Malvinas: provocación real
Un hombre quema una bandera británica frente al edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores en Buenos Aires reclamando la soberanía de las islas Malvinas.
Foto: AP
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LONDRES (apro).- Las Malvinas, el archipiélago del Atlántico Sur cuya soberanía es disputada por Argentina desde hace décadas, se volvió nuevamente centro de tensiones entre Buenos Aires y Londres, ahora tras el anuncio este mes por parte del Ministerio de Defensa británico del envío del príncipe William a las islas, en coincidencia con el 30 aniversario del conflicto bélico que enfrentó a ambas naciones y que cobró las vidas de 649 soldados argentinos y 255 ingleses.
William, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica y que en abril pasado contrajo matrimonio con la plebeya Kate Middleton, será desplegado en febrero próximo durante seis semanas a las islas, para realizar una serie de entrenamientos militares como piloto de helicópteros de la Royal Air Force (RAF) en operativos de búsqueda y rescate.
El nieto de la reina Isabel II de Inglaterra permanecerá en el inhóspito archipiélago de febrero a marzo, al lado de miembros del Escuadrón 22 cuta base está ubicada en Valley, Anglesey, en Gales.
El príncipe, que formará parte de un equipo de cuatro pilotos de helicópteros “Sea King”, no tendrá ningún rol ceremonial como representante de la monarquía, y lo hará únicamente a título personal, como miembro de la RAF. Formará parte de uno de los mil soldados británicos destacados en Malvinas, donde viven 3 mil personas. Su trabajo será respaldar a las fuerzas británicas, pobladores de islas y barcos que navegan por la zona.
El despliegue militar coincide con el 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas (1982) y la llegada del duque de Cambridge a las islas ya tensó las relaciones entre los gobiernos del Reino Unido y Argentina.
En julio de este año, la presidenta argentina, Cristina Fernández, acusó al premier británico, David Cameron, de “mediocridad que bordea con la estupidez” cuando el mandatario dijo que las islas seguirán siendo territorio británico “y punto”, si así lo desean sus habitantes (kelpers).
Fernández reiteró que Argentina y Gran Bretaña deberían negociar sobre la soberanía de las islas, por la cual ambos países lucharon en una cruenta guerra de diez semanas.
El tío de William el príncipe Andrés sirvió durante la Guerra de las Malvinas como piloto de los helicópteros Sea King.
Según informó el Ministerio de Defensa en un comunicado dado a conocer en Londres el pasado jueves 10, la experiencia militar que el primogénito de Carlos y la fallecida Diana logre en el Atlántico Sur le permitirá en el futuro responder a llamadas de emergencia para tareas de rescate en el mar. El viaje de William fue organizado para que no coincida con los festejos por el Jubileo de Diamantes de Isabel II, quien en 2012 celebra 60 años en el trono.
De ese modo, el príncipe podrá participar de las celebraciones de cuatro días en el Reino Unido previstas para junio, que incluirán desfiles militares, fiestas callejeras y una procesión de barcas y galeones por el Río Támesis de Londres.
Hasta allí, sin problemas.
Pero un día después del anuncio, el funcionario argentino Sebastián Brugo Marco, portavoz de la Cancillería en Buenos Aires, dijo que Argentina no puede ignorar las implicaciones políticas de la medida.
Para Marco, el envío de William “es uno de más actos provocativos que buscan mostrar la presencia militar británica en una zona de paz donde no hay conflicto armado”.
“No se puede obviar el contenido político de este operativo militar teniendo en cuenta que el príncipe forma parte de la familia real. Este es otro acto de provocación por parte de Gran Bretaña con su presencia militar en una zona tranquila donde no hay conflicto armado”, subrayó.
En ese sentido, el diputado oficialista Alfredo Atanasoff manifestó que “el hecho de que sea el segundo en la línea en la sucesión de la corona, por su importancia política y por la realización de ejercicios militares, constituyen provocaciones que se suman a las que últimamente el Reino Unido está desplegando en el Atlántico Sur”.
“Es necesario que todas las fuerzas políticas se unan en un enérgico reclamo para que cesen estas afrentas a nuestra soberanía, y a través de los medios diplomáticos se exija al Reino Unido el cumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas que instan a ambas partes a iniciar las negociaciones sobre la cuestión Malvinas”, destacó.
