EU: Guerra sucia entre republicanos
Romney. Poco apreciado.
Foto: AP
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También en Estados Unidos se dan guerras de lodo entre los aspirantes a la Presidencia… pero en este caso las críticas y los golpes bajos se han repartido entre los cuatro aspirantes republicanos, sobre todo porque el menos “aceptado” en sus filas, Mitt Romney, aventaja en los comicios primarios. Mientras los conservadores se hacen pedazos, el presidente Barack Obama tiene casi segura la candidatura demócrata y, según analistas y medios estadunidenses, la reelección.
WASHINGTON (Proceso).- Este martes 6 Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts, podría afianzarse como candidato presidencial, aunque políticamente estaría muy desgastado para enfrentar al mandatario Barack Obama en los comicios del próximo noviembre, vaticinan analistas políticos locales.
El pasado 28 de febrero, al vencer en las elecciones primarias de Arizona y Michigan, Romney se convirtió en el gran favorito para ganar los comicios primarios del Partido Republicano este 6 de marzo en 10 entidades de Estados Unidos en la jornada que se conoce como “el supermartes”.
Su victoria en Michigan fue muy apretada contra su más cercano competidor, el exsenador por Pensilvania Rick Santorum; aun así Romney podrá ahora redefinir su estrategia electoral para concentrarse en Obama, su rival más importante.
La elección primaria de Michigan –estado natal de Romney– le dio al exgobernador 41.1% de los sufragios frente a 37.9% de Santorum. Muy por debajo quedaron los otros dos aspirantes: el representante federal por Texas Ron Paul, con 11.6% y el expresidente de la Cámara de Representantes del Congreso federal, Newt Gingrich, con 6.5%. En la primaria de Arizona, en cambio, Romney derrotó a Santorum por 20 puntos porcentuales.
Santorum llegó como favorito a los comicios de Arizona y Michigan tras ganar las primarias de Colorado, Minnesota y Missouri, y se había dedicado a criticar a Romney, acusándolo de no ser un auténtico republicano por no pertenecer al ala más conservadora de su partido… y de ser mormón.
La guerra sucia que aún no termina entre Romney, Santorum, Paul y Gingrich tiene dividido al electorado republicano, por lo que la mayoría de los análisis políticos de los medios estadunidenses, especialmente los que comulgan con ese partido, ya avizoran la reelección del presidente Obama.
Nueva estrategia
El 29 de febrero, cuando Romney estaba de gira por el estado de Ohio, comenzó a concentrarse más en descalificar las políticas del presidente Obama en lugar de dirigir toda su artillería propagandística a Santorum, Paul y Gingrich.
“Éstas son las reglas de la democracia y del partido”, dice a Proceso un funcionario del Comité Nacional Republicano. “Sabemos que las críticas entre nuestros candidatos están dividiendo a nuestra base electoral, pero no podemos hacer nada; no por lo menos hasta que haya una candidatura más definida, como puede ser la de Romney si gana el supermartes”, enfatiza el funcionario que concedió la entrevista a condición de no revelar su nombre.
Aun cuando Romney consolida cada vez más sus posibilidades de ser candidato republicano, el sector más conservador de este partido simplemente no lo termina de asimilar como su posible abanderado.
Romney, acusa Santorum, está más identificado con las políticas republicanas menos conservadoras y hasta con las liberales de Barack Obama. Santorum, Paul y Gingrich lo tachan de hipócrita y mentiroso por recriminar la reforma de ley al sistema sanitario que diseñó y patrocinó Obama cuando que él, como gobernador, promulgó una legislación casi igual en Massachusetts.
Los mismos calificativos emplean estos tres precandidatos republicanos al hablar de la actitud de Romney ante la reforma migratoria. Hasta antes de perder ante Santorum las primarias de Colorado, Minnesota y Missouri, Romney hablaba de promulgar en el país una ley migratoria más humana, sin matices discriminatorios. Luego de su derrota, Romney defiende el modelo de ley migratoria de Arizona, que prácticamente criminaliza a los inmigrantes indocumentados.
En materia económica, que es el núcleo de las campañas republicana y demócrata, Romney tampoco ha sido consistente, según los analistas. Primero denunció como un fracaso la estrategia que Obama aplicó a principios de 2009 para subsidiar con créditos y donaciones a las industrias automotriz y bancaria. Luego, cuando se dio cuenta de que gracias a esta práctica subsidiaria ha menguado la crisis económica y bajó la tasa de desempleo, aplaudió a Obama. Ahora lo vuelve a criticar porque sus contrincantes republicanos no han dejado de hacerlo.
La inconsistencia política de Romney, señalan los analistas, ha sido muy obvia frente los electores estadunidenses.
“El problema con los candidatos es que dos de ellos son extremadamente necios y por su ambición de poder no se dan cuenta del daño que le están haciendo al partido”, acota la fuente republicana.
Se refiere a Gingrich y Paul. Éstos, aun cuando ya no tienen ninguna posibilidad de victoria –tras los resultados de las elecciones primarias que se han llevado a cabo hasta ahora– han prometido no renunciar a su búsqueda de la candidatura por lo menos hasta que se celebre la Convención Nacional de su partido en Tampa, Florida, del 27 al 30 del próximo agosto.
