Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 3 de junio de 2012

«Soy 132 por la miseria que veo»- Entre piratas y puritanos- La nueve y su congreso- Los palos del ciego


Primavera mexicana
Soy 132 por la miseria que veo
Expresiones de algunos de los que reclaman su papel ciudadano
Me hace feliz ver el movimiento. Siento que hay esperanza

Foto
El 23 de mayo pasado miles de personas marcharon en torno a #YoSoy132 y se plantaron frente a la sede de TelevisaFoto José Carlo González


Arturo García y Laura Poy


Periódico La Jornada
Domingo 3 de junio de 2012, p. 2

Miles de estudiantes de universidades públicas y privadas forman parte del movimiento #YoSoy132. Pertenecen a una generación que está emigrando de la televisión a Internet. No obstante la diversidad de su procedencia social y económica, de sus estilos de vida, de sus formas de ver el mundo, comparten una preocupación por el estado de las cosas y tienen un anhelo común: un mejor país para todos. A continuación, una muestra de ese universo; breves historias del conglomerado al que uno se refiere en general como los jóvenes y que hoy reclaman su lugar como ciudadanos.
Ana Laura, egresada de la Universidad Iberoamericana: Soy cirujana y paramédico altruista; también me interesa el movimiento animalista. Soy 132 porque estoy contra la imposición de un candidato por parte de la televisión y en favor de la libertad de expresión. Yo me politicé desde que empecé a perder a seres cercanos por la inseguridad, asesinados o secuestrados; me di cuenta de que como ciudadanos también nos corresponde hacer algo. Gracias a Internet y a las redes sociales he tenido información importante para abrir los ojos a muchas cosas de las que no tenía conocimiento. Lo que más emociona es la unión entre escuelas públicas y privadas, hemos hecho a un lado si tú tienes más o yo tengo menos dinero. Nos une el mismo fin.
Mara, relaciones internacionales, Universidad Insurgentes: Soy 132 por la miseria que veo, el engaño cotidiano del gobierno, las desigualdades y la opresión social. Me preocupa mi futuro, pero también el de los demás. Siento la inestabilidad social y económica en la que vivimos, la falta de oportunidades. Me gusta informarme por canales alternativos en Internet, casi no veo televisión. Me conecto a Facebook y Twitter casi tres horas diarias. Hoy pedimos una solución, pero no sólo a los medios; queremos garantizar una vida digna a cada persona que vive en el país. Ya no estamos callados; nos motiva la revuelta estudiantil del 68, pero también otros ejemplos, como nuestros papás que trabajan todos los días y cada vez ganan menos, y eso pasa no sólo entre la clase media o baja, por eso hay esta unión entre universidades. Ya no importa si eres de pública o privada, la crisis se ve igual para todos. En este momento lo que me hace feliz es luchar y saber que aún puedo hacer cosas por mí.
Gabriela Martínez, segundo semestre en la Facultad de Ciencias Políticas, UNAM: Me gusta el rock independiente, un poco el jazz y leer, leo mucha novela. Lo último que he leído es Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa. Antes de entrar a la UNAM yo era ajena a la política. Pero me fui empapando de la historia de México y de la situación actual y me di cuenta de que estamos controlados, que vivimos como dentro del libro 1984, de George Orwell, en un mundo donde no nos permiten expresarnos libremente. Antes de que pasara lo de la Ibero, pensaba que las universidades privadas eran ajenas a cualquier problema social, pero me da gusto que se haya dado ahí, porque se rompen las barreras que tanto nos separan y aunque seamos diferentes podemos luchar por un solo objetivo.
