Predominan políticos priístas, del Verde, ex funcionarios de campaña y del Edomex
Videgaray y Osorio, cabezas en el equipo de transición de Peña Nieto
Ocho mujeres, entre ellas, Rosario Robles, Carolina Viggiano, Paloma Guillén y Alejandra Lagunes
Ildefonso Guajardo, Alfonso Navarrete Prida, Emilio Lozoya y Enrique de la Madrid, otros nombres
Los 46 integrantes del equipo de transición del presidente electoFoto Cristina Rodríguez
Rosa Elvira Vargas
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de septiembre de 2012, p. 4
Miércoles 5 de septiembre de 2012, p. 4
Con la designación de Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong –sus más cercanos colaboradores– como coordinadores generales de la transición gubernamental y para el diálogo político y la seguridad, respectivamente, el equipo de trabajo anunciado ayer por Enrique Peña Nieto para el relevo en la administración federal incluye lo mismo a políticos del PRI, a ex legisladores tanto del tricolor como del Partido Verde, a integrantes de su equipo de campaña, administradores y a un buen número de ex colaboradores del hoy presidente electo durante su paso por el estado de México. De los 46 designados, ocho son mujeres.
En ese contexto, fueron nombrados tres vicecoordinadores generales: el ex diputado neoleonés Ildefonso Guajardo, en política económica; la ex jefa de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles Berlanga, en política social, y el ex coordinador de asuntos internacionales en la campaña presidencial, Emilio Lozoya Austin, en ese mismo encargo.
Para el área de Videgaray Caso, los designados fueron: en infraestructura, el ex secretario de Comunicaciones en el estado de México Gerardo Ruiz Esparza; trabajo, el ex legislador y ex procurador de Justicia en aquella entidad Alfonso Navarrete Prida; seguridad social, el ex funcionario de la Contraloría mexiquense Osvaldo Santín Quiroz; energía, el ex diputado del PVEM Cuauhtémoc Ochoa, y para campo, Enrique de la Madrid Cordero, hijo del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Además, en educación se nombró al ex coordinador de difusión de la campaña, Aurelio Nuño; salud, al ex diputado Rodrigo Reina; medio ambiente, el ex diputado del PVEM Juan José Guerra; agua, el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento, David Korenfeld; vivienda, Alejandro Murat Hinojosa, hijo del ex gobernador oaxaqueño José Murat; turismo, el ex titular del ramo en Quintana Roo Carlos Joaquín González; deportes, el ex diputado Ernesto de Lucas, y jóvenes, el también ex legislador del PVEM Rafael Pacchiano.
Asimismo, Fernando Galindo Favela, ex funcionario en la administración de Peña Nieto en el estado de México, será el enlace con la Secretaría de Hacienda y se encargará de lo relativo a la conformación del paquete presupuestal para 2013; Sebastián Lerdo de Tejada, ex diputado y representante del PRI ante el Instituto Federal Electoral, coordinará el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018. El ex diputado mexiquense Enrique Jacob estará a cargo del programa de emprendedores; María Esther Sherman Leaño, dirigente priísta, estará a cargo del programa de seguro de vida para madres jefas de familia, y Alejandra Lagunes para el programa de gobierno digital.
En esta coordinación quedan además: Alejandro Nieto, ex secretario de Desarrollo Económico mexiquense, como secretario técnico; Humberto Castillejos, responsable jurídico; Marcela Velasco, oficial mayor; Andrés Antonius González, planeación estratégica, e Ignacio Peralta, en proyectos especiales.
En la coordinación de diálogo político y seguridad, a cargo de Osorio Chong, figuran el ex diputado Jorge Carlos Ramírez Marín como vicecoordinador de seguridad y justicia, y el ex secretario de Gobierno en el estado de México, Luis Enrique Miranda, como vicecoordinador de política.
Las otras coordinaciones y sus responsables son: seguridad, el ex candidato presidencial del Partido Nueva Alianza Roberto Campa Cifrián; justicia, el ex procurador mexiquense Alfredo Castillo; en derechos humanos y transparencia, la ex diputada Claudia Ruiz Massieu; en vinculación con organizaciones de la sociedad civil, Carolina Viggiano; en agenda legislativa, la también ex legisladora Paloma Guillén; protección civil, Luis F. Puente, ex subsecretario del gobierno mexiquense, y en migrantes, Arnulfo Valdivia, también ex funcionario de esa entidad.
En esta área, el coordinador jurídico será el priísta y ex legislador Felipe Solís Acero; en la coordinación operativa, Eugenio Imaz Gispert, ex funcionario en el gobierno de Hidalgo, y en el área técnica, María de los Ángeles Fromow, ex fiscal para delitos electorales.
