Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 6 de enero de 2013

El EZLN, la autonomía y la lucha por una alternativa- -¿Por qué la producción de Pemex decayó el año pasado?- Nuevos, viejos y necios dilemas


El EZLN, la autonomía y la lucha por una alternativa
Guillermo Almeyra
Hay que saludar la decisión y la organización de los indígenas chiapanecos de las comunidades zapatistas que, a poco menos de 20 años de su rebelión, y a pesar del fuerte impacto del aislamiento, la hostilidad permanente de los gobiernos, la creciente miseria y la emigración, mantienen y renuevan permanentemente su fuerza, desfilan orgullosamente por las ciudades chiapanecas y resisten activamente en su territorio, menguado por la guerra de pobres contra pobres fomentada por las clases dominantes mediante el PRI.
 
Hay que destacar también que esa resistencia extrae fuerza de su organización y su temple comunitario y de su intento por construir las bases para la autonomía, a pesar de las limitaciones, carencias y errores de una dirección muda e impasible durante largo tiempo ante los horrores provocados por el fraude que impuso en Los Pinos a Calderón y su banda panista, con apoyo del PRI y de los chuchos del PRD. La exigencia de esas decenas de miles de indígenas se apoya en la voluntad y la decisión de los casi 200 mil habitantes de las comunidades rebeldes y en la simpatía activa de los demás pueblos indígenas y de las otras comunidades que luchan también por sentar las bases de su autonomía.

Ahora, ante la debilidad de un gobierno nacido de un nuevo fraude y activamente repudiado por lo mejor de la sociedad mexicana, ese zapatismo chiapaneco siente que el momento es favorable para salir nuevamente a reclamar una exigencia constante y sacrosanta: el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y el reconocimiento constitucional de los derechos y la cultura de los pueblos indígenas. Esa reivindicación, aunque no cambia radicalmente la situación de los pueblos indígenas, exige se les reconozcan derechos iguales a los demás ciudadanos y la ampliación de los derechos de los pueblos originarios y de todo el México que trabaja y produce riquezas para otros. Da así un impulso a la lucha por la defensa de la Constitución y por los derechos democráticos, que dependen ambos de los trabajadores, los pobres, los oprimidos y los explotados de todo tipo, y que sólo pueden ser impuestos y defendidos por éstos.

De este modo, el EZLN, aunque sin plantearlo explícitamente, al romper su silencio y retomar mediante una demostración de fuerza y una movilización una ofensiva política, se apoya en la lucha de los millones que protestan contra la imposición fraudulenta de Peña Nieto con la complicidad de Calderón, o sea, con los millones que votaron por López Obrador y tratan de dar vida a Morena, y en la de los cientos de miles de lucharon y luchan en el terreno político y en las calles por los derechos democráticos y las conquistas constitucionales y legales pisoteadas, como los integrantes de #YoSoy132, los electricistas del SME, otros sindicatos combativos y la izquierda anticapitalista.

También implícitamente, convoca a una acción conjunta a los que en estos años combatieron (desgraciadamente sin el apoyo del EZLN) contra las políticas del PAN que el PRI continuará y agravará, al exigir que se concrete el reconocimiento de los Acuerdos de San Andrés y de una modificación constitucional incorporando los derechos indígenas. Porque es obvio que los resultados en las calles y en el mismo parlamento no pueden depender sólo de una negociación entre el EZLN y el gobierno de Peña Nieto, sino que exige la modificación de la relación de fuerzas políticas en Chiapas y en todo el país.
 
El apoyo de millones o de cientos de miles de personas y la capacidad de movilización de fuerzas no bastan por sí mismos. El problema es para qué se moviliza y con cuáles objetivos. AMLO movió millones de personas en 2006 y hasta 2012, y organiza ahora también millones, pero no para la lucha capaz de imponer un cambio social. La movilización sostiene siempre la resistencia social, pero no es suficiente para imponer una alternativa al poder de la oligarquía y del capital financiero internacional si se carece de la capacidad de unir detrás de fines comunes a gente que coincide sólo en algunos puntos fundamentales y si quien tiene capacidad organizativa no tiene, en cambio, un objetivo claro y creíble de transformación de la realidad, no de una región, sino de todo el país, y no desde arriba, sino mediante la movilización y el salto en las conciencias que se plasme en poderes locales de los oprimidos.
 
