Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 22 de mayo de 2012

Carta de un primer votante a Andrés Manuel López Obrador- Libertad de expresión, la gran enemiga de Peña Nieto- Plaza Histórica, de 1968 a 2012



Carta de un primer votante a Andrés Manuel López Obrador
Carta de un primer votante a Andrés Manuel López  Obrador
Aún recuerdo cuando llegó el ejército a Morelia, Michoacán; aún recuerdo cuando empezó la guerra y terminó la libertad, eso señor Obrador, ni usted ni yo lo vamos a olvidar.

Estimado Andrés,
Hoy por hoy en México, dentro de esta coyuntura, existen aquellos mexicanos que la vida nacional les viene siendo indistinta; existen aquellos que advierten una suerte de interés entre sus piensos, mas no saben bien como proceder; existen aquellos que miran atentos al proceso, pero no al fondo del asunto, su situación es de apariencia de un saber, pero aún los ciega el miedo a lo distinto; existen aquellos más preparados y conscientes, pero carentes de esperanza en su poder de elegir destino por la vía que usted, yo y otros muchos nos proponemos; por último existimos otros dos tantos que lo apoyamos a usted: aquellas y aquellos que lo han seguido, por su edad, desde los comienzos, los que lo han visto a usted desde Tabasco y como poco a poco hacía resonar en México un discurso original y trascendente, lo vieron a usted acercarse con sensibilidad a los sectores menos favorecidos, a los más pobres, a las culturas indígenas, tan poco entendidas por el gobierno; son también las y los que lo vieron a usted luchar con Cárdenas por un cambio hacia la verdadera democracia en México.
Por otro lado estamos aquellas y aquellos que nos sumamos a vivir su trayectoria por los tiempos en que usted se postuló para Jefe de Gobierno y triunfó. Somos esas y esos que, ya fuera en la temprana adolescencia o en la niñez, lo veíamos dar la cara cada mañana antes, tanto nosotros como usted, de iniciar labores; somos quienes lo vimos a usted crecer enormemente como líder, gracias a su humilde y honesta gestión como Jefe de Gobierno, somos quienes lo vimos embellecer Paseo de la Reforma, quienes lo vimos restructurar el transporte público, quienes lo vimos apoyar fraternalmente a los adultos de la tercera edad, quienes lo vimos generar un verdadero seguro en salud para el pueblo, somos quienes lo vimos levantar aquel segundo piso del periférico. No obstante también somos quienes vimos cuando el aparato de gobierno, ante nuestros jóvenes o infantes ojos, se abalanzaba sobre usted para ocultarlo, calumniarlo y desanimarlo, ahí muchos conocimos en vida propia lo que es la oligarquía y el dominio de unos cuantos, ahí conocimos el verdadero egoísmo, aquel que destruye naciones y anhelos.
También somos quienes llegamos; a pesar de los videoescándalos, del desafuero y los continuos ataques; con mucho ánimo a su campaña por la presidencia de México. Aunque muchos no podíamos votar, aun así seguimos con todo nuestro interés la trayectoria de la contienda, convencimos gente, sostuvimos debates en nuestro ámbito escolar, ya fuera primaria, secundaria o preparatoria. Realmente sentíamos la fuerza del cambio siendo liderada por usted y su discurso preciso de siempre. Pero la alegría y la sensación de justo triunfo se acompañan por la respuesta desesperada del aparato dominante; todas y todos nosotros sentimos el coraje y la desesperación a cada momento, cuando en los medios se nos gritaba, como cañonazos a la mente, que usted era un peligro para México, que usted era un farsante vendepatrias, una persona sin escrúpulos ni capacidad para gobernar, que usted nos quería ver la cara, que era usted simple y sencillamente lo que nunca ha sido: un mentiroso. Parecía que no había usted gobernado bien en el Distrito Federal, parecía que el pueblo no lo había apoyado a usted con el "no estás sólo", parecía que lo que vivimos antes era una mentira, y lo que gritaba la televisión era la verdad, será que Goebbels tenía razón...
Yo y millones de mexicanos desesperados proclamábamos en todas partes la verdad, afirmábamos que usted no estaba loco, que no mentía, que sí tenía propuesta, que sabía lo que decía; vaya, afirmamos de todo en la defensa de una lucha que apenas era nuestra, pero que llevaba décadas siendo de un país desesperado.
