Elba Esther
y el movimiento perpetuo
Miguel Ángel Granados Chapa
Miguel Ángel Granados Chapa
La profesora Elba Esther Gordillo es
creyente y practicante de la teoría de la bicicleta: sabe que debe constantemente
pedalear, a riesgo de una caída cuando la velocidad disminuye hasta
desaparecer. Por eso se halla en permanente movimiento. Hay épocas, sin
embargo, en que su activismo se hace más notorio, como la actual, en que está
acomodando piezas en su territorio y reafirmando o remendando sus alianzas.
El rumbo y el sentido de algunos de sus
movimientos es fácilmente perceptible en general. A veces, sin embargo, se
requiere reunir información a fondo sobre el curso de acontecimientos que
modifican el dominio de la profesora. Tal es el caso de la disputa entre la
federación burocrática encabezada por la lideresa magisterial y la Dirección
General del ISSSTE, dos piezas controladas por la maestra a menos que algo haya
ocurrido que explica su enfrentamiento.
Después de que fue defenestrada en la
Cámara de Diputados, al perder la coordinación de los diputados priistas, la
profesora se encaminó al pleno enfrentamiento con Roberto Madrazo, presidente
del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, del que era ella en 2004 todavía
secretaria general. Osada, la lideresa magisterial llegó al extremo de
dinamitar una de las columnas torales del partido al que pertenecía, la
Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. Provocó una
escisión en ella, aprovechando la presencia mayoritaria de su propia agrupación
sindical y sonsacando a otras de menor relieve pero que sumaron la suya propia
a la fuerza del SNTE. Apareció así en el escenario la Federación Democrática de
Sindicatos de Servidores Públicos (Fedessp), que desafió a la FSTSE y fue
ganándole terreno en diversos ámbitos. Conquistó primero la posibilidad de
representar el interés de los empleados públicos adheridos a sus sindicatos
ante el gobierno federal. Y después, uno a uno, conquistar espacios de representación
en órganos como el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje que de
bilaterales pasaron a ser trilaterales, pues la presencia de los organismos
gremiales se duplicó.
Ese cambio no se observó en el ISSSTE y
sus organismos filiales. Pero no importaba porque esa institución formó parte
de la factura pagada por el presidente Calderón a la profesora por servicios
prestados en campaña, que fueron determinantes, con otros factores, para que
Calderón habitara Los Pinos. Pero en febrero de 2010 Miguel Ángel Yunes, el
caporal que cuidaba ese rancho en que el ISSSTE quedaba convertido en beneficio
de Gordillo, se retiró en su intento, a la postre fallido, de gobernar a
Veracruz.
Se quedó en su lugar, a título
provisional, el director de Finanzas de la institución, una persona de la
confianza de Yunes, que había trabajado con él en las encomiendas relacionadas
con la seguridad pública que Yunes cumplió en el ámbito federal. Al no otorgar
formalmente la titularidad de ese cargo a Jesús Villalobos tal vez se pensaba
en el eventual regreso de Yunes o en la designación de alguien más directamente
vinculado a la profesora. Pero transcurrió un año completo, y varios meses más,
durante los cuales Villalobos siguió al mando. Desde allí, sea por desaprensión
o ingenuidad, o por cálculo político fundado en instrucciones recibidas de lo
alto pero no de Gordillo, dio señales de autonomía que incomodaron a la
maestra.
Por ejemplo, rehusó cumplir órdenes
judiciales de otorgar asientos en órganos directivos del ISSSTE a miembros de
la Fedessp. Incómodos ellos con esa actitud, desconcertada tal vez la profesora
por esa renuencia no dispuesta por ella, los líderes burocráticos amenazaron a
Villalobos con parar las actividades de las dependencias cuyo personal se
agrupa en esa federación. La amenaza no surtió efecto, de modo que pasaron a
pelear en otra arena. Denunciaron a la dirección del ISSSTE por un desfalco de
8 mil millones de pesos. Con parsimonia, la dirección del Instituto explicó que
no hay tal desfalco, sino que por acuerdo entre el propio ISSSTE y la
Secretaría de Hacienda, esa cantidad se invirtió en partidas anuales, de 2007 a
2009, dedicadas a equipamiento de unidades médicas, obras nuevas, conservación
y mantenimiento de las existentes y una pequeña porción a compras de
medicamentos.
En el momento de escribir estas líneas,
jueves 9 por la noche, así están emplazadas las piezas en esa porción del
territorio gordillense. Tal vez la presión sindical se intensifique y se
oriente a pedir el despido de Villalobos, sea que haya querido independizarse o
se le haya instruido para hacerlo. Conoceremos la naturaleza de esa actitud del
director interino del ISSSTE cuando se apruebe o rechace la auditoría que es en
cualquier caso necesaria en una institución que se dijo a salvo en 2007 y que
apenas cuatro años después muestra los defectos de una operación meramente
cosmética, no sustantiva.