Las acusaciones desde Buenos Aires generaron furia en Londres, donde miembros del Parlamento dijeron que los dichos argentinos “están profundamente equivocados”. Los políticos británicos solicitaron que “Argentina deje de inmiscuirse en los asuntos británicos”, mientras que el parlamentario conservador Patrick Mercer aseguró “no entender por qué esto es provocativo”.
“Ciertamente –agregó– no es tan provocadora como la invasión de las Islas Malvinas en 1982. Se me escapa por completo el por qué un gobierno extranjero considera los movimientos del príncipe William”.
En ese sentido, el diputado conservador Rory Stewart, sostuvo que “no puede haber acto de provocación en suelo británico”.
Lo cierto es que el jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido, el general David Richards, salió el pasado 13 de noviembre a poner paños fríos a la situación al indicar que el envío de William “no es una provocación” militar a Argentina, aunque indicó que Gran Bretaña “está determinada a no repetir los errores de 1982″, en relación a la “invasión” militar argentina a las islas.
“Puedo decir con absoluta certeza que no tiene como objetivo ser un acto de provocación”, declaró el general en una entrevista con la cadena Sky News.
Richards dijo también que debido a que William, como su hermano, el príncipe Harry, son miembros de las Fuerzas Armadas británicas, ambos están obligados a cumplir tareas de entrenamiento en distintos territorios británicos de ultramar, incluidas las Malvinas.
“El príncipe William, como el príncipe Harry, además de pertenecer a la Familia Real, son miembros regulares de las Fuerzas Armadas y deben cumplir con sus respectivos entrenamientos donde sea que las autoridades decidan enviarlos”, destacó el militar.
El general agregó que las relaciones entre Gran Bretaña y Argentina “son bastante constructivas” y “mucho mejor” ahora que en 1982.
“No hubo un lenguaje guerrero por parte de Argentina. Claramente están en desacuerdo con nosotros sobre las Islas Falklands (Malvinas), pero nosotros estamos determinados a no repetir los errores de 1982″, sentenció.
Richards afirmó durante su entrevista con Sky que Argentina “cuenta con un gobierno democráticamente elegido, y no una dictadura militar que busca resolver sus problemas internos desviando la atención”. “Simplemente no es lo mismo ahora que entonces y estamos encantados que él (William) vaya a las islas a hacer un trabajo muy, muy importante y desafiante”, concluyó.
El primogénito del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di se graduó en septiembre pasado como copiloto de búsqueda y rescate de la RAF, y desde entonces ha intensificado sus entrenamientos para poder graduarse como capitán de la Fuerza Aérea.
Las nuevas tensiones entre Argentina y Gran Bretaña se registran exactamente un mes después que el por entonces ministro de Defensa británico, el doctor Liam Fox, sostuvo que Gran Bretaña “garantizará la seguridad” de las Malvinas y protegerá a los habitantes de dicho territorio del Atlántico Sur.
El funcionario, que habló durante el Congreso Anual del Partido Conservador, en Manchester (norte de Inglaterra), rindió además tributo a la expremier británica Margaret Thatcher, bajo cuyo gobierno el Reino Unido se enfrentó con Argentina por la soberanía de las Malvinas. “El próximo año se cumple el 30 aniversario de la victoria de la autodeterminación en las Falklands”, afirmó Fox ante los delegados “tories” (conservadores).
“Una victoria que fue posible gracias a la resolución de otro primer ministro conservador, en ese caso Margaret Thatcher. Y seguiremos garantizando la seguridad de las Falklands”, agregó el ministro de Defensa, que renunció pocos días después tras admitir que dio favores a un amigo cercano, poniendo en peligro secretos de Estado.
Según Fox, Gran Bretaña “quiere relaciones más cercanas con Argentina”.
“No estamos en la década del 80. Estamos trabajando ahora hacia relaciones más saludables con los argentinos. Pero algo sigue sin cambiar: Mientras los habitantes de las Falklands así lo quieran, ellos son y serán siempre británicos”, concluyó el ahora exfuncionario.
La propia presidenta argentina Cristina Fernández amenazó al gobierno británico con cancelar los vuelos semanales de Chile a las Malvinas y con la “revisión de entendimientos provisorios” bilaterales, si Londres no acepta reiniciar el diálogo por la soberanía del archipiélago.