Así llegamos al día de la elección, confrontados y tal vez cansados, con sentimientos de impotencia, incrédulos de la capacidad de la oligarquía para exterminar ilusiones o verdades; así los que apenas entrabamos a la adolescencia volvimos a probar el egoísmo; y no sólo eso, probamos un poco de ira y tragamos toda la desilusión: sí, se hizo fraude. Se hizo fraude como aquel que contaban nuestros padres al señor Cárdenas, se hizo fraude y en ese hacer se le dijo al pueblo "cállate, no esperes más, no pienses más, sólo vota y no cuestiones lo que se haga con tu voto".
Ya en el zócalo de la ciudad, a la pregunta de "¿Nos quedamos?", todos prestos respondimos que sí, que nos quedábamos. Fue tal la magnitud de la protesta, que estoy cierto que el aparato oligarca sintió como se golpeaba fuertemente su dominio. El movimiento estuvo al borde de todo y de nada, éramos capaces de ir hasta las últimas consecuencias; la respuesta fue la misma: desprestigiar. Aún nos preguntamos cómo es posible que a usted se le tachara de belicoso y no se nos tachara a todos, pues fue una decisión que tomamos todos juntos, porque era una no de usted, sino de usted y nosotros; y más aún nos preguntamos cómo es posible que se le diga a usted demente, si hizo lo más racional que podía hacer. Parece que aún no todo México entiende, que cuando la esperanza es inmensa, el fraude es más grande, y no es un fraude sólo político, sino un fraude a la patria; y cuando hay fraude a la patria, hay ira en el alma. La ira es capaz de todo y en todo momento; sí, lo afirmo: usted, nosotras y nosotros pudimos haber destruido la Ciudad de México; como ellos, los oligarcas, destruyeron lo que es nuestro por derecho, es decir: nuestro anhelo y nuestro futuro.
Con ese fraude me condenaron a mí y a mis compañeras y compañeros de juventud a realizar estudios y labores en un ambiente dividido, incierto, y por encima de todo violento. Aún recuerdo cuando llegó el ejército a Morelia, Michoacán; aún recuerdo cuando empezó la guerra y terminó la libertad, eso señor Obrador, ni usted ni yo lo vamos a olvidar.
Nosotras y nosotros crecimos con usted, con su liderazgo y con la regeneración nacional. Crecimos con la continuación de la lucha en el gobierno legítimo y justo, crecimos con la defensa del petróleo y con su viaje por cada rincón de este país.
Ahora que hemos crecido, ahora que hemos vivido, ahora que podemos votar, nuestra esperanza se levanta de nuevo y más fuerte que nunca. Gracias Andrés Manuel por seguir al frente de nosotros, gracias por no dar un sólo atisbo de querer renunciar a su palabra, gracias por conocer mi patria y gracias por tener la valentía de decir las cosas como son.
Ahora le tocaría agradecer a usted, como siempre lo ha hecho, porque aquí seguimos y no nos vamos. Porque entendemos como usted que el cambio de México no depende de un sólo hombre, por más líder que sea, sino de todo un pueblo.
Puede estar seguro que no está sólo, y que a usted se suman esperanzas y convicciones. En el pasado algo hicimos mal, hay que reconocerlo, pero hoy estamos más fuertes que nunca y sabemos que la oligarquía no podrá contra el pueblo.
Por último, y aunque falazmente se me pueda juzgar de fanático, le declaro que estoy seguro que hemos pasado ya a la historia; que usted se ha de contar junto a los grandes líderes que nos dieron patria y que revolucionaron su tiempo exigiendo justicia; la memoria de Hidalgo, de Morelos, de Guerrero, de Madero, de Zapata y de Villa nos reconforta, nos hace firmes y conscientes de lo que somos capaces. Por todo lo anterior le digo en mi nombre, y atreviéndome a hablar en nombre de muchísimos otros jóvenes libres que por primera vez votan: no nos vamos a dejar.
Por usted, daremos todo nuestro apoyo; por nosotras y nosotros, lucharemos para defender nuestro futuro; por la patria, hasta donde usted ordene.
Juan Pablo Ontiveros-Vázquez Alatorre
Enlace en el Estado de Michoacán del Movimiento Regeneración Nacional Jóvenes y Estudiantes

Juan Pablo Ontiveros - Colaboración especial

Libertad de expresión, la gran enemiga de Peña Nieto
Libertad de expresión, la gran enemiga de  Peña Nieto
Optimistamente, la marcha de los estudiantes, los resultados en los simulacros universitarios, la asistencia a los mítines y la burda multiplicación de bots priistas




De repente la libertad de expresión se encuentra en el centro de la sucesión presidencial 2012, producto de la relevancia que su preexistencia supone en una contienda política y gracias a la cantidad de obstáculos que ha ido encontrando.
Antes incluso de que empezara formalmente la campaña, Andrés Manuel López Obrador ya estaba cuestionando, como lo ha hecho en estos seis años de golpeteo mediático en su contra, el control monopólico de las televisoras.
Sin embargo, en estos días, se han sumado varios agravios a la libertad de expresión que de ninguna manera debemos dejar anotar.
Me refiero, en primer lugar, al ataque de Televisa hacia Carmen Aristegui a través del desplegado firmado por Alejandro Puente Córdoba, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec), en el que la acusa de ser “emisaria” de Carlos Slim y “cabildera” de las empresas Telmex y Telcel y de que al entrevistar a Enrique Peña Nieto en materia de telecomunicaciones el viernes 11 de mayo, la periodista sacrificó “todo lo que tiene interés periodístico para dedicarse a la defensa y promoción de intereses corporativos del señor Carlos Slim.”
En segundo lugar, los estudiantes que se manifestaron en la presentación de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo fueron acusados por los dirigentes priista y verde de ser porros y de estar manipulados, y distintos medios de comunicación los pusieron en duda. Es más, fueron transmitidas en mayor cantidad las opiniones en su contra que la protesta misma que hicieron contra el candidato priista, al menos en radio y televisión.
En tercer lugar, el conductor Carlos Albert fue despedido de ESPN el miércoles 16 de mayo por haber impulsado en su cuenta de Twitter que se viera el debate entre los candidatos presidenciales el 6 de mayo, en vez del partido de futbol promovido por Ricardo Salinas Pliego.
En cuarto lugar, desde el miércoles 16 de mayo el PRI inició una ofensiva de manipulación de trending topics en Twitter para agredir o sabotear a López Obrador y halagar a Peña Nieto a través del uso de robots que repiten frases.
En quinto lugar, fue notorio en todos estos días, el impulso de una táctica de represión abierta a manifestaciones de rechazo a Peña Nieto en distintos puntos del país, como en Saltillo, Coahuila, y Córdoba, Veracruz.
Además, se inició una campaña de inculpación anticipada a miembros del PRD de estar organizando protestas embozadas de jóvenes sin filiación partidista contra Peña Nieto. Y junta a ésta, Gabriel Quadri imputó a López Obrador las protestas de jóvenes en su contra en la Universidad de Querétaro y en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
No sobra anotar la insistencia en hacer aparecer al Movimiento de Regeneración Nacional como el convocante de una iniciativa que en principio parecía inofensiva respecto de una movilización contra Peña Nieto este sábado en el Zócalo de la Ciudad de México. Hasta carteles impresos con el logotipo de Morena se ubicaron en distintos puntos del DF, por más que la organización se deslindó de dicha convocatoria.
En séptimo lugar, Héctor Aguilar Camín, Federico Reyes Heroles y Jorge Castañeda, entre otros, consultaron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respecto de si es posible que personas físicas contraten espacio en radio y televisión sin llamar a votar por ningún partido. Se trata del mismo tema contra cuya reforma electoral de 1997 intentaron ampararse y obviamente no lo lograron. Insisten.
Y, finalmente, López Dóriga adjudicó, el jueves 17 de mayo, “Pedro Páramo” al fallecido Carlos Fuentes. ¿Para tratar de mostrar al público que a cualquiera le pasa? Justificación para seguir disminuyendo el costo del primer sábado negro de Peña Nieto en la FIL de Guadalajara.
Como si estos eventos en sí mismos no fueran suficientemente graves, fundamentalmente el caso Aristegui abre a su vez elementos importantes de análisis político.
La periodista supone, como muchos podemos coincidir, que fue su pertinaz insistencia en la organización de debates libres entre precandidatos y candidatos (cuya argumentación de autoprohibición de los medios electrónicos combatió Aristegui), en la transparentación del gasto gubernamental en radio y televisión y el cuestionamiento respecto de la ausencia de competencia comercial de la televisión lo que enfadó a Televisa.
Ha evidenciado Aristegui en estos días, junto con Ricardo Monreal y la organización civil Fundar, que no hay en México siquiera un parámetro para realizar y calificar el gasto que se hace en medios de comunicación. Cada gobierno estatal decide cómo lo aplica e incluso cómo lo cataloga. Por lo que existe una “cifra negra” de este costo. Ello, a pesar de que la Constitución incorporó ya algunos criterios de impedimento de gasto oficial, que hasta la fecha son letra muerta por ausencia de reglamentación.
Peor aún para Televisa, Aristegui ha hecho público un hecho que se conoce poco: las empresas de medios de comunicación venden hasta la tendencia informativa. Es decir, comentarios, menciones positivas, notas informativas, reportajes y entrevistas con connotación política.
Jenaro Villamil, aun intimidado por Héctor Aguilar Camín, sostuvo lo que dio a conocer hace años: que anualmente, Enrique Peña Nieto venía gastando nada más en Televisa, más de 600 millones de pesos como gobernador del Estado de México en todos esos conceptos mencionados.
Ricardo Monreal documentó este hecho al señalar las menciones que la televisión había hecho de Peña Nieto y cómo se vinieron incrementando.
De acuerdo con el coordinador de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, tan solo entre 2009 y 2011, el gobierno del Estado de México habría pagado 1,307 millones de pesos por 34,942 menciones en medios nacionales de prensa, radio y televisión distribuidos: 8,558 en 2009, 12,830 en 2010 y 13,554 en 2011.
En entrevista con Aristegui el 10 de mayo, López Obrador se había anticipado para advertir que si el gobierno del Estado de México no pagó a Televisa la exposición que tuvo en su programación, entonces ¿se la regaló Televisa? ¿A título de qué?
En fin, el denominador común de estos ataques a la libertad de expresión es Peña Nieto. Y claro, él y quienes quieren colocarlo a toda costa en la silla presidencial, se desesperan y actúan con lo único con lo que el PRI logró mantenerse tanto tiempo en el poder. El engaño y la manipulación mediática. ¿Qué tanto podrán en las condiciones actuales?
Optimistamente, la marcha de los estudiantes, los resultados en los simulacros universitarios, la asistencia a los mítines y la burda multiplicación de bots priistas en las redes sociales, nos hacen creer que no podrán mucho por el camino del sabotaje a la libertad de expresión.
Lenia Batres Guadarrama - Opinión EMET