Antonio, ingeniero en electrónica y comunicaciones por el Tec de Monterrey: Soy empresario, radico en Estados Unidos. Tenía un negocio en Monterrey, pero me fui porque la violencia era insoportable. Algunos me dicen que fui cobarde pero lo único que hice fue cuidar mi vida. Algún día voy a regresar y aportar algo a mi país. Es increíble, pero viviendo fuera me di cuenta de lo que realmente pasa, de cómo los medios manipulan la información. Por eso vengo a apoyar, no pertenezco a ningún partido político pero soy una persona participativa, me interesa el bien común y no me gusta quedarme callado; estoy hasta el gorro de los gobiernos que hemos tenido y de que las televisoras descaradamente impongan candidatos. Soy una persona alegre, disfruto la vida, me gusta la trova, el rock en español y en inglés y la lectura. Uno de mis escritores favoritos es Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina, donde escribe la historia desde [la perspectiva de] los vencidos y no de los vencedores.

Omar, Ciencias Políticas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM: Es un movimiento genuino y plural. No es la vieja izquierda radical. Me movió el que se denuncie la imposición de un candidato con el que la mayoría de las personas no estamos de acuerdo. Conocemos a los dinosaurios del PRI y su forma de gobernar al estilo represor. Hoy no hay oportunidades para los jóvenes y somos el último boom demográfico; eso me preocupa, pero este despertar ha causado mucha empatía, porque busca democratizar a los medios y al país, pero también cambiar la forma de hacer política en México. Casi no veo televisión, prefiero leer medios imparciales y literatura latinoamericana. Me informo por Twitter o Facebook. Y lo que más me hace feliz es la libertad, sin represión ni violencia.
Daniel López, 6° semestre en la Facultad de Derecho de la UNAM: Vivo en Texcoco. Oigo rap, reggae y trova. Lo más reciente que leí son Las intermitencias de la muerte, de José Saramago. Yo sabía que algo pasaba en el país, pero por pereza no quería hacer nada, y no participaba en política porque en las escuelas siempre ha habido grupitos de gente que sabe mucho de Marx y hablan entre sí pero son muy cerrados. Cuando vi lo de la Ibero contra Peña Nieto no fue un despertar, más bien fue un cachetadón para los que estaban durmiendo o para los que se hacían los dormidos. Me importó la política porque vi que a otros jóvenes les importaba, me sentí identificado. No puedes dejar de comparar este movimiento con el de 68, pero ahora tenemos más herramientas para hacernos escuchar, basta que prendas tu computadora y que uno de tus contactos haya pegado algo en su muro de Facebook para que estés enterado. Eso nos pone al parejo con los que gobiernan porque Facebook es ingobernable. Claro que no somos iguales, a las marchas puede ir un estudiantes con unos tenis del tianguis y otro con zapatos bien buenos, del aparador. Eso no importa, en el movimiento estamos al parejo y queremos lo mismo.
Paula, Facultad de Arquitectura, UNAM: El movimiento es importante para que se vea que los jóvenes tenemos opinión. Muchos de nosotros vamos a votar por primera vez; es importante que nos escuchen porque nosotros somos los que vamos a mover al país dentro de unos años. Me preocupa la represión y la violencia. Es una pena que un país tan bonito como el nuestro esté tan jodido. Por eso apoyo esta lucha, porque, aunque no veo los canales de Televisa y Tv Azteca, hay mucha gente que sólo tiene esa opción y no es justo que sólo les muestren la información que quieren. Somos pocos quienes nos informamos por Internet y en las redes sociales. Cuando salgo a las calles me hace feliz ver el movimiento. Siento que hay esperanza. Está bien que todos se quieran informar antes de votar, porque se supone que nosotros estábamos destinados a ser la generación de la indiferencia y ya ve, estamos aquí, en la calle y en la lucha.
Fernanda, 23 años. Traducción, Angloamericano: A mí me motiva el cambio que surge gracias a los estudiantes. Pasamos por una situación delicada para elegir presidente y más si no están siendo sinceros en medios, si están escondiendo todo. Me angustia que gobierne alguien que ignora la realidad del país, que no está preparado para una verdadera transformación y que no se preocupe por lo que pasa; por eso me gustaría que todo mundo abriera los ojos. Que ya no nos digan mentiras. No queremos volver al viejo sistema político que no nos hizo ningún bien. Me encanta pintar; es mi pasión. Leo mucho los periódicos y en Internet. Hoy me hace feliz que muchos ya están despertando, que comiencen a ver lo que le pasa a México; es reconfortante.
