Evitar el triunfo de Peña Nieto es un acto de patriotismo
En un país como el nuestro, donde la oligarquía ha impuesto condiciones leoninas a la sociedad, son muchos los problemas a resolver para que haya equilibrios elementales que permitan la vigencia del Estado de Derecho. El problema de fondo a enfrentar es precisamente crear condiciones mínimas para que haya una sana convivencia entre las distintas fuerzas políticas, ahora imposibilitada por la preeminencia de una minoría que goza de enormes privilegios que incluso le parecen pocos, por lo que sólo acepta sus propias reglas, generalmente antidemocráticas. Quienes no se ajustan a ellas son considerados ciudadanos de segunda, la plebe a la que hay que soportar porque su participación es indispensable.
No es mera casualidad que haya tantas semejanzas entre el régimen de Porfirio Díaz y el actual que encabezan los panistas. Ambos obedecen a premisas aristocráticas con las que tratan de justificar sus privilegios de clase y su admiración por formas de vida muy ajenas a nuestra idiosincrasia. En el Porfiriato fue proverbial su entreguismo a intereses extranjeros, igual que ahora con Felipe Calderón al frente de las instituciones nacionales. Con todo, hay una diferencia abismal: en los tiempos de don Porfirio había un vivo interés por aprovechar los adelantos foráneos en beneficio del país; ejemplo de ello fue el sistema ferroviario.
En la actualidad, lo único que cuenta es el beneficio particular, inmediato, como lo ejemplifican los contratos de Pemex a empresas extranjeras, que no reportan ningún provecho a México. O la entrega de grandes extensiones a empresas mineras foráneas para que las exploten de manera irracional. Con todo, el viejo dictador no se rebajaba ante los inversionistas extranjeros, como sí lo hace el actual inquilino de Los Pinos, sin parar mientes en que así debilita la capacidad del país para negociar mejores condiciones. Lo único que parece importar es la utilidad que se pueda lograr, pero no para la nación como sobran ejemplos a lo largo de los últimos cinco sexenios. ¿En qué se benefició la sociedad nacional con la criminal privatización del patrimonio del Estado en este lapso?
Otra diferencia notable entre el Porfiriato y el régimen neoliberal es que al anciano dictador no le importaba acumular grandes riquezas, ser el hombre más rico de México. En cambio, los mandatarios del periodo neoliberal parecen estar en una fuerte competencia para ver quien atesora más riquezas, sin que les importe un bledo el daño que le hacen al país con ese inmoral modo de “gobernar”. ¿No dijo David Cameron, primer ministro británico, que le daba “un gran gusto” ver cómo empresas británicas han encontrado en México condiciones muy favorables para su desarrollo?
En cambio, miles de pequeños y medianos empresarios mexicanos han tenido que cerrar sus negocios porque no encuentran condiciones mínimas para solventar sus gastos básicos. Mientras que por otro lado, grandes oligarcas se ven beneficiados con la cancelación de sus deudas al fisco, como quedó de manifiesto en días pasados al rehusar el Sistema de Administración Tributaria (SAT) revelar las identidades de quienes se beneficiaron con más de 74 mil millones de pesos. ¿No fue negado recientemente el otorgamiento de 15 mil millones de pesos a los estados del Norte que padecen los estragos de la terrible sequía?
La Asociación Sindical de Pilotos de Aviación, y la de Sobrecargos de Aviación, denunciaron el pasado miércoles que “el gobierno actual ha privilegiado las aerolíneas extranjeras y literalmente ha quebrado a las nacionales”. Afirmaron que las empresas foráneas tienen ya el dominio de 81 por ciento de las rutas internacionales. En contrapartida, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ha puesto todo su empeño en obstaculizar el regreso de Mexicana de Aviación, la empresa emblemática del país en este importante renglón.
Es cierto, los panistas ya se van para no regresar nunca más a la casa presidencial, pero se corre el riesgo de que sean suplantados por sus similares del PRI, quienes como dice el dicho popular, “no cantan mal las rancheras” cuando se habla de corrupción en gran escala, y de entrega de los bienes nacionales a extranjeros que saben pagar muy bien los favores de la burocracia dorada. Con Enrique Peña Nieto en Los Pinos se reeditaría el sexenio más entreguista y corrupto de la historia contemporánea, el de Carlos Salinas de Gortari, con las consecuencias que no es difícil imaginar.