Las bases para la contraofensiva de los oprimidos y explotados en México se están dando en los esfuerzos –en Cherán, en el Itsmo de Tehuantepec, en Oaxaca, en la Montaña de Guerrero– por la construcción de las bases para la autonomía y la autogestión. Pero éstas son sólo intentos efímeros en comunidades pobres y aisladas. Para afirmarse deben extenderse y empezar a construir conciencias y poder, al mismo tiempo que enseñan a los demás mexicanos a autorganizarse para resolver por sí mismos los problemas graves.
 
Las luchas contra la desocupación, la carestía, la violencia estatal, la delincuencia, como parte de la ofensiva capitalista y contra la destrucción de leyes y conquistas logradas por la movilización campesina en la Revolución Mexicana, deben formar parte de una alternativa anticapitalista que hay que construir entre todos, conjuntamente, contra el establishment formado por el PRI y sus paleros, el PAN y los cárteles de la droga y por los grandes narcocapitales ligados a esos partidos, así como por los dirigentes del PRD. ¡Bienvenido a la acción el EZLN y la otra campaña, que estuvieron ausentes en tantos momentos importantes! ¡Bienvenida también la capacidad potencial de acción y campaña no electoral de Morena y de los sectores sindicales y de izquierda que tratan de crear un partido obrero independiente! ¡Bienvenidas las múltiples formas de lucha de los #YoSoy132! Es la hora de unir esfuerzos al mismo tiempo que se abre una discusión fraterna sobre los errores pasados de la izquierda social para comprender sus raíces y superarlos.
Una mañana en Harvard-Hernández
¿Por qué la producción de Pemex decayó el año pasado?
Antonio Gershenson
Si queremos resumir, vamos a ver que, a lo largo de 2012, la producción de Pemex decayó, a pesar de que hay áreas en las que creció. La producción por día de petróleo crudo bajó algo, pero la de gas natural cayó bastante más.
 
La producción de petróleo crudo bajó poco, de 2 millones 553 mil barriles diarios en 2011, a 2 millones 543 mil en 2012. La meta era de 2 millones 600 mil. En general, se están considerando cifras exactas hasta octubre, y los últimos dos meses se estiman por Pemex.

Pero con la producción de gas natural fue bajando de 6 mil 534 millones de pies cúbicos diarios en 2009, a 6 mil 337 millones en 2010, a 5 mil 913 millones en 2011 y a 5 mil 646 millones en 2012. La producción bajó a 86 por ciento en 3 años. Son 888 millones de pies cúbicos diarios. A veces los funcionarios menosprecian el gas, pero cuando falta vemos lo importante que es. Así ha sido con la escasez de gas a sectores de la industria a lo largo del año.

La situación no es pareja. En Veracruz la producción bajó de 956 millones de pies cúbicos diarios en 2008, a 606 millones en 2012, menos de dos terceras partes. En cantidad, bajó 350 millones. Pero en Burgos, donde se repartieron los terrenos entre siete empresas extranjeras, la producción de gas bajó de mil 515 millones de pies cúbicos diarios en 2009 a mil 185 millones en 2012, una reducción de 330 millones. Los dos juntos, representan una reducción de 680 millones de pies cúbicos diarios. Queda una reducción como de 200 millones a los otros casos.

Una parte importante de disminución es Cantarell, que fue la mayor área petrolera, y que perdió desde 2008, 600 millones de pies cúbicos diarios. Hay un aumento en la producción promedio de los otros sitios de unos 300 millones. Es sobre todo de Litoral de Tabasco, cuya producción subió de 454 millones, en 2008, a 726 millones (tal vez algo más, cuando se incorpore la nueva producción de los dos últimos meses de Tsimin) en 2012. En otros sitios la producción se compensa de unas regiones con otras.

