Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 29 de mayo de 2012

Esposa de AMLO a Sicilia: “te pongo mi otra mejilla”


Beatriz Gutiérrez y Obrador durante un mitin en Naucalpan, Edomex. Foto: Eduardo Miranda
Beatriz Gutiérrez y Obrador durante un mitin en Naucalpan, Edomex.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- Beatriz Gutiérrez Muller, la esposa del candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, publicó una carta en su Facebook, donde le dice a Javier Sicilia que fue “injusto vapulear al único mexicano que ha dado la cara a favor de víctimas, desprotegidos y marginados”.
Expresamente, Gutiérrez Muller le escribe al poeta:
“Estimado Javier Sicilia: sé que el cariño no excluye la crítica, sé que la admiración no complace el disgusto. Pero también sé que has sido injusto al vapulear al único mexicano que ha dado la cara a favor de víctimas, desprotegidos y marginados, mucho antes incluso que tú. Andrés Manuel es lo mejor que tiene México. Te digo NO al voto nulo, no a la manipulación, no al desconsuelo. Te digo SÍ al amor, sí a la esperanza, sí a la transformación de México por la vía democrática, pacífica y consciente. VIVA AMLO.
Beatriz Gutiérrez Muller.
P.D. Javier Sicilia: aquí te pongo mi otra mejilla.”
El día de ayer, Sicilia acusó al perredista de autoritario y soberbio, así como de dar cobijo a figuras emblemáticas de la represión, como Manuel Barlett, actual candidato al Senado por el Partido del Trabajo (PT).
“Para muchos, usted significa la intolerancia, el resentimiento político, la revancha sin matices, el mesianismo, la incapacidad autocrítica para señalar y castigar las colusiones de su partido que, incluso contra la mejor tradición de la izquierda mexicana, no han dejado de golpear a comunidades indígenas de Chiapas y Michoacán y a estudiantes de Guerrero”, le espetó el poeta al candidato de izquierdas durante el encuentro con víctimas de la guerra antinarco en el Castillo de Chapultepec.



Banqueros piden a EPN aclarar vínculos del PRI con el narco

29 de mayo de 2012 · 5 Comentarios
Elecciones2012 EPN
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña Nieto. Foto: Germán Canseco
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña Nieto.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- Enrique Peña Nieto declinó ante banqueros aclarar las versiones que ligan al PRI con el narcotráfico.
En una reunión a puerta cerrada, a la que los reporteros sólo tuvieron acceso vía un monitor instalado lejos del encuentro del candidato del PRI, el moderador Carlos Elizondo, le pidió detalles sobre sus propuestas ya que les había planteado minutos antes sólo generalidades.
Pero no sólo eso. Le pidió, mientras escuchaban los consejeros de BBVA, les aclarara cómo enfrentar los problemas de seguridad, así como los señalamientos de un posible vínculo entre su partido y el narcotráfico.
Peña Nieto evadió: “este último señalamiento es caer en los señalamientos (sic) de los adversarios y como ya ha dicho mi partido ante los ataques nosotros hacemos propuestas”.
Por el seguimiento que se le pudo dar a la reunión a través de un monitor, el encuentro con consejeros del segundo baco más importante del país, no fue fácil para el priista.
En un pasaje de la misma, Peña Nieto reiteró, con generalidades, las propuestas que ha venido manifestando en diversos foros.
Ante ello, los banqueros le pidieron detallar por lo menos una de las cuatro propuestas de reformas estructurales que según el priísta requiere el país.
Peña Nieto les respondió que para evitar utilizar todo su tiempo describiría la reforma energética. Sin embargo, lo único que hizo fue citar lugares comunes, como el de su admiración por el funcionamiento de Petrobras en Brasil, pero nunca aterrizó en qué consistiría la transformación que propone para ese sector.
Más adelante, cuando se le cuestionó sobre la forma en que abatiría la pobreza, Peña Nieto se dedicó a dar cifras del incremento de pobres en los últios sexenios, pero nunca dijo cómo haría para revertir el problema.

