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de México
La casa blanca de
Marcelo Ebrard
Maestra
intenta calmar niños de kínder durante balacera en
Monterrey
Anuncian caravana por
la paz en México
Organizaciones
sociales mexicanas informaron que el 4 de junio inicia la Caravana Por la Paz
con Justicia y Dignidad, que durante 9 días recorrerá el territorio del país
para terminar en Ciudad Juárez con la firma de un pacto en busca de un cambio de
la estrategia gubernamental contra el crimen organizado y propondrá
alternativas. TeleSUR
Marchan
antorchistas a Los Pinos
Los manifestantes colapsan la vialidad en Paseo de la
Reforma.
Posicionamiento final PRD y PT en comparecencia de secretarios de
estado
Diputada Marcela Guerra intervención en
comparecencia
Elecciones…Estado
de México
Las
verdades del PAN
PAN:
blanca nieves y los 7 enanos (PARODIA)
Calderón,
herido y furioso
Cuestionado en el exterior y repudiado en prácticamente todo el
territorio mexicano, el calderonato esta como fiera herida y, por lo tanto, es
más peligroso que nunca para el país. Política y electoralmente se encuentra
acabado: ningún mexicano en su sano juicio votaría por un candidato panista
surgido de su círculo cercano. El juicio histórico es contundente: pasará como
el sexenio de la muerte y la miseria, el peor de la historia moderna del país.
Jurídicamente se va cerrando el círculo para que le sean fincados cargos a
Felipe Calderón por abuso de autoridad, genocidio y lesa humanidad, derivados de
la serie de violaciones constitucionales al declarar y llevar a cabo la “guerra
contra el narcotráfico” que ha dejado al menos 40 mil muertos, la gran mayoría
homicidios impunes, de presuntos delincuentes, ciudadanos ejecutados y víctimas
inocentes.
En el “cuarto de guerra” de la residencia oficial de Los Pinos lo saben, por lo que han armado, una vez más, otra costosísima campaña propagandística para intentar formar una cortina de humo y ocultar la cara más cruda y vergonzosa del actual régimen federal panista: la fallida guerra contra los cárteles de la droga y su documentada protección al más importante capo mexicano: Joaquín “El Chapo” Guzmán, jefe del Cártel de Sinaloa. La nueva campaña mediática operada por Presidencia de la República tiene como finalidad “defender su estrategia contra el crimen organizado” e “intentar acabar con los mitos en la lucha por la seguridad”. Miles de millones de pesos de los contribuyentes mexicanos se están gastando en ese fin que están hinchando aún más los bolsillos de los barones dueños de la radio y la televisión, en un esfuerzo que finalmente resultará infructuoso.
No hay forma de parar y mucho menos reparar en el corto plazo el desprestigio del gobierno –mejor dicho de la administración federal- de México labrado en los últimos 10 años. En todos los foros internacionales es evidente, patente y patética la posición de la Nación mexicana. En el más reciente, la Décimo Séptima Sesión del Consejo de Derechos Humanos, realizada en Ginebra, Suiza, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), Navi Pillay, calificó de preocupante la situación de México, donde los migrantes son blanco de un gran número de asesinatos y secuestros perpetrados por el crimen organizado, en el marco de la guerra de Felipe Calderón por obtener una legitimidad que no alcanzó en las urnas.
La administración calderonista es comparada a los regímenes más brutales y represivos de la actualidad, lo que es corroborado por las denuncias de diplomáticos, indocumentados centroamericanos y de otras latitudes y titulares de albergues que denuncian el grave problema que resiente el país por la corrupción de sus autoridades federales, por la impunidad, por la colusión de funcionarios de Migración y policías federales con el crimen organizado en el secuestro y ejecución de migrantes. México se encuentra al mismo bajísimo nivel en materia de derechos humanos que Libia y Siria, que han sido también condenados por la ACNUDH por su desprecio a los derechos humanos básicos y por la brutalidad y magnitud de las medidas adoptadas por esos gobiernos autoritarios, sobre todo a raíz de las revueltas de la denominada “Primavera Árabe”.
