Astillero
Premiar al acusado
EPN y sus amigos
Erroren el Edomex
Gurría y el petróleo
Julio Hernández López
Enrique Peña Nieto está actuando con una significativa insensibilidad política que no solamente se acerca a los linderos de la imprudencia sino que, vistas las circunstancias nacionales de irritación por disensos electorales y malos gobiernos, adquiere niveles de provocación social.
Pero el colmo de esa insensibilidad (hasta la fecha, pues día a día se hacen esfuerzos para ir rompiendo marcas) se ha dado con la designación de Raúl Murrieta Cummings como nuevo miembro del equipo de transacción, es decir, de transición del peñanietismo. A no ser por la extrema condición anómala de este funcionario, quien ocupa la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado de México, su extemporáneo nombramiento apenas merecería algún comentario menor, relacionado con el poder del VVV (virtual vicepresidente Videgaray), pues logró agregar a la lista original de esos equiperos a uno de los suyos.
Sin embargo, la anomalía podría llegar a terrenos delictivos y la mencionada designación podría ser temprana y contundente muestra de una vocación peligrosa por la protección a quienes cumplen con tareas hacendarias sucias. Resulta que Murrieta Cummings ha sido el principal personaje público involucrado en oscuras maniobras que han sido denunciadas judicialmente bajo la sospecha de que permitieron trasladar dinero del erario mexiquense a cuentas de particulares para servicio de la campaña presidencial del ex gobernador Peña Nieto.
Aun cuando originalmente había negado y desdeñado las acusaciones hechas por el ahora diputado Ricardo Monreal, en el sentido del pago a particulares desde una cuenta bancaria supuestamente utilizada solamente para depósitos y movimientos internos, Murrieta Cummings acabó reconociendo que la denuncia del lopezobradorista estaba fundada en
errorescometidos por Scotiabank. El principal
errorsignificó que apareciera como realizado un pago por 50 millones de pesos a Marco Antonio González Pak, estudiante de 25 años de edad que funge como gerente de ventas de una firma chihuahuense, dedicada al ensamble de carrocerías y remolques para automóviles y camiones, que en 2011 reportó en ceros su rubro fiscal de pago de impuesto sobre la renta.
COMIENZA GLOSA DEL INFORME. Los coordinadores de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y del PAN, Luis Alberto Villarreal, durante la sesión en la Cámara, en la cual se llevó a cabo la glosa del sexto Informe de gobierno del presidente Felipe Calderón
Foto José Antonio López
El
errorrelacionado con 50 millones de pesos mereció una pronta corrección del Banco de México, que expidió un nuevo documento en el que ya aparecía como beneficiario de esa transacción el propio gobierno estatal. Luego el banco central explicó que la maniobra tuvo como origen una equivocación original del banco privado. Murrieta Cummings invocó la posibilidad de que un
algoritmohubiera generado la pifia
involuntaria.
Ninguna de estas correcciones y explicaciones se habría producido si Monreal no hubiera presentado la prueba documental correspondiente. En un sistema judicial sano, el simple manoseo de un asunto relacionado con 50 millones de pesos de dinero público irregularmente asignados a un particular habría llevado a considerar seriamente las acusaciones del lopezobradorismo respecto a desvío de fondos del erario mexiquense para financiar parte de la muy costosa campaña presidencial de Peña Nieto.
Mas no todo queda en el plano de la especulación política o electoral. El Movimiento Progresista denunció la presunción de peculado, evasión fiscal, lavado de dinero, delincuencia organizada y otros delitos financieros y administrativos. Y, sin embargo, Peña Nieto, probablemente a instancias de Luis Videgaray, acusado de manejar chequeras del gobierno mexiquense para hacer pagos de actos de campaña priísta, designó al acusado de tales trasiegos, Murrieta Cummings, como miembro del equipo de transición, sin esperar a que se desahoguen las eventuales diligencias judiciales relacionadas con el caso y sin la sensibilidad política (mencionada al inicio de esta columna) que debería llevar, cuando menos por prudencia, a evitar el premiar públicamente al acusado de permitir o promover maniobras de financiamiento ilícito de una campaña marcadamente señalada por sus excesos pecuniarios y por la recurrencia a las tesorerías estatales como fuente de financiamiento. Lo bueno es que Peña Nieto dice que ya en el poder no necesita amigos, sino aliados.
