Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 21 de octubre de 2012

BAJO LA LUPA- Unasur en Venezuela- El sueño americano no es para mexicanos

Bajo la Lupa
Ciberseguridad: momento pre-11/9, según el Pentágono
Alfredo Jalife-Rahme
Leon Panetta, secretario del Pentágono, advirtió que Estados Unidos (EU) vive un momento cibernético pre-Pearl Harbor 9/11, cuando cuatro actores –Rusia, China, Irán (¡sic!) e identidades terroristas sin especificar– se disponen a golpear la crítica infraestructura de EU (RT, 12/10/12).
 
Al respecto, recibí una invitación Webinar/Teleconferencia de Foreign Policy Research Institute: ¿Ciber-Pearl Harbor? –programada el 24/10/12 con Lawrence Husick y Edward Turzanski: codirectores del Centro del Terrorismo.

Una semana antes, el Centro de Ciencias de la Transición, que preside Heinz Dieterich, convocó a la tercera Jornada de Vanguardia Científica de la UAM-X –en la que se anunció la creación del Centro de Estudios Geoestratégicos– en la que participé con la ponencia La Internet: el control geopolítico de EU.

Desde 2009 EU formó un Cibercomando subordinado a su Comando Estratégico con sede en Fort Meade (Maryland). Su función: centralizar el comando de operaciones del ciberespacio, organizar recursos existentes ciber, sincronizar la defensa de las redes militares de EU y defender el medio ambiente de la seguridad informática. ¿Forma(rá) parte el México neoliberal del Cibercomando de EU como está a punto de serlo al Comando Norte?

Como protección y colaboración en espionaje, Panetta impulsa la CISPA (Cyber Intelligence Sharing and Protection): propuesta de ley por orden ejecutiva sin anuencia del Congreso y de los ciudadanos, lo cual permite compartir el tráfico de información de Internet entre el gobierno de EU y privilegiadas trasnacionales tecnológicas. Su objetivo: indagar ciberamenazas y garantizar la seguridad de las redes contra los ciberataques terroristas.

The Electronic Frontier Foundation, American Civil Liberties Union, y Avaaz.org fustigan el orwellianismo de la CISPA y abogan por la privacidad de Internet y el apoyo a las libertades civiles: temen que los poderes discrecionales puedan ser usados para espiar a la población en lugar de perseguir a los hackers.

The US Chamber of Commerce, Facebook (sic) y Microsoft (sic) apoyan la CISPA con el fin de compartir información importante de ciberamenazas.

CISPA es la segunda tentativa para fortalecer las leyes de piratería digital después de que la opinión pública se rebeló contra SOPA (Stop Online Piracy Act).

Según Panetta, CISPA es necesaria para evitar un Ciber-Pearl Harbor y define un momento pre-11/9 cuando EU debe actuar en forma preventiva (sic) para proteger sus intereses nacionales en el ciberespacio. Advirtió que los ciberterroristas han desarrollado tecnologías que pueden golpear los centros energéticos de ciudades enteras, descarrilar trenes y contaminar el abasto de agua.

Comentó que EU ha invertido fondos significativos en investigación mediante la National Cyber Security para desarrollar técnicas que detecten el origen de los ataques que con instrumentos cibernéticos pueden tener control de nodos críticos.

A su juicio, CISPA sirve para proteger la democracia (sic) de EU y obligará a sus empresas a renovar parámetros de ciberseguridad. ¿Se trata de un estímulo económico indirecto como el montaje del 2KY de Alan Greenspan?

EU posee un banco de 100 mil virus para golpear las ciberredes enemigas. EU e Israel jugaron un rol importante en el desarrollo de los Virus Stuxnet y Flame, que atacaron el programa nuclear de Irán y extrajeron información clasificada.

Dilema del gobierno de EU: justificar la dualidad en su política cibernética (Virus Stuxnet /Flame), mientras defiende su retórica SOPA/CISPA.