Entre piratas y puritanos
Jorge Durand
        El tema migratorio en Estados Unidos es de vital importancia. Requiere una solución política. Pero este camino se ha cerrado, porque los medios han explotado el tema y polarizado a la sociedad. Se ha llevado el asunto al campo de la moral y la legalidad, donde no hay concesiones, y muchos lo han aprovechado para sus campañas electorales.
Para los medios masivos de comunicación la migración es un tema candente, que hay que reportar y sobre el cual opinar. Una cadena supuestamente liberal, CNN, tenía como comentarista estrella a Lou Doobs, el más insidioso y nefasto comunicador, quien opinaba sobre los extranjeros ilegales y ponía en ridículo a los políticos que se atrevían a hablar en su favor. Finalmente fue despedido por una campaña que comenzó un profesor universitario, apoyado masivamente en las redes sociales y por el público latino. CNN en español se daba el lujo de pasar a Carmen Aristegui, pero no retransmitía las opiniones de Doobs en su canal en español. El doble discurso finalmente acabó.
Día tras día la prensa, la radio y, sobre todo, la televisión de la nación de migrantes por excelencia han logrado convertir una mayoría en furiosos antimigrantes. Los demás han aprendido a callarse. Los republicanos proclaman que son verdaderos conservadores, pero ningún liberal se atreve a decir que son liberales y a mucha honra.
El resultado ha sido la polarización del tema migratorio entre el público estadunidense, pues muchos consideran que lo dicho en la tele es verdad. El planteamiento maniqueo llega al extremo de negar una realidad evidente: nadie se queja de tener lechugas baratas en el supermercado, pero la mayoría califica de invasores e ilegales a quienes las recogen.
Al respecto, el premio Nobel John Steinbeck, originario de Salinas, California, y autor de El invierno de mi desazón, escribe que la cultura estadunidense se debate entre el espíritu del pirata y el alma puritana. Así se forjó esta nación, con una doble moral que permite aprovecharse del trabajo barato y condenarlo por ilegal.
Este doble rasero se hizo ley en 1952, cuando se promulgó la llamada Texas Proviso, que condenaba a los indocumentados por trabajar sin permiso pero exoneraba explícitamente a los empleadores que los contrataran. La hipocresía ha sido parte consustancial de la política migratoria estadunidense. La ley vigente (IRCA), que corrige la Texas Proviso, plantea sanciones a quienes contraten indocumentados, pero en la práctica no se aplica. Por el contrario, se penaliza al migrante que no puede aprobar el nuevo sistema de control laboral conocido como E-verify, (Employment eligibility verification). De las sanciones a empleadores nadie habla, y la cuerda se rompe por lo más delgado cuando el trabajador tiene que demostrar su legalidad.
La doble moral se manifiesta también en los impuestos que los migrantes deben pagar y de los cuales no obtendrán ningún beneficio. El gobierno y la seguridad social tienen una bolsa especial de contribuciones de traba- jadores no autorizados que alcanza un trillón de dólares. Los piratas se quedan con el dinero y los puritanos los acusan de no estar autorizados para trabajar, pero sí para pagar impuestos.
Finalmente la migración ha entrado en el campo electoral, considerándose asunto federal y no de competencia estatal, pero en 1996 una ley promulgada por el demócrata y liberal Bill Clinton permitió que se legislara a escala estatal sobre política social y se definiera localmente si se apoyaba o no a los migrantes. Esto dio pie a la ley de Arizona SB-1070 y a varias miles de propuestas antimigrantes.
A partir de esta norma (IraIIra) los políticos locales conservadores han encontrado en el tema migratorio un argumento para sus campañas electorales. Pero muchas veces detrás de aquellos que acusan a los migrantes de ilegales se esconden los nativistas, racistas, fascistas y xenófobos que propugnan por el english only y la supremacía blanca. Todos se ufanan de ser defensores de la legalidad y justifican así su intransigencia.