Plaza Histórica, de 1968 a 2012
Plaza Histórica, de 1968 a  2012
Ahí se ha dejado en claro que para poder salir del atraso y rezago en que ha caído México en las últimas administraciones federales, el país requiere toda una revolución educativa.




La Plaza de las Tres Culturas fue de nueva cuenta escenario de un evento en el que, al igual que en 1968, puede desencadenar una serie de actos que obliguen tanto al mandato actual como al que lo suceda a cambiar radicalmente sus posturas y tendencias. Son otra vez los jóvenes universitarios quienes cargan con la estafeta y la responsabilidad de estos movimientos y este lunes dieron buena cuenta de lo anterior al sumarse por miles y apoyar al candidato tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, a quien consideran el único abanderado de un cambio. La variante radica en que por primera vez se reúnen en una lucha tanto los que acuden a las escuelas públicas como los que asisten a las privadas de mayor renombre, así como de otras instituciones superiores.
Ahí se ha dejado en claro que para poder salir del atraso y rezago en que ha caído México en las últimas administraciones federales, el país requiere toda una revolución educativa. Sin embargo, de manera electorera, sin la seriedad y el rigor que la problemática educativa de la nación lo amerita, los tres principales candidatos a la Presidencia de la República abordaron hoy el tema de la educación y pretendieron contrastar sus propuestas. Como si se tratara de una subasta, los planteamientos de los aspirantes intentaron superar la oferta del adversario, con el único propósito de atraer los reflectores hacia su candidatura y como consecuencia jalar más votos hacia su(s) partido(s).
La tradicional forma de hacer política que están llevando a cabo tres de los candidatos a la Presidencia de la República –todos de la misma corriente de derecha- hace prever que serán rebasados por la dinámica que está adquiriendo la demandante comunidad universitaria, representante indiscutible de las clases medias y altas del país. Como nunca antes se había visto, los jóvenes universitarios están jugando un papel relevante en el actual proceso electoral, sobre todo a través de los modernos medios de comunicación a su alcance, como la redes sociales, desde donde están ejerciendo una gran influencia en el electorado mexicano en general lo que puede deparar muchas sorpresas en el resultado final de la elección del próximo 1 de julio. La razón es que los universitarios están revelando y defendiendo sus puntos de vista, así como refutando muchos de los posicionamientos políticos de candidatos presidenciales, y lo están haciendo a través de la movilización, lo que puede cambiar el panorama electoral en las próximas semanas.
Los jóvenes en formación en las instituciones de educación superior están mostrando a los políticos de todos los partidos que no están dispuestos a aceptar unas elecciones con trampas, con demagogia, con imposición ni con manipulación, como lo resaltó el poeta Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Los universitarios tienen una amplia base moral y esperan que estas elecciones sean limpias, íntegras, no fraudulentas. Sus manifestaciones públicas y sus agudas críticas en redes sociales ya están incidiendo en la intención del voto de cara a las elecciones federales del próximo mes de julio. Para dirigentes de la izquierda como Manuel Camacho Solís, las expresiones de los universitarios en contra del candidato priísta Enrique Peña Nieto son una muestra de que el abanderado presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, está sumando importantes apoyos en la clase media. Este mismo posicionamiento también lo han adoptado dirigentes del PAN, como Javier Lozano, quienes confían que la movilización juvenil desde las universidades beneficie las aspiraciones de Josefina Vázquez Mota. No obstante en los próximos días es cuando habrá de conocerse con precisión hacia donde se inclina la balanza electoral con el peso del posicionamiento de los jóvenes universitarios.
Lilia Arellano - Opinión EMET


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