La mandatario hizo la advertencia en su intervención ante la Asamblea General Anual de la ONU en septiembre, durante la cual acusó a Gran Bretaña de haber efectuado recientemente “provocaciones con el lanzamiento de misiles” en áreas circundantes a las islas.
En su discurso, Kirchner se refirió en particular a la “declaración conjunta y canje de notas del 14 de julio de 1999 cuando se dispuso la reanudación de un vuelo regular semanal” entre Punta Arenas (Chile) y Malvinas con dos escalas mensuales en Río Gallegos (sur de Argentina).
“Argentina no tiene intenciones de agravar la situación de nadie, pero también es justo que esta Asamblea y el Reino Unido tome conciencia de que es necesario dar cumplimiento a las resoluciones. No podemos estar 180 años, 30 años”, sostuvo la presidenta.
Todo ello ocurre cuando la compañía petrolera británica Rockhopper Exploration Plc anunció planes de inversión por 2 mil millones de dólares en las aguas de las Malvinas, para transformar dicha zona en un lucrativo centro de producción petrolero.
Rockhopper confirmó que espera comenzar a extraer crudo de la plataforma Sea Lion en 2016 y agregó que la producción alcanzaría un máximo de 120 mil barriles diarios para 2018.
La petrolera considera que las reservas, estimadas en 350 millones de barriles de petróleo recuperable, son lo suficientemente importantes para justificar la inversión, luego de haber pasado varios meses realizando pruebas en la plataforma marina de las Malvinas para establecer el tamaño del pozo.
Rockhopper cuenta con unos 170 millones de dólares extras para financiar otros dos pozos en las aguas de las Malvinas.
Tras el hallazgo inicial en el pozo hecho por la compañía británica en 2010, los analistas del sector cuestionaron si hay suficiente petróleo viable para justificar grandes inversiones en infraestructura en el disputado archipiélago del Atlántico Sur.
Creemos que el financiamiento de este nuevo proyecto y la potencial extracción de crudo serán temas calientes de negociación”, declaró el analista del grupo Oriel Securities, Richard Rose, quien sostuvo que Rockhopper podría asociarse con otra petrolera para financiar el proyecto.
Argentina anunció el año pasado que los buques que pasen por sus puertos en dirección a las islas deberán requerir de un permiso oficial, potencialmente complicando las perspectivas del Reino Unido para el proyecto petrolero.
Londres y Buenos Aires mantienen una vieja disputa por la soberanía del archipiélago ocupado por el Reino Unido desde 1833, y que ya dio lugar a una corta pero cruenta guerra que terminó con la victoria de las tropas británicas en 1982.
El conflicto militar entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 se libró en las islas Malvinas, en las Georgias del Sur y las Sándwich del Sur, y tuvo un saldo de 907 muertos, incluidos 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
En entrevista con Apro, un portavoz oficial de la Cancillería británica (Foreign Office) declaró que Gran Bretaña rechaza categóricamente negociar con Argentina la soberanía de las Malvinas y reiteró que la posición de Londres al respecto “no ha cambiado en absoluto”.
“Ello sólo sucederá si así lo determinan los habitantes de las Falklands (Malvinas). Esencialmente nuestra posición sigue siendo la misma”, subrayó el vocero, al reiterar que la soberanía del archipiélago “está basada en el principio de autodeterminación (de su población). Las negociaciones por la soberanía sólo sucederán si así lo determinan los habitantes de las Falklands”, dijo el diplomático.
“Esta ha sido nuestra posición desde hace bastante tiempo, pero también es importante recordar que hemos sido consistentemente claros acerca de esto. Le damos la bienvenida a discusiones con Argentina en relación a temas variados vinculados con el Atlántico Sur, pero la soberanía no es uno de ellos y nosotros no discutiremos la soberanía de las Falklands contra el deseo de los habitantes de las islas”, agregó.
“Argentina es un socio importante para el Reino Unido. De hecho lo es en gran medida. Contamos con una relación cercana y productiva con ese país en muchos áreas de asuntos bilaterales y multilaterales, incluida la situación global económica en el G-20, derechos humanos, cambio climático, desarrollo internacional y lucha contra la proliferación de armas”, sostuvo el vocero.
