Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 30 de octubre de 2012

España: el fin del milagro, el regreso al subdesarrollo- DINERO-Sistema penitenciario: triunfalismo sin bases

España: el fin del milagro, el regreso al subdesarrollo
Marcos Roitman Rosenmann
Los años felices en los cuales España parecía salir del subdesarrollo se esfuman. Fue un tiempo que se adjetivó, cuando las cifras macroeconómicas eran un éxito, como el milagro español. Pero al igual que sucedió con el milagro brasileño de los años 70 del siglo XX, ambos carecían de legitimidad política.
 
Sirva este recordatorio para valorar, en su dimensión, el significado de los recortes, las reformas laborales y el aumento de la desigualdad en España. Si a mediados del siglo pasado sus élites se vanagloriaban de haber dejado atrás la España rural y caciquil de posguerra, lo hacían convencidas del carácter irreversible del proceso. La visión lúgubre de un país inconexo, autárquico y fuera del orden mundial fue sustituida por una España alegre, moderna y emprendedora. La modernización social hizo acto de presencia. Al férreo control político, la dictadura opuso un sentido social a sus reformas. Proteccionista del trabajador y limitante del poder de los empresarios. Su visión corporativa de la sociedad llevó a la dirigencia franquista a valorar como triunfo la paz obtenida a base de garrote y represión.

La población sentía que el franquismo era permisivo y que si no se metía en política, podría gozar de oportunidades, hasta los años 50, desconocidas. Las cartillas de racionamiento eran pasado. El pleno empleo se acariciaba y la clase obrera industrial accedía a vivienda social, crédito privado, educación... Se edificaba un sistema de salud pública que iba cubriendo poco a poco a la población. La etapa de la beneficencia, pobreza extrema y exclusión social eran reminiscencias y así fue interpretada por las autoridades. Se dejó en manos de la Iglesia y organizaciones de caridad residual. Por otro lado, las relaciones sociolaborales entraron en un periodo de poca conflictividad, aunque se mantuvo la represión en los enclaves tradicionales, como la minería. Sin embargo, hubo acuerdos de base. Los contratos daban seguridad al trabajador, impedían el despido arbitrario y libre y sujetaban al empresario a estrictas normas de negociación colectiva, vía los sindicatos verticales. Los sueldos subían en proporción al coste de vida. La gente parecía estar contenta. La mejora en las condiciones de vida de las clases trabajadoras tuvo efectos inmediatos sobre el consumo, el crecimiento y la distribución de la renta. Las desigualdades disminuían, y muchos pudieron acceder a una vivienda de protección oficial. Sus hijos podían incorporarse a la universidad y la política diseñada de familias numerosas comenzaba a dar frutos. Con cuatro o cinco hijos, las demandas educativas aumentaron. La educación, a pesar de sus componentes ideológicos franquistas, sufrió la avalancha. Si en 1957 había 64 mil 281 estudiantes universitarios, en 1968 la cifra se disparó a 139 mil 266. Nuevas universidades, más becas, más profesores, mejores sueldos y sobre todo control político. Aun así, la vida parecía entrar en esa dinámica de progreso imparable. Así ocurría en cuanto a las migraciones campo-ciudad. De casi 30 millones de españoles, entre 1961 y 1969 cambiaron de residencia unos 3.5 millones de personas. De ellas un millón abandonó poblaciones de menos de 10 mil habitantes; casi 300 mil pasaron a engrosar ciudades de 10 mil a 100 mil habitantes, y cerca de 800 mil buscaron asentarse en ciudades de más de 100 mil habitantes.
 
La urbanización se consolida y la industrialización da frutos. La población activa en el sector industrial crece 7.8 por ciento entre 1964 y 1969. Los trabajadores especializados fueron las figuras del proceso. La estructura social se diversificaba, posibilitando el ascenso social. España se integra a las llamadas sociedades de clases medias. La meritocracia, las reformas de acceso a la función pública, la perspectiva institucional y menos política, hicieron que los gobiernos se definieran como tecnocráticos. El franquismo ideológico tenía los días contados. Lo sustituía una élite interesada en perpetuar un proyecto que se desprendiera de sus raíces dictatoriales. La sociedad española debía creer en la instauración de una monarquía parlamentaria, apoyada en la democracia representativa, fuente del progreso. Las clases medias se sintieron arropadas, compraron el discurso. España seguía la senda del progreso.
 
Pero algo no calzó en los planes. El neoliberalismo se adueñó de las élites dirigentes. Unos y otros se hicieron eco de las críticas al Estado de bienestar y comenzaron a destruir lo poco que de forma paternalista hizo el franquismo. En vez de hacer una crítica política a la tiranía y separar el polvo de la paja, se procedió a tirar el agua sucia con el niño dentro. El sector público se privatizó. Se impuso la categoría de rentabilidad gerencial en sanidad, educación, construcción social y servicios de atención primaria. El dinero ha sido la marca universal de medida. Así han llegado los cambios. También en la política. El marketing electoral sustituye el debate ideológico, los programas y las alternativas. Se vende un producto. El ciudadano se esfuma. Hay consumidores de objetos imposibles que mantienen su fidelidad al producto. España hoy es una sociedad dual. El subdesarrollo social, económico y también político es la consecuencia de la fiebre liberalizadora. Los índices de pobreza, exclusión social, marginación, desempleo, pérdida de derechos laborales, sindicales o culturales están en todas las estadísticas. Y lo peor, siguen aumentando.
 
