Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 22 de agosto de 2012

La última fiesta de Calderón y la imposición de Peña Nieto- Impunidad garantizada a ex presidentes


La última fiesta de Calderón y la imposición de Peña Nieto
La última fiesta de Calderón y la imposición de Peña  Nieto
Estamos escasamente a diez días de que se cierren dos capítulos importantes en el futuro inmediato del país y obviamente de sus ciudadanos. El primero de septiembre ya se tendrá en mano el veredicto del Tribunal Electoral del Poder Judicial

Estamos escasamente a diez días de que se cierren dos capítulos importantes en el futuro inmediato del país y obviamente de sus ciudadanos. El primero de septiembre ya se tendrá en mano el veredicto del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el cual, sin más ni más, dará como triunfador único e indiscutible al mexiquense Enrique Peña Nieto, con todo y lo que esta decisión pueda desencadenar. Ese día también tendrá lugar la última fiesterita de Felipe Calderón. Rendirá su sexto y último informe de gobierno, si es que a los anteriores puede llamárseles así ya que cuando no se dicen las verdades, cuando se oculta la realidad, cuando se maquillan las cifras y el evento se convierte en un espectáculo mediático que además no cumple ni con los mínimos requisitos que marcan nuestras costumbres hechas Leyes, tal evento tiene otro nombre que mucho tiene que ver con el engaño, con la farsa y la manipulación.

Es prácticamente imposible imaginar a un Felipe Calderón pidiéndole perdón a las familias de las víctimas de su fallido enfrentamiento con el narcotráfico al cual él mismo calificó de “guerra”. Es difícil saberlo acongojado realmente por los huérfanos a los cuales no les ha pedido ni siquiera el nombre para mantener un registro y darles respaldo gubernamental para garantizarles el futuro que sus padres ya no pudieron darles por encontrarse en pleno fuego cruzado entre militares o policías y delincuentes, sin saber cuál era el bando de los buenos y cuál el de los malos. Tampoco se antoja que derramaría alguna lágrima aunque fuera fingida por las madres que perdieron a sus hijos y que incluye a infantes, a menores en carriola.

Tampoco sabemos que pueda y quisiera expresar para aquellos que han sido secuestrados y mutilados, que han tenido que salir del país en busca de tierras y gobiernos que les devuelvan la tranquilidad, la seguridad, que les permitan olvidar la tragedia vivida. No hará, de seguro, ninguna referencia a los montos pagados por los rescates y al dinero que se ha recuperado de éstos cuando dicen que atrapan a bandas completas. A nadie, ni siquiera a los que aportaron para conseguir su libertad algunos centenarios que fueron decomisados, les devolvieron un céntimo. O sea que de esas transparencias no habrá ninguna mención, como tampoco de los famosos y célebres “botines de guerra”, de ese dinero, de las joyas, de las armas, de la mismísima droga no se hará ninguna mención.

Y si no lo harán de este renglón que es el que durante los últimos años Calderón trató de justificar su presencia en Los Pinos, menos lo veremos en el renglón económico, en lo referente a ejercicios y subejercicios, en el reporte de las decenas de fideicomisos que solo los más enterados saben que existen y la forma en la que van desapareciendo. Poco sabremos del destino durante seis años de los excedentes petroleros o, mejor dicho, ya nos quedamos sin saber, sin conocer a qué renglones se dedicaron miles y miles de millones de dólares. Tampoco tendremos una cifra sobre el desempleo, otro de los renglones que resultaron dañados durante esta administración. Mucho se hablará del aspecto social, pero del hundimiento de la clase media, de la pauperización de los trabajadores, del incremento de miserables en el país no habrá registros que revelen la realidad sino escucharemos loas, alabanzas a los esfuerzos realizados y, seguramente, también tendremos de nuevo la consabida declaración: “sentamos las bases para un futuro promisorio para México, para los mexicanos, trabajamos incansablemente para que esto garantice a las futuras generaciones estabilidad y seguridad en todos los ámbitos”.

Podemos quedarnos esperando que se refiera a las viudas de los mineros muertos a causa de estallidos y de hundimientos, de las indemnizaciones que debieron exigirse a las empresas concesionarias. Tampoco veremos asomar que fue del dinero de las pensiones que existían tanto en el IMSS como en el ISSSTE y, eso sí, oiremos decir del gran acierto de haber liquidado a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, aunque nada se diga del gran negocio que significa la fibra óptica y otras concesiones que hoy por hoy son motivo de escándalo por todo lo que en ellas se encierra y que no es sino reflejo de lo que hemos padecido sexenio tras sexenio: corrupción y saqueo.

