Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 20 de enero de 2013

Bajo la Lupa- La india garbancera- El dramático reto de Obama

Bajo la Lupa
Insólita repatriación del oro alemán de EU: ¿qué saben que no sepamos?
Alfredo Jalife-Rahme
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El presidente estadunidense, Barack Obama, barniza un librero en una escuela, ayer en Washington
Foto Ap
 
Una semana después de la casi silenciosa nominación de Jacob Jack Joseph Lew a la relevante Secretaría del Tesoro de Estados Unidos (EU), el gobierno alemán anunció la repatriación de una porción modesta de sus lingotes de oro custodiados en la Reserva Federal (en su rama de Nueva York).
 
Resulta interesante la reseña biográfica del rotativo israelí Haaretz (10/1/13) sobre Jacob Lew: judío del Bronx llega a Wall Street y a la Casa Blanca con un pasado en una aventura fallida en Citigroup (¡supersic!) que lo hizo millonario a expensas de los contribuyentes. ¿La Secretaría del Tesoro de EU pasa de la férula previa de Goldman Sachs a la de Citigroup, que estuvo al borde del colapso? ¿Regresa al poder financiero de Wall Street el grupo del clintoniano Robert Rubin, correligionario de Jacob Lew?
 
No aduzco en absoluto que la repatriación del oro alemán haya tenido que ver con la nominación de Jacob Lew, ex alto funcionario de Citigroup, pero quizá haya contribuido en la evaluación sobre la intensificación de las políticas monetaristas hiperinflacionarias de EU, que de facto libra una guerra de divisas contra las principales monedas del orbe (v. gr. el euro y las divisas de los BRICS).
 
Jacob Lew en lugar de Tim Geithner presagia más de lo mismo, pero con formas disfrazadas al estilo coreográfico de Obama.
 
 
Desde el año pasado las autoridades alemanas han exigido auditar el monto de sus reservas áureas en Nueva York, debido al creciente escepticismo, causado por las trepidantes declaraciones del anterior candidato presidencial del Partido Republicano, el anterior congresista texano Ron Paul, quien puso en tela de juicio su existencia tangible (valga la tautología).
 
Alemania sigue así el ejemplo de Irán, Libia y Venezuela, quienes se adelantaron a repatriar sus reservas de oro.
 
El oro de Libia –si es que aún existe, aunque sea en papel contable– es ahora de vuelta custodiado por la OTAN, después de su intervención militar.
 
El Tribunal de Auditores de Alemania criticó el manejo del Bundesbank (su banco central) sobre su tenencia de oro en el extranjero que, nunca ha sido verificado físicamente (¡supersic!) y no se encuentra bajo control apropiado.
 
Jim Sinclair, connotado analista aurífero, consideró que la medida alemana constituye el inicio del fin del dólar estadunidense como la divisa de reserva (Financial Times, 16/1/13).
 
A mi juicio, más que la sepultura inevitable del dolarcentrismo –uno de los pilares de la hegemonía de EU (Bajo la Lupa, 16/1/13)–, el problema hoy radica en que no existe sucedáneo viable, cuando a duras penas el yuan chino abre su camino multipolar. Alemania representa la segunda reserva mundial de oro (11 por ciento: 177 mil 500 millones de dólares), detrás de EU (26 por ciento) y desde hace 30 años ha almacenado sus reservas áureas en Nueva York (mil 500 toneladas: 45 por ciento), Londres (445 toneladas: 13 por ciento) y París (374 toneladas: 11 por ciento). El resto de las 315 toneladas permanece en Francfort. De las mil 500 toneladas custodiadas en Nueva York, el Bundesbank importará la quinta parte: sólo 300 toneladas en un lapso de siete años. Llama la atención que el Bundesbank no toque, by the time being, sus reservas custodiadas en Londres, quizá para no exacerbar las tensiones cuando la City se ha consagrado a socavar al euro para evitar el desplome de la caduca libra esterlina.
 
La logística de repatriación es bastante complicada: engorrosa autentificación con rayos X, a prueba de atentados y/o hurtos celestiales, donde se pueden dar algunas sorpresas teledirigidas al estilo Goldfinger.
 
