Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 28 de noviembre de 2012

BAJO LA LUPA- Palestina: herida abierta en el corazón de los pueblos- GAZA

Bajo la Lupa
Argentina en la mira de Goldman Sachs: la batalla de las consonantes altisonantes
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Residentes asisten a un concierto gratuito de la agrupación musical Calle 13, como parte del cierre de festejos del 130 aniversario de La Plata, localidad ubicada a 56 kilómetros al sureste de Buenos Aires, el 19 de noviembre
Foto Xinhua
 
 
 
Empezó la guerra financiera de las plazas Wall Street/La City contra Argentina (ver Bajo la Lupa, 25/11/12).
 
Un tribunal de distrito de Nueva York otorgó sentencia favorable a Elliott Management Corporation/NML Capital, firma especulativa de fondos de cobertura de riesgos (hedge funds) especializada en los execrables fondos buitres (vulture funds).
 
La aterradora sentencia reactivó toda la deuda de 2001 de Argentina bajo la espada de Damocles de sanciones deletéreas el 15 de diciembre (Financial Times, 9, 12 y 23/11/12).
 
El gobierno argentino rehúsa pagar el chantaje judicial de los tenedores de fondos buitre y está dispuesto hasta a caer en incumplimiento de pagos, que a mediados de diciembre puede agudizar la grave crisis financiera global atrapada entre el Escila del despeñadero fiscal de Estados Unidos y el Caribdis del naufragio de la eurozona.
 
La amenaza de Bloomberg Businessweek (4/10/12) es prístina: Argentina recibió un recordatorio (nota: la leonina sentencia judicial) de las consecuencias de negar el pago a sus acreedores, que va más allá del bono de mercados.
 
¿Se desató una querella entre los jueces sectarios de Nueva York y Buenos Aires?
 
Adrián Elcuj Miranda, juez de Buenos Aires, “ordenó el embargo de los activos de Chevron (¡súper sic!), petrolera de Estados Unidos, en Argentina, para obligarla a pagar 19 mil millones de dólares de castigo por contaminación del Amazonas en Ecuador (Financial Times, 9 y 13/11/12). Los querellantes buscan acciones legales similares en Brasil, Canadá y Colombia. Pareciera una represalia por la asombrosa sentencia del juez neoyorquino Griesa.
 
¿Se desencadenó un efecto dominó de sentencias y embargos antagónicos entre el Atlántico norte (Nueva York) y el Atlántico sur (Buenos Aires)?
 
Lo que es común en la plaza judicial de Nueva York, donde siempre salen vapuleados los extranjeros, resulta notable en Buenos Aires, donde por primera vez sus jueces se atreven a embargar los activos de una petrolera de Estados Unidos. Tal es la verdadera noticia de parte de Argentina, que apuesta su devenir en el incipiente orden multipolar y, quizá, su mediata inserción a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
 
Se ha desatado en Argentina una folclórica lucha de letras consonantes altisonantes: el 7D contra el 8N.
 
7D es alusivo a la fecha límite para que el oligopolio del periódico Clarín (el mayor medio) se desprenda de sus activos conforme a una controvertida ley antimonopolio que los opositores dicen es parte de la estrategia del gobierno para controlar la prensa.
 
En paralelo, 8N simboliza las protestas masivas en contra de lo que llaman la dictadura K, consonante del apellido Kirchner.
 
Existe otra letra K en juego: la de Ricardo Kirschbaum, director de Clarín, quien replica que la ley antimonopolio es motivada políticamente. Por su parte, el gobierno K acusa a Clarín de desinformar. ¡Uf!
 
La lucha es intensa y el gobierno K disminuyó a 16 años la edad para votar, lo que, a juicio de The Daily Telegraph (10/11/12), puede ayudar a la viuda Kirchner, quien es muy popular entre los jóvenes (¡supersic!), para conseguir las 2/3 partes de la mayoría del Congreso con el fin de reformar la Constitución.
 
El gobierno K acusa que las protestas masivas son financiadas por la extrema derecha y The Daily Telegraph reconoce que Cristina Fernández encabeza un régimen popular, pero se ha alienado a un amplio sector de la clase media debido a su discurso agresivo, su economía política proteccionista (sic), la limitación a las importaciones y la imposición de controles para la compra de divisas foráneas, lo que dificulta los viajes al extranjero.
 
El geopolitólogo Tony Cartalucci (Land Destroyer, 9/11/12) aduce que las protestas, al unísono de la crítica occidental (sic) por la nacionalización y su rechazo a las reglas (sic) de las finanzas globales, presagian una revolución de color (nota: como se conoce a las revoluciones auspiciadas por el megaespeculador George Soros en Europa oriental).
 