La politización del tema migratorio, discutido con argumentos de la moral puritana y proclamada a los cuatro vientos por los medios, ha cerrado el camino a cualquier reforma migratoria. La política es la ciencia de hacer posible lo necesario. Es urgente, no sólo necesario, sacar a 11 millones de personas de las sombras que sólo reclaman el derecho a trabajar, integrarse y ser parte, con derechos plenos, de la sociedad en que viven y trabajan.
Hay migrantes que llevan más de 20 años viviendo y trabajando honestamente en Estados Unidos. Pero una falla en el coche, una calavera dañada y un policía intransigente, amparado por los acuerdos legales con la migra (285g), tiran toda una vida por la borda. No importa que tengan tres hijos, que sean estadunidenses, que la familia sea fundamental para la sociedad. El migrante ha pecado, es ilegal. Se le puede explotar, pero no perdonar.


La nueve y su congreso
Francisco Nicolás Bravo Herrera *
        El pasado lunes 28 de mayo nos enteramos por este medio que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) emitió convocatorias para la realización de congresos para renovación de comités ejecutivos en las secciones 22 de Oaxaca, 14 de Guerrero, 13 y 45 de Guanajuato, 29 de Tabasco y 44 de Durango; sin embargo, la nueve del Distrito Federal nuevamente quedó marginada de esos actos. Ello quiere decir que, bajo la lógica de la toma de nota, a los 58 mil maestros de prescolar, primaria y niveles especiales se nos niega el derecho de elegir libre y democráticamente a nuestros representantes sindicales.
Cabe recordar que el último congreso seccional se realizó en 1998, en el cual fue electa Blanca Luna Becerril, quien debió terminar en 2001 pero que, después de su traición al Movimiento Democrático, fue sostenida por Elba Esther Gordillo Morales hasta 2008. La condición irregular de nuestra sección lleva ya 11 años.
En mayo de 2008 el CEN del SNTE emitió la convocatoria para llevar a cabo el 23 congreso para renovar el comité seccional. En las asambleas delegacionales realizadas el 30 de junio (todas, mañosamente programadas un día antes del evento) los maestros democráticos ganamos más de 500 delegados de los 666 que estuvieron en disputa. El primero de julio debió realizarse dicho congreso; empero, Gordillo Morales y su camarilla aplicaron un charrazo, cambiando la sede oficial que dieron a conocer a los delegados. Con menos de 100 delegados dijeron haber electo un comité, a todas luces espurio.
El supuesto congreso, en la clandestinidad, estaba programado para dos días y duró menos de una hora. Los cargos de representación fueron rifados y se ungió a María Teresa Pérez Ramírez como secretaria general en ausencia, en medio de protestas del charrismo tradicional, que coreaba un nombre de los suyos.
El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA), dependiente de la Secretaría de Gobernación, validó ese fraude otorgándole la toma de nota el 9 de septiembre de 2008.
Como Movimiento Democrático emprendimos una lucha política y legal. En el primer aspecto, los delegados democráticos elegimos a nuestro actual comité democrático y recuperamos nuestro edificio, que había sido saqueado y ocupado por golpeadores la madrugada de aquel primero de julio. En el segundo aspecto interpusimos dos amparos, que fueron desechados por los juzgados sexto y segundo en materia laboral, lo que nos obligó a recurrir al recurso de revisión el 27 de enero de 2009.
En un hecho histórico e inédito, el 17 de junio de ese año el tercer tribunal colegiado en materia laboral nos otorgó el amparo contra la resolución del TFCA. Como consecuencia, esta instancia quitó la toma de nota al comité elbista el 6 de agosto de 2009.
El grupo afín a Gordillo Morales interpuso un amparo y recurso de revisión que le fue negado. Por ende, se les eliminó de manera definitiva la representación estatutaria el 6 de agosto de 2010.
Estamos cerca de cumplir tres años de la primera resolución, con la que se debió quitar prerrogativas al comité charro y convocar a congreso para la elección de la representación sindical. No obstante, hoy las cosas transcurren como si no hubiera pasado nada. Ese comité de pacotilla sigue recibiendo todo tipo de concesiones de la SEP, entre ellas cientos de comisionados liberados de tiempo, que actualmente hacen labor proselitista en favor del Partido Nueva Alianza (Panal), y reciben por la cúpula sindical decenas de miles de pesos mensuales de nuestras cuotas sindicales.