La Casa Blanca ha confirmado que hackers ligados al gobierno de China (sic) montaron un ciberataque spear-phishing –que cuenta con topos en los objetivos por atacar– que golpeó una red sin clasificar.
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Leon Panetta, secretario del PentágonoFoto Internet
El senador demócrata Ron Wyden condenó a CISPA por crear un complejo ciberindustrial que permitirá al gobierno y al Big Business lucrar con la información personal (sic) de cualquier ciudadano con conexión a Internet. Arremetió: la industria de ciberseguridad se beneficia del miedo y secuestra los datos privados de los ciudadanos.
 
El activista del software libre Richard Stallman –quien participó en la UAM-X– comenta que el gobierno de EU es una mayor amenaza que cualquier hacker individual, ya que CISPA abole el derecho de los ciudadanos a no ser perseguidos sin razón y sin orden de cateo. ¡Uf!
 
Stallman diferencia a CISPA de SOPA: la primera es ciberseguridad, y la segunda fue impulsada por la industria de los multimedia; ambos atentan contra los derechos humanos.
 
En contraste a CISPA: el Ciberespacio Libre, donde los ciudadanos proponen la nueva Declaración de Internet Libre. Amnesty International, Mozilla, Hackers & Founders firmaron el documento que exige apertura, acceso y privacidad de Internet.
 
Susanne Posel, de Occupy Corporativism (Ocupa las Trasnacionales, 12/10/12) aborda los ciberataques a los bancos que inspiran una red tecnocrática secreta (sic) para proteger información financiera.
 
Pone en tela de juicio que “un grupo sin nombre y sin rostro de presuntos hackers iraníes haya sido culpado de ciberataques a los bancos de EU: JPMorgan Chase, Bank of America, Wells Fargo, US Bancorp y Citigroup.
 
Curioso: estos bancos detentan la mayor parte de los derivados financieros de EU y el mundo. ¿Se encubre la explosividad letal de los derivados financieros con pretexto de ciberataque terrorista? ¿Se prepara un 11/9 ciberterrorista contra los bancos de Wall Street sin redención?
 
Joint Chiefs of Staff’s Intelligence Directorate (J-2) acusa que Irán “usa un ciberejército (sic) contra las instituciones financieras de EU en documento altamente clasificado: es decir, no se puede mostrar. ¡Es ya y punto!
 
¿Dispondrá Irán tanta capacidad ciberletal cuando no se puede defender de unos vulgares virus conjuntos de EU/Israel?
 
Posel aduce que la confianza en el sistema bancario de EU ha sido mermada conforme los ciberataques complican el problema, por lo que JPMorgan Chase y Bank of America apoyan los controles CISPA debido a que facilitan mayor secreto en las instituciones bancarias. Advierte que operaciones de falsa bandera (false flag) ”ocurrirán en nuestro sistema bancario en el futuro cercano”.
 
Verizon Communications con el gobierno federal mediante la autoridad de National Cybersecurity and Communications Integration Center perfeccionan los instrumentos de control.
 
En la Cumbre de Ciberseguridad se planteó construir una ciberinfraestructura que proteja el comercio (sic). Según Posel, esta red de cibertecnócratas privatizarán (¡supersic!) la información bancaria de los clientes en nombre de la seguridad, mientras permiten a los banksters ocultar más sus cuestionables tratos” cuando los bancos en EU se comunicarán con medios encubiertos (sic) que nunca serán del conocimiento público. Concluye que los días de los escándalos bancarios pasaron debido a que sus redes impedirán que sean atrapados.
 
¿Goebbels más Orwell al cubo bajo la coartada de ciberterrorismo sino-ruso-islámico para salvar a la agónica bancocracia de EU?
Twitter: @AlfredoJalife
Unasur en Venezuela
Carlos Chacho Álvarez* /II
Cuando comenzamos Misión de Acompañamiento Electoral de Unasur escribí una nota que señalaba que si bien Venezuela tenía un sistema político altamente polarizado, en el cual se confrontaban dos visiones radicalmente distintas de país, su democracia electoral estaba garantizada por un sistema tecnológicamente muy avanzado, transparente y confiable. Este era un dato duro que intencionalmente parecía desconocerse o quedaba subsumido y entrampado en la guerra de trincheras de una democracia de alto voltaje.
 
