Nos dolió mucho este nuevo fraude, pero seguiremos adelante
No demoralizarse, pide AMLO a los simpatizantes de Morena
Andrés Manuel López Obrador, durante el congreso distrital de Morena en Copilco El Alto
Foto Yazmín Ortega Cortés
Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Lunes 17 de septiembre de 2012, p. 5
Lunes 17 de septiembre de 2012, p. 5
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena)
es el único instrumento para transformar a México. ¡Debemos seguir adelante, no desmoralizarnos! Nos dolió mucho este nuevo fraude, pero por mucho que nos haya dolido, tenemos que seguir adelante, sostuvo Andrés Manuel López Obrador.
El sábado anterior, en una casa de la colonia Copilco El Alto, delegación Coyoacán, 406 delegados de Morena se reunieron para realizar el congreso del distrito 23 para elegir a sus representantes al congreso estatal, que se llevará a cabo en octubre en el Distrito Federal. Lo mismo ocurrirá en los restantes 299 distritos electorales del país.
Ahí, ante la solidaridad e incluso júbilo de mujeres, hombres, ancianos y jóvenes, López Obrador anunció la participación en todo el país de 125 mil delegados que habrán de elegir a 2 mil 500 de sus compañeros al congreso nacional, que se realizará el 19 y 20 de noviembre en la ciudad de México, donde se determinará si Morena continúa como asociación civil o se transforma en partido político.
Los delegados del distrito al que pertenece López Obrador, le tributaron un coro de reconocimiento:
¡Es un honor luchar con Obrador!Cada uno de los delegados, entre ellos el propio político tabasqueño, depositó en las urnas instaladas en la casa –que los fines de semana sirve como salón de fiestas– las papeletas para elegir a los delegados al congreso del Distrito Federal.
De los nueve electos, López Obrador fue el que recibió mayor respaldo; momentos antes se había propuesto que fuera electo por unanimidad; no obstante, el ex candidato presidencial sugirió que se mantuviera el método de elección en urnas para dar mayor transparencia al proceso.
Al dirigir un mensaje a los asistentes, aclaró que la decisión de convertir a Morena en partido político, o mantenerlo como asociación civil, será de todos, de manera democrática, por medio de los 300 congresos distritales que habrán de llevarse a cabo en fecha próxima.
Él no se manifestó por ninguna de las dos opciones, sabedor de que si así fuera significaría enviar al resto de sus seguidores una señal antidemocrática. Y reiteró:
Vamos a elegir de manera libre y secreta; este es el tema más importante, de eso depende mucho el buen desempeño de Morena.
Insistió en que será necesario que los dirigentes del movimiento actúen con principios e ideales, anteponiendo el interés de la nación a los intereses personales, por más legítimos que éstos sean.
Si tenemos buenos dirigentes, tendremos futuro para Morena; es clave que con mucho cuidado analicemos y decidamos quiénes van a ser los consejeros que van a participar en los congresos estatales y nacional.
Pidió a quienes pretenden convertirse en dirigentes de Morena, que no sólo hablen y hablen, sino que actúen, porque la política es pensamiento y acción.
Demandó a los integrantes de Morena que no decaigan en el ánimo y en el entusiasmo por transformar de fondo el país.
Lo nuestro es profundo, por eso nos cierran el paso, aunque se destruya el país y se desgracie a los mexicanos... Esto es una forma de vida, podemos seguir y ser felices luchando por la felicidad de otros. Vamos adelante, no nos desanimemos, es un batallar diario. Se avanza y se tiene que resistir, hay caídas, nos levantamos, recomenzamos y así hasta la victoria final.
Al final, López Obrador fue abordado por los reporteros quienes le preguntaron si convertir a Morena en partido representa la obtención de recursos económicos.
Nosotros no nos vamos a pelear con nadie, mucho menos con nuestros compañeros; cuestionaremos a los políticos tradicionales o a los medios que tienen compromiso con el poder, respondió.
Consignas de
fraudese dejaron oír en el Zócalo; dirigen rayos láser al rostro del mandatario
Un minuto de vivas y horas de aguacero
Una multitud estoica aguantó la lluvia para presenciar los juegos pirotécnicos
Foto Roberto García Ortiz
José Antonio Román
Periódico La Jornada
Lunes 17 de septiembre de 2012, p. 3
Lunes 17 de septiembre de 2012, p. 3
Bajo una fuerte lluvia y gritos de
fraude/fraude,
fuera-Peña/ fuera-Peñay
asesino/asesino, el presidente Felipe Calderón lanzó la arenga por el 202 aniversario del inicio de la guerra de Independencia, en un acto que apenas rebasó el minuto de vivas a los héroes nacionales.