Favorito, pese a todo
Pese a que Mitt Romney parece no convencer a los electores republicanos de todo el país, él es quien tiene más posibilidades de restarle votos a Barack Obama, según muchas encuestas nacionales.
Las políticas económicas que aplicó el presidente de Estados Unidos al llegar a la Casa Blanca –después de heredar una economía en ruinas por los gastos militares excesivos y los recortes de impuestos a las clases adineradas que instrumentó George W. Bush– ya están teniendo consecuencias positivas en materia macroeconómica.
Esto sin duda aumenta las perspectivas de reelección del presidente, quien seguirá observando la guerra entre los republicanos mientras no haya un candidato. Los analistas políticos sostienen que esto para Obama es técnicamente hacer proselitismo a través de sus enemigos electorales.
Las primarias y caucus de este martes 6 en Alaska, Georgia, Idaho, Massachusetts, Dakota del Norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Vermont y Virginia, se perciben como la posible plataforma de consolidación de las aspiraciones presidenciales de Romney. El escenario ideal del exgobernador si gana contundentemente este supermartes, sería que sus tres contrincantes renunciaran a sus aspiraciones o que por lo menos lo hiciera Santorum y que además lo endosara como abanderado presidencial.
“Eso es lo que queremos todos en el partido, no queremos que esto se alargue mas porque el único favorecido es Obama”, dice el funcionario republicano a este semanario.
De acuerdo con el proceso electoral de Estados Unidos, las elecciones primarias del Partido Republicano terminarán el próximo 26 de junio con los comicios en Utah. Pero por el hecho de que se requieren varios cientos de millones de dólares para financiar una campaña presidencial, los analistas sostienen que un escenario así para los republicanos significaría prácticamente la claudicación ante Obama, quien lleva mas de 300 millones de dólares recaudados para su campaña de reelección… a poco más de siete meses de las presidenciales.
La Convención Nacional del Partido Demócrata –que se celebrará en Charlotte, Carolina del Norte, del 3 al 6 de septiembre– es un mero trámite para designar a Obama aspirante presidencial. Pero en el caso de los republicanos la perspectiva puede ser muy negativa si Paul y Gingrich se aferran a su palabra, aun cuando no tengan nada que ganar.
De no tener un candidato definido antes de la Convención Nacional, los republicanos deberán acatar las reglas electorales: pese a que cuando Romney pueda ser para entonces el virtual candidato presidencial republicano, con Paul y Gingrich como aspirantes vigentes la sesión se tiene que llevar a cabo para que los representantes del partido de los 50 estados del país repartan entre los aspirantes los mil 144 delegados que estuvieron en juego en los comicios primarios. El que más reciba se convierte en el candidato presidencial.
WASHINGTON (Proceso).- Este martes 6 Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts, podría afianzarse como candidato presidencial, aunque políticamente estaría muy desgastado para enfrentar al mandatario Barack Obama en los comicios del próximo noviembre, vaticinan analistas políticos locales.
El pasado 28 de febrero, al vencer en las elecciones primarias de Arizona y Michigan, Romney se convirtió en el gran favorito para ganar los comicios primarios del Partido Republicano este 6 de marzo en 10 entidades de Estados Unidos en la jornada que se conoce como “el supermartes”.
Su victoria en Michigan fue muy apretada contra su más cercano competidor, el exsenador por Pensilvania Rick Santorum; aun así Romney podrá ahora redefinir su estrategia electoral para concentrarse en Obama, su rival más importante.
La elección primaria de Michigan –estado natal de Romney– le dio al exgobernador 41.1% de los sufragios frente a 37.9% de Santorum. Muy por debajo quedaron los otros dos aspirantes: el representante federal por Texas Ron Paul, con 11.6% y el expresidente de la Cámara de Representantes del Congreso federal, Newt Gingrich, con 6.5%. En la primaria de Arizona, en cambio, Romney derrotó a Santorum por 20 puntos porcentuales.
Santorum llegó como favorito a los comicios de Arizona y Michigan tras ganar las primarias de Colorado, Minnesota y Missouri, y se había dedicado a criticar a Romney, acusándolo de no ser un auténtico republicano por no pertenecer al ala más conservadora de su partido… y de ser mormón.
La guerra sucia que aún no termina entre Romney, Santorum, Paul y Gingrich tiene dividido al electorado republicano, por lo que la mayoría de los análisis políticos de los medios estadunidenses, especialmente los que comulgan con ese partido, ya avizoran la reelección del presidente Obama.
Nueva estrategia
El 29 de febrero, cuando Romney estaba de gira por el estado de Ohio, comenzó a concentrarse más en descalificar las políticas del presidente Obama en lugar de dirigir toda su artillería propagandística a Santorum, Paul y Gingrich.
“Éstas son las reglas de la democracia y del partido”, dice a Proceso un funcionario del Comité Nacional Republicano. “Sabemos que las críticas entre nuestros candidatos están dividiendo a nuestra base electoral, pero no podemos hacer nada; no por lo menos hasta que haya una candidatura más definida, como puede ser la de Romney si gana el supermartes”, enfatiza el funcionario que concedió la entrevista a condición de no revelar su nombre.