Si consideramos a Litoral de Tabasco, su aumento de producción desde 2003 hasta 2012 es de más de 8 veces. Si comparamos el trabajo de Pemex aquí con la actividad de las siete empresas extranjeras en Burgos y su decadencia, es claro cuál es el camino correcto a seguir.

Vamos al aspecto del crudo. También ahí Litoral de Tabasco se destaca. La producción pasó de 39 mil barriles de crudo diarios en 2003, en un crecimiento sostenido, a 320 mil en 2012. Subió también más de 8 veces. Como hemos visto la que fue la mayor área de producción, Cantarell, cayó de 2 millones 125 mil de barriles diarios, a 406 mil en 2012. El 19 por ciento. Ha sido insuficiente la compensación que se quiso hacer con Ku MaloobZaap (KMZ) que no impide la baja. Los tipos de crudo en esta zona son crecientemente pesados. La producción de gas de esa área ya está decayendo.
 
Otro caso es Chicontepec. La producción es entre 2 y 3 por ciento de la nacional. Pero su presupuesto es enorme. En 2012 gastó más de 18 mil millones de pesos –en 2011 gastó 28 mil millones y en 2010, 32 mil millones– para producir 67 mil barriles diarios.
 
Litoral de Tabasco produce 320 mil, casi 5 veces más con una inversión de 7 mil millones, menos de la mitad que lo de Chicontepec, y sin contar la gran producción de gas.
 
Chicontepec es la tierra de los contratos y los contratistas. El rendimiento por pozo es ridículo, pues aunque no se ha publicado recientemente su rendimiento por pozo hace unos meses era de 27 barriles diarios, cuando a varios pozos de yacimientos normales se les mide su rendimiento en miles de barriles diarios.
 
Esto es en la producción de materias primas. Pero si tomamos, como ejemplo importante de transformación industrial las refinerías, pues las cosas están peor. Ya no digamos las ya construidas, sino la acordada pero nunca cumplida nueva refinería fue de lo peor. Tirar algo de dinero a la calle, y no se llegó a poner la primera piedra. La barda no está terminada, ni siquiera puede considerar que sea parte de la refinería.
 
Los ingenieros de Pemex que elaboraron un estudio de viabilidad para construir una nueva refinería en México, entregado al Senado el 30 de julio de 2008, dijeron que ante la recomendación de un tren de refinación para 300 miles de barriles diarios, es mejor el uso de dos trenes de refinación con 600 miles de barriles diarios, pues el estudio mostraba que esta última alternativa era más económica.
Claro, el gobierno derechista no hizo caso, ni se fue por el camino de los dos trenes, ni por el de un tren, porque no hizo nada. Es de los peores casos de transformación industrial.
 
Como vemos, no sólo decayó la producción de Pemex durante el año pasado.
Nuevos, viejos y necios dilemas
Rolando Cordera Campos
Con la reaparición del EZLN, ahora de modo pacífico, pero no menos contundente en sus silencios, los dilemas sobre la guerra y la paz internas adquieren particular agudeza, sin que los que emergieran de la estrategia antidrogas del gobierno anterior hayan quedado superados. En el fondo, el de los indios de México es, sobre todo, un reto mayor a nuestras categorías y convicciones sobre el desarrollo y sus significados históricos y sociales.
 
Igual que la violencia criminal que asuela buena parte del territorio físico del país y a prácticamente todo su espacio mental y moral, la irrupción zapatista es un recordatorio de que nuestras lacras ancestrales, resumidas en la desigualdad profunda de la sociedad, siguen con nosotros. Aún más: que, como lo podemos constatar un año tras otro cuando el Congreso discute y aprueba los impuestos y los gastos del Estado, la democracia mexicana reporta un alto grado de inelasticidad, de insensibilidad sería mejor decir, ante la injusticia social y la pobreza de sus masas.