Peña Nieto ratificó a Erwin Lino como su secretario particular, y a Francisco Guzmán como coordinador de asesores. David López seguirá como coordinador de comunicación social. Él ha ocupado esa responsabilidad con el ahora presidente electo desde el estado de México.
Andrés Massieu será responsable de identidad institucional y Eduardo Sánchez tendrá la vocería del equipo de transición; ya realizaba ese trabajo para el PRI.
Enrique Peña Nieto anunció formalmente que su seguridad estará a cargo, a partir de ahora, del general Roberto Miranda, quien procede del Estado Mayor Presidencial.
Cargada de panistas-Rocha
Por la puerta de atrás
Carlos Martínez García
Felipe Calderón sale como entró, por la puerta de atrás. Hace seis años, impedido de ingresar al Congreso de la Unión por la puerta delantera, recorrer el largo pasillo hasta el estrado y desde ahí tomar posesión de un cargo que dudosamente obtuvo en las urnas, la Presidencia de la República, apresuradamente Calderón fue investido como titular del Poder Ejecutivo. Anteayer, en Palacio Nacional, el mensaje de su último Informe de gobierno debió verificarse a puertas cerradas y con el Zócalo resguardado por nutridas fuerzas policiacas y militares. Todo por el miedo a los ciudadanos.
La supuesta pureza panista, su idealismo, la férrea honestidad de sus dirigentes y militantes,
la brega de eternidad(al decir de Manuel Gómez Morín, fundador del PAN), se fueron desmoronando de manera directamente proporcional a la conquista del poder. El parteaguas inicial tuvo lugar en 2000, con la victoria de Vicente Fox. Su sexenio presidencial fue de una rapacidad presupuestal clara y evidente. El súbito enriquecimiento del dicharachero presidente, sus familiares y allegados, fue documentado minuciosamente por diversas investigaciones. Destacadamente en los trabajos periodísticos de Anabel Hernández son exhibidos los mecanismos de la corrupción foxista. La documentación conseguida por ella es apabullante.
¿Cómo reaccionaron en el PAN ante las evidencias de que Fox y gobernadores del mismo partido estaban practicando el capitalismo de compadres? Mirando para otro lado. Los principios fueron cayendo por el embeleso del poder y sus privilegios económicos. Su mochería, las buenas costumbres del ser mexicano que su conservadurismo decía defender, no les alcanzaron para frenar uno de los males endémicos heredados por el PRI: la depredación económica de los recursos económicos de la nación mexicana.
El tercer lugar del PAN en las preferencias electorales de la ciudadanía el pasado 1º de julio es un claro indicador de la debacle del otrora partido que deseaba construir una sociedad sin abusos de poder, crecientemente democrática, y transparencia en el ejercicio gubernamental. La derrota no vino desde afuera; se fue incubando en el interior del panismo porque no tuvieron las suficientes reservas éticas para aguantar lo descrito por el general y presidente Álvaro Obregón en los años veintes del siglo pasado: los cañonazos de 50 mil pesos, su equivalente en el México del siglo XXI.
Felipe Calderón, ante una audiencia cautelosamente seleccionada y por ello con disposición a palmearle cada uno de los anunciados como logros por él alcanzados, tuvo el atrevimiento de informar que en su administración pudo evitarse que el crimen organizado hiciera suyo el Estado mexicano. Olvidó, convenientemente, que si ese crimen fue escalando posiciones se debe a complicidades en propias instancias del Estado. Y por dos sexenios dicho Estado fue controlado por administraciones del partido al que pertenece Felipe Calderón.
Ante la escasez de avances reales en favor de la población del país, Calderón Hinojosa refirió el clima de absoluta libertad de expresión existente en México, incomparable con otras administraciones. El ensanchamiento en la libertad de expresión ha sido un logro de la sociedad civil, que fue abriendo espacios alternativos a los controlados por la clase política y económica. Las puertas no se abrieron desde dentro; el vendaval que las desatrancó vino de afuera. Una población crecientemente crítica, insatisfecha con los medios que no informaban, sino que se limitaban a ser eco de las líneas gubernamentales, fue construyendo espacios en los que el objetivo es servir a los lectores y lectoras. La mayor democracia informativa y analítica que ahora tenemos ha sido alcanzada a contracorriente de los regímenes priístas y panistas.
