Donan erario a Fundación Televisa y Fundación Azteca
A menos de cinco meses de las elecciones presidenciales y a un mes del veto publicitario que impone la Constitución, el gobierno federal “donó” 7 millones 800 mil pesos a los patronatos del duopolio televisivo: Fundación Televisa y Fundación Azteca, revela un informe de la Secretaría de Hacienda. En lo que va del sexenio de Calderón, más de 9 mil millones de pesos del erario han sido entregados a asociaciones civiles, fundaciones, sindicatos, gobiernos estatales y municipales. Petróleos Mexicanos y el Conaculta, las instituciones que más presupuesto público destinan a este propósito. Los donativos, en la opacidad, considera académica experta en transparencia y rendición de cuentas.
Fundación Televisa –estrechamente vinculada al empresario Emilio Azcárraga Jean– y la Fundación Azteca –del dueño de la televisora del Ajusco, Ricardo Salinas Pliego– obtuvieron 7 millones 800 mil pesos del erario por concepto de “donativos” a inicios de 2012, revela un informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El dinero les fue transferido en febrero pasado, a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales y a sólo un mes de que comenzara el veto publicitario impuesto por el Artículo 41 de la Constitución, vigente durante el tiempo de las campañas electorales y hasta la conclusión de la jornada comicial (esto es del 30 de marzo al 1 de julio de 2012).
Amparados en la partida 48101 “Donativos a instituciones sin fines de lucro”, los recursos públicos entregados indirectamente al duopolio televisivo salieron de las arcas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
En el primer caso, la Fundación Azteca recibió 4 millones 800 mil pesos de la Semarnat. La justificación que dio la dependencia fue que se trata de un “apoyo para la campaña social Limpiemos Nuestro México”, descubren los Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública para el primer trimestre de 2012.
Dirigida por el político priísta Esteban Moctezuma Barragán, la Fundación se describe a sí misma como una “organización no lucrativa dedicada a elevar la conciencia social y ambiental, con un particular énfasis en la salud, la nutrición y la educación en México. También patrocina una campaña en contra del abuso de drogas, conocida como Vive sin Drogas. La filosofía de Fundación Azteca es proveer a la sociedad de las herramientas necesarias para mejorar”.
De acuerdo con su propia información, el objetivo de la campaña Limpiemos Nuestro México es “poner en acción a la comunidad sobre el problema de la basura y sus soluciones, invitando al movimiento de limpieza más grande del país. Mientras ponemos el ejemplo de que ¡tirar basura es inaceptable!”.
El donativo que se le entregó en febrero pasado no es el único que ha recibido la Fundación Azteca. En 2010 y 2011, la Secretaría que encabeza Juan Rafael Elvira Quesada decidió favorecer esa misma campaña con otros 9 millones 600 mil pesos en total. Así, en los tres ejercicios su campaña Limpiemos Nuestro México obtuvo 14 millones 400 mil pesos de las arcas públicas; esto es 230 mil veces el salario mínimo vigente para la zona A, de 62.33 pesos diarios.
Aunado a ello, en 2008 la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas le donó 2 millones 750 mil pesos. El objetivo: “Generar conciencia e involucrar a instituciones gubernamentales, organizaciones sociales y personas en la realización de proyectos ecológicos, en particular, el de la preservación del hábitat de la Mariposa Monarca”.
Apoyos a favor de Televisa
El segundo caso es el de la Fundación Televisa, que en febrero de 2012 obtuvo 3 millones de pesos del Conaculta. La salida de estos recursos públicos se “justificó” como “apoyo para la tercera edición de Arte 40”, refiere el informe de la Secretaría de Hacienda.
La Fundación Televisa “es un organismo sin fines de lucro que apoya a otras organizaciones que desarrollan o implementan programas sociales o culturales. Sus patrocinios operan bajo el esquema de ‘uno por uno’, esto es: por cada peso que se recauda, la Fundación entrega un peso. De esta manera, reconoce y respeta la capacidad de organización de la sociedad civil y evita operar bajo un esquema asistencial o paternalista, para impulsar aún más la capacidad de iniciativa de las propias organizaciones”.
Sin embargo, los 3 millones de pesos que le donó el Conaculta se destinaron a un proyecto que no figura entre sus “productos”. Y es que la iniciativa para “impulsa[r] y promociona[r] la creación artística emergente en México” –denominada Arte 40– es un proyecto de Los 40 Principales –radiodifusora propiedad del Grupo Prisa, de origen español– y no de la Fundación Televisa.
En 2011, esta última también fue beneficiaria de la Semarnat. La dependencia le entregó 1 millón 200 mil pesos para “concientizar a los niños de la situación ambiental del planeta y de nuestro país, con el fin de que pongan en práctica las actividades propuestas en el Libro Verde”. En total, la Fundación Televisa obtuvo 4 millones 200 mil pesos, que equivalen a 66 mil veces el salario mínimo vigente.