Fuente: Revista Emet
En el “cuarto de guerra” de la residencia oficial de Los Pinos lo saben, por lo que han armado, una vez más, otra costosísima campaña propagandística para intentar formar una cortina de humo y ocultar la cara más cruda y vergonzosa del actual régimen federal panista: la fallida guerra contra los cárteles de la droga y su documentada protección al más importante capo mexicano: Joaquín “El Chapo” Guzmán, jefe del Cártel de Sinaloa. La nueva campaña mediática operada por Presidencia de la República tiene como finalidad “defender su estrategia contra el crimen organizado” e “intentar acabar con los mitos en la lucha por la seguridad”. Miles de millones de pesos de los contribuyentes mexicanos se están gastando en ese fin que están hinchando aún más los bolsillos de los barones dueños de la radio y la televisión, en un esfuerzo que finalmente resultará infructuoso.
No hay forma de parar y mucho menos reparar en el corto plazo el desprestigio del gobierno –mejor dicho de la administración federal- de México labrado en los últimos 10 años. En todos los foros internacionales es evidente, patente y patética la posición de la Nación mexicana. En el más reciente, la Décimo Séptima Sesión del Consejo de Derechos Humanos, realizada en Ginebra, Suiza, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH), Navi Pillay, calificó de preocupante la situación de México, donde los migrantes son blanco de un gran número de asesinatos y secuestros perpetrados por el crimen organizado, en el marco de la guerra de Felipe Calderón por obtener una legitimidad que no alcanzó en las urnas.
La administración calderonista es comparada a los regímenes más brutales y represivos de la actualidad, lo que es corroborado por las denuncias de diplomáticos, indocumentados centroamericanos y de otras latitudes y titulares de albergues que denuncian el grave problema que resiente el país por la corrupción de sus autoridades federales, por la impunidad, por la colusión de funcionarios de Migración y policías federales con el crimen organizado en el secuestro y ejecución de migrantes. México se encuentra al mismo bajísimo nivel en materia de derechos humanos que Libia y Siria, que han sido también condenados por la ACNUDH por su desprecio a los derechos humanos básicos y por la brutalidad y magnitud de las medidas adoptadas por esos gobiernos autoritarios, sobre todo a raíz de las revueltas de la denominada “Primavera Árabe”.
Fuente: Revista Emet
Las rebanadas del pastel
Carlos
Fernández-Vega
Puntualmente, el inquilino de Los Pinos recibe su bono de riesgo
(casi un millón de pesos al año, adicionales a su salario), por aquello de la
inseguridad que conlleva el ejercicio de su cargo. Pues bien, a dicho bono debe
añadirse el elevadísimo costo que implica mantener y movilizar al impresionante
aparato de seguridad que lo acompaña hasta en el baño (es decir, el riesgo
prácticamente es cero), como sucedió el pasado lunes en el ITAM y zonas
aledañas, donde, a la vieja usanza priísta, la guaruriza cercó y paralizó
el área desde cuando menos seis horas antes de que Felipe Calderón participara
en un acto en dicho centro educativo. Entonces, ¿cuál riesgo? ¿Qué justifica el
pago del bono?
México
SA
De la fábula al
ridículo
Más
Cordero-aventuras
Candidatura por capricho
Carlos Fernández-Vega
Ernesto Cordero ha pasado de la fábula al ridículo. De los 6 mil
pesos con los que, según él, se vive de maravilla (la clase media mexicana
consolidada y en desarrollo) y los 750 mil empleos por año generados durante el
calderonato, ahora el secretario de Hacienda se lanza al ruedo para difundir la
buena nueva, urbi et orbi, de que “hace mucho tiempo México dejó de ser
pobre… es un país de renta media”. Eso sí, aclaró, no se trata de decir que
México es un país maravilloso porque todavía hay muchas cosas pendientes por
hacer. Qué cosa. Si con ese rosario de sandeces pretende no sólo concretar la
candidatura panista, sino instalarse en Los Pinos, su fracaso está garantizado,
como Felipe Calderón comprenderá.
Con una velocidad sorprendente, Cordero se ha convertido en una
suerte de nuevo Fox; es decir, manifiestamente de ideas cortas y lengua
incontrolable, aunque sin la arrasadora personalidad que el señor de las botas
mostró como candidato. Negador profesional de la realidad nacional, el
secretario de Hacienda supone que repetir fábulas, difundir mentiras y hacer el
ridículo un día y el siguiente también, es la ruta idónea para construir una
candidatura, ganar las elecciones, haiga sido como haiga sido, e instalarse
cómodamente en la residencia oficial, en el entendido de que si Vicente y Felipe
llegaron, cualquier, hasta él, puede lograrlo.
