Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 31 de marzo de 2012

El papa no quiso confesar a Calderón- Son las desaladoras, imbéciles… las desaladoras!

El papa no quiso confesar a Calderón

Sección: Conjeturas
La visita de Benedicto XVI a México tenía cola electoral para favorecer al Partido Acción Nacional, aunque la presencia en la misa del Partido Revolucionario Institucional-Enrique Peña Nieto y del Movimiento de Regeneración Nacional-Andrés Manuel López Obrador –con todo y su oportunismo electorero– impidió a Felipe Calderón y su candidata (Josefina Vázquez Mota) llevarse el show religioso. Y coincide la información de todos los medios de comunicación que cubrieron el evento, en el hecho de que los panistas comulgaron para que los católicos supieran que previamente se habían confesado. Esto lo hicieron ante ministros de esa iglesia, igual que los privilegiados que recibieron trato especial del clero. Calderón tanteó el terreno para que el papa lo confesara, pero le dijeron que eso no era posible y lo más que podía esperar del pastor alemán era que le diera la comunión y con su familia fuera de los primeros en comulgar.
Ya en dos ocasiones Calderón se confesó en público, para lucir su fe y la práctica de ese rito. De todas sus deferencias al papa, éste le negó la petición de escucharlo confesar su participación en los más de 60 mil homicidios por su “guerra” non sancta; a sabiendas de que, como ha sostenido Benedicto XVI, el infierno existe, es eterno y no está vacío, como predicó en vísperas de la cuaresma hace cuatro años, junto con temas de la tradición católica en su carta encíclica Spe salvi (consultar el texto Contra Ratzinger, Grijalbo, 2007).
¡Qué más hubiera querido Calderón que ser absuelto de sus pecados-crímenes por el jerarca del Vaticano! (que no de Roma, Italia, y que confunden al señalarlo como papa romano).
Calderón hubo de recurrir a su confesor, el cardenal Norberto Rivera (con el que Benedicto XVI tiene muy serias diferencias políticas). Así que el inquilino de Los Pinos, quien en el aniversario del nacimiento de Benito Juárez, recibió dura filípica por su insolente amenaza contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sólo recibió del papa el pan eucarístico como un trato especial. Pero no quiso confesarlo pues, temeroso de Dios, Ratzinger no quiso cargar con hechos que no son pecados, sino delitos y competencia de siquiatras. Temeroso del infierno, hace cuatro años Benedicto XVI afirmó que “la vida no acaba en el vacío y subrayó la existencia del purgatorio e infierno, de los que se habla poco, pero existen y son eternos”.
Dispuesto Calderón a salvar su alma se jugó la petición para ser escuchado por el pontífice, pero su poder presidencial no le sirvió y sólo fue el primero en recibir la comunión. El desprecio debe de haber sido frustrante, ya que el clero mexicano ha sido complaciente con el calderonismo y el nuncio papal no pudo gestionar la encomienda. Resumiendo, pues, Calderón no logró participarle al papa sus pecados (en otra oreja los vertió). Y apenas recibió la ostia del jerarca católico quien, públicamente, dijo a los obispos y cardenales que abogaran por los pobres (Calderón deja el cargo con 50 millones de mexicanos en la vil pobreza) y cuidaran de los niños, como que sabe de los lobos que andan en el rebaño y uno fue el michoacano, paisano de Calderón, Marcial Maciel a quien este papa trató durante los 24 años que estuvo en El Vaticano, encargado de afianzar la doctrina católica.
*Periodista
REVISTA CONTRALINEA
 
Son las desaladoras, imbéciles… las desaladoras!
James Carville fue asesor de William Jefferson Clinton; hoy, de Hillary Clinton a quien, si Barack Obama se reelige, se le escapó para siempre la posibilidad de candidatearse a la Presidencia estadunidense. La frase “¡es la economía, estúpido!” (que en inglés es “It’s the economy, stupid!”) es de ese estratega y politólogo, y aunque muy sobada ya, no deja de ser ilustrativa para casos como el mexicano, donde los que nos desgobiernan (y ahora son los calderonistas, con desgobernadores de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática), siguen sin resolver el gravísimo problema de la escasez de agua.
Más de la mitad del territorio, del centro al Norte, sufre la peor sequía. No menos de 40 millones de mexicanos sobreviven en los bordes del hambre, la sed, el desastre agrícola-ganadero y avícola, donde han muerto más de 1 millón de vacas, caballos, borregos, etcétera, por falta de agua, que el ineficiente y muy protagonista director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo, ni supo prevenir ni sabe atender de fondo la cuestión.
Está enviando… ¡pipas!, en lugar de adquirir desaladoras y construir acueductos para purificar agua de ambos océanos. Puras estupideces, como el caso del desgobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías (en mala hora para los sonorenses, incluidos los panistas con sus excepciones), que insiste en robarse el agua del Valle del Yaqui, para surtir las necesidades comerciales de la capital, en lugar de poner en marcha los proyectos que le han presentado para instalar una en el municipio y puerto de Guaymas, y otra en Bahía de Kino.
La sequía convirtió en desierto a más de 3 mil 500 comunidades en 14 estados, informa la reportera Patricia Muñoz (La Jornada: 13 de marzo de 2012), conforme datos oficiales proporcionados por el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra. Es para que el calderonismo invierta en estudios sobre poner en marcha una serie de desaladoras, para surtir de agua potable a las entidades; pues el cambio climático, la creciente demanda y la escasez del líquido, tiene a 40 millones de mexicanos sin más opción que emigrar, pero sin lugar a dónde trasladarse, porque lo han perdido todo. Y los gobernantes, entretenidos en la corrupción. Y el calderonismo, en su frente de guerra. Por su incompetencia, no tienen soluciones. Ni siquiera la que tienen en sus narices: las desaladoras.
Son imbéciles los funcionarios que han permitido los estragos y devastación que privan por falta de agua. Las desaladoras han probado su eficacia y eficiencia en varios países, encabezados por Israel (quienes con los canadienses tienen la tecnología) y sólo es cuestión de que los desgobernadores, para rescatar su estatus de gobernadores, y Felipe Calderón de inmediato se avoquen al problema cuya solución es ésa. Si no quieren seguir los funcionarios en Babia, entonces ha llegado el momento de quitarle las sales e impurezas al agua del mar y hacerla útil para el consumo humano, la agricultura y la ganadería.
Desde hace 24 años las sequías han ido en aumento y desde entonces las desaladoras eran la respuesta; pero la estupidez e imbecilidad política han impedido la solución.
*Periodista

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