La democracia necesita de demócratas, dijo en su discurso Felipe Calderón. No sabemos si ahora que salga de Los Pinos se dedique a tratar de entender cómo fue que la antidemocracia se anidó en el PAN. Porque el ensueño democrático se fue diluyendo en las filas panistas y en su lugar sentaron sus reales el neocorporativismo, el encubrimiento de unos a otros en las prácticas despóticas del poder, el nepotismo y los arribistas cuyo único
méritoes la cercanía con la cúpula burocrática.
No nada más Calderón sale por la puerta trasera; también se va por el mismo lugar un abultado contingente de funcionarios panistas cuya grisura es proverbial. Su ineficacia causó desastres en la administración pública, debilitó a un Estado de por sí desestructurado y vulnerable a las presiones de intereses ajenos a la democratización de la vida social en todos los órdenes. Tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron.
Tersa transición-Helguera
Perverso o los extremos de la seducción
Javier Aranda Luna
Ahora que nos invade la marea de la crónica roja y la novela de sangre, justificada por lo demás por el gran fracaso de la guerra contra el crimen organizado, refresca el ambiente de las novedades literarias Perverso, de Patricia Plaza.
No había leído nada de esta escritora española radicada en Houston que terminó trabajando para la FBI. Tampoco era mucho: Mosaico de una despedida, su primer libro, fue publicado en 2001 y ahora resulta prácticamente inconseguible.
Cuando uno se encuentra con autores que no conoce, siempre resulta efectivo aplicar la técnica que Fernando Benítez me regaló para detectar si un libro fue escrito para nosotros: basta abrirlo en cualquier página. Si el texto nos atrapa tiene sentido leerlo. De lo contrario lo recomendable es olvidarnos, por el momento, de él. No es un pecado dejar en un estante incluso a un clásico; simplemente no fue escrito para nosotros en ese momento.
Quizá la técnica de Benítez también resulte para algunos un poco injusta porque todo libro tiene sus altas y sus bajas: existen buenos textos con alguna página ripiosa, mientras que otros sólo podrían justificar su peso por la página que el azar nos brindó cuando decidimos abrirlo… y eso no es poca cosa. En literatura no es un error reducir el todo por la parte: la parte es el todo aunque se encuentre perdida entre cientos de páginas.
Las buenas novelas nos revelan un mundo, las mejores nos emocionan. La prosa imantada de Patricia Plaza en Perverso, es emocionante: su centro es la seducción, la intimidad perturbada.
Patricia Plaza recupera en Perverso, al género epistolar. Un recurso que utilizó Dostoyevski en Pobres gentes con gran eficacia.
Todo intercambio epistolar nos muestra desde su inicio la coincidencia de dos mundos. Es un diálogo diferido, una conversación donde el silencio o el tiempo de espera nos dicen más que mil palabras. Quien escribe una carta no sólo piensa en el otro: piensa al otro, le da peso y forma, volumen, existencia mientras lo escucha en silencio. El decir y el no decir en una correspondencia es un hacer.
Federico Sánchez Mondragón, un famoso escritor setentón y Piropo, una joven redactora son los protagonistas de Perverso. Ambos se valen de la escritura como una efectiva forma de seducción. Sus diálogos silenciosos elevan la temperatura de la novela al jugar cada vez más con un lenguaje intimista que termina por desnudarlos.
Y ya separados de la retórica, expuestos el uno al otro por voluntad propia, deciden desdoblarse en dos personajes que han inscrito sus nombres en los anales de la eternidad que sólo otorgan los lectores: Henry Miller y Anaïs Nin, dos símbolos de la historia erótica de todos los tiempos.
Pero lejos de que Piropo se asuma como Anaïs, es el viejo verde quien decide travestirse y hacerse pasar por la ardiente escritora. Piropo, mientras tanto, juega a jugar el rol del viril autor de Trópico de cáncer.
Federico Sánchez Mondragón y Piropo no son perversos por su gran diferencia de edades, ni por ponerle cuernos a sus respectivas parejas sino por subvertir el rol de la pareja que hacen un hombre y una mujer.
Con una prosa ligera sin resultar banal y con múltiples guiños literarios sin pedantería Perverso también ofrece al lector una serie de agudas reflexiones sobre las vulgaridades de la sociedad española y sobre los absurdos y contradicciones que atraen y causan repulsa de la sociedad estadunidense.
En estos días de penuria por la guerra idiota contra el narco, Perverso aligera el ambiente por desviar nuestras miradas al arte de la seducción, al juego del encantamiento por el poder de la prosa, a la perversidad de un erotismo que puede convertirse en farsa, en teatro del absurdo, en esa comedia que muchas veces no vemos porque la tenemos enfrente.
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