No está de más plantearse así estas cuestiones, cuando la crisis global se despliega y reproduce en nuevos y antiguos desafíos para la estabilidad y la capacidad de renovación del capitalismo. A lo largo de poco más de dos siglos este sistema y su dinámica se han encargado de imponerse a las visiones y las ilusiones que pronostican su inminente fin, convenciendo a no pocos de que su historia es única y no admite alternativas.

Sabemos que este orden económico es poseedor de una fuerza renovadora endemoniada, sin cuya concreción en crecimiento y cambios estructurales no puede sobrevivir por mucho tiempo. Una y otra vez, en medio y al final de sus crisis, los ideólogos y los gobernantes han imaginado alcanzar las condiciones de un desarrollo sostenido, tan sólido que la mera idea de oscilaciones o recesiones menores es desechada como impertinente.

Pero una y otra vez, son los propios mecanismos del sistema, los molinos satánicos como los llamara Polanyi, los que se encargan de mostrar crudamente y sin clemencia, cómo son esas caídas y convulsiones las que lo llevan a renovar dicha dinámica a costa de enormes cuotas de destrucción física y humana, como si la creación de nuevas formas de vida y producción material no pudiera darse sino a través de la demolición de lo existente.

Hoy, es probable que asistamos a un episodios histórico de tal naturaleza, a un época cuyos cambios y contradicciones nos anuncian más bien la cercanía de un momento límite, de un cambio de época como ha gustado imaginarlo la secretaría ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Junto con las figuras del desarrollo combinado, que le añaden más de un pie de página al globalismo eufórico de antes, encarnadas por la migración masiva así como por los fundamentalismos y, desde luego, por los reclamos profundos de que otro mundo es posible, las señales ominosas del cambio climático serían los argumentos prima facie de una postura radical en torno a la necesidad de mudanzas profundas de este régimen.
 
Ahora, podríamos agregar, esos deslizamientos históricos tendrán que acometerse por las sociedades organizadas, sin tener que esperar a que otra guerra mundial les prepare el escenario y les dé la justificación histórica necesaria para emprenderlos. De aquí la importancia adquirida de nuevo por el Estado, su composición y calidad, sin que, por otro lado, se haya llegado e a una solución positiva y de largo plazo en el tema.
 
La Europa periférica devastada y el irracional legado de fanatismo fiscal y clasista en Estados Unidos nos hablan con elocuencia de esta corrosiva incapacidad de las sociedades y sus Estados para reconocer la realidad y actuar en consecuencia con sus intereses fundamentales de supervivencia y bienestar. Por eso, entre otras razones, la necesidad de construir miradas largas, para ver a través de la bruma.
 
Tal es, hasta hoy, la ironía de esta historia: sin guerra a la vista, la dinámica del sistema no se recupera pronto y más bien se despliega perezosamente en recuperaciones efímeras, sin que el desempleo masivo encuentre un punto de inflexión consistente.
 
Las políticas de la reacción, disfrazadas de mantras y jaculatorias por una austeridad autodestructiva, no han hecho sino profundizar estas tendencias al estancamiento, portadoras impasibles de un desgaste mayor de los tejidos y resortes conocidos para dejar atrás la crisis. De aquí la legitimidad de las convocatorias alternativas y del reformismo profundo, independientemente de que cuenten con la agencia adecuada para ponerse en acto.
 
Ojalá que la nueva puesta en escena del zapatismo llevara nuestra entrampada discusión sobre la democracia y el desarrollo a nuevos y más prometedores territorios intelectuales y políticos. Lo hará, tal vez, si sus dirigentes y militantes, junto con sus múltiples exegetas, intérpretes y voceros, hacen un esfuerzo por inscribirse en la perspectiva más amplia y compleja de un Estado nacional que no ha podido superar sus dramáticas heterogeneidades ni dejar atrás sus expresiones retardatarias, hoy coaguladas por un régimen incapaz de incluir a los viejos y los nuevos contingentes sociales que condensan esa heterogeneidad y sufren la desigualdad y la pobreza que la resume. Como antes ocurriera, será el compromiso con el factor humano, con su protección y ocupación digna, lo que defina la salida de la crisis y sus perspectivas de arribar a un mejor modo de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario