Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 3 de junio de 2012

La lucha mundial de clases: la geografía de la protesta- BAJO LA LUPA- TELESCOPIO

La lucha mundial de clases: la geografía de la protesta
Immanuel Wallerstein
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Protesta de estudiantes canadienses, ayer en MontrealFoto Reuters
 
          Cuando son buenos los tiempos, y la economía-mundo se expande en términos de nueva plusvalía producida, la lucha de clases se acalla. Nunca desaparece, pero en tanto exista un bajo nivel de desempleo y los ingresos reales de los estratos más bajos suban, aunque sólo sea en pequeñas cantidades, los arreglos sociales son la orden del día.
Pero cuando se estanca la economía-mundo y el desempleo real se expande considerablemente, esto significa que el pastel total se encoge. La cuestión entonces resulta ser quién cargará el peso del encogimiento –dentro de cada país y entre países. La lucha de clases se torna aguda y tarde o temprano conduce a un conflicto abierto en las calles. Esto es lo que ha estado ocurriendo en el sistema-mundo desde la década de 1970 y del modo más dramático desde 2007. Hasta ahora, el estrato más alto (el uno por ciento) se ha aferrado a su tajada, de hecho la ha incrementado. Esto necesariamente significa que la tajada del 99 por ciento se ha encogido.
La lucha por las asignaciones gira primordialmente en torno a dos aspectos del presupuesto global: los impuestos (cuánto y para quiénes) y la red de seguridad para el resto de la población (gastos en educación, salud, y garantías para un ingreso de por vida). No hay país en el mundo donde esta lucha no esté ocurriendo. Pero estalla en algunos países con más violencia que en otros –debido a su localización en la economía-mundo, a su demografía interna, y debido a su historia política.
Una aguda lucha de clases hace surgir, para todos, la pregunta de cómo manejarla políticamente. Los grupos en el poder pueden reprimir duramente los disturbios populares, y muchos lo hacen. O, si los disturbios son muy fuertes para los mecanismos represivos, pueden intentar cooptar a los manifestantes fingiendo unirse a ellos y así limitar el cambio real. O hacen ambas cosas: intentan primero la represión y si ésta falla, cooptan a la gente.
Los manifestantes también enfrentan un dilema. Comienzan siempre con un grupo valeroso relativamente pequeño. Necesitan persuadir a un grupo más grande (que es mucho más tímido políticamente) que se les una, si es que han de impresionar a los grupos que detentan el poder. Esto no es fácil pero puede ocurrir. Sucedió en Egipto en la plaza Tahrir en 2011. Ocurrió con el movimiento Occupy en Estados Unidos y Canadá, Ocurrió en Grecia en las últimas elecciones. Ocurrió en Chile en las huelgas estudiantiles que han perdurado. Y en este momento parece ocurrir de un modo espectacular en Quebec.
Pero cuando ocurre, ¿entonces qué? Hay algunos manifestantes que desean expandir sus estrechas demandas iniciales hacia demandas fundamentales de mayor amplitud y deconstruir el orden social. Y hay otros, siempre hay otros, que están listos para sentarse con los grupos en el poder para negociar algún arreglo.
Cuando los grupos en el poder reprimen, con mucha frecuencia avivan las flamas de la protesta. Pero muchas veces la represión funciona. Cuando no funciona y los grupos en el poder hacen arreglos y cooptan, a veces son capaces de neutralizar políticamente a los manifestantes. Esto es lo que parece haber ocurrido en Egipto. Las recientes elecciones conducen a una segunda ronda entre dos candidatos, ninguno de los cuales apoyó la revolución de la plaza Tahrir –uno es el último primer ministro del depuesto presidente Hosni Mubarak, y el otro es un líder de la Hermandad Musulmana cuyo objetivo primordial es instituir la sharia en la ley egipcia y no implementar las demandas de aquéllos que estuvieron en la plaza Tahrir. El resultado es una cruel opción para el aproximado 50 por ciento que no votó en la primera ronda por ninguno de los dos que contaron con la mayor pluralidad de votos. Esta desafortunada situación, resultó de que los votantes pro plaza Tahrir dividieron sus votos entre dos candidatos con antecedentes algo diferentes.
¿Qué habremos de pensar de todo esto? Parece existir una geografía de la protesta que cambia rápida y constantemente. Salta aquí y luego es reprimida, cooptada, o se agota. Y tan pronto como esto ocurre, salta en otra parte, donde de nuevo se le reprime, se le coopta o se agota. Y luego salta en un tercer lugar, como si por todo el mundo fuera irreprimible.
Es irreprimible por una simple razón. El apretón a los ingresos mundiales es real, y no parece que vaya a desaparecer. La crisis estructural de la economía-mundo capitalista hace inoperantes las soluciones convencionales a las caídas económicas, no importa qué tanto nuestros expertos y políticos nos aseguren que hay un nuevo periodo de prosperidad asomándose en el horizonte.
Vivimos en una situación mundial caótica. Las fluctuaciones en todo son vastas y rápidas. Esto se aplica también a la protesta social. Esto es lo que miramos conforme la geografía de la protesta se altera constantemente. Ayer fue la plaza Tahrir en El Cairo, las marchas masivas desautorizadas con sartenes y cacerolas en Montreal hoy, y en alguna otra parte (probablemente sorpresiva) mañana.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein


Bajo la Lupa
La trampa Tucídides: guerra de EU por temor al ascenso de China
Alfredo Jalife-Rahme
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Trabajador industrial de Zibo, Shandong, en la semana recienteFoto Reuters
 
      Un analista posmoderno debe estar siempre en interacción con sus lúcidos lectores, quienes han mostrado, para mi gran asombro, una gran cultura y un enorme interés sobre la geoestrategia de China.
Fueron muy tonificantes los profundos comentarios y las acertadas correcciones de los lectores el miércoles pasado sobre Vulnerabilidades de China: alimentos, hidrocarburos, control financierista y portaviones (ver Bajo la Lupa, 30/5/12).
Los principales militares de Estados Unidos, general Martin Dempsey, jefe de estado mayor de las fuerzas conjuntas, y general James Cartwright, anterior vicedirector de las fuerzas armadas conjuntas, durante una conferencia en Virginia Beach, Virginia, Guerra conjunta, se pronunciaron en contra de un conflicto con Rusia y China.
El general Martin Dempsey advirtió sobre el peligro de caer en la trampa de Tucídides: decretar la guerra simplemente por temor al poder ascendente de China.
En su Historia de la guerra del Peloponeso, el genial Tucídides (siglo V a.C.) redactó que lo que hizo la guerra inevitable (sic) fue el crecimiento del poder de Atenas y el miedo que esto provocó en Esparta.
A juicio del general Martin Dempsey existe amplia historia sobre el trato de una superpotencia con una potencia en ascenso, por lo que Estados Unidos debe ser la superpotencia que rompa ese paradigma. Indicó que existen excelentes (sic) relaciones militares con China a nivel de servicio y que se está tratando de elevarlas uno o dos puntos.
En efecto, el general Martin Dempsey hace mucho que ha advertido en contra de caer en la trampa de un conflicto con China simplemente por el temor de su acenso como potencia global.
Los dos importantes militares son unas palomas frente a los superhalcones del Partido Republicano y su flamante candidato Mitt Romney (el tercer Bush), quienes en su vida no han disparado una arma pero están dispuestos a detonar la tercera guerra termonuclear contra China y Rusa, valiéndose del inflamatorio contencioso de Irán.
En la principal conferencia del 15 de mayo, el general James Cartwright fustigó el proceso en el Congreso y el ala ejecutiva (sic) donde se están acumulando recursos para llevar agua al molino de la estrategia bélica de la administración Obama, que se basa primordialmente en el concepto de batalla aire-mar (air-sea battle: ASB).
El concepto ASB ha sido desarrollado conjuntamente por la fuerza aérea y la marina en contra de medidas anti acceso/ negación de territorio (anti access/ area denial): tomadas por ciertos (sic) países para mantener a las fuerzas de Estados Unidos lejos de un rango en caso de un conflicto.
El antecedente de ASB fue la doctrina batalla aire-tierra (air-land battle: ALB) de la década de los 80, en la que el ejército terrestre y la fuerza aérea desarrollaron un plan de batalla en contra de la formación de tanques soviéticos estacionados en Europa.
El Pentágono es muy ambiguo en admitir que ASB está destinado a China y, en menor medida, a Irán.
¿El teatro de batalla en Irán sería la experimentación de ASB contra China?
Los proponentes de ASB no se atreven a tocar ni siquiera con el pétalo de una rosa sin espinas a Rusia, cuyo arsenal nuclear puede hacer desaparecer del mapa a Estados Unidos en 15 minutos; los dos, Estados Unidos y Rusia, se extinguirían mutuamente. Corre una broma geoestratégica, de que en caso de una guerra entre Estados Unidos y Rusia el gran vencedor resultaría China.
El general James Cartwright criticó a quienes ven en el ASB el Santo Grial para el Pentágono en el futuro y señaló que su grave problema versa en la innecesaria demonización de China, lo cual no está en los mejores intereses de nadie. So what?