En lo que fue su última aparición en el balcón central de Palacio Nacional para esta festividad, el mandatario gritó:
Mexicanos: ¡vivan los héroes que nos dieron patria!, ¡viva Hidalgo!, ¡viva Morelos!, ¡viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡viva Allende!, ¡vivan Galeana y los Bravo!, ¡vivan Aldama y Matamoros!, ¡Viva la Independencia nacional!, ¡viva México!, ¡viva México!, ¡viva México!
Once vivas que quedaron registrados como su última ceremonia del Grito. Todo muy rápido, apenas unos instantes en los que salió al balcón, ondeó la bandera nacional, tiró la cuerda para hacer tañer en seis ocasiones la campana de Dolores y lanzó la arenga patria. Después, el Himno Nacional y los juegos pirotécnicos desde la Catedral Metropolitana, acortados por la fuerte lluvia. 21 minutos en total.
Momentos antes, cuando en el balcón central daban los últimos toques al escenario para que apareciera el titular del Poder Ejecutivo, y secaban parte del piso, que tenía agua de lluvia, las rechiflas aumentaron y los gritos de protesta se repitieron una y otra vez, antes, durante y después de la arenga presidencial.
Estos gritos arreciaron cuando la imagen del Presidente apareció en la pantalla gigante colocada en la plancha del Zócalo, donde las personas seguían los pormenores de lo que en ese momento ocurría en el Salón de Protocolo. La guardia de honor, tras recorrer varios salones de Palacio Nacional, entregó a Calderón la bandera nacional, para que saliera con ella al balcón. La lluvia, y también los gritos, arreciaron.
Los jóvenes que gritaban y portaban algunas mantas en contra de Enrique Peña Nieto, presidente electo, y de la violencia que se vive en casi todos los rincones del país, le quedaban a Calderón abajo a su izquierda; difícil no verlos ni oírlos. En esa parte, las consignas se oían con mayor fuerza, pese al sonido de los vivas y el eco que hacían de ellos los miles de personas que se dieron cita en una plaza pasada por agua.
Durante su estancia en el balcón central, aún enmedio de la arenga independentista, Calderón recibió en el rostro las luces verdes hasta de cinco rayos láser que provenían de la plancha del Zócalo.
El fuerte aguacero que cayó no amedrentó a las miles de personas que no alcanzaron a llenar la plaza. Aguantaron a pie firme la pertinaz lluvia que por momentos se convertía en fuerte aguacero, muchos con paraguas en mano e improvisados impermeables de plástico.
Así vivieron la tradicional verbena popular y presenciaron el concierto de varios artistas que desfilaron por el escenario montado cerca de Catedral, entre ellos el trío Pandora y la grupera Jenni Rivera.
El ingreso a la plancha se realizó sin problemas, aunque fue lento debido a los procedimientos de revisión y el paso por los arcos detectores de metales instalados por el Estado Mayor Presidencial. Los invitados especiales, con menos requerimientos y sin fila de por medio, también fueron revisados.
Para las 20 horas, adentro de Palacio Nacional ya estaban los miembros del gabinete legal y ampliado, legisladores, invitados especiales e integrantes del cuerpo diplomático acreditado en México. Tras el Grito, el presidente Calderón, acompañado por su esposa Margarita Zavala y sus hijos, bajó al patio central del recinto, donde convivió con algunos invitados.
La razón, el poder y la fuerza
Carlos Fazio
El poder es inseparable de la existencia humana. Su manifestación se da como deseo de sometimiento o dominación. Según Hannah Arendt,
la violencia aparece como prerrequisito del poder, del poder como simple fachada: el guante de terciopelo que oculta la mano de hierro. En Poder y desaparición, Pilar Calveiro afirma que
el poder, a la vez individualizante y totalitario [...] es, antes que nada, un multifacético mecanismo de represión. No hay poder sin represión, pero, más que eso,
la represión es el alma del poder. A su vez, Foucault plantea que frente al poder siempre habrá resistencia, entendida como oposición a las formas y prácticas autoritarias; al poder autocrático.
voluntaddel representante (el gobernante) se absolutiza, deja de responder, de fundarse, de articularse a la
voluntad generalde la comunidad política (o el pueblo) y se desnaturaliza como dominación; ya no responde al poder delegado por la comunidad. Aunque en apariencia se haya hecho elegir con procedimientos electorales por unas masas obnubiladas por los mecanismos fetichistas de la mediocracia, la representación se corrompe. Se elige a los dominadores y el poder funciona
desde arribasobre el pueblo. Se corrompe el ejercicio del poder. La política se invierte, se fetichiza y la corrupción es doble: del gobernante que se cree sede soberana del poder y de la comunidad que se lo permite y lo consiente, que se torna servil en vez de ser actora de la construcción de lo político.
