Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 23 de mayo de 2012

Televisa y la primavera mexicana- Las confusiones del TEPJF

Televisa y la primavera mexicana


Miles protestan en contra de Peña Nieto. Foto: Eduardo Miranda
Miles protestan en contra de Peña Nieto.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO D.F. (apro).- Irónico, Carlos Monsiváis solía decir cuando un acontecimiento rebasaba la capacidad de comprensión de los estamentos políticos y mediáticos en un país tan poco acostumbrado a las sorpresas: “no entiendo lo que pasa o ya pasó lo que entendía”.
Algo muy parecido les ocurrió a los conductores estelares de Televisa, reunidos en el programa de ocurrencias llamado Tercer Grado. El miércoles 16 de mayo, los cinco periodistas que se reúnen a desahogar la agenda del momento de la empresa, protagonizaron una curiosa embestida contra los usuarios de las redes sociales, especialmente en Twitter.
“Promotores de la dictadura del odio”, “en Twitter triunfa quien grita más”, “intolerantes” y, por supuesto, manipulados por los equipos de campaña.
La molestia de los conductores era un simple reflejo del malestar frente a los últimos acontecimientos: el debate sobre los gastos de comunicación de Peña Nieto con Televisa, el desfiguro de Héctor Aguilar Camín que perdió los estribos en uno de los momentos menos afortunados del autor de Vivir en el Golfo, la auténtica insurgencia de las audiencias de Youtube que siguieron paso a paso lo ocurrido aquel “viernes negro” de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana y el contragolpe del video #131 Alumnos de la Ibero Responden. En menos de una semana, esta grabación casera alcanzó 1 millón 2 mil 711 reproducciones, superando con mucho el video-spot de Enrique Peña Nieto.
Televisa pretendió alejarse del centro de la discusión. No eran ellos los impugnados. No era su manipulación informativa ni su sesgo a favor de Peña Nieto lo que generó el malestar. Todo lo ocurrido en las redes sociales es producto de una “mini-minoría” (Loret de Mola dixit) intolerante, promotora del odio y quizá instrumentalizada por los adversarios del candidato del PRI.
Revisar este programa, después de lo ocurrido en los tres últimos días que están cambiando la campaña electoral, ha de resultar muy bochornoso para Televisa y sus conductores.
El sábado 19 de mayo, la marcha anti Peña Nieto o #MarchaYoSoy132 rebasó todas las expectativas posibles. La Primavera Mexicana dejó de ser una entelequia. Los usuarios de las redes sociales salieron del ciberespacio para expresarse en las calles y avenidas de más de 20 ciudades de todo el país. En el Distrito Federal, los cálculos más optimistas hablaron de “poco más de 10 mil” personas. La realidad fue mucho más impactante: fueron más de 46 mil personas, según las propias autoridades capitalinas. Fue una de las marchas de mayor diversidad social, económica y con el sello muy claro de los jóvenes de 18 a 25 años que proclamaron: “estamos haciendo historia”.
Y nadie pudo instrumentalizar a su favor esa marcha. Intentaron a través de algunos medios impresos cercanos al duopolio Televisa-EPN endilgársela a Josefina Vázquez Mota o a Andrés Manuel López Obrador. La marcha fue la continuidad de lo ocurrido en la Universidad Iberoamericana y en otros centros de estudios superiores del país: fue una marcha de rebelión de las audiencias, transformados en ciudadanos hartos de la manipulación televisiva. “No me mientas Televisa”, “Yo sí leo, no veo Televisa” y “¡Fuera Televisa!” fueron de las consignas más mencionadas en esa manifestación.