Otra vía por la cual se ha beneficiado indirectamente la empresa de Azcárraga Jean ha sido la Fundación Teletón. En 2010 y 2011 recibió donativos de la Cámara de Senadores por un total de 302 mil 250 pesos.
La diputada del Partido de la Revolución Democrática y presidenta de la Comisión de Vigilancia, Esthela Damián, señala que en el caso de los donativos no se ha logrado erradicar el sesgo político y el uso discrecional y patrimonial de los recursos públicos.
“Cuando, por ejemplo, el Servicio de Administración Tributaria decomisa bienes, que pueden ser de importación ilícita, se privilegian a los gobiernos y a los municipios del PAN [Partido Acción Nacional]. Esto es lo que todavía no se ha logrado erradicar. Todavía hay este sesgo político. La norma establece que los bienes no se pueden regalar a quien se quiera.”
Además de recibir apoyos económicos extraídos de las arcas públicas, los grandes corporativos usan a las fundaciones y asociaciones de asistencia social sin fines de lucro para deducir impuestos, tal como lo permite la ley hacendaria en México.
Donativos multimillonarios
En lo que va del sexenio, las dependencias, institutos y paraestatales de la administración pública federal han donado, al menos, 9 mil 18 millones 349 mil pesos a asociaciones civiles, fundaciones, sindicatos, gobiernos estatales y municipios.
De ese total, el 41.1 por ciento ha sido donado por Petróleos Mexicanos (Pemex): 3 mil 708 millones 420 mil pesos, descubren los Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública para los ejercicios de 2007 al primer trimestre de 2012.
Los beneficiarios de la paraestatal son, en su mayoría, gobiernos estatales y municipales, como la administración de Tabasco que en 2011 recibió 190 millones 833 mil pesos. El “fin específico” del donativo se describió como: “apoyar la realización de proyectos de desarrollo social sustentable, sustentabilidad ambiental, de infraestructura estratégica, de desarrollo e infraestructura social, protección ambiental y proyectos productivos, para elevar la calidad de vida de la población asentada en los municipios con actividad petrolera en la entidad”.
La doctora Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, especialista en transparencia del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que no hay ningún control verdadero sobre la asignación y el destino de los recursos donados, por lo cual los califica como un área de opacidad.
Respecto de los informes que trimestralmente publica la Secretaría de Hacienda y en los cuales se incluye el listado de los donativos, opina que son insuficientes para la transparencia y la rendición de cuentas. “Eso es un seguimiento burocrático que ni siquiera cumple con los requisitos básicos de la contabilidad. Debería haber un control mucho más certero y con más información desagregada de las fechas, los objetivos: información que nos permita hacer un seguimiento concreto de las donaciones”.
Agrega que “lo que sucede con los donativos es muy parecido a lo que sucede con los fondos y fideicomisos constituidos con dinero público, que se utilizan para evadir la fiscalización, para hacer sus guardaditos. Ésta es una asignatura pendiente para la fiscalización y rendición de cuentas”.
De acuerdo con los documentos elaborados por la Secretaría de Hacienda, el Conaculta es la segunda institución que más dinero público entregó por la vía de los donativos: el 37.5 por ciento del total, esto es 3 mil 388 millones 821 mil pesos.
Los recursos se entregan a asociaciones civiles, patronatos e instituciones que, a decir de la institución, fomentan la cultura y las artes y entre los cuales se encuentra la Fundación Televisa. Algunos donativos que destacaron en 2011 fueron los otorgados a la Asociación Azteca, Amigos de la Cultura y las Artes, AC, que sumaron 100 millones de pesos y se destinaron al apoyo de diversas orquestas sinfónicas; también, los 12 millones 185 mil 500 pesos donados a Fomento Cultural Banamex, AC.
La tercera entidad que donó una importante cantidad de dinero público es la Comisión Federal de Electricidad: 538 millones 170 mil pesos, que representan el 5.9 por ciento del total. Sus beneficiarios son gobiernos estatales, municipales, universidades y patronatos.
Le sigue el Instituto Nacional de las Mujeres, con un gasto de 303 millones 684 mil pesos; la Secretaría de Educación Pública, con donativos totales por 258 millones 350 mil pesos; y la Semarnat, con 203 millones 285 mil pesos.
Sandoval Ballesteros, titular del Laboratorio Anticorrupción, indica que a los donativos no se les da un seguimiento ni una fiscalización cuidadosa. “Realmente es una de las asignaturas más urgentes que la Secretaría de Hacienda no ha tomado con seriedad. Lo que se nos da en términos de cifras es pura paja. Realmente no hay una fiscalización certera en el tema de los donativos”.
En su más reciente informe de fiscalización, sobre la Cuenta Pública 2010, la Auditoría Superior de la Federación sólo revisó los donativos de Pemex y el Conaculta, a pesar de que son 35 las instituciones que donan dinero público: 30 de la administración federal, dos del Poder Legislativo, una del Poder Judicial, y dos autónomas.