El representante corrompido se siente un pequeño
diosy puede usar su poder para ejercer su voluntad como prepotencia despótica sobre ciudadanos disciplinados, obedientes (los no obedientes son objeto de la represión policial); como pulsión sádica ante sus enemigos; para amenazar con la represión burocrática-administrativa; para criminalizar y/o judicializar una protesta; como apropiación indebida de bienes y riquezas de la comunidad; para favorecer a un familiar (nepotismo). Toda lucha por un interés propio, de un individuo, una clase, una élite, una
tribu, es corrupción política. Y ya escribía lord Acton que el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente.
Para poder ejercer el poder auto-referido es necesario antes y de manera continua debilitar el poder político originario de la comunidad. El déspota desune al pueblo, impide el consenso
desde abajo, crea conflictos. Divide para reinar. Esencialmente antidemocrático, el poder tiránico sólo puede gobernar si destruye el poder originario y normativo de la comunidad. El pueblo deviene en servidor y surgen élites, clases políticas y burocracias auto-referenciales que no responden más a la comunidad política.
A veces es necesario llegar a acuerdos por la vía del razonamiento y los argumentos. Cuando el ciudadano participa simétricamente se puede llegar a consensos. Pero ese consenso no puede ser fruto de un acto de dominación, violencia o imposición de quien ostenta el poder fetichizado. En un conflicto estudiantil universitario, por ejemplo, no se puede dialogar con una pistola en la cabeza o bajo la amenaza del uso de la fuerza policial por rectoría. Tampoco bajo la presión de actas administrativas. El consenso debe ser un acuerdo de todos los participantes como sujetos, libres, autónomos, racionales, con igualdad de intervención retórica. (Dussel, Tesis 2).
A menudo se ignora que el poder lo tiene siempre y solamente el pueblo. Lo tiene siempre aunque sea debilitado, acosado, intimidado, de manera que no pueda expresarse.
El que ostenta la pura fuerza, la violencia, el ejercicio del dominio despótico o aparentemente legítimo, es un poder fetichizado, desnaturalizado, espurio, que aunque se llame poder consiste por el contrario en una violencia destructora de lo político como tal. El totalitarismo es un tipo de ejercicio de la fuerza por medios no políticos, policiacos o cuasimilitares (el uso cínico de la fuerza como violencia o represión), que no puede despertar en los ciudadanos la adhesión consensual.
Foucault define la técnica disciplinaria como tecnología individualizante del poder, basada en escrutar en los individuos sus comportamientos y su cuerpo con el fin de anatomizarlos. Es decir, producir cuerpos dóciles y fragmentados. El disciplinamiento como instrumento de control del cuerpo social. Como encarnación del poder auto-referido, despótico, la autoridad suele usar retórica o demagógicamente el peso de la
institución(una mediación) para exigir disciplina, incurriendo en un ejercicio fetichizado del poder al negar, de facto, el ejercicio delegado del poder por la comunidad. Dussel habla del poder obedencial (Tesis 4). Según la enseñanza del EZLN,
los que mandan deben mandar obedeciendo. Cuando el representante (que actúa por delegación, como un
servicio, en nombre
de otro) se vuelve sobre sí y se autoafirma como la última instancia del poder, al desobedecer el mandato de la comunidad se ha fetichizado. Simplemente, manda mandando como si fuera un patrón o un tirano. Manda a obedientes (como masa pasiva que recibe órdenes del poder).
La crítica radical, como expresión de libertad y fundamento político de una nueva subjetividad de la resistencia de los oprimidos, puede detener al poder injusto y opresor, poniéndole límites y evitando sus excesos. La crítica como contrapoder podrá desenmascarar la dominación autoritaria, depredadora, soberbia, frívola. Y ya le decía el Viejo Antonio al sup Marcos:
Si no puedes tener la razón y la fuerza, escoge siempre la razón y deja que el enemigo tenga la fuerza. En muchos combates puede la fuerza obtener la victoria, pero en la lucha toda sólo la razón vence. El poderoso nunca podrá sacar razón de su fuerza, pero nosotros siempre podremos obtener fuerza de la razón.
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