La mitad de los mexicanos en condición de pobreza y miseria,
salarios de hambre para el grueso de los trabajadores –la mayoría de ellos sin
prestaciones–, crónica falta de empleo en la economía formal, 50 por ciento de
aumento en la tasa oficial de desempleo durante el calderonato, 13 millones en
la informalidad, 7 millones de ninis, millones y millones en el exilio
económico y tantos etcéteras que han convertido a este país en una bomba social
de mecha cada día más corta, parecen minucias en el ánimo de Ernesto Cordero,
tanto que lo llevan a decir, con enorme sonrisa, que México “hace mucho tiempo
dejó de ser pobre… es un país de renta media” (El
Universal).
Qué cara más dura, o qué nivel de inconsciencia, pero cualquiera
que sea el caso lo único que confirman las Cordero-aventuras es que sólo por el
capricho del actual inquilino de Los Pinos el secretario de Hacienda ha sido
incluido, de forma por demás privilegiada, en el circuito de los siete enanitos
(sin renunciar al hueso, obviamente). A ese nivel ha llegado la degradación de
la política en México. Si dos destrozaron al país, imaginen tres panistas al
hilo.
El multicitado enanito del señor se aventó al ruedo a decir las
barbaridades referidas, en respuesta a lo declarado por el presidente de la
Coparmex (es decir, el club de patrones que no poca responsabilidad tuvo en la
llegada de Blanca Nieves a Los Pinos), Gerardo Gutiérrez Candiani, quien
advirtió que a 17 años de su integración a la OCDE, México sigue en un estatus
de país subdesarrollado, y no está al nivel de las naciones de primer mundo con
los cuales comparte en el organismo. Fuimos el primer país emergente en ser
aceptado por la OCDE, con la perspectiva de que se estaba consolidando nuestro
paso hacia el primer mundo y los datos muestran que todavía estamos muy lejos de
este objetivo, muy por debajo de los estándares de las demás naciones evaluadas.
México se ubicó en el penúltimo lugar de los 34 países miembros (de dicha
organización); sólo superó a Turquía, y fuimos el único con calificación de cero
en el rubro seguridad, en una escala de cero a 10 y en educación e ingresos el
puntaje fue inferior a uno.
No está equivocado el de la patronal, pero obvio es que tales
declaraciones provocaron un ataque hepático en Los Pinos, de tal suerte que el
inquilino mandó a Vicente Ernesto Fox Cordero a desmentir a la cabeza visible de
la Coparmex (¡cómo estará la cocina para que los aliados naturales insistan en
manifestar públicamente sus desacuerdos con el de la residencia oficial!) y a
ponerla en su sitio a golpe de fábulas, pero al susodicho de plano se le pasó la
mano, se barrió, porque aquello de que, con 50 por ciento de la población en la
pobreza, México hace mucho tiempo dejó de ser pobre no se lo compra ni la
fábrica de sueños.
Y
para documentar eso de que somos un país de renta media, va el recuento: con
base en las cifras oficiales, sólo cuatro de cada cien mexicanos ocupados ganan
más de 17 mil 400 pesos mensuales (10 salarios mínimos para arriba) y 10 de cada
cien entre esa cantidad y 8 mil 730 pesos (de 5 a 10 salarios mínimos), lo que
si bien no son cantidades estratosféricas (son montos por debajo de un salario
mínimo de Estados Unidos) sí representan uno de los ingresos más altos entre los
mortales que aún habitan este país. El 86 por ciento restante obtiene mucho
menos de 291 pesos por día. Entonces, en el mejor de los casos, y sólo en el
mejor (con el libro de fábulas en la mano) apenas 14 de cada cien mexicanos
ocupados constituirían el país de renta media pregonado por Ernesto Cordero, o
si se prefiere 6.7 millones serían clase medieros (bajo la clasificación
corderiana) y alrededor de 41 millones serían pelusa que obtienen de 5 mil 400
pesos mensuales para abajo (el grueso de ellos mucho menos, desde
luego).
En fin, de la fábula al ridículo. Los panistas están a tiempo de
sacar la casta (si recuerdan qué es) para no plegarse a los caprichos del
inquilino de Los Pinos. Éste ya destrozó suficientemente al país como para
aplaudirle un exceso adicional, la candidatura de Ernesto Cordero. Desde luego
que los otros partidos políticos estarán felices de que sea el actual secretario
de Hacienda (¡hueso con candidatura¡) quien aparezca en las boletas electorales
de 2012, porque así la contienda sólo sería entre dos.
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