Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 26 de agosto de 2012

Redescubrir lo básico- EL DESPERTAR- BAJO LA LUPA

Redescubrir lo básico
Rolando Cordera Campos
Hace unos años, los jóvenes turcos de la revolución capitalista postulaban la necesidad de volver a lo básico. Pronto pudimos enterarnos de que esa vuelta habría de consistir en una búsqueda del arca perdida del mercado perfecto. Una utopía destructiva, como la estudiada décadas atrás por Karl Polanyi en su Gran transformación.
 
A pesar de sus efectos nocivos, cuando no desastrosos, la mata neoliberal ha seguido dando, y ahora se nos ofrece ir más a fondo, para hacer las reformas que tanto necesitamos en el mundo del trabajo, la energía y la fiscalidad. No obstante que el cambio estructural de fin de siglo les hizo a los revolucionarios buena parte de la tarea y redujo a su mínima expresión al sindicalismo, la generación estatal de energía y hasta la exploración y explotación del petróleo realizada por Pemex, la insistencia es necia y los epígonos de aquel neoliberalismo enjundioso hoy regañan a diestra y siniestra, emplazan a futuros estrellas del nuevo gobierno a concretar las alianzas para reformar ya y, a la vez, aconsejan esperar a que se reforme la Constitución para emprender el asalto al cielo de la privatización final que a todos nos hará libres.

Si nos fijamos bien en lo que pasa y nos pasa, lo básico bien puede estar en otra parte pero también reclama profundos cambios en la manera de entender el gobierno y asignar los recursos públicos en manos del Estado. La reforma económica y política del Estado que resultaría de esta revisión podría ser tan radical como la emprendida y todavía reclamada por los neoliberales, pero su contenido e implicaciones serían bien distintos. Veamos. Estrujantes fueron las cifras que el rector de la UNAM ofreció el lunes 13 de agosto sobre el estado de la educación nacional. Sin pretender edulcorar la exigencia planteada por los jóvenes que no lograron entrar al sistema universitario público, Narro ofreció datos que remiten al fondo de la tragedia educativa nacional, ya no tan silenciosa como la estudiara Gilberto Guevara en 1989.

Cinco millones 400 mil analfabetos, de los cuales 500 mil son jóvenes de entre 15 y 29 años; 10 millones de mexicanos que no han terminado su primaria, y 16 millones que no tienen secundaria completa. Siete de cada 10 jóvenes en edad de cursar estudios superiores no lo hacen, por falta de espacio o porque dejaron la escuela en los niveles inferiores. En resumen, una llaga que no admite sigilos burocráticos y se ha convertido en vergüenza nacional.
Este y otros aspectos lamentables de nuestra situación social presente, como el desabasto de bienes fundamentales para la alimentación, encuentran en la desigualdad económica y el empobrecimiento que va y viene pero no deja de afectar a la mitad o más de las familias de México y, sobre todo a los niños, su matriz fundamental. Junto con esto, cotidianamente vivimos el hundimiento de las expectativas de los jóvenes, que no encuentran en la educación alojamiento amable ni estímulo y, en el trabajo, sólo inseguridad e incertidumbre.
 
Sin encarar esta circunstancia que ha cruzado nuestra historia y todos los cambios estructurales imaginables, las mudanzas políticas progresivas y el arribo y la codificación del pluralismo, poco podrá hacer el país para adentrarse con éxito en las nuevas corrientes de cambio y comercio, innovación y reindustrialización, que recorren un mundo abrumado por la crisis pero que, a la vez, busca redefinir los términos y las coordenadas de la globalización. Y todo esto contra el reloj que marca las horas de todos.
 
En esta redefinición radica la posibilidad de reconstruir a tiempo un orden internacional cuarteado, para adecuarlo a los reclamos airados de una ciudadanía que se quiere global, pero que primero demanda seguridades y protecciones sociales que sólo los Estados nacionales pueden ofrecer. Para estar en esta gran jugada y sacarle provecho, para nacionalizar la globalización, es indispensable forjar una agenda nacional incluyente, donde la educación, el alimento, el empleo y la seguridad social sean los criterios maestros para evaluar el cambio social y el intercambio democrático.
 
No hay tiempo de sobra, pero podemos crearlo si nos aprestamos a reformar el Estado en esta dirección y aprendemos a distinguir lo fundamental de lo accesorio. En lo primero están la educación que nos hace ciudadanos y la igualdad que nos acerca a la democracia profunda. Tiene que estar también, por más que nos pese, una seguridad alimentaria con la que no contamos, a pesar de las mil y una jaculatorias del secretario Ferrari.
 
En lo segundo, accesorio y fútil, están las ilusiones mercantiles que se empeñan, suicidas, en privatizar el petróleo o abaratar el despido. Nos falta tiempo, sin duda, y nos sobran urgencias que se abultan y soluciones siempre pospuestas.
Volver a lo básico: redescubrirnos, y pronto.
 
El Despertar
Panorama desde el puente
José Agustín Ortiz Pinchetti
 
      A veces es conveniente alejarse del torbellino de los acontecimientos para adquirir una perspectiva más amplia. Pudiéramos pensar que estos meses son una transición entre un gobierno y otro, pero si examinamos las cosas con más cuidado veremos que en realidad se trata de la misma época. Una larga época de 30 años en la que el país ha vivido una crisis profunda con varios momentos de agravamiento y un tono general de descomposición. Esta época de decadencia se ha caracterizado en el área económica por la desaceleración del proceso de crecimiento, altos índices de desempleo, reducción del poder adquisitivo de los trabajadores, emigración masiva de la mano de obra, etcétera.
 
En los años 80 se acuñó la expresión década perdida, que se aplicó a la depresión que sufrió América Latina. La economía de casi todos los países de la región ha mostrado una mejoría progresiva en los 20 años recientes. México, con excepción del fortalecimiento de sus reservas financieras y el control de la inflación, ha continuado entre el estancamiento y el descenso. Así que podríamos hablar de tres décadas perdidas. Pero además, podemos hacerlo no sólo porque casi todos los indicadores macroeconómicos registran bajas, sino porque hoy la gente puede adquirir menos bienes, tiene más dificultades para conseguir empleo o crédito, padece más inseguridad y las condiciones de vida son peores que en los años 80. Cualquier lector que tenga la edad suficiente para recordar cómo se vivía en México en 1982 (para poner una fecha) estará de acuerdo en que la nación es menos próspera, más insegura, menos independiente y menos respetada. Aunque algunos de nosotros hayamos prosperado, para la mayoría la vida es más difícil, azarosa y carente de perspectivas.
 
Lo más grave es que la política económica que ha generado este declive sigue en vigor y que el experimento democrático que pudo rescatar al país y hacerlo prosperar de nuevo ha fallado lamentablemente. Después de 12 años de alternancia las cosas son peores, es decir, que el cambio político no ha traído ventaja para los mexicanos en su vida cotidiana.
 
El futuro inmediato es quizás más oscuro. La oligarquía, cada vez más cristalizada (único segmento de la sociedad que ha seguido prosperando), ha adquirido un poder abrumador y fue capaz de imponer un candidato cuyo mandato fundamental es mantener la misma trayectoria. Habrá quien piense que los grupos de interés están actuando en forma autodestructiva, porque una sociedad decadente es un pésimo entorno para los negocios y porque las tensiones sociales generaran más inestabilidad y violencia, pero las oligarquías mexicanas no parecen detenerse a contemplar el panorama desde el punto de vista del interés general. Su voracidad y ceguera no tienen límites.
Bajo la Lupa
Egipto: contragolpe suave, visita a China y cumbre de No-Alineados en Irán
Alfredo Jalife-Rahme
La colisión entre el gobierno de los Hermanos Musulmanes (HM), del presidente Mohamed Morsi, y la Junta Militar, jefaturada por el mariscal Mohamed Tantawi –que habíamos subsumido en la confrontación del modelo turco con el modelo paquistaní (ver Bajo la Lupa, 27/6/12 y 1/7/12)– se resolvió en forma increíble en favor de la cofradía islámica mediante un contragolpe suave que depone al Ministro de Defensa (mariscal Tantawi) y al segundo hombre fuerte de la junta, Sami Anan, aprovechando los graves incidentes en la transfrontera del Sinaí con Israel que cobró la vida de varios guardianes egipcios.
 
Morsi se subió a la locomotora de la cólera nacional –que volvió a colmar la plaza Tahrir– y asestó su contragolpe suave. Quedan en el aire el destino del recientemente elegido Congreso (con mayoría de los HM) despedido por la Junta Militar, la redacción de la nueva Constitución, y el control del Poder Judicial que aún maneja la junta y que puede causar severas cefaleas legales al presidente.

Conforme se afiance en el poder, Morsi obtendrá margen de maniobra para controlar los servicios de inteligencia y la operatividad en la otrora desmilitarizada península del Sinaí, donde deambulan en forma muy laxa las huestes trasnacionales de Al Qaeda.

La depuración cupular de los omnipotentes servicios de inteligencia por Morsi significó el preludio de su contragolpe suave contra los multigolpistas de la Junta Militar.

Bajo su nuevo esquema del control militar –en el que concurrieron las nuevas generaciones castrenses, que se rebelaron a la junta gerontocrática del mariscal Tantawi–, el mandatario egipcio retomó el mando de la estratégica península del Sinaí con fuerzas destinadas a la vigilancia doméstica frente a las metástasis de Al Qaeda, pero carentes de musculatura para perturbar la tranquilidad israelí. Cabe señalar el acercamiento dual entre los HM de Egipto y sus aliados palestinos de Hamas en Gaza (frontera con el Sinaí).

Más se afianzan los HM y Morsi en el poder y más se nota(rá) el retorno de Egipto al primer plano de la política medio oriental, que histórica y emblemáticamente le ha correspondido, lo cual se refleja espectacularmente en su primera visita global a China y en su reposicionamiento en tres vectores subregionales: 1) acercamiento con las potencias petroleras sunnitas de Arabia Saudita (AS) y Qatar; 2) reconciliación con Irán (que habíamos previsto; ver Bajo la Lupa, 3/7/11), y 3) su reciente incrustación en el contencioso sirio con una propuesta viable de solución islámica de las cuatro potencias regionales (Egipto, Irán, Turquía y AS, Dedefensa.org, 20/8/12).

La revolución de las pirámides, con su corolario de multigolpes de la junta militar y su contragolpe suave de los HM y Morsi, ha causado una severa crisis económica que ha mermado las reservas del Banco Central cuando las dos potencias petroleras sunnitas, AS y Qatar, han prometido un generoso apoyo económico a Egipto. Pese a todos sus avatares, Egipto es la primera potencia militar del mundo árabe y recibe ayuda de 3 mil millones de dólares al año de EU en compensación por los acuerdos de Campo David (caducos y que abomina la aplastante mayoría egipcia).

La reconciliación que se vislumbraba desde el año pasado con Irán empieza a tomar forma con la próxima visita histórica (Al Jazeera dixit) del presidente egipcio a la Cumbre del Movimiento de los No-Alineados (MNA) de 120 países (¡de 193 de la ONU!), a fines de agosto en Teherán, en escala de retorno de su relevante cuan discreta visita a China (la cual hay que seguir muy de cerca).

Uno de los óptimos analistas del contencioso iraní, Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Estadunidense-Iraní, afirmó que la participación del sudcoreano Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, a la cumbre del MNA, es un triunfo para Irán. Sin duda.
 
Hasta el israelocéntrico The New York Times (22/8/12) reconoce que los esfuerzos (sic) encabezados por EU e Israel para aislar a Irán sufrieron un revés cuando Ban participará con otros 120 países en la cumbre de Teherán”, lo cual se suma a la presencia del presidente egipcio,una decisión que ha perturbado a Israel. Falta agregar la invitación a la cumbre de Ismail Haniyeh, líder de Hamas en Gaza, lo cual ha indispuesto más a Israel que a EU (The Times of Israel, 24/8/12). ¿Es Hamas la bisagra indispensable entre Egipto e Irán?
 
El canciller iraní, Ali Akbar Salehi, en entrevista con el rotativo egipcio Al-Ahram (21/8/12), recordó que su país había nombrado después de 30 años a un embajador en Egipto ulterior a la revolución de las pirámides.
 
En su calidad de canciller de una potencia regional, Salehi reconoció que Egipto es un pilar (sic) en la región y tiene una estatura especial entre los países árabes e islámicos. Rechazó la noción de que existen brechas fundamentales en las creencias entre los chiítas de Irán y los sunnitas de Egipto en su interpretación del Islam y fustigó que tales divisiones son promovidas por EU y los sionistas: Egipto e Irán comparten una civilización y religión comunes, y el colonialismo ha creado discriminación racial, étnica, religiosa y sectaria en los lugares que pierde, lo cual se encuentra detrás de la tensión entre árabes-iraníes y sunnitas-chiítas en la región. En referencia al volcán sectario de Siria, Egipto está de acuerdo en la intervención de Irán para su resolución creativa (lo cual desecha perentoriamente Occidente).
 
A mi juicio, EU opera un segundo Afganistán en Siria, con lo cual se propone desestabilizar a Irán y la región islámica del Cáucaso: frontera incandescente de Rusia que exhibe en su interior 20 por ciento de islámicos en su población que comienza a ser alebrestada desde el exterior.
 
Sobre el caos sirio, en un reciente artículo para The Washington Post (8/8/12), Salehi alertó que sus consecuencias podrían llevar a otro Afganistán en las puertas de Europa. A juicio del NYT, en forma conjunta, estos movimientos refuerzan la aseveración de Irán de que se gesta un reordenamiento (sic) de poderes en Medio Oriente, donde la influencia occidental se desvanece y cuando la campaña estadunidense-israelí, para envilecer a Irán como Estado canalla que exporta terrorismo y en forma secreta anhela armas nucleares, no está resonando en la mayor parte del mundo. ¡Para nada: es propaganda negra! A mi juicio, Israel, uno de los países más aislados del planeta –Estado paria (ex canciller israelí Tzipi Livni dixit) y “Estado apartheid” (sobrino del premier Netanyahu dixit)– está llevando peligrosamente a EU, superpotencia a carta cabal, a su perdición global. A grado tal que el NYT (24/8/12) abrió un extraño debate (sic): ¿Daña la credibilidad de EU su apoyo a Israel? ¡Ni preguntarlo!
 
La política de envilecimiento de Irán por EU –instigado por el sionista mesiánico (ex director del Mossad, Meir Dagan dixit), el premier Netanyahu– ha fracasado estrepitosamente y es tiempo que sus lúcidos geoestrategas asimilen la inescapable realidad iraní, en imitación de su aliado egipcio.

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