Por cierto, el amigo de Salinas y Peña Nieto, José Ángel Gurría, se ha puesto crítico del sistema mexicano de cuyos resultados ha sido corresponsable. Hablando de las paradojas nacionales y considerando que
yaes hora de salir de la mediocridad, el directivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos habló más como miembro del grupo priísta que llega al poder que como alto funcionario de esa suerte de club de países ricos a los que amistosamente EPN prometió abrir a la participación privada el suculento platillo de los energéticos mexicanos.
Y, mientras Ebrard y Camacho siguen elogiando la estrategia dominical de AMLO y en el PRD insisten en que más adelante habrá reunificaciones tácticas, ¡hasta mañana!
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Mi amigo Enrique-Helguera
Miserias y conciencia
Luis Linares Zapata
La desigualdad tiene, además del componente ideológico bien conocido, una sustantiva dosis de miseria humana. Hombres o mujeres, privilegiados al extremo, intentan cualquier subterfugio (incluidos ciertos delitos) para no pagar los debidos impuestos. Rehúsan a cumplir con la carga impositiva que a cada quien corresponde. La solidaridad y el sentido de la decencia les parecen alegatos para seres normales, corrientes, sumisos, tontos. Para los de mero arriba, los exquisitos, no rigen tales reglamentos y las obligaciones compartidas; sólo, dicen sin respeto, se aplican a los demás. Algunos de estos famosos personajes llegan a extremos por completo enfermizos: cambian de nacionalidad, se exilian –ellos o sus capitales– en paraísos fiscales, remiten sus utilidades ahí donde juzgan hay mayores ventajas comparativas, contratan legiones de fiscalistas tramposos o patrocinan acciones altruistas en busca de respeto, pero que en verdad son enormes huecos evasores.
Fue a partir de mediados de los años setenta –cuyas premisas fueron codificadas en el famoso consenso de Washington– cuando dio inicio a escala mundial un periodo depredador del ingreso de las mayorías en beneficio de unos cuantos (neoliberalismo). México ha visto cómo, en los treinta años recientes, se han amasado enormes fortunas famosas en el mundo entero. La parte del ingreso nacional que se genera cada año ahora se reparte desproporcionadamente. En la cúpula se acumula 40 por ciento o más del ingreso, mientras abajo, para el 50 por ciento de la población, sólo quedan migajas. En EU el 1 por ciento más rico hoy acapara más de la mitad del ingreso y el 99 por ciento se disputa lo que queda. Pocas naciones escapan a las consecuencias de tales mandatos. La mayoría de ellas se ha ido sometiendo al juego neoliberal financierista de variadas formas y maneras. Estos inequitativos y groseros ataques a la justicia distributiva han sido expuestos, y criticados cada vez con mayor fiereza, por crecientes sectores sociales. Pero, aún destapando tan cruenta situación, el sistema que la hace factible logra, gracias a la telaraña de subterfugios y medios mencionados, su continuidad y profundiza su rapacidad.
La llamada globalidad, donde la competencia y el predominio economicista más despiadado e inhumano, llegan a ser un imperativo ineludible, ha ido formando una especie de horizonte que rige, con mano firme y sin aparentes distingos, la vida colectiva. Tan abarcadora concepción abriga desequilibrios que rayan en lo grotesco. La globalidad enmascara una idea del mundo y la riqueza que se mide y apoya no sólo en la fuerza, sino que emplea y aplica una complicada ingeniería llamada del convencimiento. Llegan a integrar las élites beneficiadas, mediante la apropiación deformada de las instituciones, una maraña de férreas jaulas cotidianas, como las evidenciadas recientemente en lo electoral. Se constituye así, de esa enmascarada manera, un conglomerado de activos agentes constrictores ante los cuales es casi imposible sustraerse, ser independiente o aspirar a la más precaria libertad personal. La sujeción al poder de mando se logra, siguiendo el guión descrito, primero, de manera pacífica, normal se pudiera decir, pero, ante cualquier rebeldía o diferencia, la fuerza represora acecha. Se recurre entonces a medidas que, ante cualquier oposición, tornan la intemperancia y violencia en recursos santificados por leyes y ordenanzas.