A su juicio, la BBC de Londres –por cierto, sumergida en tremendo escándalo por desinformación– repite los mismos lemas reciclados de la primavera árabe: clama una de las mayores protestas contra el gobierno en una década.
 
Sería absurdo perorar que algún país del planeta se encuentra inmune ante la grave crisis global.
 
Según Tony Cartalucci, detrás de la embestida multimediática anglosajona en contra del gobierno de Cristina Fernández se encuentra el FMI, y las amenazas de sanciones enfocadas a Argentina para impedir su salida del patrón del dólar y del orden financiero internacional dominado por Wall Street/Londres.
 
Juzga que la campaña coordinada contra Cristina Fernández se parece a la emprendida contra Chávez antes y durante su relección.
 
Cita un editorial del Chicago Tribune (9/11/12): Las políticas económicas populistas (sic) de Argentina cortejan el desastre y exorciza a Cristina Fernández, quien ha llevado a su país al borde del desastre al rechazar jugar con las reglas (sic) de las finanzas globales, al restringir el comercio internacional, violar contratos y bombear datos alegres para encubrir la hiperinflación (¡supersic!). El editorial no perdona su grave medida cuando nacionalizó YPF, su principal empresa de energía, que resultó en la expulsión de la española Repsol.
 
Chicago Tribune despotrica contra el golpe financiero (¡supersic!) en contra de Repsol y comenta que Cristina Fernández pudo mantener a flote su economía al nacionalizar los fondos de pensiones privados (sic), redireccionando el dinero a préstamos de vivienda, y al expandir los programas de bienestar social por decreto”, por lo que Argentina debe ahora pagar el precio. ¡Uf!
 
Sólo falta que las plazas financieristas de Wall Street/LaCity manden asesinar a Cristina Fernández.
 
Viene a la memoria el libro clásico de John Perkins Confesiones de un sicario económico y sus amenazas persuasivas a los mandatarios de Latinoamérica que no obedecen las reglas del juego de la desregulada globalización neoliberal.
 
Tony Cartalucci augura un escenario tétrico para Argentina: ataques coordinados que incluyan sanciones, aislamiento, ataques políticos, arremetidas a la divisa y desestabilización en las calles con ingeniería (sic) de Estados Unidos, con sus notorios pistoleros de misterio, que son usados en una guerra no convencional para desestabilizar, dividir y destruir los países. ¡Uf!
Cartalucci exhibe en otro artículo (theintelhub, 12/11/12) que detrás de las protestas del 8N se encuentra el tan vilipendiado banco estadunidense de inversiones Goldman Sachs, que resulta ser el principal accionista del Grupo Clarín.
 
Juzga que Goldman Sachs forma parte de un “extenso cártel de intereses financieros trasnacionales” vinculados a los think-tanks Brookings Institution, Council of Foreign Relations, The American Enterprise Institute y The International Crisis Group, éste apadrinado por George Soros.
 
A mi juicio, lo que advenga en Argentina tendrá repercusiones a lo largo de la frontera común de mil 261 kilómetros con Brasil y su complementariedad geoeconómica que pone en jaque a Mercosur, Unasur y al proyecto del sucre: la divisa común sudamericana.
¿Resistirá, o volverá a llorar Argentina?
 
Palestina: herida abierta en el corazón de los pueblos
José Steinsleger
Tópico insostenible: la problemática derivada del terrorismo sionista en Palestina, es compleja. Tópico evidente: la problemática derivada de la resistencia palestina contra la ocupación sionista, es simple.
 
El primer tópico se propone acabar, indignamente, con la llamada cuestión palestina. El segundo lucha, dignamente, contra la doctrina fascista que usurpa los valores y principios de la cultura judía: el sionismo.

Por eso hoy nos encontramos acá, para recordar la fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas (AG-ONU) aprobó la partición de Palestina (resolución 181-II, 1947), y el pedido de 30 años después, cuando la AG dispuso observar el Día Internacional de Solidaridad con el pueblo palestino (resolución 32/40 B, 1977).

¿Qué justifica la solidaridad con Palestina? En homenaje al tiempo y a un pueblo harto de palabras, sólo cabe trazar con grandes líneas el martirio, sufrimiento y limpieza étnica que los gobernantes de Tel Aviv causaron y continúan causando al pueblo palestino.

Con base en las investigaciones de Ilan Pappé (historiador judío-israelí) y documentos registrados de la Cruz Roja Internacional y la ONU, pasaremos revista a lo acontecido en los territorios ocupados durante 65 años, fuera de las 10 masacres perpetradas por los sionistas durante el tramo final años del mandato británico en Palestina (1936-47), la explosión de un coche bomba en Jaifa (1938) y la voladura del hotel King David de Jerusalén (1946).