Por eso, a pesar de haberse realizado 14 elecciones desde 1998, en las que nunca se pudo probar ninguna irregularidad importante que hubiese puesto en discusión los resultados, la desconfianza, el fantasma del fraude, los escenarios de violencia y los pronósticos catastrofistas dominaban el panorama previo a las elecciones del 7 de octubre.

Para la Misión de Unasur los retos eran múltiples. Era la primera después de haberse creado su Consejo Electoral. Se realizaba en una de las elecciones más observadas y con más expectativas, tanto a nivel regional como mundial. Era la única misión internacional, ya que no participaban la OEA ni el Centro Carter ni la Unión Europea. Por último, pero no menos importante, había que demostrar que la Misión era objetiva, independiente e imparcial, es decir, que no era una apéndice del dispositivo político del oficialismo.

Junto a una delegación de 45 delegados, la mayoría de ellos funcionarios de los organismos electorales de la Unasur, hicimos un primer esfuerzo para instalar en la opinión pública venezolana el concepto de acompañamiento, distinto al de observación, la composición técnica y profesional de la Misión y sobre todo el carácter político independiente de la misma, ya que es pública y notoria la identificación de Unasur con los actuales presidentes de la región.

A los efectos de avanzar hacia los objetivos señalados, desarrollamos una agenda muy amplia de diálogos con los principales dirigentes políticos de ambas fuerzas, los sectores empresarios, propietarios y responsables de los medios de comunicación –oficialistas y opositores–, las iglesias, las organizaciones de observación de carácter nacional, referentes académicos, intelectuales y figuras públicas relevantes.

Era necesario confirmar que el sistema electoral y el organismo que lo regula y preside –el Consejo Nacional Electoral–, eran percibidos por los principales actores de la vida política, económica, social y cultural como altamente confiable, y trasmitirle a la sociedad esa verificación. Al mismo tiempo pudimos comprobar que el sistema estaba atravesando exitosamente por 16 auditorías tecnológicas en las cuales los técnicos informáticos de la oposición avalaban y firmaban todas ellas sin ningún cuestionamiento importante.

Esta etapa se cumplió positivamente, trasmitiendo confianza de que el sistema electoral venezolano era uno de los más adelantados de la región. En esta tarea fue importante la declaración del ex presidente Carter, quien afirmó que después de la observación de 91 procesos electorales por el centro que preside, llegaba a la conclusión de que Venezuela cuenta con el mejor sistema electoral del mundo.
 
Al mismo tiempo que la Misión de Unasur distribuía a sus delegados en los principales estados del interior del país, debíamos reforzar en la opinión pública que los candidatos se comprometieran a reconocer, sin más, el resultado que emitiera en su primer boletín el Consejo Nacional Electoral, después de cerrado el comicio. Este era uno de los requisitos fundamentales para disipar los rumores, desalentar climas inquietantes y neutralizar las supuestas estrategias de que el perdedor pudiese denunciar fraude para enturbiar el proceso colocando al país bajo una atmósfera de miedo e incertidumbre.
 
El compromiso de aceptación de los resultados por parte de los candidatos era central para que todo transcurriera en paz y normalidad, aunque la diferencia en el escrutinio fuera mínima. Es por ello que solicitamos reuniones con ambos candidatos. El presidente Hugo Chávez, en la entrevista que mantuvimos, ratificó lo que ya había señalado en declaraciones públicas: que iba a aceptar el veredicto de las urnas sea el que fuese. En las reuniones mantenidas con los diferentes dirigentes opositores nos confirmaron el mismo compromiso de reconocimiento de los resultados, aunque el candidato opositor nunca lo manifestó de manera pública y fehaciente.
 