Manifiesto de EPN, insolente y falaz


28 de mayo de 2012 · 15 Comentarios
Análisis
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña Nieto. Foto: Octavio Gómez
El aspirante presidencial priista, Enrique Peña Nieto.
Foto: Octavio Gómez
MEXICO, D.F. (apro).- Sólo la concepción patrimonialista del poder, pero sobre todo la insolencia de creer que los mexicanos son estúpidos, explica que el priista Enrique Peña Nieto ofrezca como novedad lo que la Constitución consagra como derechos para los mexicanos y obligaciones para los gobernantes.
El Manifiesto para una Presidencia democrática, el decálogo que Peña Nieto afirma que contiene los “principios políticos” a los que se apegará si es electo presidente de la República, es una manipulación por hacer creer que con él los mexicanos tendrán las libertades que la Constitución consagra hace casi dos siglos.
Y hay algo más grave: Si Peña Nieto dice que ese “manifiesto” es su respuesta a la movilización de los jóvenes en su contra, rubricada como #YoSoy132, entonces no ha entendido que éstos se han levantado precisamente contra esa visión patrimonialista, falaz e insolente del poder de la que él se ufana –como en la Universidad Iberoamericana– y que su documento ratifica.
El decálogo de Peña Nieto es, también, la aceptación involuntaria de su ignorancia sobre la Constitución, aun cuando se graduó de abogado en la Universidad Panamericana –que quizá por eso no quiere visitar– y, si él no es el autor del documento, entonces la confesión es que tiene más asesores que ideas.
Por eso, si el silencio obsecuente sobre este montaje prevalece entre un sector como cuando lo presentó –el lunes 21– ante “intelectuales” de la talla de Claudio X. González, Fernando Gómez Mont, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, y aun es elogiado por personajes como Emilio Álvarez Icaza, no pueda haber una conducta análoga de quienes conocen mínimamente la Constitución y la historia de México.
Pero cuáles son los diez “principios políticos” que Peña Nieto presenta como oferta de campaña: 1) Libertad de manifestación, 2) Libertad de expresión, 3) Relación con los medios, 4) Derechos humanos, 5) Libertad religiosa, 6) No discriminación, 7) División de poderes, 8) Elecciones libres, 9) Transparencia y rendición de cuentas y 10) Federalismo y transparencia.
Salvo el punto 3), los otros nueve planteamientos presentados como novedad están contemplados en la Constitución: El punto 1) en el artículo 9 y el 2) en los artículos 6 y 7, y hace apenas un año, en junio de 2011, se aprobó una reforma constitucional para reconocer expresamente los derechos humanos.
El punto 5) de la oferta de Peña Nieto se refiere a la libertad religiosa, que ya consagra la Constitución en el artículo 24 y la separación del Estado y las iglesias lo garantiza el 130, y el punto 6), que se refiere a la no discriminación, está garantizado en el mismísimo artículo 1º constitucional.
En cuando a la división de poderes, que ofrece el punto 7) del Manifiesto de Peña Nieto, está previsto en el artículo 49 y las competencias de cada poder se detallan en los artículos siguientes.
Prueba de que Peña Nieto y sus asesores no conocen la Constitución es cuando ofrece elecciones libres, que la Constitución garantiza en el artículo 41, y la transparencia y rendición de cuentas, ofrecidas en el punto 9), están garantizadas en el artículo 6, y el federalismo en el 115.
Hay quienes alegan, aun de buena fe, que es positivo que Peña Nieto se comprometa a respetar estos artículos constitucionales, algunos de ellos letra muerta, pero aceptarlo es convalidar este insolente montaje.
Lo único novedoso en el Manifiesto es el punto 3), en el que Peña Nieto ofrece una relación democrática con los medios y ofrece una reforma constitucional para crear un organismo ciudadano que supervise la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno en medios de comunicación.
Es una burla: Aunque sería positivo un organismo así, lo procedente es que primero exhiba los contratos que como gobernador del Estado de México firmó con Televisa y todos los medios, así como los montos que cobraron las actrices Lucero y Angélica Rivera –su actual mujer– por aparecer en los promocionales, aun si fue de gratis.
Cabe la pregunta: ¿Quién le cree a Peña Nieto? Exacto, yo tampoco…
Apuntes
Este lunes 28 se cumplió un mes del asesinato de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz, donde cuatro días después fueron abatidos otros tres periodistas, sin que el gobernador Javier Duarte –el más apreciado de los gobernadores priistas por Peña Nieto, por servil y cómplice– haya hecho algo relevante no sólo para esclarecer los crímenes, sino para impedir otros. El sábado 26 fue asesinado José Luis Blanco Rosas, investigador y catedrático de la Universidad Veracruzana. Amigo de Regina Martínez, Blanco Rosas, de 51 años de edad, fue hallado muerto el sábado 26, en el interior de su vivienda en la calle Altamirano, en pleno centro de Xalapa. José Julián González Osorno escribió, desde la indignación, un texto que se reproduce en la página web de Proceso y del que reproduzco un fragmento: “¿Qué oscuro espanto se pasea por Xalapa? ¿Qué horror carcome el alma de Veracruz? ¿Qué infinita crueldad siembra muertes y muertes en el corazón de nuestro país? Escribo esto porque no podemos callar. Porque, José Luis, no te habrías quedado callado nunca si un amigo nuestro hubiera sido asesinado. Porque sabíamos, querido José Luis, que un amigo caído es la merma de uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y más pobres…”
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado


¿Qué horror carcome el alma de Veracruz?