Esta situación confirma que cuando hay pactos e intereses políticos o económicos la aplicación de la ley se supedita a los poderes fácticos. ¿Quién puede creer en los discursos de los funcionarios gubernamentales cuando se habla del respeto a la ley? También corrobora cómo el gobierno calderonista ha permitido a Gordillo Morales actuar con impunidad. Las protestas actuales de la CNTE tienen mucho que ver con el cacicazgo elbista. Por desgracia, el gobierno federal ni nos ve ni nos oye.
Los maestros de la sección nueve pedimos, exigimos, congreso ya para elegir sin trampas ni condiciones a nuestros representantes sindicales.
* Profesor, secretario general del Comité Ejecutivo Seccional Democrático IX del SNTE, que agrupa maestros de primaria y prescolar del DF.

Los palos del ciego
Arnaldo Córdova
           Al igual que mi colega Octavio Rodríguez Araujo, yo tampoco logro entender por qué fueron los candidatos para ser confrontados y calificados por Sicilia. Y también me pregunto: ¿quién es este señor y qué representa? (Correo Ilustrado, La Jornada, 29.05.2012). Que asistan a los foros que las diferentes fuerzas sociales (estudiantes, empresarios, trabajadores, académicos y los que sean) convocan para enterarse de sus propuestas es lógico y normal. Que las víctimas de la violencia y del crimen organizado los hubiesen llamado para que escucharan de viva voz la injusticia que padecen y sus exigencias de reparación también me parece que habría sido legítimo.
Desde luego, como se ha testimoniado en estas mismas páginas, eso se dio, pero no fue el asunto principal, sino las acusaciones y filípicas que les lanzó Sicilia; algunas certeras y bien documentadas, otras, en su mayoría, simples palos de ciego que hicieron verlo incoherente y rijoso del modo más gratuito e infundado. Los ataques a López Obrador, en especial, aparecieron como de quien no tiene nada que decir respecto a las violaciones a los derechos humanos, que era de lo que se trataba, sino tan sólo para llenar el expediente, como el que no tiene nada que decir y se avienta a lo loco.
A Josefina Vázquez Mota le dijo que era la continuación del régimen que había causado la ola de violencia en que han perecido casi 60 mil personas, la mayoría víctimas inocentes. La candidata blanquiazul tuvo que tragar camote y echar un mea culpa, pidiendo perdón a las víctimas de los errores del gobierno. A Peña Nieto le espetó lo consabido: la responsabilidad de los gobiernos priístas en la ola criminal que nos agobia y, muy en particular, la represión en Atenco; el priísta sólo pudo decir que las cosas están peores con los panistas. Con López Obrador no supo nada qué decir al respecto, porque a él no le podía endilgar las mismas acusaciones.
Así, comenzó diciendo: “Para muchos, usted, señor López Obrador, significa la intolerancia, la sordera, la confrontación en contra de lo que pregona su ‘república amorosa’ con aquellos que no se le parecen o no comparten sus opiniones. Significa el resentimiento político, la revancha sin matices contra lo que fueron las desaseadas elecciones de 2006, el mesianismo y la incapacidad autocrítica para señalar y castigar las corrupciones de los muchos miembros de su partido. Contra la tradición de la izquierda mexicana, no han dejado de golpear a comunidades indígenas de Chiapas y Michoacán, o a estudiantes de Guerrero” (La Jornada, 29.05.2012).
Sobre la tradición de la izquierda mexicana podría debatirse interminablemente, siempre que sepamos a qué nos referimos. No pienso que Sicilia esté calificado para dar un diagnóstico sobre ello, conociendo de lo que se ha ocupado en sus escritos hechos públicos a través de los años. Que los perredistas no hayan dejado de golpear a las comunidades indígenas en Chiapas y Michoacán, seguramente se refiere a los gobiernos de aquellas entidades, como lo hace también respecto de los estudiantes de Guerrero. Yo no voy a defender lo indefendible, cosa que tampoco puede hacer López Obrador y por lo cual no le contestó ni tenía por qué hacerse una autocrítica como él lo demandaba.