El general James Cartwright reconoció que la reciente estrategia pivote –la doctrina Obama para Asia: retiro de tropas de Irak y Afganistán y reposicionamiento en las salidas de los mares de China (mar del Sur, mar Amarillo y mar del Este)– ha sido interpretada como si Estados Unidos hubiese abandonado al resto del mundo para concentrarse en contener a China. Rechaza que esto sea así pero reconoce la contradicción inherente entre la estrategia pivote de Obama para Asia y el concepto ASB, con el fin de formular una estrategia homogénea.
Esta búsqueda de la estratégica cuadratura del círculo se complica más debido a la impugnación de Rusia en contra del despliegue de Estados Unidos de su escudo misilístico de defensa en Europa, por lo que el general James Cartwright aconsejó reconsiderar la estrategia de Estados Unidos con China y Rusia antes de entrar a un conflicto estratégico (sic) con ambos.
El general James Cartwright divulgó las dos preocupaciones que le han sido expresadas en su diálogo con Rusia: 1) la posibilidad de que el escudo misilístico de defensa de Estados Unidos sea capaz de alcanzar y tocar su sistema intercontinental balístico de misiles (ICBM, por sus siglas en inglés) y, por consecuencia, desajustar el equilibrio de poder”; 2) la potencialidad de que se genere un escenario en que Estados Unidos lance un ataque preventivo y luego utilice el escudo misilístico para eliminar sus fuegos residuales (v.gr. lanzamiento de represalias de sus remanentes ICBM).
The last but not the least: la preocupación de Rusia sobre el escudo de misiles de Estados Unidos (Block IIB Standard) a instalar en Polonia y Rumania, que el general ruso Nikolai Makarov ha amenazado destruir en forma preventiva.
Al unísono de la mencionada conferencia de Virginia Beach, se celebró un debate sobre el concepto ASB bajo los auspicios de Brookings Institution en Washington en el que el jefe de estado mayor de la fuerza aérea, general Norton Schwartz, y el almirante Jonathan Greenert, jefe de operaciones navales, intentaron convencer a su audiencia de las supuestas bondades del ASB, negando que estuviese destinado a cualquier potencial adversario en particular. ¡Cómo no! ¿Cuál sería entonces su utilidad, en última instancia, en momentos del recorte del presupuesto del Pentágono y de la grave crisis económica de Estados Unidos?
Lo que emergió de la discusión en Brookings Institution fue el reparto de tareas de la fuerza aérea y la marina con la necesidad de Estados Unidos para mantener la libertad militar de acción en cualquier parte del mundo. ¡Uf!
Según el almirante Jonathan Greenert, no se trata de una campaña particular, sino de un importante objetivo estratégico para el acceso (sic), es decir, Estados Unidos no puede permitir la inaccesibilidad de cualquier punto del planeta que considere fundamental para el libre intercambio global de bienes y servicios.
Se desprende que la palabra acceso es jerárquicamente prioritaria para la presencia de Estados Unidos en el océano Pacífico, responsable en gran medida del crecimiento económico y la estabilidad en la región, como ha sucedido en las pasadas décadas. Ergo, la estratégica cuadratura del círculo que no despejó el general James Cartwright, su colega más bélico, el almirante Jonathan Greenert la resolvió a su manera sofista: conectó el concepto ASB con el pivote estratégico en la Cuenca del Pacífico.
A mi juicio, si se trata del océano Pacífico, es evidente que todo tipo de contramedidas se aplica específicamente a China y a su economía orientada a las exportaciones. La palabra acceso se refiere a los mares de China que son su oxigenación al océano Pacífico. Estados Unidos desentierra a Tucídides 26 siglos más tarde.
Telescopio
El buscón
 