El suicidio del dueño de un quiosco de periódicos en Granada, agobiado por las deudas y desahuciado por el banco, es la punta del iceberg. A diario, las entidades bancarias, Santander, BBVA, las cajas privatizadas, desahucian a 535 familias. Padres con hijos en edad escolar, bebés, o personas mayores a su cargo. Sin trabajo, se ven abocados a vivir en la calle. Son al menos, 2 mil personas al día. Sin embargo, existen más de 3 millones de pisos vacíos. Más de la mitad en manos de entidades financieras. Pero eso no les preocupa ni a la élite política ni a los bancos. Prefieren hacer la vista gorda y seguir la senda del subdesarrollo. Hoy miles de jóvenes y familias emprenden, como durante el franquismo, el éxodo. Alemania y América Latina se convierte en su destino. El milagro español resultó ser una falacia.
 
Dinero
El superavión de Peña Nieto
Turismo médico
#Sin Filtro chupó faros
Enrique Galván Ochoa
Ningún país debería permitir que su deuda pública fuera mayor a 100 por ciento de su PIB anual, como es el caso lamentable de Estados Unidos, Islandia y Grecia, y España para allá va. Es un síntoma que precede a males mayores. La docena trágica panista ha llevado el endeudamiento a una cifra que ronda 40 por ciento del PIB –cinco billones de pesos y fracción. Era de menos de 17 por ciento el primer año de Fox. Recibió el gobierno con una deuda de 2.3 billones, en los años del panismo casi se duplicó. Se impone una pregunta: ¿adónde fue el dinero de los préstamos, más el del petróleo? Aunque aparentemente México se halla todavía lejos de Estados Unidos, Islandia y Grecia, el dinamismo con que el gobierno sigue contratando préstamos hace temer lo peor. El Consejo Coordinador Empresarial sugiere que se fije un límite no mayor a 40 por ciento. Sería mejor 30 por ciento, pero esta meta ya fue rebasada. El CCE no es la entidad adecuada para hacer recomendaciones –el Fobaproa agregó 120 mil millones de dólares a la cuenta–, pero conviene atender su llamada de atención. Sin embargo, el nuevo gobierno priísta está dando señales de que será gastalón. Primero, los 150 millones para la transición dilapidándose en viajes al exterior, y ahora el avión trasatlántico que estrenará Peña Nieto, cuyo precio es de 370 millones de dólares. Pero como se comprará a crédito, los intereses harán que su costo se dispare.
¿Decidirá Sandy la elección?
 
La supertormenta ha hecho que los candidatos presidenciales cambien de planes con rumbo a la elección del próximo mes. El presidente Obama viajó el domingo para hacer campaña junto con Bill Clinton en Florida, pero canceló todo para regresar a Washington, antes de que la tormenta impidiera su vuelo. Mitt Romney hizo campaña en Iowa y Ohio, pero canceló un evento en Wisconsin. No falta quien piense que el desempeño de los candidatos decidirá la elección. Algo así sucedió en España: tras los atentados en Atocha y otros lugares de Madrid, el desempeño lamentable de Aznar –y sus mentiras– lo hicieron perder frente a Rodríguez Zapatero.
 