The Financial Times (16/1/13) estima que sólo para repatriar 300 toneladas de Nueva York, Alemania necesita 60 vuelos especiales. En sentido estricto, Alemania no repatria su oro que fue adquirido en las plazas de Nueva York, Londres y París con las ganancias de su superávit comercial, lo cual ilumina su proeza tecnoindustrial después de su derrota militar cuando no contaba más con reservas áureas.
 
Phoenix Capital Research (PCR, 1/16/13) expone el malestar de Alemania sobre las recientes medidas monetaristas de EU, que llevan como corolario el debilitamiento del dólar y el ulterior fortalecimiento del euro que redunda en las exportaciones de ambos países (beneficia a EU y daña a Alemania). Considera que la dramática medida alemana tendrá severas consecuencias en el sistema financiero que se sostiene debido a la confianza entre los bancos centrales. Pues sí: cuando el Bundesbank alemán pierde la confianza en la Reserva Federal de Nueva York significa que hay gato encerrado.
 
PCR pregunta en forma sarcástica:¿Qué saben exactamente los centralbanquistas alemanes que no sepamos?
 
Mohamed El-Erian, comandamás de Pimco –el mayor inversionista de bonos del mundo– explora el significado de la decisión alemana (Financial Times, 16/1/13). Sus explicaciones son muy defensivas: “Factores domésticos explican mayormente las motivaciones sobre la decisión inusual y muy visible de Alemania. (…) No tiene nada que ver con la seguridad de la Reserva Federal de EU, ni sobre el estado de las relaciones EU-Alemania” ni “las crecientes tensiones entre Gran Bretaña y Alemania. Aporta como prueba, poco persuasiva, la repatriación del oro alemán de las bóvedas parisinas, cuando las cantidades son notablemente desiguales.
 
Quizá las causales que desecha El-Erian se hallen justamente detrás de las motivaciones de la decisión alemana cuando ambos pertenecen a la eurozona. El-Erian admite que el mundo vive crecientes tensiones económicas multilaterales en medio de menciones pletóricas sobre la guerra de divisas. No elude que la decisión alemana comporte riesgos internacionales, pero prefiere quedarse en el confort de un mínimo impacto sistémico.
 
Un banquero mexicano, quien exigió anonimato, me comentó que la medida alemana es modesta y a siete años como anuncio de lo que viene cuando el proceso monetarista “llega a su fin con el retorno del oro por default”, mientras cunde la desconfianza entre los bancos centrales con la deuda mundial girando en 350 por ciento del total del PIB mundial. Deuda totalmente impagable.
 
¿Qué efecto tendrá la repatriación del oro alemán en la relación hoy inversamente proporcional entre la cotización del dólar y el euro que se han vuelto enemigos mortales en el seno de la OTAN? A mi juicio, no importa el monto ni su gradualismo, sino su gran significado geofinanciero con la notable deserción paulatina de Alemania del sistema financiero centralbanquista anglosajón.
 
No es poco: se trata del fin de la era unipolar dolarcéntrica y el comienzo de otra era multipolar de pluridivisas con cierto tipo de apuntalamiento con metales preciosos (oro, plata, platino y paladio), lo cual, a mi juicio, el México eterno debe aprovechar, cuando fenezca la agónica dictadura teológica del neoliberalismo itamita, con la instauración de reservas de plata (somos el primer productor del mundo), aunque el saqueo pirata anglosajón por la vía de Canadá no deje increíblemente nada por ahora. Nunca es demasiado tarde.
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La india garbancera
Ángeles González Gamio
Sin duda el personaje más conocido del notable grabador José Guadalupe Posada es la calavera conocida como La Catrina, que inmortalizó Diego Rivera en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Nos enteramos por el historiador Agustín Sánchez González que el personaje era en realidad la india garbancera, como se nombraba a las ladinas que querían ser gachupinas como sus patronas. Decía el versillo que la acompañaba: hay unas gatas ingratas, muy llenas de presunción y matreras como ratas, que compran joyas baratas en las ventas de ocasión.
 