E indicó que Gran Bretaña “ofreció cooperar con Argentina en temas vinculados a la zona del Atlántico Sur, como la pesca, y obviamente queremos ampliar más esta relación”. “Consideramos a Argentina como un socio importante”, concluyó.
William, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica y que en abril pasado contrajo matrimonio con la plebeya Kate Middleton, será desplegado en febrero próximo durante seis semanas a las islas, para realizar una serie de entrenamientos militares como piloto de helicópteros de la Royal Air Force (RAF) en operativos de búsqueda y rescate.
El nieto de la reina Isabel II de Inglaterra permanecerá en el inhóspito archipiélago de febrero a marzo, al lado de miembros del Escuadrón 22 cuta base está ubicada en Valley, Anglesey, en Gales.
El príncipe, que formará parte de un equipo de cuatro pilotos de helicópteros “Sea King”, no tendrá ningún rol ceremonial como representante de la monarquía, y lo hará únicamente a título personal, como miembro de la RAF. Formará parte de uno de los mil soldados británicos destacados en Malvinas, donde viven 3 mil personas. Su trabajo será respaldar a las fuerzas británicas, pobladores de islas y barcos que navegan por la zona.
El despliegue militar coincide con el 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas (1982) y la llegada del duque de Cambridge a las islas ya tensó las relaciones entre los gobiernos del Reino Unido y Argentina.
En julio de este año, la presidenta argentina, Cristina Fernández, acusó al premier británico, David Cameron, de “mediocridad que bordea con la estupidez” cuando el mandatario dijo que las islas seguirán siendo territorio británico “y punto”, si así lo desean sus habitantes (kelpers).
Fernández reiteró que Argentina y Gran Bretaña deberían negociar sobre la soberanía de las islas, por la cual ambos países lucharon en una cruenta guerra de diez semanas.
El tío de William el príncipe Andrés sirvió durante la Guerra de las Malvinas como piloto de los helicópteros Sea King.
Según informó el Ministerio de Defensa en un comunicado dado a conocer en Londres el pasado jueves 10, la experiencia militar que el primogénito de Carlos y la fallecida Diana logre en el Atlántico Sur le permitirá en el futuro responder a llamadas de emergencia para tareas de rescate en el mar. El viaje de William fue organizado para que no coincida con los festejos por el Jubileo de Diamantes de Isabel II, quien en 2012 celebra 60 años en el trono.
De ese modo, el príncipe podrá participar de las celebraciones de cuatro días en el Reino Unido previstas para junio, que incluirán desfiles militares, fiestas callejeras y una procesión de barcas y galeones por el Río Támesis de Londres.
Hasta allí, sin problemas.
Pero un día después del anuncio, el funcionario argentino Sebastián Brugo Marco, portavoz de la Cancillería en Buenos Aires, dijo que Argentina no puede ignorar las implicaciones políticas de la medida.
Para Marco, el envío de William “es uno de más actos provocativos que buscan mostrar la presencia militar británica en una zona de paz donde no hay conflicto armado”.
“No se puede obviar el contenido político de este operativo militar teniendo en cuenta que el príncipe forma parte de la familia real. Este es otro acto de provocación por parte de Gran Bretaña con su presencia militar en una zona tranquila donde no hay conflicto armado”, subrayó.
En ese sentido, el diputado oficialista Alfredo Atanasoff manifestó que “el hecho de que sea el segundo en la línea en la sucesión de la corona, por su importancia política y por la realización de ejercicios militares, constituyen provocaciones que se suman a las que últimamente el Reino Unido está desplegando en el Atlántico Sur”.
“Es necesario que todas las fuerzas políticas se unan en un enérgico reclamo para que cesen estas afrentas a nuestra soberanía, y a través de los medios diplomáticos se exija al Reino Unido el cumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas que instan a ambas partes a iniciar las negociaciones sobre la cuestión Malvinas”, destacó.
Las acusaciones desde Buenos Aires generaron furia en Londres, donde miembros del Parlamento dijeron que los dichos argentinos “están profundamente equivocados”. Los políticos británicos solicitaron que “Argentina deje de inmiscuirse en los asuntos británicos”, mientras que el parlamentario conservador Patrick Mercer aseguró “no entender por qué esto es provocativo”.
“Ciertamente –agregó– no es tan provocadora como la invasión de las Islas Malvinas en 1982. Se me escapa por completo el por qué un gobierno extranjero considera los movimientos del príncipe William”.
En ese sentido, el diputado conservador Rory Stewart, sostuvo que “no puede haber acto de provocación en suelo británico”.
Lo cierto es que el jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido, el general David Richards, salió el pasado 13 de noviembre a poner paños fríos a la situación al indicar que el envío de William “no es una provocación” militar a Argentina, aunque indicó que Gran Bretaña “está determinada a no repetir los errores de 1982″, en relación a la “invasión” militar argentina a las islas.
“Puedo decir con absoluta certeza que no tiene como objetivo ser un acto de provocación”, declaró el general en una entrevista con la cadena Sky News.
Richards dijo también que debido a que William, como su hermano, el príncipe Harry, son miembros de las Fuerzas Armadas británicas, ambos están obligados a cumplir tareas de entrenamiento en distintos territorios británicos de ultramar, incluidas las Malvinas.
“El príncipe William, como el príncipe Harry, además de pertenecer a la Familia Real, son miembros regulares de las Fuerzas Armadas y deben cumplir con sus respectivos entrenamientos donde sea que las autoridades decidan enviarlos”, destacó el militar.
El general agregó que las relaciones entre Gran Bretaña y Argentina “son bastante constructivas” y “mucho mejor” ahora que en 1982.
“No hubo un lenguaje guerrero por parte de Argentina. Claramente están en desacuerdo con nosotros sobre las Islas Falklands (Malvinas), pero nosotros estamos determinados a no repetir los errores de 1982″, sentenció.
Richards afirmó durante su entrevista con Sky que Argentina “cuenta con un gobierno democráticamente elegido, y no una dictadura militar que busca resolver sus problemas internos desviando la atención”. “Simplemente no es lo mismo ahora que entonces y estamos encantados que él (William) vaya a las islas a hacer un trabajo muy, muy importante y desafiante”, concluyó.
El primogénito del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di se graduó en septiembre pasado como copiloto de búsqueda y rescate de la RAF, y desde entonces ha intensificado sus entrenamientos para poder graduarse como capitán de la Fuerza Aérea.
Las nuevas tensiones entre Argentina y Gran Bretaña se registran exactamente un mes después que el por entonces ministro de Defensa británico, el doctor Liam Fox, sostuvo que Gran Bretaña “garantizará la seguridad” de las Malvinas y protegerá a los habitantes de dicho territorio del Atlántico Sur.
El funcionario, que habló durante el Congreso Anual del Partido Conservador, en Manchester (norte de Inglaterra), rindió además tributo a la expremier británica Margaret Thatcher, bajo cuyo gobierno el Reino Unido se enfrentó con Argentina por la soberanía de las Malvinas. “El próximo año se cumple el 30 aniversario de la victoria de la autodeterminación en las Falklands”, afirmó Fox ante los delegados “tories” (conservadores).
“Una victoria que fue posible gracias a la resolución de otro primer ministro conservador, en ese caso Margaret Thatcher. Y seguiremos garantizando la seguridad de las Falklands”, agregó el ministro de Defensa, que renunció pocos días después tras admitir que dio favores a un amigo cercano, poniendo en peligro secretos de Estado.
Según Fox, Gran Bretaña “quiere relaciones más cercanas con Argentina”.
“No estamos en la década del 80. Estamos trabajando ahora hacia relaciones más saludables con los argentinos. Pero algo sigue sin cambiar: Mientras los habitantes de las Falklands así lo quieran, ellos son y serán siempre británicos”, concluyó el ahora exfuncionario.
La propia presidenta argentina Cristina Fernández amenazó al gobierno británico con cancelar los vuelos semanales de Chile a las Malvinas y con la “revisión de entendimientos provisorios” bilaterales, si Londres no acepta reiniciar el diálogo por la soberanía del archipiélago.
La mandatario hizo la advertencia en su intervención ante la Asamblea General Anual de la ONU en septiembre, durante la cual acusó a Gran Bretaña de haber efectuado recientemente “provocaciones con el lanzamiento de misiles” en áreas circundantes a las islas.