Evitarlo es un acto de patriotismo elemental, con el fin de recuperar no sólo la soberanía productiva de México, sino de rescatar el Estado de Derecho que hicieron trizas los dos sexenios del PAN en el poder. Por eso el empeño de Vicente Fox de que Peña Nieto resulte triunfador en los comicios, sin importar los medios, pues sabe que con éste no correrían ningún riesgo sus privilegios mal habidos. Evitar el regreso del PRI al poder significa poner los cimientos de la nueva sociedad que es posible fundar en México, sobre bases democráticas reales, con equilibrios socioeconómicos básicos, donde haya un Estado de Derecho que permita gobernabilidad y crecimiento sustentable, conforme a las posibilidades que tiene todavía un país como el nuestro.
Guillermo Fabela - Opinión EMET
Con Peña Nieto más "ninis"
La reforma laboral de Peña Nieto es un peligro para los trabajadores
Es vital para México asegurar condiciones socioeconómicas favorables al desarrollo de los jóvenes, en quienes está depositado el futuro del país. Esto sólo podrá lograrse mediante condiciones que permitan un total aprovechamiento de sus esfuerzos y capacidades, tanto en la etapa de formación profesional como en la de su maduración en el terreno laboral. En el modelo neoliberal tal objetivo será imposible de cumplir, como lo ejemplifica la existencia de alrededor de ocho millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, no porque no quieran hacerlo, sino porque no encuentran dónde poder aprovechar sus atributos.
Obviamente, con la reforma laboral que tanto urge a la oligarquía para asegurar que sus tasas de ganancias no se reduzcan en los años venideros, el problema en vez de resolverse tendría un incremento muy dramático. Si ahora son ocho millones de “ninis”, en poco tiempo tal cantidad se duplicaría, porque las causas de fondo de la escasez de empleo seguirían intocadas. Con la pretendida reforma laboral que pondría en marcha Enrique Peña Nieto, en el improbable caso de que alcanzara limpiamente la victoria, los niveles de vida de los trabajadores se reducirían aún más, porque la precarización laboral sería el fundamento de la misma.
En la actualidad, la población de entre 13 y 29 años de edad asciende a 36.2 millones de personas, de las cuales 22 por ciento ni estudia ni trabaja, porcentaje que será mayor al finalizar 2012, porque el “gobierno” de Felipe Calderón, en la práctica, llevó a cabo los propósitos fundamentales de la tan comentada reforma laboral, en exclusivo beneficio del sector patronal. Como señala la investigadora Laura Juárez Sánchez: “La precarización del trabajo y la contención salarial que utiliza la mano de obra joven en condiciones de sobreexplotación, abarata su costo y permite su uso discrecional, al mismo tiempo que deprime el mercado interno y la generación de empleos”.
Se crea un círculo vicioso que lesiona gravemente el tejido social y el mercado interno, todo esto para beneficiar a unos pocos malos empresarios que carecen de un mínimo sentido de solidaridad social, los mismos que evaden al fisco y envían sus cuantiosas utilidades al extranjero. Son ellos, principalmente, con quienes tiene un firme compromiso el ex gobernador mexiquense, como lo demostró durante su mandato y lo ejemplificó con hechos, como la brutal represión en el poblado de Atenco.
En los últimos cinco sexenios, las injusticias contra las clases mayoritarias han sido brutales, como lo ejemplifica el hecho de que un trabajador no calificado en Estados Unidos gana tres veces más que un profesionista con doctorado en nuestro país. El salario manufacturero en el país vecino es de 9.3 dólares la hora, o sean 74.4 dólares por una jornada de ocho horas. Aquí, como sabemos, el promedio salarial no rebasa los diez mil pesos mensuales, que según el panista Ernesto Cordero son muchos conforme a su medición de que seis mil pesos deberían alcanzar para pagar satisfactores que tiene la población de nivel medio alto: automóvil, casa propia, colegiaturas en escuelas privadas, vacaciones una vez al año.