Las instituciones ajenas al Poder Ejecutivo son la propia Auditoría Superior, que en este sexenio ha donado 868 mil pesos; la Cámara de Senadores, que donó 2 millones 162 mil 205 pesos; la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con donativos por 3 millones de pesos; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que donó 214 mil 800 pesos, y el Instituto Federal Electoral, cuyos donativos ascendieron a 2 millones 478 mil 339 pesos en ese mismo periodo.
En la revisión a Pemex se incluyeron las donaciones y cooperaciones a instituciones públicas, que son otras vías utilizadas para donar el erario. El Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2010 señala que tan sólo en ese ejercicio la paraestatal entregó por las tres vías 1 mil 577 millones 576 mil pesos. Esto es 52 millones 304 mil menos de lo que reportó a la Secretaría de Hacienda en ese mismo año: 1 mil 525 millones 271 mil pesos.
La Auditoría Superior encontró que se donaron 277 millones 411 mil pesos a dos entes que no eran sujetos del beneficio; también, que se mantuvieron vigentes nueve donaciones y un donativo por 60 millones 366 mil pesos en total, a pesar de que los beneficiarios no proporcionaron los informes de seguimiento, reportes de comprobación o documentos que comprobaran la aplicación de los recursos en efectivo y en especie.
Aunque el Informe no revela la identidad de los beneficiarios ni de los servidores públicos responsables de las irregularidades, indica que en ambos casos se promovieron procesos de responsabilidad administrativa sancionatoria ante el Órgano Interno de Control en Pemex en contra de los funcionarios implicados.
En el caso del Conaculta, sólo se fiscalizó un donativo a favor de la asociación civil Sumando Amor, por 10 millones de pesos; ello, a pesar de que ese año la institución reportó 266 donativos por un total de 676 millones 13 mil pesos.
Respecto del donativo fiscalizado, la Auditoría Superior presume un daño o perjuicio, o ambos, a la hacienda pública federal por 4 millones 51 mil pesos, motivo por el cual presentó una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República.
Y es que el máximo órgano fiscalizador considera que el “Consejo Nacional para la Cultura y las Artes no cumplió con las disposiciones normativas aplicables para el otorgamiento de donativos”, puesto que “con los recursos del donativo que le otorgó el Conaculta, [la asociación] contrató servicios de asesorías jurídicas y administrativas no contemplados en el proyecto de ‘Restauración de la Antigua Basílica de Guadalupe (Fase III)’ ni en el contrato de donación por 500 mil pesos; no se llevaron a cabo trabajos de obra por 200 mil pesos, y en sustitución de éstos se realizaron sin autorización diversas adecuaciones en oficinas, sótano y bodegas que no fueron contratados y que no están incluidos en el proyecto motivo del contrato de donación. La asociación civil realizó operaciones irregulares que implican el desvío de recursos del donativo por 3 millones 351 mil 700 pesos, que el prestador de servicios y contratistas depositaron en dos cuentas bancarias que manejó el secretario técnico de Sumando Amor, AC”.
La televisión, formadora de la preferencia electoralLuis Carrasco, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, explica que los contenidos de las televisoras determinan preferencias electorales en el país.“La televisión es el medio que más consume la gente en México: las personas pasan una buena cantidad de horas viendo la televisión. Otro aspecto es que en el país no se lee o se lee muy poco; entonces la gente se informa básicamente a través de las dos grandes cadenas: Televisa y Tv Azteca. Por lo tanto, más del 80 por ciento de la gente se informa viendo la televisión comercial [abierta]. Al tener la gente como única referencia la televisión y no contrastar esa información con lo que se informa en otros canales, hablando nuevamente de televisión, evidentemente no hay elementos que les permitan contrastar o comparar la diferencia que hay [en los contenidos]. Y si a eso le agregamos que tampoco la gente compara con la radio ni mucho menos lee, pues evidentemente una buena parte de lo que la televisión le dice se lo cree o cree que es la verdad”.Carrasco explica que aunque no hay manera de medir la influencia, es un hecho que ésta existe siempre, y que en tiempos electorales no es la excepción. Subraya que para quienes se informan a través de la televisión abierta hay dos líderes de opinión, quienes gozan de amplia credibilidad: el de Televisa, Joaquín López Dóriga; y el de Tv Azteca, Javier Alatorre.El investigador refiere que los medios de comunicación no son todopoderosos ni tienen una influencia per se; pero sí condicionan el manejo de la información: “La gente, en función del contexto en el que se encuentra, va a tener una reacción. Con qué otros elementos cuenta para contrastar esa información. Desgraciadamente, en México, la mayoría no lee. La gente que tiene escolaridad de primaria y secundaria es la que consume televisión”.Respecto de la imagen que transmiten los políticos a través de los medios, Carrasco opina que éstos se ven como productos y explotan al máximo el escándalo y el escarnio, pues es lo que atrae más a la gente: “El morbo, por este sentido vouyerista de la gente de estarse enterando de la vida íntima de los demás, pues resulta muy atractivo. En el caso de la política, eso llama mucho la atención y no la propuesta del plan de gobierno o de cómo se va a trabajar”.
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Fuente: Contralínea 290
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