En su discurso, Kirchner se refirió en particular a la “declaración conjunta y canje de notas del 14 de julio de 1999 cuando se dispuso la reanudación de un vuelo regular semanal” entre Punta Arenas (Chile) y Malvinas con dos escalas mensuales en Río Gallegos (sur de Argentina).
“Argentina no tiene intenciones de agravar la situación de nadie, pero también es justo que esta Asamblea y el Reino Unido tome conciencia de que es necesario dar cumplimiento a las resoluciones. No podemos estar 180 años, 30 años”, sostuvo la presidenta.
Todo ello ocurre cuando la compañía petrolera británica Rockhopper Exploration Plc anunció planes de inversión por 2 mil millones de dólares en las aguas de las Malvinas, para transformar dicha zona en un lucrativo centro de producción petrolero.
Rockhopper confirmó que espera comenzar a extraer crudo de la plataforma Sea Lion en 2016 y agregó que la producción alcanzaría un máximo de 120 mil barriles diarios para 2018.
La petrolera considera que las reservas, estimadas en 350 millones de barriles de petróleo recuperable, son lo suficientemente importantes para justificar la inversión, luego de haber pasado varios meses realizando pruebas en la plataforma marina de las Malvinas para establecer el tamaño del pozo.
Rockhopper cuenta con unos 170 millones de dólares extras para financiar otros dos pozos en las aguas de las Malvinas.
Tras el hallazgo inicial en el pozo hecho por la compañía británica en 2010, los analistas del sector cuestionaron si hay suficiente petróleo viable para justificar grandes inversiones en infraestructura en el disputado archipiélago del Atlántico Sur.
Creemos que el financiamiento de este nuevo proyecto y la potencial extracción de crudo serán temas calientes de negociación”, declaró el analista del grupo Oriel Securities, Richard Rose, quien sostuvo que Rockhopper podría asociarse con otra petrolera para financiar el proyecto.
Argentina anunció el año pasado que los buques que pasen por sus puertos en dirección a las islas deberán requerir de un permiso oficial, potencialmente complicando las perspectivas del Reino Unido para el proyecto petrolero.
Londres y Buenos Aires mantienen una vieja disputa por la soberanía del archipiélago ocupado por el Reino Unido desde 1833, y que ya dio lugar a una corta pero cruenta guerra que terminó con la victoria de las tropas británicas en 1982.
El conflicto militar entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 se libró en las islas Malvinas, en las Georgias del Sur y las Sándwich del Sur, y tuvo un saldo de 907 muertos, incluidos 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.
En entrevista con Apro, un portavoz oficial de la Cancillería británica (Foreign Office) declaró que Gran Bretaña rechaza categóricamente negociar con Argentina la soberanía de las Malvinas y reiteró que la posición de Londres al respecto “no ha cambiado en absoluto”.
“Ello sólo sucederá si así lo determinan los habitantes de las Falklands (Malvinas). Esencialmente nuestra posición sigue siendo la misma”, subrayó el vocero, al reiterar que la soberanía del archipiélago “está basada en el principio de autodeterminación (de su población). Las negociaciones por la soberanía sólo sucederán si así lo determinan los habitantes de las Falklands”, dijo el diplomático.
“Esta ha sido nuestra posición desde hace bastante tiempo, pero también es importante recordar que hemos sido consistentemente claros acerca de esto. Le damos la bienvenida a discusiones con Argentina en relación a temas variados vinculados con el Atlántico Sur, pero la soberanía no es uno de ellos y nosotros no discutiremos la soberanía de las Falklands contra el deseo de los habitantes de las islas”, agregó.
“Argentina es un socio importante para el Reino Unido. De hecho lo es en gran medida. Contamos con una relación cercana y productiva con ese país en muchos áreas de asuntos bilaterales y multilaterales, incluida la situación global económica en el G-20, derechos humanos, cambio climático, desarrollo internacional y lucha contra la proliferación de armas”, sostuvo el vocero.
E indicó que Gran Bretaña “ofreció cooperar con Argentina en temas vinculados a la zona del Atlántico Sur, como la pesca, y obviamente queremos ampliar más esta relación”. “Consideramos a Argentina como un socio importante”, concluyó.
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