indiferencia gubernamental- Cimientos de un país deseado- ASTILLERO-

Elecciones 2012
Pide no pelear con militantes de PRI o PAN; El problema no son las bases, sino los de arriba
AMLO: sacaré de la pobreza a 15 millones que sobreviven ante la indiferencia gubernamental
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Andrés Manuel López Obrador durante su gira proselitista en Tehuacán, PueblaFoto Carlos Ramos Mamahua
Andrea Becerril
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 28 de mayo de 2012, p. 7
Tlaxiaco, Oax., 27 de mayo. En la región mixteca, donde fue recibido por miles de indígenas, Andrés Manuel López Obrador planteó que de asumir la Presidencia de la República pondrá en marcha políticas públicas para sacar de la pobreza extrema a 15 millones de mexicanos, que, como las etnias oaxaqueñas, apenas sobreviven ante la indiferencia gubernamental.
Los gritos de presidente, presidente, lo acompañaron al llegar y retirarse de este municipio, donde pidió a sus simpatizantes meterse de lleno en la campaña para evitar la compra de votos y para vigilar las casillas, con el propóstio de que no se repita el robo de la elección.
Tanto en esta localidad como en Huajuapan de León –donde se llevó a cabo el otro mitin– se congregaron indígenas de los municipios cercanos, jóvenes y ancianos que llenaron las plazas para escuchar al candidato presidencial de la izquierda.
La mayoría quería ver de cerca al político tabasqueño. En Huajuapan de León incluso obligaron a que los candidatos a senadores y diputados y los demás que estaban en el templete, se sentaran para no taparles la visión de López Obrador.
En Tlaxiaco, los organizadores calcularon en más de 10 mil los asistentes al acto, y unos cinco mil en Huajuapan.
En ambos mitines, el candidato presidencial del Movimiento Progresista recalcó su compromiso con los pobres: Voy a gobernar para todos, pero mi prioridad serán los más humildes.
Miles de voces en Tlaxiaco le corearon: ¡Es un honor, estar con Obrador!
El candidato les dijo que aspira a gobernar como los tres mejores presidentes de México: Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. De este último, lo que más admira, compartió, es su amor por el pueblo.
López Obrador insistió en la urgencia de que se involucren aún más en el proceso electoral y vigilen que no haya compra de votos. Los alertó a no entregar credenciales de elector, ya que seguramente intentarán quitárselas a cambio de despensas o de otra dádiva.
Pueden recibir lo que se reparta, pero a la hora de votar deben hacerlo con total independencia. Les recomendó no tener miedo, ya que es falso que alguien pueda detectar por quién votaron finalmente, indicó.
También recomendó no pelearse con quienes militan en el PRI o el PAN, ya que el problema no es con las bases de esos partidos, sino con los de arriba.
La gente padece lo mismo, sin importar en qué partido está, dijo. ¿A poco cuando un delincuente va asaltar a alguien le pide una identificación, y si es del PRI lo deja ir?, preguntó.
Estalló en carcajadas cuando alguien del auditorio gritó que el ladrón huiría al darse cuenta de que la presunta víctima es del PRI.
López Obrador encabezó por la tarde otro mitin en Tehuacán, Puebla. En el presídium estuvo acompañado por Manuel Bartlett, candidato a senador por el Movimiento Progresista.
Familias completas estuvieron en el parque Juárez, en el centro de esa localidad.
En ese lugar el candidato dijo que sería una gran tragedia el regreso del PRI, ya que significaría la privatización de Pemex y el incremento de impuestos, “como ya lo ha adelantado Peñita con toda claridad”.
Sería como el retorno de Santa Anna, porque venderían todo el país, insistió.
Al final agradeció la presencia de las familias poblanas, de tantos niños y jóvenes.
¡Te queremos!, le gritaron. Están plenamente correspondidos, fue la respuesta del candidato presidencial.

Astillero
¿Cómo frenar las protestas?
Mediatizar y golpear
Ruta crítica de EPN
Caminata con Alfaro
Julio Hernández López
 
            Frente a la insurrección juvenil (y no sólo en términos de edad; véase en http://on.fb.me/JGPBV5 a señoras de Guadalajara adhiriéndose al movimiento 132), el conjunto de factores de poder que hoy postulan a Enrique Peña Nieto como candidato a la presidencia de la República tiene dos caminos históricamente muy confirmados: la mediatización y la represión. O la experta conjunción de ambos.
El estallido de la violencia discursiva se dio en la Universidad Iberoamericana, al final de una sesión que hubiera tenido trascendencia menor, de no haber sido por la fanfarronería diazordacista con que Peña Nieto se asumió como orgulloso responsable de lo sucedido en San Salvador Atenco cuando gobernaba el estado de México. Allí comenzó (verbalmente) el incendio, que fue continuado por las torpes declaraciones miméticas de sus subordinados, sobre todo en el caso de Pedro Joaquín Coldwell, presidente nacional del PRI. Luego vinieron las incursiones de violencia física en lugares gobernados por priístas con iniciativa: Saltillo (los Moreira), Córdoba (Javier Duarte de Ochoa) y Colima (Mario Anguiano). Hasta llegar a la actual situación, en que la ruta de proselitismo con presencia física de Peña Nieto está siendo invariablemente acompañada de protestas públicas masivas de ciudadanos, básicamente jóvenes estudiantes, que en tonos encendidos le reprochan sus aires autoritarios (con referencia permanente a Atenco), su relación dependiente y adulterada con los medios televisivos (en particular, con Televisa) y el daño que causaría al país si fuera instalado en la presidencia (un antipeñismo que no se decanta por ninguno de los otros dos candidatos viables, la panista y el perredista, aunque es inocultable que hay una corriente clara de apoyo al segundo).
El camino de la mediatización ha sido iniciado por Televisa, al acoger en su seno informativo segmentos seleccionados de la protesta estudiantil para instalar el modelo aceptable, el de los jóvenes buenos que no se deben prestar a manipulaciones ni partidismo. Si el movimiento 132 se separa de ese esquema habrá de ser denunciado y satanizado, sobre todo si, entrando en acción la otra vertiente, la de la provocación y la violencia, se producen las escenas ideales para la descalificación televisiva. En estas horas recientes, la posibilidad del enfrentamiento físico masivo ha estado presente en varias ciudades. No solamente en Querétaro, donde una camioneta fue usada como señuelo por la escolta del priísta para hacer que en ella se desataran enojos genuinos o inducidos: igualmente en Zacatecas (http://bit.ly/LUBDQ1 ), en Guasave ( http://bit.ly/JH4yql afuera del estadio de beisbol, el 26) y hubo amenazas a líderes del movimiento (el director de posgrado de la Ibero, Agustín Basave, lo relata en http://bit.ly/MR1YLy ). Y las protestas no se quedaron en el entorno directo de los actos encabezados por EPN (en Acapulco hubo una marcha (http://bit.ly/KVOOut ), sino incluso alcanzaron en varias ocasiones a la propia Josefina Vázquez Mota, que ha hecho lo posible por beneficiarse de ese movimiento (Cocoa, la hermana de Felipe Calderón, intentó grotescamente asumirse como #YoSoyLa133, aunque luego hubo de escabullirse ante las críticas recibidas). Ayer en Ciudad Juárez hubo roces significativos entre manifestantes en contra de la panista y seguidores de ella.
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ZACATECAS. Mantas de protesta contra el aspirante presidencial priísta, Enrique Peña NietoFoto Alfredo Rodríguez
La multiplicación de las marchas y la manifestación directa en el entorno de los actos de Peña Nieto (y los de Josefina, aunque su nivel competitivo declina de manera imparable) son actos proporcionalmente muy inferiores a los agravios cometidos durante décadas por el sistema político y su brazo mediático armado, y la efervescencia social apenas es una respuesta pálida ante el mayúsculo riesgo de retroceso y violencia anunciado por el priísmo con el intento de imposición de Peña Nieto. Pero, aun así, la aún imprecisa dirección colectiva del movimiento juvenil debería considerar la necesidad de frenar el curso de violencia anunciada (aun a sabiendas de que los ataques suelen provenir de los grupos de choque alentados por los mandos priístas), sin dejar de manifestarse pero haciendo un llamado público contra las provocaciones, y evitar que sus televisivos detractores agazapados cuenten con material para justificar la mano dura ante los provocadores.
Esa vocación por el golpeador puño cerrado puede darse en respuesta al descontrol generado por los jóvenes manifestantes y también por hechos que van conformando escenarios de desestabilización. Así se ha visto que camiones repartidores y bodegas de Sabritas sufrieron incendio, ya fuera porque la importante empresa se negara a pagar cuotas de protección o en represalia por la complicidad con policías y soldados que habrían usado vehículos e instalaciones. Y en la carretera de Acapulco a Zihuatanejo se prendió fuego a dos camiones urbanos. Mientras tanto, la cúpula del sistema de control de México se pregunta cómo frenar las marchas y más marchas, las protestas y más protestas. ¿Cómo acelerar el fin de una primavera imprecisa pero ya tan impactante?
Astillas
En Guadalajara se realizó ayer una importante caminata por la paz y contra la guerra sucia, con Enrique Alfaro al frente, como candidato a gobernador por el Movimiento Ciudadano. A pesar de que la izquierda electoral fue dividida en Jalisco por el grupo que domina la Universidad de Guadalajara, con Raúl Padilla como jefe vitalicio, para frenar a Alfaro (apoyado por AMLO) y ayudar al PRI (un hermano de Raúl va para diputado local por el tricolor y busca dirigir el congreso local), la postulación de Alfaro ha crecido de manera muy importante, lo que ha generado actos de provocación y amenazas contra las cuales se realizó ayer la marcha mencionada... Y, mientras hacen como que debaten los candidatos a gobernar la ciudad de México, en un ejercicio falto de interés por el curso anunciado de victoria del ebrardismo en la persona del abogado Mancera, ¡hasta mañana, con el triunfo en Cannes de Carlos Reygadas y Michel Franco!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Cimientos de un país deseado
Jorge Carrillo Olea
 