         La crisis en el río de la Plata: El diario opositor uruguayo El País destaca que las ventas uruguayas a Argentina cayeron 17.2 por ciento este trimestre, debido a restricciones cambiarias establecidas por el gobierno de Buenos Aires. Su compatriota oficialista La República dice que las exportaciones uruguayas (a todo el mundo) aumentaron 9.3 por ciento. El primero de los dos cotidianos agrega que el vicepresidente, el socialista Danilo Astori, de la derecha del Frente Amplio, quiere reunirse con el presidente José Pepe Mujica, que hizo renunciar a un ministro (el de Turismo, Héctor Lescano) y al director de UTE, ambos miembros de su tendencia. El diario denuncia también el factor Topolansky tras el poder, o sea, la influencia de la senadora Lucía Topolansky, compañera de Mujica y mujer fuerte del equipo gobernante. Del otro lado del río, en Argentina, tanto Clarín como La Nación destacan el lock out patronal de una semana de duración decretado por las organizaciones de los propietarios rurales de la provincia de Buenos Aires debido a la revaluación de sus tierras (pagaban impuestos sobre la base de datos de 1955). La Nación también destaca las dificultades para comprar dólares. Página 12, tan oficialista que festejó su 25 aniversario sin mencionar a su fundador y director durante varios años porque ahora está contra el gobierno, publica respecto al dólar que el ministro de Comercio Interior pidió a las casas de cambio que bajen el precio de esa moneda en el mercado negro a 5.10 (está actualmente casi a seis pesos por billete verde).
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Noticias de Bolivia: El Diario destaca la 42 Asamblea General de la OEA, que se realiza en Cochabamba, e informa, al igual que Página 7, que el secretario general, Miguel Insulza, recibirá a los indígenas que marchan para protestar por una carretera que cortaría la reserva natural donde viven. En la reunión de la OEA se tratará también el problema de la salida al mar para Bolivia. El Diario y La Razón informan que 250 mineros asalariados bloquean el camino entre Oruro y La Paz para exigir que el gobierno expulse de la mina Colquiri a mineros cooperativistas que la ocupan. Página 7, por su parte, subraya que por 22 veces consecutivas los trotskistas conquistaron con 70 por ciento de los votos la dirección de la Federación de Maestros de La Paz, y publica que los vecinos de un barrio de El Alto decidieron enrejarlo para evitar delitos en el mismo. Por último, Los Tiempos comunica que el precio de los minerales que Bolivia exporta cayó en un promedio de 15 por ciento y añade que la economía brasileña apenas tuvo un crecimiento de 0.2 por ciento.

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