Posada nació el 2 de febrero de 1852, en Aguascalientes. Desde pequeño mostró disposición para el dibujo. A los dieciséis años ingresó en el taller profesional de Trinidad Pedroso, reputado maestro de quien aprendió los secretos del arte litográfico.
En estos primeros años de aprendizaje manifestó una facilidad innata para la caricatura, por lo que su mentor lo introdujo en el mundo del periodismo. Trabajó algunas caricaturas para el periódico político El Jicote; pero al regreso al poder del cacique Jesús Gómez, se vieron obligados a exiliarse en León, Guanajuato, donde fundaron una nueva imprenta. En el año de 1872, la modesta empresa quedó en manos de Posada.
A los 25 años contrajo matrimonio con María de Jesús Vela y ocho años después consiguió una plaza de maestro de litografía en la Escuela Preparatoria de León. A raíz de una terrible inundación se trasladó a la ciudad de México.
Establecido ya en la capital y precedido de cierto prestigio como ilustrador, contrató sus servicios en la empresa editorial de Irineo Paz, en la cual realizó dibujos y grabados para La patria ilustrada, Revista de México, El padre Cobos, El Ahuizote y Nuevo siglo.
Fue tal su éxito que sin dejar a Paz instaló su propio taller, en el número 2 de la calle de Santa Teresa hoy, Lic. Verdad, para cambiarse más tarde al número 5 de Santa Inés, hoy calle de Moneda. Ahí realizó caricaturas políticas y hacia la crónica de los sucesos extraordinarios y de la vida cotidiana que observaba en el barrio de la Merced.
Posada manejaba con maestría a la vista del público el buril, expresándose en madera, zinc o plancha de metal. Fue el creador del grabado al ácido en relieve. Conoció al editorialista Antonio Vanegas Arroyo, quien fue determinante en su vida y en su muerte. El editor fundó en 1880 una editorial especializada en literatura para las masas, con lo que inició una labor de divulgación de los acontecimientos políticos y sociales del país, que incluía desde anuncios del fin del mundo hasta canciones populares.
Posada junto con Vanegas, el grabador Manuel Manilla, el poeta y redactor oaxaqueño Constancio Suárez, que fue quien expresaba las ideas de los editores, formaron un equipo que inundó el país con una abundante producción nacionalista y popular. Posada ilustró también las famosas calaveras, versos alusivos a la muerte que se distribuían en periódicos y hojas sueltas
La Revolución de 1910 fue una inagotable fuente de inspiración. El trabajo de Posada trasciende la categoría del grabador popular, para lograr manifestar en su arte una nueva concepción expresionista y liberal de la vida cotidiana de país.
Terminó sus días enfermo y pobre; al morir, su amigo Antonio Vanegas Arroyo de su peculio sufragó los gastos de su sepelio en el Panteón civil de Dolores. Aquí reposaron sus restos durante siete años; en 1920, al no haber quien pagara el derecho a la perpetuidad fue exhumado y depositado en la fosa común.
En este lugar hoy a las 12, le vamos a rendir un homenaje en la Rotonda de las Personas Ilustres, en donde sus restos deberían de reposar. El acto lo organiza la Red Mexicana de Estudios de Espacios y Cultura Funerarios AC, la delegación Miguel Hidalgo y la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Va a acompañar el acto la Orquesta Sinfónica Juvenil de la delegación y... se acabó el espacio.
El dramático reto de Obama
José Antonio Rojas Nieto
¿Cuál cree usted que sea el principal reto económico y social que afrontará a partir de este lunes el relecto presidente Obama? ¡Sí, acertó! El del empleo. El persistente problema de empleo, que se complicó a partir de finales de 2007, aunque ya desde la primavera de 2006 habían surgido indicadores (crecimiento anual cada vez menor, por ejemplo) que llamaban la atención sobre la difícil evolución de los puestos de trabajo. Hoy sigue habiendo muchísimos estadunidenses que buscan empleos. Cierto, ya no son los poco más de 26 millones que lo hacían en la primavera de 2010, 15 millones porque no lo tenían y 11 millones por que les resultaba insatisfactorio.
 