La jornada del 7 de octubre fue impactante, por la cantidad de gente en los centros de votación, filas de cerca de 500 metros esperando largas horas para poder sufragar y mostrando un entusiasmo ratificador del compromiso democrático del pueblo venezolano, que enviaba una señal contundente a todos los que dudaban de la existencia de una genuina y legítima democracia electoral en ese país. El Plan República, implementado y conducido por las fuerzas armadas bolivarianas, en coordinación con el Consejo Nacional Electoral, garantizó exitosamente el orden y el normal desenvolvimiento de los comicios.
 
Esta suma de factores señalados construyeron el marco para el mejor escenario. La ausencia de incidentes, la masividad en la concurrencia, más de 81 por ciento en un país donde el voto no es obligatorio, el anuncio temprano de los resultados, la diferencia indiscutible de más de 10 puntos, el reconocimiento de los mismos por parte de la oposición, permitieron que las maniobras irresponsables de adelantar resultados o difundir rumores no provocaran el daño esperado.
 
Fue una jornada histórica. La democracia en la región salió fortalecida y la alegría de la mayoría se trasladó con sus cánticos y festejos al palacio Miraflores, donde el presidente Chávez sostuvo, desde el balcón de la casa de gobierno, que su victoria no sólo consolidaba la democracia venezolana, sino que constituía un gran avance para la integración latinoamericana.
 
También, y como dato no menor, la Misión de Unasur había dado un paso importante en la construcción de su Consejo Electoral.
* Jefe de Misión de Acompañamiento Electoral de la Unasur
 
El sueño americano no es para mexicanos
Jorge Durand
En el debate presidencial Obama se refirió nuevamente a su país como una tierra de inmigrantes y habló sobre la posibilidad del sueño americano. Lamentablemente ese sueño no es para los mexicanos, o por lo menos para la inmensa mayoría. Y a las pruebas me remito.
 
Acaba de publicarse en Internet el análisis de la encuesta American Commnunity Survey 2010 sobre la población extranjera y prácticamente en todos los indicadores la de origen mexicano (es decir, inmigrantes mexicanos) se ubica en el último lugar o en la peor situación. El reporte se refiere a México como país, dado el peso de su población (29.3 por ciento) con respecto al total de extranjeros, pero los demás están agrupados regionalmente: Centroamérica, Sudamérica, etcétera. El ejercicio de comparación lo estableceremos con estas dos regiones, que supuestamente serían similares.

En cuanto a la edad de los migrantes, México ocupa el segundo lugar con 61.2 por ciento de los que se encuentran en edad laboral de mayor productividad (18-44), sólo superado por Centroamérica (62.4 por ciento). También figura en primer lugar en el índice de masculinidad con 53.7 por ciento. Sin embargo, aunque la mayoría son hombres, México tiene el primer lugar en natalidad con 85.2 hijos por cada mil mujeres, sólo superado por África con 97.3 hijos por mujer.

En lo que respecta al porcentaje de naturalizados, México ocupa el último lugar con 22.9 por ciento, superado ampliamente por los centroamericanos (29.6 por ciento) y por los sudamericanos (44.4 por ciento.) Este indicador pone en evidencia el alto porcentaje de migración irregular que no puede optar por la naturalización y la poca predisposición de los mexicanos a integrarse.

Sobre la composición familiar, México tiene diferencias relevantes con los otros casos analizados, que hay que evaluar por separado. Los matrimonios representan 58.4 por ciento, para los centroamericanos 47 por ciento y 51.4 por ciento para los sudamericanos. En las unidades domésticas con jefatura masculina México tiene una proporción de 10.9, los centroamericanos 12.8 y los sudamericanos 7.3. De manera similar en cuanto a la jefatura femenina: 17.7 los mexicanos, 21.7 los centroamericanos y 17.5 los sudamericanos. El índice de jefatura femenina mayor es la caribeña 25.5, un patrón típico de esta región. Finalmente las familias mexicanas son más grandes (4.4 miembros), mientras que las de los centroamericanos son de 4 y las de sudamericanos 3.2.