Aun cuando Romney consolida cada vez más sus posibilidades de ser candidato republicano, el sector más conservador de este partido simplemente no lo termina de asimilar como su posible abanderado.
Romney, acusa Santorum, está más identificado con las políticas republicanas menos conservadoras y hasta con las liberales de Barack Obama. Santorum, Paul y Gingrich lo tachan de hipócrita y mentiroso por recriminar la reforma de ley al sistema sanitario que diseñó y patrocinó Obama cuando que él, como gobernador, promulgó una legislación casi igual en Massachusetts.
Los mismos calificativos emplean estos tres precandidatos republicanos al hablar de la actitud de Romney ante la reforma migratoria. Hasta antes de perder ante Santorum las primarias de Colorado, Minnesota y Missouri, Romney hablaba de promulgar en el país una ley migratoria más humana, sin matices discriminatorios. Luego de su derrota, Romney defiende el modelo de ley migratoria de Arizona, que prácticamente criminaliza a los inmigrantes indocumentados.
En materia económica, que es el núcleo de las campañas republicana y demócrata, Romney tampoco ha sido consistente, según los analistas. Primero denunció como un fracaso la estrategia que Obama aplicó a principios de 2009 para subsidiar con créditos y donaciones a las industrias automotriz y bancaria. Luego, cuando se dio cuenta de que gracias a esta práctica subsidiaria ha menguado la crisis económica y bajó la tasa de desempleo, aplaudió a Obama. Ahora lo vuelve a criticar porque sus contrincantes republicanos no han dejado de hacerlo.
La inconsistencia política de Romney, señalan los analistas, ha sido muy obvia frente los electores estadunidenses.
“El problema con los candidatos es que dos de ellos son extremadamente necios y por su ambición de poder no se dan cuenta del daño que le están haciendo al partido”, acota la fuente republicana.
Se refiere a Gingrich y Paul. Éstos, aun cuando ya no tienen ninguna posibilidad de victoria –tras los resultados de las elecciones primarias que se han llevado a cabo hasta ahora– han prometido no renunciar a su búsqueda de la candidatura por lo menos hasta que se celebre la Convención Nacional de su partido en Tampa, Florida, del 27 al 30 del próximo agosto.
Favorito, pese a todo
Pese a que Mitt Romney parece no convencer a los electores republicanos de todo el país, él es quien tiene más posibilidades de restarle votos a Barack Obama, según muchas encuestas nacionales.
Las políticas económicas que aplicó el presidente de Estados Unidos al llegar a la Casa Blanca –después de heredar una economía en ruinas por los gastos militares excesivos y los recortes de impuestos a las clases adineradas que instrumentó George W. Bush– ya están teniendo consecuencias positivas en materia macroeconómica.
Esto sin duda aumenta las perspectivas de reelección del presidente, quien seguirá observando la guerra entre los republicanos mientras no haya un candidato. Los analistas políticos sostienen que esto para Obama es técnicamente hacer proselitismo a través de sus enemigos electorales.
Las primarias y caucus de este martes 6 en Alaska, Georgia, Idaho, Massachusetts, Dakota del Norte, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Vermont y Virginia, se perciben como la posible plataforma de consolidación de las aspiraciones presidenciales de Romney. El escenario ideal del exgobernador si gana contundentemente este supermartes, sería que sus tres contrincantes renunciaran a sus aspiraciones o que por lo menos lo hiciera Santorum y que además lo endosara como abanderado presidencial.
“Eso es lo que queremos todos en el partido, no queremos que esto se alargue mas porque el único favorecido es Obama”, dice el funcionario republicano a este semanario.
De acuerdo con el proceso electoral de Estados Unidos, las elecciones primarias del Partido Republicano terminarán el próximo 26 de junio con los comicios en Utah. Pero por el hecho de que se requieren varios cientos de millones de dólares para financiar una campaña presidencial, los analistas sostienen que un escenario así para los republicanos significaría prácticamente la claudicación ante Obama, quien lleva mas de 300 millones de dólares recaudados para su campaña de reelección… a poco más de siete meses de las presidenciales.
La Convención Nacional del Partido Demócrata –que se celebrará en Charlotte, Carolina del Norte, del 3 al 6 de septiembre– es un mero trámite para designar a Obama aspirante presidencial. Pero en el caso de los republicanos la perspectiva puede ser muy negativa si Paul y Gingrich se aferran a su palabra, aun cuando no tengan nada que ganar.
De no tener un candidato definido antes de la Convención Nacional, los republicanos deberán acatar las reglas electorales: pese a que cuando Romney pueda ser para entonces el virtual candidato presidencial republicano, con Paul y Gingrich como aspirantes vigentes la sesión se tiene que llevar a cabo para que los representantes del partido de los 50 estados del país repartan entre los aspirantes los mil 144 delegados que estuvieron en juego en los comicios primarios. El que más reciba se convierte en el candidato presidencial.
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