¿Por qué sonríe Salinas?
¡Llamen a la ambulancia! Carlos Salinas ha admitido necesitar una intervención quirúrgica de emergencia
LOS RISORIOS DE SALINAS
¡Llamen a la ambulancia! Carlos Salinas ha admitido necesitar una intervención quirúrgica de emergencia… ¡que ojala le practiquen sin anestésicos!
Y es que el ex presidente dice traer demasiado rígidos sus músculos risorios –risorius novus, dice la Wikipedia-- que reclaman una “aflojadita”, pues al contraerse juntos, aumentan desmesuradamente el diámetro transversal de su boca, y le provocan tremenda sonrisota al estilo de aquel personaje de cómic conocido como El Guasón.
Así que, por favor, ¿hay por ahí alguna alma caritativa que marque el 066 y pida una ambulancia para el domicilio de Salinas en el pedregalés barrio del Camino a Santa Teresa?
¿O querrá ir a operarse a Houston o a cualquier hospital estadounidense, cual recién fue a tratarse el ahora senador Lujambio, mientras aquí ha millones que tienen que conformarse con el fraudulento Seguro Popular? ¿O a La Habana, porque ya ve usted que esos otros hermanos Castro lo tratan como si también fuera de su famiglia?
“¡Que viva la familia!”, precisamente, fue la exclamación que con su chillona voz lanzó el ex mandatario –dicen las crónicas-- entre apretones de mano y abrazos intensos de los gobernadores del PRI que acudieron a Chetumal para atestiguar el primer informe de labores del mandatario de Quintana Roo, Roberto Borge, quien de milagro no andaba en Europa como espectador de un partido de “pambol”.
Y tras el grito salinesco, la entrevista “banquetera” de rigueur.
— México ya tiene presidente electo, ¿está feliz?
— ¿No se me nota?
— ¿Cómo se siente?
— Voy a tener que hacerme cirugía plástica para quitarme la sonrisa.
— ¿Está feliz?
— ¿No ve la sonrisa?
Así que, urge. Porque, ¡ya basta de que Salinas se siga riendo no con nosotros sino de nosotros!, ¿no cree usted?
¡Ya es suficiente lo que esta familia o también famiglia –el cártel de los políticos priístas-- siga instalada en la felicidad, mientras toda una Nación naufraga entre la desesperación, la depresión y la desesperanza!
¿Por qué sonríe –digamos que hasta babeante-- el señor Salinas? ¿Por el triunfo de Enrique Peña Nieto o porque, ¡finalmente!, los priístas ya consiguieron sacar a patadas –el clásico dixit-- al PAN de Los Pinos? ¿Por qué ya se siente oráculo o factótum al que tendrá que recurrir el todavía presidente electo en los procesos de toma de decisiones? ¿Permitirá Luis Videgaray ser desplazado?
Sonríe Salinas no por el triunfo de sus afines partidarios –iba a escribir ideológicos pero, como mi tocayo Fukuyama, también creo que las ideologías hace ya buen rato fueron sepultadas por los intereses económicos--, sino por la posibilidad de continuar incrementando la enorme fortuna amasada, entre otras cosas, por haberse “robado la mitad de las partidas secretas” que aquellos presupuestos de egresos otorgaban a quienes habitaban Los Pinos.
¿A qué obedece el que Salinas, según su propio dicho, se parezca cada vez más a El Guasón y no a El Acertijo? ¿Será que su propia famiglia ya volvió a integrarse y sus hermanos han vuelto a besarle el anillo y reconocerlo como el Don, tras haberlo acusado de robarles los dineros que también ellos se habían robado? ¿Por eso es que Raúl aparece fotografiado –también muy sonriente-- en cuanta boda, bautizo o primera comunión se celebra en el país? No hay fiesta, de hecho, en la que aquél que nos trajo la leche en polvo contaminada por las radiaciones de aquella catástrofe en Chernobyl no aparezca cual botana, ramo de novia o ropón de recién nacido.
Urge, pues, la operación cosmética para Salinas.
No sería la primera. Ya alguna vez se recortó los apéndices o pabellones auriculares, que lo hacían parecerse al Súper-ratón… también de los cómics.
Parecido, ese sí, para sonreír todos de contento, ¿o no?