En cuanto al manejo del inglés volvemos a ocupar los últimos lugares, este es un indicador básico de integración. En sólo 3.2 por ciento de las casas mexicanas se habla inglés, mientras que entre los centroamericanos es 6.7 por ciento y en el caso de los sudamericanos 15.4 por ciento. De manera consecuente, 18.9 por ciento de los mexicanos no habla inglés, 30.9 por ciento habla un poco, 22.2 por ciento lo habla bien y 24.7 por ciento lo habla muy bien. En todos estos indicadores los centroamericanos están un poco mejor y los sudamericanos mucho mejor que los mexicanos.

Según Samuel Huntington, el sueño americano sólo se puede soñar en inglés y esta fue una de sus principales críticas a la migración mexicana y latinoamericana en general. En nuestro caso es la segunda generación la que tiene altísimos índices de manejo del inglés. Los migrantes mexicanos de primera generación, son mano de obra barata que trabaja tiempo completo.
 
En cuanto a credenciales educativas los mexicanos en Estados Unidos tenemos los peores indicadores. El 60.1 por ciento terminó la secundaria o tiene menos estudios y solo 5.3 por ciento son profesionales con grado de licenciatura o posgrado. De los centroamericanos, 49.7 por ciento de su población migrante tiene bajos índices educativos, pero 9 por ciento son profesionales. Para los sudamericanos los índices son muy diferentes, sólo 17.3 por ciento tiene secundaria o menos y su índice de profesionales es alto: 27.8 por ciento.
 
La participación femenina en el mercado laboral es un indicador de modernidad, en el sentido de independencia, debilitamiento de la familia patriarcal y menor poder del hombre como proveedor único del hogar. Pues bueno, México tiene el menor índice de mujeres en el mercado de trabajo (34.9 por ciento), mientras que para los centroamericanos es de 39.7 por ciento y para los sudamericanos 48.3 por ciento, que supera al promedio general de 47.3 por ciento. El único caso que se sale de la regla es el de las caribeñas que trabajan más que los hombres (50.5 por ciento) y que se relaciona con el alto porcentaje de jefaturas femeninas.
 
Los números tampoco favorecen a los mexicanos en cuanto al tipo de trabajo. Sólo 8.6 por ciento ocupa niveles de dirección, mientras que los centroamericanos tienen un porcentaje de 10.9 por ciento y los sudamericanos de 27.5 por ciento. Por su parte, tenemos los primeros lugares en los trabajos de cuello azul, 25.2 por ciento en construcción, mantenimiento y extracción, frente al 20.5 por ciento de los centroamericanos y 10.6 por ciento de los sudamericanos. Finalmente, en producción y transporte ocupamos el primer lugar con 22.3 por ciento, frente a los centroamericanos que tienen 19.5 por ciento y los sudamericanos con 12.7 por ciento.
 
Todo esto se refleja en el salario y en las condiciones laborales. El promedio de ingresos para las unidades domésticas mexicanas es de 35 mil 254 dólares, de 41 mil 305 para los centroamericanos y de 49 mil 741 para los sudamericanos. Mientras que el promedio para los asiáticos es de 63 mil 777 dólares. De manera consecuente, sólo 42.2 por ciento de los mexicanos cuenta con seguro médico, los centroamericanos con 45.2 por ciento y 65.2 por ciento de los sudamericanos.
 
El último indicador es el índice de pobreza, donde 28.1 por ciento de los mexicanos se encuentra debajo de esta línea fatídica. Mientras que en el caso de los centroamericanos el porcentaje es de 21.1 y el de los sudamericanos de 13.3.
 
Ha sido un repaso pesado, tedioso y penoso, por lo que pido disculpas al lector. Ahora toca preguntarse por qué estamos en esta situación. Y más aún, qué sentido tiene irse a vivir y trabajar en el otro lado. Espero desarrollar el tema en la próxima entrega.

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