Con Peña Nieto en Los Pinos, tal realidad adversa a los asalariados se acentuaría, porque sus compromisos reales son con el segmento más voraz de la oligarquía, el cual no ha tenido límites en lo que se refiere a gastos de campaña en apoyo al ex gobernador. Tal derroche lo ven como una inversión recuperable, con creces, una vez que llegara a la casa presidencial, tal como sucedió en el caso del panista Calderón, quien dejará como herencia a los mexicanos el fenómeno ahora ampliamente conocido como el de los “ninis”. En realidad, su número es mayor, pero se disfraza con la inclusión de millones de jóvenes en la economía subterránea, y desgraciadamente en las bandas del crimen organizado.
Esta realidad, es un hecho que no le importa a la oligarquía, absorbida como está en cuidar sus intereses. Lo único importante para el segmento más reaccionario es que sus tasas de ganancias no sufran mermas, si no cómo podrían construir pirámides faraónicas para alimentar su megalomanía y dar rienda suelta a sus costosas extravagancias.
Por fortuna, hay todavía grandes empresarios conscientes del imperativo de enderezar el rumbo del país, y saben que la única solución está en crear condiciones que favorezcan un crecimiento sustentable. Son quienes saben que la medida más eficaz para que México progrese, es invirtiendo en sectores productivos, ampliando oportunidades laborales, sumando a los jóvenes al proceso productivo, pero con un criterio social, no salvaje ni mezquino como el de quienes quieren a toda costa una reforma laboral injusta, que lleve a una mayor precarización de la sociedad en su conjunto. Son a estos últimos a quienes serviría Peña Nieto en Los Pinos. Los hechos así lo avalan.
Obviamente, con la reforma laboral que tanto urge a la oligarquía para asegurar que sus tasas de ganancias no se reduzcan en los años venideros, el problema en vez de resolverse tendría un incremento muy dramático. Si ahora son ocho millones de “ninis”, en poco tiempo tal cantidad se duplicaría, porque las causas de fondo de la escasez de empleo seguirían intocadas. Con la pretendida reforma laboral que pondría en marcha Enrique Peña Nieto, en el improbable caso de que alcanzara limpiamente la victoria, los niveles de vida de los trabajadores se reducirían aún más, porque la precarización laboral sería el fundamento de la misma.
En la actualidad, la población de entre 13 y 29 años de edad asciende a 36.2 millones de personas, de las cuales 22 por ciento ni estudia ni trabaja, porcentaje que será mayor al finalizar 2012, porque el “gobierno” de Felipe Calderón, en la práctica, llevó a cabo los propósitos fundamentales de la tan comentada reforma laboral, en exclusivo beneficio del sector patronal. Como señala la investigadora Laura Juárez Sánchez: “La precarización del trabajo y la contención salarial que utiliza la mano de obra joven en condiciones de sobreexplotación, abarata su costo y permite su uso discrecional, al mismo tiempo que deprime el mercado interno y la generación de empleos”.
Se crea un círculo vicioso que lesiona gravemente el tejido social y el mercado interno, todo esto para beneficiar a unos pocos malos empresarios que carecen de un mínimo sentido de solidaridad social, los mismos que evaden al fisco y envían sus cuantiosas utilidades al extranjero. Son ellos, principalmente, con quienes tiene un firme compromiso el ex gobernador mexiquense, como lo demostró durante su mandato y lo ejemplificó con hechos, como la brutal represión en el poblado de Atenco.
En los últimos cinco sexenios, las injusticias contra las clases mayoritarias han sido brutales, como lo ejemplifica el hecho de que un trabajador no calificado en Estados Unidos gana tres veces más que un profesionista con doctorado en nuestro país. El salario manufacturero en el país vecino es de 9.3 dólares la hora, o sean 74.4 dólares por una jornada de ocho horas. Aquí, como sabemos, el promedio salarial no rebasa los diez mil pesos mensuales, que según el panista Ernesto Cordero son muchos conforme a su medición de que seis mil pesos deberían alcanzar para pagar satisfactores que tiene la población de nivel medio alto: automóvil, casa propia, colegiaturas en escuelas privadas, vacaciones una vez al año.
Con Peña Nieto en Los Pinos, tal realidad adversa a los asalariados se acentuaría, porque sus compromisos reales son con el segmento más voraz de la oligarquía, el cual no ha tenido límites en lo que se refiere a gastos de campaña en apoyo al ex gobernador. Tal derroche lo ven como una inversión recuperable, con creces, una vez que llegara a la casa presidencial, tal como sucedió en el caso del panista Calderón, quien dejará como herencia a los mexicanos el fenómeno ahora ampliamente conocido como el de los “ninis”. En realidad, su número es mayor, pero se disfraza con la inclusión de millones de jóvenes en la economía subterránea, y desgraciadamente en las bandas del crimen organizado.
Esta realidad, es un hecho que no le importa a la oligarquía, absorbida como está en cuidar sus intereses. Lo único importante para el segmento más reaccionario es que sus tasas de ganancias no sufran mermas, si no cómo podrían construir pirámides faraónicas para alimentar su megalomanía y dar rienda suelta a sus costosas extravagancias.
Por fortuna, hay todavía grandes empresarios conscientes del imperativo de enderezar el rumbo del país, y saben que la única solución está en crear condiciones que favorezcan un crecimiento sustentable. Son quienes saben que la medida más eficaz para que México progrese, es invirtiendo en sectores productivos, ampliando oportunidades laborales, sumando a los jóvenes al proceso productivo, pero con un criterio social, no salvaje ni mezquino como el de quienes quieren a toda costa una reforma laboral injusta, que lleve a una mayor precarización de la sociedad en su conjunto. Son a estos últimos a quienes serviría Peña Nieto en Los Pinos. Los hechos así lo avalan.
Guillermo Fabela - Opinión EMET
Duelo frontal AMLO-EPN
También el vicecoordinador de la campaña de Peña Nieto, Jorge Carlos Ramírez Marín, anunció que interpondrán una nueva queja ante el IFE para que investiguen la presunta triangulación de recursos
El proceso electoral en México entró en su etapa definitiva con la incertidumbre de quién es realmente el puntero en la intención del voto, no obstante las encuestas que ubican a Enrique Peña Nieto con una cómoda ventaja, sondeos que por desgracia no cuentan con la credibilidad de los votantes. Persiste la percepción de que hay un empate técnico entre Andrés Manuel López Obrador y el abanderado presidencial del PRI-PVEM, por lo que los últimos días de campaña y la conformación de las estructuras electorales de los partidos serán fundamentales para cuidar el proceso del 1 de julio y evitar la implementación de un presunto fraude. En lo que ya no hay ninguna duda es que Josefina Vázquez Mota será la gran perdedora y mucha de la responsabilidad es de la propia abanderada panista.
Por desgracia, en estos días, las denuncias sustituyeron a las propuestas y proyectos de gobierno para el sexenio 2012-2018. Las acusaciones entre priístas y perredistas cerraron esta semana de proselitismo en la que destacaron las acusaciones sobre el presunto uso ilegal de recursos, la percepción de extremo nerviosismo en los otros y el llamado al voto ciudadano hacia sus abanderados; están enfrascados en un duelo de acusaciones ante las autoridades electorales para demostrar quién es el grupo político más tramposo. Así, mientras el PRD presenta una queja contra Peña Nieto y los partidos que lo postulan por presunta presión y coacción del voto a través de capacitadores electorales, quienes repartieron tarjetas telefónicas con la imagen del abanderado priísta y el lema “Por un México exitoso”, el PRI demandó en la Unidad de Fiscalización del IFE revisar los gastos de la organización Honestidad Valiente, vinculada el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista.
La queja de los perredistas ante el IFE se refiere a la entrega de tarjetas telefónicas que se distribuyen en gran parte del territorio nacional, las cuales incluyen beneficios en miles de establecimientos y con la publicidad que ofrece la descarga de cuatro canciones gratis, así como la participación en un sorteo mediante el mensaje “Si” al número 89999. Estos hechos, argumenta el Sol Azteca, atenta contra los artículos 35 y 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
A su vez, el PRI, a través de su representante ante el IFE, Sebastián Lerdo de Tejada, demandó revisar los recursos de la organización Honestidad Valiente. Sostienen que aún cuando los recursos de esta asociación civil no hayan ingresado a las arcas del PRD, el PT y el Partido Movimiento Ciudadano, si se emplearon para fondear una estructura paralela a dichos partidos, con el propósito de realizar actos proselitistas. Según los priístas, la estructura de Honestidad Valiente ha evolucionado con la finalidad de ocultar los recursos financieros obtenidos por su conducto y el destino que les han dado. Explicaron que dicha “evolución” implicó crear organizaciones civiles como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que permitirán a López Obrador eliminar el rastro de la transferencia de recursos vía Honestidad Valiente y desempeñar la labor de “financiamiento encubierto”. Los priístas ya habían presentado una denuncia similar contra Morena el pasado 8 de junio.