Para liberarse de tales ataduras es necesario un esfuerzo, individual y colectivo, de grandes méritos. Y eso es lo que, de diversas maneras y dolores, ha venido sucediendo en muchas partes del mundo: en EU, España, Grecia, Túnez o Bolivia. México no es la excepción: por el contrario, bien puede apuntarse como ejemplo de cómo, sin tragedias de sangre, aunque sí con penalidades y sufrimientos duraderos, porciones crecientes de la sociedad buscan y han encontrado las maneras de luchar por conducir sus destinos y bienestar. Conjuntos inmensos de ciudadanos de aquí y allá, de la medianía social o de mero abajo, han hecho conscientes tales ataduras, diseñadas para condicionar su vida, deseos y accionar. En tiempos recientes se han construido los resortes, los agrupamientos que permitan optar por lo que se piensa, se cree justo y conveniente para los ciudadanos y no para el poder establecido. Se viene rechazado, cada vez con mayor energía, esas casi invisibles formas de discriminación, de inducción convenenciera, de vil explotación que antes se daban por sentadas como normales y hasta necesarias. Este fenómeno de concientización organizada, ahora creciente y desparramado, es el triunfo político más destacable logrado por la izquierda.
Transparencia priísta-Fisgón
La propuesta de ley laboral y la migración
Ana María Aragonés
Felipe Calderón envió al Congreso la iniciativa de decreto que
reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo, con carácter de trámite preferente. Propuesta que ha producido muy diversos y duros comentarios de reconocidos abogados laborales, con los cuales estoy de acuerdo. Coinciden en que se trata de una propuesta que afecta de lleno a los trabajadores en la medida en que acabaría con los derechos fundamentales, como el de huelga, da carta blanca a la subcontratación, plantea contratos temporarios y abarata aún más las remuneraciones del sector laboral. Incluso los patrones podrían contratar por hora a los trabajadores a razón de 18 o 27 pesos, si la plaza es de salario mínimo. Es decir, se da a los empresarios manos libres para
acabar con los derechos de los trabajadores, afectando centralmente el salario y bienestar de los trabajadores(La Jornada, 3/9/12).
hacer al país más competitivo, según la declaración de Luis Alberto Villarreal, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados. ¿Quién podría estar en contra de un objetivo que es sin duda central para el país? El problema es que la estrategia propuesta para alcanzar ese objetivo es justamente contraria a lo que debe hacerse, pues para ser competitivos no pueden reducirse los precios a la exportación a costa de los salarios de los trabajadores.
El premio Nobel Paul Krugman señala que
para incrementar la productividad de un país, el único camino es aquel que conduce a un mayor nivel de vida de la población a largo plazo. Por tanto, el mejoramiento de la capacidad productiva se entiende como mejorar al producto, la eficacia, los salarios, sin desmejorar algún otro indicador. Es decir, se debe producir bajo condiciones que satisfagan los tests de los mercados internacionales y simultáneamente incrementar los ingresos reales de sus ciudadanos (Garay). Las ventajas competitivas de un país se fortalecen cuando se favorecen los avances tecnológicos y científicos, que es precisamente lo que le permite insertarse competitivamente en el mercado internacional. Por tanto, mejorar la productividad y la competitividad de las naciones no es a costa de los salarios de los trabajadores, sino a través de favorecer la formación de capital humano, es decir, apoyar el conocimiento como elemento central para el desarrollo de los países. Por tanto, el objetivo de la competitividad pasa necesariamente por una mayor inversión en educación, haciendo un esfuerzo de modernización tecnológica que de ninguna manera supone disminución de empleos (Ramos).
La pregunta es obvia: ¿dónde está un proyecto integral propuesto por el gobierno en el que se incremente el presupuesto para desarrollar la ciencia, la tecnología, la innovación, la formación de recursos humanos? ¿Dónde están las bases para el trabajo decente si lo único que se busca es minimizar los costos laborales?
Hablar de trabajo decente es crear puestos de trabajo que generen modos de vida sostenibles, que desarrolle sus calificaciones, con un ingreso que fortalezca a las personas, a las comunidades, facilitando el progreso social y económico y garantice los derechos de los trabajadores (OIT). Propuesta muy alejada de la presentada por Felipe Calderón al Congreso. Es posible que logren reducir el precio de los bienes de exportación, pero sólo el referente a los salarios, pues los beneficios de los empresarios quedan intactos, lo que crea
trabajadores desechables, como dicen De Buen, Fuentes y Alcalde.
Veinte por ciento del total de lo presentado podría ser considerado interesante, como señala Barajas: lo que tiene que ver con la búsqueda de transparencia de los sindicatos,
la protección al trabajo de menores y mujeres, pero 80 por ciento es regresiva para los derechos laborales, deteriora las condiciones del trabajo en lugar de mejorarlas.
Si la iniciativa Lozano pasa en el Congreso, los legisladores estarán condenando a los trabajadores a seguir migrando, pues su país los expulsa sin remedio bajo el muy lamentable modelo
trabajo exportador, eje de las estrategias laborales de los gobiernos neoliberales.
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