En su terreno más próximo y más
cabalmente suyo, el SNTE, la presidenta del sindicato dispuso que una
intervención quirúrgica pronta y en apariencia indolora suprimiera una verruga,
que era la presencia del profesor Rafael Ochoa en la secretaría general. De
1989 a 1996, Gordillo asumió directamente ese cargo, que era entonces el máximo
conforme a la legalidad interna del sindicato. Imposibilitada legalmente para
reelegirse (aun desde la primera vez, no obstante lo cual lo hizo) tuvo que
optar por personal de confianza que ejerciera formalmente la secretaría general
mientras que el mando real se lo reservó ella. Así, fue el poder tras el trono
de tres o cuatro secretarios generales, a cual más sometido a las instrucciones
de la profesora. Hasta que resolvió retornar al trono, para lo cual hizo
modificar el estatuto e instaurar la presidencia, como poder superior al de la
secretaría general que siguió existiendo con capacidades menguadas.
Durante una década, Ochoa ocupó ese
cargo, con posiciones precarias o fortalecidas según la coyuntura o el ánimo de
la lideresa, que es conocido como versátil. En algunos momentos Ochoa creyó
posible reemplazar en la presidencia a su jefa y, según hablillas en los
corredores sindicales, hasta se aprestó a propiciar la salida de la profesora.
Pero si la tentativa existió, terminó en fracaso y el secretario general se
enmoheció en su posición. Habiendo sido elegido senador por Nueva Alianza, en
2006, la profesora lo conminó a hacerle espacio a su suplente Irma Martínez
Manríquez, que actualmente ocupa el escaño.
El momento del desbancamiento
definitivo de Ochoa llegó el miércoles 8, cuando se dio por concluida su gestión
y se le reemplazó por otro más leal a Gordillo, el dirigente jalisciense Juan
Díaz de la Torre. La decisión fue consumada apresuradamente, porque apenas el
lunes se convocó a sesión extraordinaria del consejo nacional y en 48 horas
quedaba consumado el relevo de Ochoa. Con su salida se alejan las posibilidades
remotas pero existentes de una rebelión interna contra la presidenta a título
perpetuo del sindicato, y se elimina la posibilidad de que Ochoa participe en
la sucesión de Gordillo, en el sentido del derecho civil, es decir el traslado
de dominio de una persona por causa de muerte.
En el ámbito político electoral y
administrativo los movimientos de Gordillo están destinados a fincar un
renovado equilibrio en sus alianzas. Ha iniciado un acercamiento al PRI, más
allá de los coqueteos que nunca ha dejado de practicar con el partido al que
perteneció antes de contar con el suyo propio. En vez de las veleidades que le
permitían asociarse aquí con el PAN, más con el PRI, la profesora parece
resuelta a dar vigor y permanencia a su vínculo con Enrique Peña Nieto. Lo hace
ya evidente por la notoria participación del Panal en la campaña de Eruviel
Ávila en el Estado de México, preámbulo de la que con Peña Nieto en la
candidatura presidencial practicará el año próximo.
Para contrarrestar la contrariedad que
esa opción puede significar en su relación con Calderón, la maestra dedicó
varias fechas de mayo a mostrar la alianza que en torno a la relación laboral
SEP-SNTE resulta provechosa a ambos aunque sea desastrosa para la educación
mexicana. Entre elogios e intercambio de gajes Gordillo ha alejado el fantasma
de una confrontación que perjudicaría a las partes sin que entrañara una
mejoría para la enseñanza nacional.
La profesora no cesa de pedalear su bicicleta, una máquina de modelo
estándar, nunca tándem.
Ex secretario particular de Gordillo y su hija, nuevos líderes de Panal
Tras rendir protesta formularon propuestas para
conformar Junta Ejecutiva Nacional.
Ariane Díaz
Publicado: 30/06/2011 14:36
Publicado: 30/06/2011 14:36
México, DF. Luis Castro Obregón y Mónica Arriola fueron elegidos
presidente nacional y secretaria general, respectivamente, del Partido Nueva
Alianza (Panal) en una asamblea fast track.
Luego de la toma de protesta, Arriola afirmó que “esta ratificación”
significa un “fortalecimiento para el instituto político”.
Herméticos, tanto dirigentes como integrantes del Panal se concretaron a
cerrar filas en torno a Arriola, cuyo nombramiento desdibujó la presencia de
Castro Obregón, quien se negó a emitir opiniones sobre los dichos de Elba Esther
Gordillo.
Ante los medios de comunicación, el ex secretario particular de la maestra
defendió que la renovación de la dirigencia se dio en un ambiente “democrático”,
y aseguró que “ser de oposición en éste o aquel gobierno no tiene por qué
significar ser enemigo”.
La asamblea continúa para votar los nuevos estatutos del partido.
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YA NO SE BURLEN DEL CIUDADANO
Enviado por Josefina Aguilar
Ruiz en 30/06/2011 17:24
Como es posible que "planilla unica" y que curioso que
unicamente su hija y su yerno perdon exsecretario.Elaba Esther Gordillo si que
sabe manejar sus cartas, les ha de saber cada cosita que pà que les cuento o
estan amarrando compromisos para el apoyo del 2012.Cualquiera que sea que poca
ma%$%·&dre o no? y ese Panal como todos nos cuesta mucho dinero. mejor
utilicen el presupuesto de los partidos para amortiguar el hambre a tanto pobre
que estadisticamente maneja muy bien el orejas de burro Moreira RECUERDEN QUE EL
PUEBLO NO OLVIDA Y SE LAS COBRA
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