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
Mis sueños no caben en sus Partidos
Es importante que a partir de las coincidencias, las personas progresistas nos reorganicemos y afiancemos nuestras fuerzas, que hagamos de nuestra visión del mundo una cultura de participación democrática, incluyente y solidaria.
La imposición de Peña y la crisis que ésta ha provocado, generó múltiples reacciones y opiniones en torno a cuales deberían ser las líneas de acción de resistencia por un lado y sobre todo la estrategia para reagrupar a las fuerzas progresistas.
El pasado domingo 9 de septiembre Andrés Manuel López Obrador convocó a las fuerzas del MORENA para presentar sus líneas de acción que básicamente son: brigadas informativas y culturales sobre la forma en que el PRI compró la elección y sobre todo llama a la reorganización del movimiento para ver la viabilidad de hacer un nuevo partido político.
Como ya decía en el artículo anterior (Apuntes para la consolidación de una Generación Progresista, publicado en Revista Emet el jueves 6 de septiembre); la clase política "adulta" ha concentrado sus fuerzas en arribar al poder político por las vías tradicionales -con sus virtudes y defectos- esto es: con la promesa de transformar la realidad mexicana una vez que arribemos al poder y apostando mucho al carisma de un líder.
Es importante que a partir de las coincidencias, las personas progresistas nos reorganicemos y afiancemos nuestras fuerzas, que hagamos de nuestra visión del mundo una cultura de participación democrática, incluyente y solidaria.
Sin embargo partidizar los esfuerzos progresistas como mecanismo para arribar al poder tiene una enorme limitante: la burocracia implícita en la construcción de un partido requiere de toda la atención de los operadores y marca una agenda exclusivamente electoral, es decir que todos los esfuerzos serán enfocados a ganar votos en la siguiente elección.
Las necesidades de México y de las generaciones nacidas en el neoliberalismo rebasan la lógica partidaria sobre todo porque es imperante atender desde ya y de una manera eficaz, los conflictos que tienen sumergida a la sociedad en la miseria y por lo tanto la población no puede esperar a que la izquierda arribe al poder.
Personalmente he optado por no integrarme a ningún partido político al menos por ahora, desde Generación Progresista colaboraré en la construcción de una agenda que priorice las necesidades de la generación y que colabore con el empoderamiento de la ciudadanía. No estoy dispuesto a esperar otro proceso electoral para actuar y construir, no me quedaré cruzado de brazos mientras el abuso del poder de la derecha es el pan nuestro de cada día.
Qué sano y qué necesario es que las fuerzas progresistas nos reagrupemos, que aprendamos a dialogar y a construir a partir del pleno reconocimiento de nuestras diferencias pero que en todo momento prioricemos avanzar en las coincidencias.
En los objetivos generales coincidimos, para Generación Progresista sin embargo, es prioridad generar mecanismos de participación incluyentes, solidarios, donde sin prejuicios quepan por igual camaradas de los partidos de izquierda como quienes vienen de otros esfuerzos de participación política progresista.
Nuevas estructuras burocráticas con la misma clase política y con las mismas prácticas, de nada sirven. Poner el acento en transformar radicalmente la cultura de participación política de las izquierdas para ponderar el dialogo, el respeto al electorado y a los principios que nos distinguen de las opciones de la derecha.
Empoderar a la ciudadanía es el mecanismo más viable, aunque más largo, de obtener el poder político desde la izquierda; es la vía más razonable de transformar al país, y los partidos políticos son una herramienta necesaria pero no exclusiva para ello.
Generación Progresista emerge como una propuesta sin registro ante el IFE que con la convicción de que las cosas como están no funcionan, que el sistema basado en la avaricia y la corrupción no puede mantenerse mucho más, y que es imperante para nuestra generación, construir desde ya, el México que queremos dentro de 40 años.
...
En la asamblea en el zócalo capitalino el compañero Andrés Manuel reconoció el esfuerzo del movimiento #YoSoy132 asegurando que ahora sí podemos decir que hay relevo generacional, estoy de acuerdo en eso, pero me extraña que no reconozca el enorme esfuerzo de la estructura juvenil (MORENAJE) que le hizo la campaña sin recursos y planteando una estrategia de campaña independiente. Entre otros logros de esta organización, fue que más de tres cuartas partes de quienes participaron no tenían antecedentes previos de participación política; además logramos abarcar, de manera histórica para una organización juvenil, la totalidad del país con comités de MORENAJE en todos los estados y en gran cantidad de municipios.