28 de mayo de 2012 · 26 Comentarios
Destacado
José Luis Blanco Rosas, maestro de la Universidad Veracruzana. Foto: Tomada de Twitter
José Luis Blanco Rosas, maestro de la Universidad Veracruzana.
Foto: Tomada de Twitter
A José Luis Blanco, quien llevaba un puño en llamas en vez de corazón
XALAPA, Ver., (apro).- Estamos jodidos y hasta la madre. Nos jodió el brutal asesinato -aún sin resolver- de nuestra amiga y compañera Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz, y ahora nos jode y chinga el espantoso homicidio de nuestro querido compañero y amigo José Luis Blanco Rosas, maestro de la Universidad Veracruzana, ocurrido el pasado 27 de mayo en la ciudad de Xalapa, Veracruz. ¿Qué oscuro espanto se pasea por Xalapa? ¿Qué horror carcome el alma de Veracruz? ¿Qué infinita crueldad siembra muertes y muertes en el corazón de nuestro país? Escribo esto porque no podemos callar. Porque, José Luis, no te habrías quedado callado nunca si un amigo nuestro hubiera sido asesinado. Porque sabíamos, querido José Luis, que un amigo caído es la merma de uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y más pobres.
José Luis Blanco era incendiario. Apenas advertía una injusticia, aunque fuese pequeña, alzaba la voz clara y firme. En el aula de clases, en la radio de la Universidad Veracruzana, en sus artículos, en sus libros, en la prensa. Cualquier espacio le era propicio para denunciar y señalar las injusticias con su puño y letra, con su voz y su risa, siempre estruendosa, siempre contagiosa; incomodaba, claro, a quienes usan el poder para cometer tropelías y abusos. Pero no temía. No temió.
José Luis Blanco era, también, un maestro ejemplar, a veces muy exigente con sus alumnos, pero siempre leal a una idea: sacar de ellos lo mejor de sí mismos siguiendo la máxima socrática. Creía que sólo la educación nos salvaría de la barbarie actual, creía que en los jóvenes residía nuestro propio futuro. Y tus alumnos, querido José Luis, no te han dejado solo, no dejarán este crimen en la ignominia. Tristes y consternados, han estado pendientes, querido amigo, han estado preguntando; escribiendo en tu muro del face ya sin ti saludos amorosos desde Orizaba, donde compartías con ellos tus conocimientos.
Tu muerte, José Luis, no podrán echarla al olvido, aunque lo intenten. Cuando estábamos colectando firmas para el comunicado de maestros que enviaríamos a la prensa, un periodista chayotero, de esos que abundan en Xalapa, al servicio del gobierno, me dijo: “no sean imprudentes, no interrumpan la investigación”. Respondí con dos cuestionamientos: “¿eres del gobierno? ¿Somos imprudentes al querer que se esclarezca el asesinato?” Está claro: parte de la prensa en Xalapa quiere tapar la noticia, ocultar la información, impedir que las personas sepan los móviles de este salvaje crimen. Pero no lo lograrán. Hemos sido imprudentes, sí, por no reaccionar a tiempo, por no denunciar antes lo que ocurre en el estado de Veracruz; por permitir que el poder de los políticos y de los narcotraficantes se enquistara profundamente en el seno de la sociedad. Pero tú denunciaste a tiempo. Y hablaste claro y alto.
En junio de 2011, cuando asesinaron al maestro José Luis Martínez Aguilar, profesor también de la Universidad Veracruzana, José Luis Blanco escribió en Código Crítico: “Lo que queda claro es que Veracruz sigue siendo ´una plaza´ dominada por los comandos del crimen organizado. Lo que no sabemos es hasta qué punto mantienen nexos y apoyos con algunos funcionarios del Dr. (Javier) Duarte. ¿Quiénes tienen o mantienen la ´plaza´ del centro de Veracruz? ¿Qué grupo del crimen organizado la tiene? ¿Cuál o cuáles buscan infiltrarse? ¿Quiénes los apoyan desde adentro? ¿Tendremos un Coronel Relumbrón entre los veracruzanos?”
Hoy nos preguntamos lo mismo y agregamos: ¿por qué te mataron tan salvajemente?, ¿quién ordenó tan cobarde acción?, ¿por qué? Tu madre -a quien tanto amaste- te encontró muerto en tu estudio. Pero ella no pensó eso: te desató las manos, te quitó el trapo que amordazaba tu boca y puso bajo tu cabeza una almohada. Estaba segura que despertarías. José Luis: un amigo caído es la merma de uno mismo, es ir haciéndose cada vez más y más pequeños, más y más pobres. Hoy lo sabemos.

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