Por lo menos, eso sí, Sicilia debió haber fundado sus acusaciones, dar datos ciertos y señalar responsables comprobados de los hechos; en lugar de ello, lanzó la piedra y escondió la mano. Espero que sepa lo que es mesianismo y no use el término como lo hace Enrique Krauze al referirse a López Obrador, a lo tonto y sin dar elementos de juicio, simplemente para descalificar o para insultar. Que diga que López Obrador busque revancha por los hechos del 2006 es algo que pinta de cuerpo entero al acusador. En primer lugar, por su ignorancia y, enseguida, por su falta de información. El líder tabasqueño no pedía revancha, sino, como ahora Sicilia, simplemente justicia.
Decir “para muchos, usted… significa…” es el modo de esconder la mano después de lanzar la pedrada. ¿Por qué no tuvo valor Javier Sicilia para decir para mí? Además, nunca le dijo por qué, escudándose en los otros, lo acusaba de intolerancia, sordera y confrontación. Por lo demás, decir que López Obrador es un resentido, podría volteársele al mismo Sicilia y acusarlo de lo mismo al igual que a todos los ofendidos de este país. Ni para qué decirle, por si faltara, que en sus acusaciones coincidió en todo y por todo con los mismos que se lanzaron contra el tabasqueño en 2006.
Hoy, para muchos, siguiendo a Sicilia, López Obrador es diferente de lo que él le dijo. Hoy muchos empresarios han declarado que exageraron cuando en 2006 lo acusaban de ser un peligro para México. Nada menos, el pasado miércoles (y es sólo un ejemplo), el presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Puebla, Francisco Rodríguez Álvarez, reconoció que la izquierda dejó de ser un peligro para México, ya que ve a Andrés Manuel López Obrador más moderado que hace seis años (La Jornada, 31.05.2012). A Sicilia, por lo visto, no le parece así.
Y éste fue todavía más allá, siempre tratando de asociar indisolublemente a López Obrador con el PRD. Insistió en algo que no explicó para qué o con qué fin: Yo le pido autocrítica. No es con usted, señor López Obrador; mis respetos absolutos, lo quiero muchísimo, pero me disgusta mucho la falta de autocrítica. Por lo general, por lo menos en los medios políticos en los que yo me desarrollé, se exige la autocrítica para poder superar las posiciones erróneas, no como la confesión para los católicos, para la autohumillación y para el autosacrificio. Al parecer esto último era lo que Sicilia le exigía a López Obrador.
Luego le descargó: “Hay debajo de todo esto, no de usted, no de lo mejor del PRD, pero sí de mucha gente que lo apoya, un espíritu fascista” (subrayado mío). López Obrador se sintió ofendido con justa razón, pero sólo le dijo: Javier, a mí no me puedes meter en el mismo costal. Es difícil saber qué hay detrás del intento de acomunar al candidato perredista con el partido. Desde luego, lo primero sería aclarar por qué a una parte del PRD se le califica de fascista, siempre y cuando también se sepa lo que este espantoso término significa. Que muchos perredistas sean rateros, estúpidos, inconsecuentes, oportunistas, atrabiliarios cuando tienen el poder no quiere decir, exactamente, que se les pueda calificar de fascistas.
Lo más extraño, empero, es la exigencia, en nombre del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, de que los diferentes candidatos firmen un acuerdo de unidad nacional antes del segundo debate, para evitar, se dice, que sus campañas continúen contribuyendo a una fractura del país. Nadie ha podido saber qué sería ese acuerdo, en qué consistiría o qué resoluciones, si es que las puede haber, se adoptarían. Queda, además, la duda, que Sicilia y sus seguidores deberían aclarar, de por qué las campañas están contribuyendo a la fractura del país. Si lo que quieren es que no haya elecciones y que los candidatos se vayan a sus casas, pues también deberían aclararlo.

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