Pero si para los mexicanos en general esa fecha tiene tan especial significado para los protagonistas no es menos importante. Resulta que para Felipe Calderón será el inicio de una etapa de temor por no saber ni estar cierto si el mexiquense cumplirá su trato y le dará la inmunidad y la impunidad necesaria para poder seguir en libertad libre de cualquier juicio que pretendiera levantársele tanto en el país como en el extranjero, en las cortes internacionales. Porque sabido es que don Enrique ya tiene buena experiencia y ha dado resultados magníficos cuando se trata de no encontrar culpabilidades, la mejor muestra está en la conducción en el presente de Arturo Montiel, de su antecesor, a quien nada le encontraron y el respaldo oficial le ha permitido, incluso, ganar pleitos familiares en los cuales, dada su fama y trayectoria, los jueces tienen elementos más que suficientes para impedirle hasta ver a sus vástagos.

Don Felipe debe haber esgrimido el argumento de su defensa a Ernesto Zedillo sobre la acusación que se le presentó en Estado Unidos, gobierno al cual incluso le pidió la impunidad sobre cualquier causa o desacato. Y, dirán en el extranjero, si los mexicanos están muy contentotes con su gobierno y el imperio estadounidense no gira ninguna orden de persecución o en contra, pues nada habrá que hacer y todo estará justo como en el TRIFE, perfectamente acordado para que la vida siga, para estos personajes, transcurriendo sin ninguna alteración y en el presente con muchas más ventajas, con todas las que otorga vivir en la opulencia, con grandes capitales y propiedades diseminadas por todo el mundo, con el futuro de generaciones garantizado. Así se ha vivido y se vivirá en este nuestro México lindo y querido. ¿o no? Y la historia primero de septiembre tras primero de septiembre volverá a reescribirse en el mismo sentido.
Lilia Arellano - Opinión EMET
 
 
Impunidad garantizada a ex presidentes
Impunidad garantizada a ex  presidentes
Cuantas voces se han escuchado que reclaman que Carlos Salinas de Gortari devuelva parte de la fortuna que consideran acumuló durante su mandato y que mucho tiene que ver con los contratos múltiples a la iniciativa privada signados por PEMEX