        Con espontaneidad, tiempo de larga observación y espíritu constructivo, muchos hemos venido configurando una idea del qué hacer ante el derrumbe de todo lo que entendimos por el México deseado. La principal motivación no es la utopía de lograr lo mejor, más bien, espoleados por el tiempo y ante el terrible vacío de propuestas imaginativas, eminentes, esperanzadoras de alcanzar un siglo mejor, cada quien se siente estimulado a pensar en su propio escenario.
Está claro que, inmersos en una grave crisis, no hay a la vista ideas nuevas, contundentes y trascendentes a un sexenio. ¿Se eluden conscientemente? ¿No se ven, no se valoran o no se sabe qué hacer? ¡Quién sabe, pero no están! Sin embargo, la población, casi grita por que se atiendan y no parece ser oída. Sólo se oyen las mismas redundancias utilitarias.
No habrá gobierno, no habrá proyecto, si no se privilegian en tiempo y compromiso contundente tres mandatos populares tan exigidos como ineludibles, a asumirse con inmensa energía: 1) someter la corrupción, 2) abatir la impunidad y 3) rehacer la cohesión social. Es verdaderamente imposible seguir viviendo en el ahogo de la corrupción, pública y privada; en el desencanto frustrante de la impunidad y en una sociedad en vías de fragmentarse, de desafiarse y enemistarse consigo misma, en busca de salidas, legítimas o no, ante un destino indescifrable. Los agravios la irritan y desbordan. Enfáticamente, nada avanzará en un país sojuzgado por la corrupción, la impunidad y la descomposición social.
Decidida la atención a esos ejes, para instrumentarla es indispensable la reorganización del gobierno. Una estructura de gobierno que desde Fox dio bandazos en su funcionalidad, que irrespetó a las reglas clásicas de conducción, que no observó una sabia distribución de facultades y responsabilidades. Agregado a ello, el impacto demoledor de la crisis económica de 2008 y la guerra calderoniana. Tácitamente es imposible continuar así.
Hay muchos espacios que reordenar y fortalecer, aquí se comentan sólo el debilitamiento de la Secretaría de Gobernación; el bicéfalo Sedena-Marina, que sólo produce enfrentamientos y descoordinación; la cosmética creación de la de Seguridad Pública; la ruina que es el Ministerio Público Federal (PGR), con su vergonzosa sumisión a los intereses políticos del Presidente, su disfunción y tremenda corrupción; el desastre de descoordinación que es el consejo de seguridad, sea nacional o pública; la inmensa debilidad y descoordinación de los órganos de inteligencia criminal y lo demás que se quiera.
Es por esto que deben identificarse los grandes pilares cardinales, no solamente de un nuevo gobierno, sino de un país de avanzada, digno y confiable en su ruta para el siglo XXI. Deben reconocerse y erigirse los pilares del nuevo templo, del que habrá de subsistir lo mucho que queda del siglo. Es un deber implantarlo con esa perspectiva como recurso de planeación. Dejemos ya de honrar a Octavio Paz con su sistema métrico sexenal.
Si en esto hubiera razón, y atendidas con sobriedad esas grandes tareas instrumentales, habría que tomar como mandato divino resolver de una vez por todas, como cruzada, aquellos temas que son anclas para toda evolución. Cinco pilares indispensables para crear una nueva realidad nacional: 1) vuelta al estado de derecho, 2) reconstruir el sistema educativo, 3) hacer real la cobertura de los servicios de salud. 4) generar con autenticidad empleo suficiente y remunerador y 5) recuperar ese valor nacional que fue nuestro prestigio internacional.
Hay muchos temas más que cada especialista privilegiaría, pero este enfoque es primero de gobernabilidad y de un avance por una justicia social eternamente aplazada, simulada, o por lo menos insuficiente; son condiciones previas que se juzgan indispensables en un proyecto del país deseado. Antes de eso es inútil discutir sobre los microanticipos de los candidatos, promesas que palidecen ante la crisis. Nuestras angustias están muy por encima de sus bosquejos.

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