Al día siguiente, domingo 20 de mayo, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador protagonizaron otra movilización multitudinaria en el Zócalo capitalino. La convocatoria fue también a través de redes sociales. Y la gran mayoría de los asistentes fueron jóvenes. En muchas ciudades europeas, norteamericanas y latinoamericanas hubo expresiones de apoyo al candidato presidencial. Los testimonios están en Youtube, Facebook y una amplia red de blogs, de podcast, de instrumentos de las audiencias deliberativas y convergentes.
El lunes 21 de mayo, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, representantes de decenas de universidades públicas y privadas se reunieron, por primera vez sin la convocatoria del PRD, el PT o Movimiento Ciudadano, en el sitio emblemático de los movimientos estudiantiles mexicanos.
La tarde de Tlatelolco demostró que el punto de inflexión de la campaña presidencial del 2012 lo constituye una de las demandas más sentidas por esta nueva generación de electores: la democratización de los medios masivos de comunicación. El fin del engaño publicitario disfrazado de publicidad. El retorno a la política y a los liderazgos genuinos y no sólo a candidatos mediáticos construidos a golpes de spots, marketing, reality político y encuestas inamovibles.
Las dos consignas espontáneas, surgidas en la plaza de Tlatelolco, ante el evidente apoyo de los universitarios por López Obrador fueron dos: “¡Fuera Televisa!” y “¡Fuera Elba Esther Gordillo!”. Los dos poderes fácticos que para muchos son piedras angulares de la campaña de Peña Nieto.
Televisa tuvo que recular a medias. En la noche, Joaquín López Dóriga transmitió en su noticiero estelar de Canal 2 las imágenes de las tres concentraciones. Incluso, se transmitieron partes sustanciales de los videos de los estudiantes de la Iberoamericana.
Calcularon mal. Hicieron una pésima lectura del malestar en las redes sociales. Lo sucedido en el recinto de Santa Fe no fue una anécdota más en la imparable marcha hacia la inevitabilidad del triunfo de Enrique Peña Nieto. Fue el banderazo de salida para que muchos estudiantes pasaran a la movilización.
La Primavera Mexicana no se explica sin el malestar contra Televisa. No es sólo una movilización más en función de contrarrestar al candidato puntero. Con la soberbia de quienes anticipan el dominio del próximo sexenio, Televisa y el PRI convirtieron a esta elección en un referéndum en torno a la telecracia. Y son los jóvenes, las audiencias del futuro, los votantes de este año, quienes han tomado la plaza pública para expresar su profundo descontento.
¿Eso es promover el odio? ¿Eso es ser intolerante? Se equivocaron los estrategas de Televisa. Y se equivocó más el equipo de Peña Nieto.
La mañana de este martes 22 de mayo, Carlos Loret realizó un ensayo fallido de “control de daños”. En Primero Noticias entrevistó a estudiantes de la Ibero. Intentó revivir la idea diazordacista de que “fuerzas oscuras” de la izquierda mexicana o del lopezobradorismo impulsaron a los estudiantes a protestar en contra de Peña Nieto. Le salió el tiro por la culata.
Televisa no es un medio solamente, se ha convertido en un fin, en uno de los principales actores del poder que ha frenado la transición a la democracia. Y si nadie le gritó en las calles a Felipe Calderón fue porque antes de que termine su sexenio, los jóvenes de la Primavera Mexicana ya lo enviaron anticipadamente al baúl del desprecio de la historia.
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Las confusiones del TEPJF

Sesión en el TEPJF. Foto: Octavio Gómez
Sesión en el TEPJF.
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Aunque el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó el 16 de mayo un nuevo acuerdo para realizar un conteo rápido de la jornada electoral del 1 de julio y difundir sus resultados, sólo se sabrá si esto procede cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resuelva los recursos que se interpondrán en contra del mismo.
La incertidumbre se genera por tres razones: una, las impredecibles e inconsistentes interpretaciones de la normatividad que hace el TEPJF; dos, la resolución del mismo TEPJF sobre el primer acuerdo del consejo; y tres, las disposiciones que los legisladores introdujeron en la reforma al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) en 2008. En el presente artículo se abordarán los dos últimos puntos, pues el primero es tan grave y los ejemplos al respecto tan variados que bien vale la pena un análisis por separado.
Al anular el primer acuerdo, los tres magistrados que votaron a favor del proyecto que presentó el magistrado Constancio Carrasco mostraron su ignorancia (junto con el ponente) sobre asuntos fundamentales del proceso electoral. La primera muestra de su desconocimiento se dio al señalar que el conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) “persiguen idéntico propósito” y “tienen objetivos comunes; en concreto, conocer una estimación preliminar de los resultados de la votación de la elección de presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, basados en una inferencia estadística referida a la tendencia de la votación”. Nada más alejado de la realidad.
Más adelante, en la sentencia afirman: “Ambos sistemas se diseñaron para informar al público sobre el flujo del acumulado de la votación conforme se reciben los paquetes electorales en los Consejos Distritales de los comicios de la elección de presidente de la República, mediante la captura y publicación de los datos asentados en las actas de escrutinio y cómputo levantadas por las mesas directivas de casilla instaladas durante la jornada electoral”. Otra vez se equivocan.
El objetivo del conteo rápido es el que indican en el primer párrafo; y el del PREP, el que mencionan en el segundo. Como puede verse, tanto los procedimientos como los objetivos son muy diferentes: el conteo rápido se consigue a partir de los resultados obtenidos en casillas seleccionadas mediante un procedimiento estadístico cuyo objetivo es estimar el resultado final; en el caso del PREP, el flujo lo determinan una serie de factores que nada tienen que ver con procedimientos científicamente probados. Se trata de factores como la cercanía de las casillas al Consejo Distrital; la cifra de electores que sufragaron en cada casilla y el horario en que lo hicieron; el número de elecciones que se realizó en cada entidad (en aquellas donde hay elecciones concurrentes –que pueden ser para presidente, gobernador, diputados y ayuntamientos– se retrasa el cierre de las casillas); las facilidades de transporte, etcétera. Y el objetivo del PREP no es hacer una estimación del resultado final, sino simplemente difundir información pública en tiempo real.
Esta confusión de conceptos, procedimientos y objetivos llevó a los magistrados a una conclusión totalmente equivocada: “Por tanto, la coexistencia de los procedimientos señalados puede provocar especulación, habida cuenta que los procedimientos de estimación muestral probabilísticos llevan implícito cierto grado de incertidumbre, por el margen de error a que están sujetos dichos conteos de votos estimatorios; de ahí que para privilegiar los principios de certeza y objetividad es indispensable evitar la propagación de datos preliminares y/o probabilísticos que puedan ser contradictorios”.
Lamentablemente, este es el precedente, y con su resolutivo el TEPJF prácticamente le está diciendo al IFE: “Tienes que optar por uno de los dos procedimientos, pero no puedes realizar ambos”.
Después, en un comunicado de prensa (no en una resolución del pleno) el tribunal abrió la puerta para un nuevo acuerdo a condición de que se precisaran más los criterios para seleccionar la muestra de casillas. Esto fue lo que hizo el Consejo General del IFE en el acuerdo del pasado miércoles. Sin embargo, un comunicado de prensa no es ningún precedente, como sí lo es una resolución votada en el pleno; así que no se sabe cuál de los dos criterios aplicará el TEPJF.
Además, en la última reforma los legisladores introdujeron un cambio que se refiere a una atribución del consejero presidente, la cual queda sujeta a la interpretación del TEPJF.
Antes, el inciso “k” del párrafo primero del artículo 83 del Cofipe señalaba: “Los resultados de dichos estudios (conteos rápidos) sólo podrán ser difundidos cuando así lo autorice el Consejo General”. Y, por ello, desde el año 2000, en el mismo acuerdo donde se autorizaba la realización de los conteos rápidos había también un punto que autorizaba su difusión.
Pero ahora el inciso “l” del párrafo 1 del artículo 119 dice: “Los resultados de dichos estudios deberán ser difundidos por el consejero presidente, previa aprobación del Consejo General, después de las 22:00 horas del día de la jornada electoral”.
El punto 10 del proyecto de acuerdo que se aprobó el miércoles pasado sí incluía este “previo acuerdo del Consejo General”; sin embargo, en la mesa del consejo se eliminó dicha frase y quedó simplemente: “Se instruye al consejero presidente del Consejo General a que dé a conocer a la opinión pública, una vez que tenga el informe del Comité Técnico, los resultados del conteo rápido…”.
Aunque este punto, con una redacción muy similar, no fue impugnado en el acuerdo de marzo, se puede anticipar que sí se impugnará en esta ocasión, y el tribunal tendrá que interpretar si esta nueva redacción implica que la autorización se tiene que hacer el mismo día de la jornada electoral o se puede adelantar, como ha sido la tradición. Si la interpretación del TEPJF es la primera, se puede vaticinar un reality show la noche del domingo 1 de julio, pues sea cual fuere el resultado de la elección y, por ende, el conteo rápido, habrá partidos que se opondrán a la difusión de los resultados, tal como ocurrió el domingo 21 de agosto de 1994, a pesar de que las cifras oficiales favorecían ampliamente al candidato tricolor.
De ser así, el resultado electoral no se conocerá (como es la intención del conteo rápido) entre las 10:00 y las 11:00 de la noche, sino en las primeras horas del día siguiente, una vez que se agote una larga y seguramente folclórica discusión en la mesa del Consejo General del IFE.

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