Los sueños, no cabe duda, sueños son. Hace algunas noches, justo cuando me enteré de la posibilidad de que los argentinos llevaran al ex presidente De la Rúa a un juicio, me dio por quedarme dormida pensando en lo que no ha ocurrido en nuestro país. A don Fernando resulta que le pueden dar hasta 10 años de cárcel al comprobársele que dio sobornos para que le fuera autorizada una nueva legislación laboral, además enfrenta los cargos por la confiscación de los ahorros de los argentinos en un fondo llamado “corralito”, lo cual ocasionó disturbios sociales en los cuales perdieron la vida 25 personas entre hombres, mujeres y hasta menores. El antecedente a lo que le sucede a de la Rúa está en Carlos Menen a quien también sentaron en el banquillo de los acusados.
En fin que metida en esa información de los “chés”, mi mente se trasladó hasta el nombre que escuché de uno de los presidentes de México: Gustavo Díaz Ordaz, a quien he conocido a través del tiempo, de las lecturas, de lo que de él se dice y que va por sentidos opuestos. Aunque bien podría habérsele llevado a juicio si la investigación sobre los acontecimientos ocurridos en 1968 se hubiese hecho de manera seria, sin elementos de presión por parte del gobierno y sin intentar ningún otro objetivo que no tuviese que ver con la realidad. Pero también habría conocido de una situación embarazosa frente a jueces al descubrirse la cantidad de terrenos que les regaló a los militares y los negocios que se hacían en su nombre y que dejaron a su familia con la garantía de vivir por generaciones sin tener que trabajar. Si su señora esposa hubiese reaccionado de manera natural también podría haberlo llevado a la mesa de juez por infidelidad y adulterio.
Don Gustavo se salvó. Y le siguió Luis Echeverría y el manejo a su antojo de los fondos públicos, la no rendición de ninguna cuenta, los beneficios para su grupo de amigochos entre los que se encontraban su sucesor y el célebre “negro” Durazo. Su sexenio también estuvo marcado por la muerte y tampoco hubo investigación alguna y salvo ahora con las denuncias que pesan en su contra y que le han hecho lo que el viento a Juárez, es que se mira a Echeverría con ojos de gran rencor. Sus tiempos también lo fueron del inicio del gran negocio del narco. Don Luis se salvó y es ahora un anciano que se protege en esos años que lo acompañan para saberse impune, para estar cierto de que sus huesitos no tendrán como antepenúltima morada ninguna cárcel.
Llegó así José López Portillo y su porte de conquistador. No se le hizo ningún juicio ni se le pidieron cuentas sobre los gastos para la instalación de las plataformas petroleras, sobre las inversiones en ese renglón, sobre su nacionalización bancaria y el destino de los fondos que estaban depositados en los bancos, bastó con verlo “llorar” argumentando que defendería el paso como perro. Tampoco hubo ningún cargo por haber llevado al país a la bancarrota, por haber permitido todos los desmanes de su señora madre, de su hermana que le salió muy cara al país con sus gustos en materia de comunicación y cultura y ni qué decir de la señora Romano, de doña Carmen, cuyas giras acompañando a su marido –de hablada- alteraban el presupuesto nacional y estaban en competencia con las exigencias del viejerío que rodeaba al ex mandatario. Se fue a la tumba muy contentote, con el castigo que solo la divinidad envía a quienes han abusado y que los lleva a los estados de salud más deprimentes.
Miguel de la Madrid hasta fue llevado a una ceremonia con todos los honores a la que asistieron como si no fuese el responsable de haber liquidado todas las empresas que le permitían al Estado mantener un equilibrio en el empleo y contar con otras fuentes de producción. Con él se iniciaron todos los trámites que nos dejaron sin ferrocarriles, sin el control en Puertos y Aeropuertos, se hicieron profundos hoyos al patrimonio nacional, se privatizaron gran parte de los renglones que conforman la plataforma de desarrollo de este y de cualquier otro país en el mundo. De la Madrid le dio vida a la expresión de su antecesor sobre el haber sido el último presidente emanado de la Revolución, porque con el principio el neoliberalismo y se perfeccionó el saqueo, todo ello dentro de un gran programa: el de la “renovación moral”. También don Miguel se salvó y cuando intentó hacer revelaciones sobre los abusos de su sucesor en materia económica recibió la visita del hoy coordinador de los diputados, de Emilito Gamboa, que tuvieron como resultado final que tuviera que recular y hasta ofrecer una pública disculpa.
Cuantas voces se han escuchado que reclaman que Carlos Salinas de Gortari devuelva parte de la fortuna que consideran acumuló durante su mandato y que mucho tiene que ver con los contratos múltiples a la iniciativa privada signados por PEMEX, por aquello del encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia, por la muerte de perredistas, por muchos crímenes contra periodistas cometidos durante su mandato, por la penetración hasta la médula del narco, porque en su sexenio tuvieron lugar los asesinatos más sonados del Siglo, el de Colosio, el del cardenal Posadas, el de Ruíz Massieu. Pero también están aquellos que revelan la quiebra de las finanzas nacionales y ni que decir que también esta su infidelidad y el adulterio del cual ya podía por esas fechas ser llevado a una prisión.
A Ernesto Zedillo lo podrían sentar hasta por su manifiesta incapacidad para gobernar, por la creación de millones de pobres, de miserables, por la mala administración pública, por la irresponsabilidad de permitir que siguiera creciendo el narcotráfico y también por su gran riqueza, inexplicable si se trata de ver desde el punto de vista de lo honrado, explicable a todas luces para quienes tienen por costumbre el utilizar el poder y los fondos públicos para enriquecerse . También Zedillo se ha salvado, al igual que Salinas y del mismo modo que Vicente Fox logró ser impune hasta de una matanza como la de Acteal. A don Vicente lo llevarían de la mano y bien esposado –aunque con dos malas experiencias nada más le falta esta, relacionada con las esposas, por supuesto-, por haberse hecho de la vista gorda, por el pecado mortal de la omisión con relación a las acciones ilícitas de sus antecesores. Con eso tendría sin considerar lo hecho por su familia, por sus amigos, por sus compadres, por esa riqueza que también resulta insultante y por su falta de moral pública al llevarse a su amante a vivir a la casona presidencial.
Y ahí está Calderón y todos sus yerros y sus obras suntuarias que son producto de la más aguda corrupción, y la privatización ya muy formal de todas las áreas estratégicas nacionales, el cierre de Mexicana de Aviación, de los ingenios azucareros, y los crímenes disfrazados de accidentes que se han cometido durante sus sexenio y el cinismo con el que declara que no saben ni cuántos muertos son realmente los que registra la guerra contra el narco. Todos ricos, todos millonarios, todos muy contentos y con vigilancia las 24 horas, con servicios médicos carísimos pagados, con militares a su servicio hasta en calidad de nanas de sus hijos, algunos y de sus nietos, otros. Todos saqueadores nacionales en una y otra medida, todos infieles, todos adúlteros, algunos bicicletos, pero todos libres y hasta con influencia, a la espera de recibir todos los honores cuando mueran.
Nada de acciones como las que se emprenden en otros países contra mandatarios que le han hecho daño al pueblo. Y así, encabronada por verlos desfilar a todos con la mayor de la sonrisas y sabiéndose inmunes a todo y merecedores del cielo y sus estrellas, me llegó el nuevo día, ese día y ese despertar que obliga a jalar las cobijas y taparse la cara, cerrar los ojos y pretender no saber nada. ¿Ya le pasó a Usted?
Lilia Arellano - Revista EMET

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