Luego de los ablandes que le fueron dando forma a la furia homicida de los futuros héroes del Ejército israelí, Naciones Unidas se pronunció en favor de la partición de Palestina. Y a partir de allí, en cámara lenta, empezó el primer genocidio televisado de la humanidad, con los ríos de sangre de niños, mujeres, ancianos, mártires y héroes del pueblo palestino.

1947. Doce masacres en villas, aldeas y ciudades, asesinato de todos los integrantes de la importante familia Raschid Abilaban (Jaifa, julio) y bombardeo sobre civiles en Jerusalén (diciembre).

1948. Diecinueve masacres en villas, aldeas y ciudades; bombardeo del hotel Semiramis en Jerusalén (enero), destrucción de dos edificios gubernamentales en Jafa y uno más en Jaifa (enero/febrero), y asesinato del conde francés Folke Bernardotte, mediador de la ONU para el conflicto.
1951. Masacre en la Villa de Sharafat (febrero).
1953. Masacre en la Villa Qubiya (octubre).
1956. Seis masacres en villas, aldeas y ciudades.
1966. Masacre en Al Sammout (noviembre).
1970. Masacre en la fábrica de Abuzáabal y la escuela de Bahr Al Bakar, Egipto (abril).
1975. Masacres en Altharoun (Líbano) y Kawnin (octubre).
1976. Masacres en la Villa de Hanin y Bint Jbeil (octubre).
1978. Masacre en Abbasieh (marzo).
1981. Masacres en las áreas residenciales de Saida y Fakhani, y una más en Beirut, Líbano (abril/julio).
1982. Masacres en los campos de refugiados de Sabra y Chatila (junio, Líbano), y una más en en Jibsheet (marzo).
1984. Masacre en la mezquita de Sohmor (septiembre).
1985. Seis masacres en villas y aldeas (marzo/abril).
1986. Dos masacres en villas, aldeas y campos de refugiados (agosto/diciembre).
1987. Masacre en el campo de refugiados de Ain Al-Hillwee (diciembre).
1990. Dos masacres en villas y aldeas (mayo/julio), y dos más en las mezquitas de Al Aqsa (octubre), y en la de Ibrahim (Hebrón, diciembre).
1994. Cinco masacres en villas y aldeas (febrero/agosto), y atentado a un autobús escolar en Nabatiyeh (marzo).
1996. Cinco masacres en villas, aldeas y la ciudad de Jerusalén, y masacre en el refugio de la ONU al sur del Líbano, donde soldados de Fiji y 160 civiles eran protegidos por la ONU y fueron fusilados (abril/septiembre).
1998. Dos masacres en aldeas y villas (marzo/diciembre).
1999. Masacre en Beirut (junio) y en Bekaa (Cisjordania, diciembre).
2002. Masacre en el campo de refugiados de Jenin (abril).
2006. Masacre en Khana (Líbano, junio).
2008. Masacre en Gaza (misión Plomo Fundido, diciembre).
2012. Masacre en Gaza (misión Pilar Defensivo, noviembre).
Las incesantes ordalías de sangre y terrorismo contra los palestinos fueron ejecutadas por los fundadores y primeros ministros de la entidad neocolonial creada en 1948: David Ben Gurion, Moshe Sharett, Levi Eskhol, Yigal Alon, Golda Meir, Isaac Shamir, Isaac Rabin, Shimon Peres, Menahem Beguin.
 
Hasta ahí, los guerreros históricos del sionismo, siendo el actual presidente Peres el único que los sobrevive. Y a partir de 1996, personajes aún más fundamentalistas y corruptos se apoderaron del Estado neocolonial: Benjamin Netanyahu, Ehud Barak, Ariel Sharon, Ehud Olmert, incluyendo recién llegados, como el nazisionista Avigdor Lieberman, quien antes de emigrar a Israel, trabajaba de matón en una discoteca de Moldavia (1979).
 
En consecuencia, se entiende por qué a los políticos de Tel Aviv (apoyados en estos días por 84 por ciento de la sociedad israelí) se hallan poco y nada interesados en la creación de un Estado palestino libre y soberano que, para empezar, los haría desfilar frente a la justicia por crímenes que Abraham, su Dios, no se atrevería a perdonar.
 
 
Gaza
Eduardo Galeano
Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.
 
Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
 
El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
 
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
 
Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
 
La llamada comunidad internacional, ¿existe?
 
¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
 
Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
 
Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
 
La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.
 

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