Sin Filtro chupó faros
 
Casi a medianoche y en domingo, un horario como ideado para que nadie viera el programa, fue el estreno de Sin filtro en el ForoTv de Televisa. La televisora quiere demostrar que está abierta a la democracia, la autocrítica y a los jóvenes. Contrató a disidentes del #YoSoy132, entre ellos al polémico Antonio Attolini. Son buenas intenciones, pero hay que hacer un mejor programa. La prole tuitera emitió su juicio: Sin filtro chupó faros.
Turismo médico
Más de 1.5 millones de estadunidenses habrán viajado a finales de este año a distintos países para recibir tratamiento médico, de facelifts (cirugías estéticas) a operaciones de corazón, de acuerdo con la Asociación de Turismo Médico. Algunos no tienen seguro en Estados Unidos, o sus planes no cubren ciertas terapias. Otros, incluyendo a celebridades como Steve Jobs y Farrah Fawcett, buscan en el exterior tratamientos que no existen en su país. Pero en la mayoría de los casos los pacientes quieren ahorrar dinero. La medicina (y los seguros) son increíblemente caros. Uno de los principales destinos del ‘turismo médico’ son las ciudades fronterizas mexicanas, como Tijuana y Mexicali.
e@Vox Populi
Asunto: IMSS, reclamación
Podría usted orientarme para saber si es posible levantar una queja contra el IMSS por negligencia e indolencia medica, ya que debido a un mal diagnóstico del médico familiar que me atendía, así como de la directora de la clínica a la que estoy asignada, una afección que se pudo haber curado en algunas semanas terminó después de seis meses en dos cirugías que tuve que realizarme en hospitales particulares, porque en el IMSS aún no las podía programar, sino hasta mediados del año entrante y condicionadas a que no hubiera otras emergencias. Mientras, mi salud se fue deteriorando, y me vi imposibilitada de seguir realizando mi trabajo, además de los gastos que tuve que hacer para solventar los médicos y los tratamientos particulares que se generaron por esta situación. Soy una persona que vive al día y que trabaja para salir adelante, y me parece muy injusto que tanto la salud como la economía de los trabajadores se vean afectadas por la falta de compromiso de algunos elementos del IMSS. Le agradecería si usted me pudiera indicar si es que existe alguna dependencia donde podamos expresar nuestro malestar y se pueda evitar que mas personas pasen por experiencias como la mía, que me afectó física, moral y económicamente.
Silvia ZH/Distrito Federal
R: Existe la Conamed, Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
Asunto: jaripeo sindical
Los líderes charros no se mueven por los intereses de los trabajadores, para ellos son sólo piezas de cambio, pero qué tal cuando se pretende tocar sus intereses con lo de la transparencia sindical, entonces sí, amenazan con defender los derechos de los trabajadores. Dicen que demandarán el salario remunerador, bah, pamplinas.
Arturo Zepeda/Distrito Federal
R: Podríamos organizar un jaripeo con tanto charro. Imagina a Romero Deschamps montando un potro cerril.
Twitter
Los mercados en NY permanecen cerrados a fin de que la comunidad pueda estar segura. Inclusive los sistemas automatizados necesitan gente que los opere.
Obama: No estoy preocupado por el impacto de la tormenta en las elecciones, estoy preocupado por el impacto en las familias afectadas.
El Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español será del 23 al 27 de noviembre en la FIL Guadalajara.
Twitter: @galvanochoa
FaceBook: galvanochoa
Sistema penitenciario: triunfalismo sin bases
Ayer, al inaugurar una conferencia internacional sobre prisiones que se realiza en esta capital, el secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García Luna, se jactó de la creación de un nuevo modelo penitenciario, supuestamente caracterizado por el uso de nuevas tecnologías, por un alto nivel educativo de sus empleados y por la privatización de servicios que sería, a decir del funcionario, un freno a la impunidad y una referencia a nivel mundial.
 
La construcción y modernización de cárceles en el país ha sido una de las actividades más publicitadas en el discurso oficial en este tramo final de la administración de Felipe Calderón y esgrimida como prueba de los éxitos en materia de seguridad pública. En la visión gubernamental, haber ampliado las prisiones federales hasta un total de 21, todas a prueba de riñas, fugas y motines, y haber recluido en ellos a los reos de alta peligrosidad, es indicativo de un avance significativo en la lucha contra la delincuencia y en la consolidación del estado de derecho, y ello permitiría, según dijo a principios de mes el propio Calderón, facilitar la reinserción social de los internos.

Los asertos arriba mencionados, así como la expresión de García Luna de que la prisión representa la protección a los derechos de los ciudadanos, tanto de los libres como de los reclusos, han de ser contrastados con el panorama catastrófico esbozado a finales del mes pasado por el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, quien señaló que el sistema penitenciario del país atraviesa una crisis por la falta de políticas públicas en la materia.
 
Aunque el ombudsman nacional no incluyó en su evaluación los penales federales, éstos albergan sólo a una pequeña fracción de los presos en el país: cerca de 40 mil personas, de las cerca de 250 mil que forman la población carcelaria total. De modo que, aun dando por buenos los avances reseñados por el titular de la SSP del gobierno saliente, más de 80 por ciento de los presos sobrevive en condiciones de violencia, corrupción, narcotráfico, tráfico sexual, insalubridad, hacinamiento y toda suerte de atropellos contra sus derechos humanos.
 
Por lo demás, el impresionante incremento de los procesados y sentenciados por delitos federales durante el sexenio (de 3 mil 164 a 18 mil 283 entre 2006 y 2011, un aumento de casi 500 por ciento) podría considerarse un éxito en la lucha contra la delincuencia si ello se reflejara en una disminución de la inseguridad pública, pero ésta se ha extendido, agravado y multiplicado de forma rotunda en el presente sexenio.
 
Ello puede indicar que la sociedad está generando más presos de los que encarcela, que muchos de los presos son inocentes, o ambas cosas. De cualquier forma, lo realizado en el curso de esta administración en materia carcelaria no puede ser considerado un éxito, ni en forma aislada ni en el marco de la estrategia de seguridad. Presentarlo así es una muestra más del triunfalismo sin fundamento que ha sido constante del gobierno calderonista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario