Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 25 de noviembre de 2012

BAJO LA LUPA- España: perspectiva catastrófica-TELESCOPIO- Fuerte advertencia: el paro general argentino del 20/11

Bajo la Lupa
¡Argentina peligra!: ofensiva Malvinas jurídico-financiera de los fondos buitre
Alfredo Jalife-Rahme
Argentina sufre una embestida brutal a la que ha dado mucho vuelo The Financial Times (FT, 9,12 y 23/11/12), lo cual equivale, a mi juicio, a unas Malvinas jurídico-financieras de la dupla anglosajona de Wall Street/la City.
 
Si no se entienden los depredadores alcances unilaterales de la desregulada globalización neoliberal, puede sonar descabellado que una sola empresa especulativa de fondos de cobertura de riesgos (hedge funds) Elliot Capital Management/NML Capital, que busca recuperar 182 millones de dólares de deuda argentina mediante los ignominiosos fondos buitre (vulture funds) que adquirió antes de 2002, gracias a una sentencia muy leonina del juez Thomas Griesa –muy locuaz, visceral y vituperante (literal) para su investidura– de un distrito de Nueva York, haya sido capaz de poner en jaque a Cristina Fernández, lo cual puede concluir en su mate el próximo 15 de diciembre por incumplimiento de pagos que el enjuiciador obsequió dadivosamente en mil 330 millones de dólares. Suena inverosímil en el siglo XXI (que rememora los embargos coloniales pasteleros del XIX), que Elliot Capital Management/NML con activos por 15 mil millones de dólares pueda arrodillar a la tercera economía de América Latina (PIB medido por poder adquisitivo: 716 mil 500 millones de dólares y un per cápita de 17 mil 700 dólares), salpicada por el insólito embargo precautorio del barco Libertad (sic) de su Armada en Ghana (¡supersic!).

Elliot Capital Management/NML Capital, con sede en las islas Caimán, pertenece a los fondos buitre cuya característica consiste en comprar deuda a precio de remate para cobrar en su totalidad al afectado. Su polémico dueño es Paul Singer, íntimo de Israel, quien ha hecho fortuna con estas escandalosas y dolosas transacciones.

Según The Guardian (15/11/12), los polémicos fondos buitre usan a los tribunales para reclamar centenas de millones de los países más pobres del mundo. Por lo visto, ahora no respetan, gracias a la connivencia judicial neoyorquina, ni a un miembro prominente del G-20.

Argentina se volvió paria del financierismo israelí-anglosajón a partir de su imperdonable incumplimiento de pagos, lo cual fue acentuado con la temeraria nacionalización de YPF que había saqueado la parasitaria petrolera española Repsol (ver Bajo la Lupa, 4/4/12).

Russia Today (12/11/12) asevera que Repsol es la petrolera de paja de la británica BP, lo cual facilita la deglución de muchas cosas insólitas, como otras trasnacionales españolas que operan en AL como caballos de Troya de Gran Bretaña (GB): Banco Santander (propiedad real del banco británico RBS) y el periódico neoliberal El País, con máscara socialdemócrata de una aseguradora inglesa.

Muchos se preguntarán por qué figura un distrito legal de Nueva York en este asunto. Sucede que Bank of New York fue el fiduciario y el contratante de la anterior deuda argentina que detonó en su previo incumplimiento de pagos en 2001. Dos expeditas moralejas posmodernas: 1) nunca contraer adeudos bajo jurisdicción extranjera, menos en las plazas chacales de Wall Street y la City, y 2) a los países que preserven aún un mínimo de soberanía (whatever that means) se les aconseja con urgencia restructurar y relocalizar bajo jurisdicción local las deudas y/o reclamos israelí-anglosajones.

Jude Webber y Robin Wigglesworth, del FT (23/11/12), ultrajan la reacción furibunda de Fernández sobre el letal fallo legal en medio de la protestas contra su gobierno en Argentina. Embisten contra Cristina Fernández, quien ha hecho de la confrontación (sic) su sello de marca: con las empresas agrícolas (por las tarifas a las exportaciones); la clase media; con Repsol (sic); con GB sobre las Malvinas (sic), y ahora con la huelga generalizada de los sindicatos. Juzgan que en nombre de la soberanía económica nacional, Fernández está dispuesta a otro juego dramático (sic) de todo o nada”.
Foto
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, el pasado lunes en Buenos AiresFoto Xinhua
 
Como portavoces del financierista chantaje vil, Webber y Wigglesworth, en forma muy superficial y tomando en cuenta sólo los intereses de los chacales de Wall Street/la City, consideran que Fernández puede pagar a los tenedores 93 por ciento de la deuda de 2001 que fue restructurada en 2005 y 2010: Argentina corre el riesgo de un nuevo incumplimiento de pagos.
 
Sacan a relucir lo que Fernández meditaba como la madre de todas sus batallas para el 7 de diciembre: la aplicación de la nueva ley de medios para poner en orden al oligopolio de Clarín (propiedad del banco de inversiones Goldman Sachs) a quien la presidenta acusa de mentiroso.
 
Webber y Wigglesworth aducen que el jaque de Elliot Capital Management/NM Capital junto con el fallo del juez Griasa encajonaron a la presidenta Fernández.
 
Buenos Aires considera apelar la flagrantemente leonina sentencia perentoria del juez neoyorquino mientras arremete contra los fondos buitre.
 
Hans Humes, presidente de Greylock Capital (otro hedge fund) y anterior copresidente del comité de tenedores de bonos argentinos, fustigó a Argentina como país y deudor canalla (¡supersic!) y da por acabada a Fernández, a quien no le queda más que arrojar la toalla o practicar la guerra de la tierra quemada.
 
Como que en este delicado asunto financierista el conglomerado israelí-anglosajón aplica los mismos términos propagandísticos que en geopolítica contra Irak, Libia, Siria y ahora Irán.
 
Según Webber y Wigglesworth, otro incumplimiento intensificaría su aislamiento del mercado internacional de capitales que le arrinconaría a sobrevivir con sus propios medios (algo así como una Cuba más Irán más Gaza).
 
El think tank FIEL (muy fiel a la cosmogonía neoliberal) expone que el gasto público de Argentina se disparó a 43.5 por ciento del PIB: en casi 200 mil millones de dólares, con el fin de reducir la pobreza y crear empleos.
 
Webber y Wigglesworth vituperan el modelo estatista (sic) económico (con restricciones de importaciones y en la compraventa de divisas) de la presidenta argentina, el cual, por cierto, fue elogiado por Joseph Stiglitz como paradigmático por haber disparado el crecimiento: ¡8.9 por ciento en 2011 y 9.2 en 2010! Tampoco le perdonan a Fernández haber nacionalizado los fondos de pensiones y haber usado las reservas de divisas del banco central para financiar sus políticas nacionales y populares. Martín Redrano, anterior director del banco central argentino, coloca la suerte de Fernández en manos de la cosecha de soya que le puede perjudicar si suceden calamidades climáticas en medio de 25 por ciento de inflación. Por ahora puede resistir con elevados precios de soya y la alta demanda china.
 
Acabo de dialogar con un ex ministro de Economía de un relevante país de Sudamérica (que exigió anonimato) quien me comentó que contemplan en el radar dos escenarios: 1) una deliberada baja brutal especulativa del petróleo para golpear a Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador y Argentina, y 2) una guerra financiera multifactorial (guerra de divisas, fuga de capitales, etcétera). ¡Uf! ¿Están preparados los mandatarios de Sudamérica para confrontar la guerra financiera multifactorial que ya empezó contra Argentina?
 
A mi juicio, detrás del asalto financierista buitre contra Argentina se encuentra cercar a Brasil, su primer socio geoeconómico sudamericano.
Twitter: @AlfredoJalife
España: perspectiva catastrófica
A medida que avanzan y se profundizan las devastadoras políticas de choque aplicadas en España por el gobierno de Mariano Rajoy, comienza a ser manifiesta la inoperancia de las distintas esferas de la administración pública de ese país –afectada por los recortes presupuestales– en algunos ámbitos básicos. Dos ejemplos puntuales pero emblemáticos de lo anterior son la suspensión, durante 20 días, de los servicios de limpia en la ciudad de Jerez (sur), como consecuencia de una protesta de los trabajadores de ese sector en contra de un severo recorte de plazas laborales, así como el crecimiento de la población infantil en situación de pobreza –que ha crecido en 45 por ciento desde el inicio de la crisis– como resultado del creciente desempleo de los padres y de la precarización en las condiciones de vida del conjunto de la población.
 
La creciente incapacidad de las autoridades ibéricas para proveer satisfactoriamente de servicios básicos como el de limpia, o bien para asistir a los grupos más vulnerables de su población, como la niñez, es un colofón lógico a la promoción de medidas recesivas por parte del gobierno de Madrid, como forma de hacer frente a la crisis que recorre Europa. Tales medidas, a fin de cuentas, no sólo terminan por frenar el crecimiento de las economías y alimentan las perspectivas de una recesión global, sino también acaban por mermar el desempeño de tareas que constituyen, en última instancia, razón de ser del Estado mismo.
 
En el ámbito social la aplicación de los planes de austeridad en la nación ibérica ha multiplicado los escenarios de inconformidad, descontento y animadversión de la población, como ha quedado de manifiesto con las multitudinarias marchas realizadas en diversas ciudades del país ibérico en los últimos meses.
 
Por lo que hace al terreno político, tales medidas han derivado en el surgimiento de roces entre Madrid y algunos gobiernos autonómicos, particularmente el de Cataluña, región en la que los recortes presupuestales y la imposición de topes al gasto público y al endeudamiento terminaron por reactivar la vieja reivindicación de constituirse en Estado independiente, al grado que dicha demanda es el eje fundamental de las elecciones anticipadas a realizarse hoy en esa comunidad.
 
La insensibilidad social y la miopía con que las autoridades españolas han decidido hacer frente a la presente crisis económica, lejos de contribuir a solucionar el problema, ha multiplicado los focos de descontento político y social en aquel país y lo ha colocado ante el riesgo indeseable de un dislocamiento institucional mayúsculo. Si esa perspectiva se concreta, los principales responsables serán las autoridades de La Moncloa, empecinadas en aplicar políticas que en nada ayudan a superar las dificultades económicas de las naciones –todo lo contrario–, y también, desde luego, las autoridades de Bruselas y los organismos financieros internacionales encargados de diseñar y promover tales directrices.
 
Telescopio
Bolivia, Mercosur y Unasur
El Buscón
Mientras el diario boliviano La Razón informa que la Asamblea Legislativa acelera el tratamiento de la incorporación plena de Bolivia al Mercosur anunciada por el presidente Evo Morales, el cotidiano paraguayo La Nación, por el contrario, comunica que el gobierno paraguayo resultante del golpe parlamentario contra el presidente Fernando Lugo y desconocido por el Mercosur y por Unasur, se opone tanto al ingreso de Venezuela como al de Bolivia al primer organismo. En Brasilia, en los días 6 y 7 del mes próximo, se reunirán todos los miembros del Mercosur –menos Paraguay, suspendido– y en esa ocasión podría concretarse el ingreso de Bolivia al mercado común sudamericano. La Nación subraya que con la salida de Bolivia y el posible ingreso posterior de Ecuador al Mercosur se debilitará considerablemente la Comunidad Andina de Naciones (CAN) formada hasta ahora por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. Un sector de agricultores bolivianos, informa por su parte el periódico paceño El Diario, teme perder su exportación de oleaginosas a la CAN, pero evalua las posibilidades del Mercosur, que es un mercado mayor y que, con Bolivia, abarcaría cerca de 80 por ciento de los países sudamericanos. Es notable el silencio de la prensa tanto oficialista como opositora de los otros integrantes del Mercosur: Argentina, Uruguay y Brasil, ante la decisión boliviana de integrarse.
 
Varias I: Mientras el diario boliviano Página 7 dice que una nueva crisis de la deuda amenaza a Argentina (refiriéndose a los cobros compulsivos de fondos buitres), Página 12, porteño, depreca contra esos fondos, pero no dice qué sucederá y la prensa oligárquica (Clarín, La Nación) defiende el accionar de los mismos, mientras destaca el aumento del 10 al 20 por ciento del gas y de la electricidad para mejorar el servicio. Los líderes sindicales oficialistas, dice La Nación, ante el éxito del paro del 20, adoptaron las mismas reivindicaciones. El Diario y La Razón, bolivianos, informan del encarcelamiento del ex comandante de la policía, Víctor Hugo Escóbar, y de otros tres generales, por adjudicación irregular de departamentos, y el cochabambino Los Tiempos destaca el 4º encuentro nacional del Movimiento Sin Miedo, ex aliado del gobierno, que daría un eje a la oposición social.
 
Varias II: La Prensa, de Nicaragua, publica llamado del presidente Daniel Ortega a que Colombia acate el fallo de la Corte de La Haya. El Comercio, de Quito, destaca el acuerdo entre Perú y Ecuador que pone fin a litigios por límites. La Hora, ecuatoriano, y El Espectador, colombiano, informan que el martes se exhumarán los restos de Yasser Arafat.
 
 
Fuerte advertencia: el paro general argentino del 20/11
Guillermo Almeyra
La primera huelga general proclamada durante los 60 meses de los dos gobiernos sucesivos de Cristina Fernández de Kirchner tuvo un importante éxito en las principales ciudades del país. La CGT, dirigida por el camionero y ex vicepresidente del Partido Justicialista (peronista), Hugo Moyano; la CGT Azul y Blanca, liderada por el peronista de derecha, Luis Barrionuevo; la CTA opositora, de Pablo Micheli, y la Federación Agraria Argentina, que agrupa principalmente a arrendatarios y pequeños patrones rurales, con el apoyo de organizaciones sociales y partidos de izquierda llamaron a parar para obtener fundamentalmente la supresión del absurdo impuesto a las ganancias sobre los salarios obreros, para generalizar las subvenciones familiares, por un importante aumento del salario mínimo y por la derogación de la llamada ley antiterrorista, que permite encarcelar a huelguistas y luchadores sociales.
 
En la ciudad de Buenos Aires se suspendieron los vuelos y no funcionaron las líneas ferroviarias, salvo una, y tampoco dos de las principales líneas del Metro, pararon también los bancos y buena parte del transporte colectivo, las escuelas y el personal de los hospitales. Parecía un domingo en la ciudad y el consumo de energía industrial cayó a pico mientras Tucumán y Córdoba, al igual que otras ciudades, tuvieron manifestaciones en sus plazas centrales y los piquetes huelguísticos cerraron los puentes y acceso a la capital federal y cortaron rutas fundamentales en las provincias.
Pocos días antes decenas de miles de personas (105 mil según la policía federal, 700 mil, según el fascista gobernador de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri) habían llenado las plazas céntricas de la capital (y las de algunas ciudades de provincia) con un cacerolazo convocado mediante las redes sociales (y fomentado por la prensa opositora de derecha) exigiendo, sobre todo, la libre venta de dólares y protestando contra el autoritarismo y la soberbia de la presidenta.

Fernández, por consiguiente, ve agregarse ahora a una presión conservadora que, sin embargo, refleja algunas preocupaciones legítimas de vastos sectores de las clases medias que la habían votado, una legítima e importante presión por la izquierda, pues vastos sectores obreros se diferenciaron ahora claramente, con su acción organizada y con sus reivindicaciones sociales, de una polvareda social clasemediera que empieza a funcionar como la infantería de una oposición de derecha que por ahora no tiene programa único ni dirigente creíble y posible.

El gobierno kirchnerista, formado socialmente por esos sectores de clase media que dice despreciar, pero con los cuales tiene fuertes lazos, ha proclamado la teoría de la unidad nacional y, con su teórico Ernesto Laclau, la de la desaparición de las clases. Ahora un sector de la clase obrera, dirigido por un camionero, atropella precisamente como un camión a ese equipo desconcertado. El cual sólo atina a condenar las huelgas hablando de extorsión o, como la misma Cristina, de matoneo y chantaje a los que quieren trabajar, o a decir que no hubo huelga general y que todo fue un maniobra de un grupito de dirigentes sindicales deseosos de tener el apoyo del grupo mediático conservador La Nación-Clarín.
 
No hay piquetes que puedan parar grandes ciudades si los trabajadores quieren ir al trabajo y no simpatizan con la huelga. Quienes no fueron a trabajar cobraron el día justificando su ausencia por los piquetes y la falta de transporte, pero como los mismos charros oficialistas que se opusieron al paro, levantan las reivindicaciones de los huelguistas.
 
En el paro del 20 se mezcla una lucha interna en el peronismo entre el sector kirchnerista y sectores más conservadores del aparato del partido, con los cuales coquetean Moyano y Barrionuevo, una lucha intercapitalista (entre los distribucionistas-asistencialistas y promotores del mercado interno que siguen a la presidenta y los partidarios de devaluar el peso y de reducir los impuestos agrarios que, para el caso, se aliaron con los sindicatos huelguistas) y una lucha intersindical (entre la CGT de los Gordos, agentes de todos los gobiernos, reconocida oficialmente por el Ministerio de Trabajo unida a su palera, la CTA Yasky, y la CTA Micheli, la CGT Moyano, la CGT Azul y Blanca). Los obreros y trabajadores que pararon y los grupos de izquierda que se movilizaron por el paro, en parte se aliaron momentáneamente con los burócratas sindicales que lo convocaron, en parte trataron de desbordarlos, en parte tomaron el paro como ocasión para ganar las calles por la izquierda contra el gobierno aprovechando también para organizarse y reforzarse.
 
Deformadamente, y con dirigentes nada populares entre los trabajadores, éstos ganaron las calles en la primera huelga general en los dos gobiernos de Cristina Fernández . La lucha de clases que Laclau y la presidenta niegan está ahí para quedarse a pocos meses de las elecciones parlamentarias de 2013, y 54 por ciento de los votos (cifra de la que se jacta siempre Cristina) se descompone rápidamente y polariza según los intereses contrapuestos de quienes la votaron.
 
Este paro alentará otras huelgas generales, sobre todo si el gobierno sigue siendo incapaz de modificar su soberbia, su falta de reflejos políticos y su ceguera intelectual. Además, ante la dificultad de un tercer mandato de Cristina Fernández, la presidenta está comenzando a tener que lidiar con un tercer frente- el de los alcaldes y gobernadores peronistas ultraconservadores, incluso del Opus Dei, que empiezan a juntarse detrás de la posible candidatura del ex vicepresidente de Néstor Kirchner y actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista conservador Scioli. Los próximos meses serán movidos.

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