Con todo respeto, cariño, admiración y agradecimiento, dedico este artículo y mis mejores esfuerzos a quienes participaron en el Movimiento de Regeneración Nacional Jóvenes y Estudiantes.
@EderGuevaraM
Eder Guevara - Opinión EMET
¿Amigos o socios de Peña Nieto?
En este grupo estuvieron muchos otros líderes en diversos renglones que no se vieron precisamente representados ante la pobreza
El calendario nos reveló que el primero de julio quedó atrás y que la calificación presidencial también. De ahí que no se encuentre explicación para que en el discurso se pretendan dar golpes de impacto mediático como lo fue la frase dicha por Enrique Peña Nieto: “un presidente no tiene amigos; está comprometido con un único interés: el avance la República”. Creo que quienes votaron por él y los que se abstuvieron de hacerlo por cualquier candidato, así como los que marcaron distintas preferencias, en el fondo lo que deseaban era un presidente amigo, un hombre cuya guía y acciones les permitieran sentir la seguridad que nos brindan los amigos, los que conocen de esa palabra, los que están a nuestro lado en todo momento, en las alegrías y en los sinsabores y a los que podemos recurrir sabedores de que tendrán esa mano amiga siempre tendida.
Si don Enrique quiso decir que no tiene amigos de los del estilo de los “Amigos de Fox” o si pretendió dejar en claro que pertenece al pasado el otorgarles todo tipo de contratos, facilidades, prebendas, concesiones, a los grupos que se consideran sus amigos, el lenguaje no fue claro y contundente. Además, entran las dudas cuando uno recuerda la forma en la que se comportaron los de Televisa, no solo los dueños sino sus comunicadores, presentadores, animadores, conductores, lo mismo hicieron en TV Azteca y ni que decir de empresarios y sus aportaciones o los gobernadores y sus operaciones. ¿Fue amistad o intereses? ¿Si prevalecen los intereses como también dijo por encima de la amistad solo habrá pago de facturas y de a cómo no? ¿Es así como avanza la República? Todas estas dudas saltan con una frase, con un dicho que borra por completo el sostener que una presidencia debe estar informada, tener capacidad para lograr acuerdos entre las diversas posiciones políticas y sociales o con la actitud de recoger distintas visiones y construir a partir de ellas.
En este grupo estuvieron muchos otros líderes en diversos renglones que no se vieron precisamente representados ante la pobreza de los argumentos de quienes tuvieron la oportunidad de dirigirse a Peña Nieto en su nombre. Hay excepciones, por fortuna y citar solo algunos nombres sería injusto aunque tal vez más adelante, al conocer sus opiniones, valga la pena.
Si don Enrique quiso decir que no tiene amigos de los del estilo de los “Amigos de Fox” o si pretendió dejar en claro que pertenece al pasado el otorgarles todo tipo de contratos, facilidades, prebendas, concesiones, a los grupos que se consideran sus amigos, el lenguaje no fue claro y contundente. Además, entran las dudas cuando uno recuerda la forma en la que se comportaron los de Televisa, no solo los dueños sino sus comunicadores, presentadores, animadores, conductores, lo mismo hicieron en TV Azteca y ni que decir de empresarios y sus aportaciones o los gobernadores y sus operaciones. ¿Fue amistad o intereses? ¿Si prevalecen los intereses como también dijo por encima de la amistad solo habrá pago de facturas y de a cómo no? ¿Es así como avanza la República? Todas estas dudas saltan con una frase, con un dicho que borra por completo el sostener que una presidencia debe estar informada, tener capacidad para lograr acuerdos entre las diversas posiciones políticas y sociales o con la actitud de recoger distintas visiones y construir a partir de ellas.
En este grupo estuvieron muchos otros líderes en diversos renglones que no se vieron precisamente representados ante la pobreza de los argumentos de quienes tuvieron la oportunidad de dirigirse a Peña Nieto en su nombre. Hay excepciones, por fortuna y citar solo algunos nombres sería injusto aunque tal vez más adelante, al conocer sus opiniones, valga la pena.
Lilia Arellano - Opinión EMET
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