A su vez, el PRI, a través de su representante ante el IFE, Sebastián Lerdo de Tejada, demandó revisar los recursos de la organización Honestidad Valiente. Sostienen que aún cuando los recursos de esta asociación civil no hayan ingresado a las arcas del PRD, el PT y el Partido Movimiento Ciudadano, si se emplearon para fondear una estructura paralela a dichos partidos, con el propósito de realizar actos proselitistas. Según los priístas, la estructura de Honestidad Valiente ha evolucionado con la finalidad de ocultar los recursos financieros obtenidos por su conducto y el destino que les han dado. Explicaron que dicha “evolución” implicó crear organizaciones civiles como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que permitirán a López Obrador eliminar el rastro de la transferencia de recursos vía Honestidad Valiente y desempeñar la labor de “financiamiento encubierto”. Los priístas ya habían presentado una denuncia similar contra Morena el pasado 8 de junio.
También el vicecoordinador de la campaña de Peña Nieto, Jorge Carlos Ramírez Marín, anunció que interpondrán una nueva queja ante el IFE para que investiguen la presunta triangulación de recursos del Gobierno del Distrito Federal a la campaña de Andrés Manuel López Obrador, vía Honestidad Valiente y Austeridad Republicana. Sostuvo que la administración que encabeza Marcelo Ebrard dio al menos un contrato por 2.5 millones de pesos a Austeridad Republicana. El PRI presume que hay una transferencia de recursos de Austeridad Republicana a Honestidad Valiente para promocionar el voto a favor del candidato del PRD-PT-Movimiento Ciudadano.
“NOS PUEDEN HACER UN FRAUDE”: AMLO
El temor a un fraude es parte central del discurso de Andrés Manuel López Obrador. En Acapulco, Guerrero, el candidato de Morena llamó a la población a votar: “vamos a necesitar muchos votos porque hay lugares donde nos pueden hacer fraude. Necesitamos un colchón. ¡Hay que salir a votar! Yo no caigo en el autoengaño como Peña y sus encuestas copeteadas. Tenemos que votar y cuidar los votos”. El abanderado presidencial de la izquierda también anunció que el panista Manuel Clouthier, -hijo de Maquío- aceptó la posición de contralor anticorrupción, luego de que por la mañana le giró una invitación para incorporarse a su gobierno una vez que gane la elección del 1 de julio.
Mientras, el candidato priísta centra su discurso en la inseguridad que prevalece en el país y promete recuperar la paz y la estabilidad de la nación en caso de ganar la Presidencia de la República. Sus actividades proselitistas en Cuautla, Morelos, estuvieron llenas de contrastes, pues mientras él abogaba por la paz, integrantes de las juventudes priístas enfrentaron y agredieron integrantes del movimiento “#YoSoy132” que se concentraron en la alameda de esa localidad.
Quien de plano ya perdió la brújula política es doña Josefina Vázquez Mota. Al encabezar una reunión de mujeres en Guaymas., Sonora, dijo que por ser viernes “hoy toca, pero toca que ni el PRI regrese a Los Pinos, ni que Andrés Manuel López Obrador gané. Hoy toca Presidenta”, afirmó. La panista advirtió que es “ahora o nunca” cuando las mujeres pueden acceder al poder en nuestro país.
Quien de plano ya perdió la brújula política es doña Josefina Vázquez Mota. Al encabezar una reunión de mujeres en Guaymas., Sonora, dijo que por ser viernes “hoy toca, pero toca que ni el PRI regrese a Los Pinos, ni que Andrés Manuel López Obrador gané. Hoy toca Presidenta”, afirmó. La panista advirtió que es “ahora o nunca” cuando las mujeres pueden acceder al poder en nuestro país.
Lilia Arellano - Opinión EMET
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