 
Pero no es menos grave que hoy, más de 22 millones sigan buscando ocupación. El 14.4 por ciento de la llamada fuerza laboral civil. ¿Cómo se llegó a tal dramatismo? ¡Poco a poco! En noviembre de 2007 tenían empleo civil casi 147 millones de estadunidenses. Oficialmente y en términos absolutos, el mayor volumen de la historia, con tasa de desempleo de 4.7 por ciento, ligeramente mayor a una de las menores de su historia reciente (3.8 en abril de 2000). Pero dos puntos mayor que la más baja oficialmente reconocida (2.5 por ciento en mayo y junio de 1953). Lo explica una generación de empleos a un ritmo menor al requerido por la población en condiciones de laborar. Así, y como ya había sucedido en otras etapas económicas, el empleo ya era resultado de un impulso relativamente artificial, sostenido por una expansión sin precedentes del crédito. Primeramente a finales de 1997. Después a mediados de 2002. Primordialmente hipotecario. Pero también al consumo, al comercio y a la industria.
 
Entre otras cosas permitió apuntalar –artificialmente, como lo demostró la quiebra del sistema bancario y financiero– seguir fortaleciendo la capacidad instalada de la economía, con un nivel de producción a ritmos cada vez menores. Así, se permitió continuar la generación de empleos, aunque –de nuevo– ya no en el ritmo que requería la población demandante. Pero el artificio se quebró (¿recuerda nuestro Fobaproa?)
 
De noviembre 2007 a octubre 2009 se sufrió una pérdida neta de 8 millones 174 mil empleos. La más profunda y extensa regresión laboral. Registros oficiales muestran situaciones relativamente similares en los periodos otoñales de 1945 y 1949. Pero sin la extensión actual, de 23 dramáticos meses. Sí, casi dos años en los que no sólo no fue posible dar ocupación a 7 millones 240 mil desempleados que ya había en ese noviembre de 2007, sino que tampoco sostenerles su empleo a otros 8 millones 142 mil estadunidenses que se sumaron a esos desempleados. Ni a otros 32 mil que se retiraron del mercado laboral.
 
Por eso –y como nunca antes– la Navidad de 2009 fue tristemente celebrada. Poco más de 15 millones de personas sin trabajo, 10 por ciento de la fuerza laboral. La gravedad del momento también lo muestra el hecho de que, en promedio, se necesitaba 30 semanas para obtener empleo. Hoy, por cierto y ya desde hace casi dos años, el promedio es de 39 o 40 semanas. Y es que –de nuevo y como de ordinario– al volumen de desempleados –sí, desempleados– que busca ocupación (15 millones en el invierno de 2009 y 12 millones hoy), se suma el volumen de empleados –sí, empleados– que también busca ocupación (11 millones en el invierno de 2009 y 10 millones hoy). Sí, hoy 22 millones de estadunidenses buscan trabajo. Un total de 12 millones porque no lo tienen. Y otro de 10 millones porque su empleo es de apenas unas horas a la semana, o su remuneración laboral es inferior a la deseada, o sus condiciones de trabajo les son insatisfactorias. O, finalmente, por una combinación de esos tres factores: magnitud de su jornada, nivel de su remuneración, condiciones de trabajo.
 
Por eso mismo hoy, como al inicio de año 2010, el panorama laboral sigue siendo profundamente desolador. De una población de 315 millones de personas con una fuerza laboral de 156 millones de personas que se agrupan en cerca de 133 millones de hogares, 22 millones buscan trabajo. Y apenas poco más de 3 millones con seguro de desempleo. Y por si esto fuera poco, esos hogares tienen hoy una deuda de casi 13 billones de dólares, 22 por ciento de la deuda total. Poco más de 9 billones por créditos hipotecarios. Y casi 3 billones por créditos al consumo. Sin lugar a dudas, todo esto permite asegurar que el principal reto para Barack Obama –en realidad para toda la economía estadunidense– sigue siendo el del empleo. Sin duda. ¿Y nuestro reto cuál es? ¡El mismo!

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