Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 5 de noviembre de 2011

Papandreu, dispuesto a dimitir Y CALDE-RON CUANDO?- G-20: la bolsa o la vida

Papandreu, dispuesto a dimitir


Atenas. Tras superar la moción de confianza parlamentaria, el primer ministro griego, Giorgos Papandreu (al centro), solicitó al presidente del país, Carolos Papulias, iniciar las discusiones para formar un gobierno de transición y reiteró su disposición a ceder la jefatura de gobierno. Reuters

Grecia, en busca de un gobierno de coalición sin Papandreu

Tras superar una moción de confianza del Parlamento, el primer ministro solicitó al presidente Carolos Papulias poder iniciar discusiones para formar un gobierno de transición.
Afp
Publicado: 05/11/2011 09:25
Atenas. El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, trataba de formar este sábado un gobierno de coalición, que se anuncia difícil pese a que él parece dispuesto a ceder su cargo para intentar superar la grave crisis política y económica que sufre este país de la eurozona.
Tras haber logrado superar una moción de confianza del Parlamento griego en la madrugada de este sábado (con los votos a favor de los 153 diputados socialistas por 145 votos en contra), poniendo así fin a una semana de sicodrama en la zona euro, Papandreu solicitó a mediodía al presidente del país, Carolos Papulias, poder iniciar discusiones para formar un gobierno de transición y de consenso.
Según la televisión pública Net, Papandreu reiteró a Papulias que estaba dispuesto a ceder la jefatura de este gobierno, tal como se comprometió horas antes ante el parlamento.
"He venido para expresar mi intención de contribuir de manera determinante a la creación de un gobierno de cooperación (...) y para lograrlo habrá en breve los contactos y entrevistas necesarios", indicó Papandreu a la salida de la reunión.
La formación de este gobierno es imprescindible para que se pueda aplicar el plan europeo de ayuda a Grecia adoptado la pasada semana en Bruselas.
"La aplicación de este acuerdo es la condición para que podamos permanecer en el euro", advirtió el primer ministro, quien no precisó si ya se han fijado contactos con la oposición en vistas a la formación de un nuevo ejecutivo.
"Haré lo posible a fin de formar un gobierno de amplia cooperación", había dicho Papandreu al llegar a la residencia presidencial. "La ausencia de consenso corre el riesgo de inquietar a nuestros socios europeos sobre nuestra voluntad de permanecer en el núcleo duro del euro", advirtió.
Pese a que Papandreu se manifestó dispuesto a negociar sobre "objetivos, composición y calendario" del nuevo gobierno, la tarea se antoja difícil por la actitud intransigente de su rival conservador Antonis Samaras.
El líder de la oposición griega pidió de nuevo este sábado elecciones anticipadas, algo que rechaza el primer ministro por considerarlas "catastróficas" porque supondría un aplazamiento de al menos cuatro meses de la aplicación del plan europeo.
Según la hoja de ruta de Papandreu, el nuevo gobierno tendrá como objetivo evitar la quiebra del país y garantizar su mantenimiento en la zona euro, asegurando primero que Atenas reciba un nuevo pago del préstamo europeo acordado en mayo de 2010 y, segundo, lograr la puesta en marcha, antes de febrero, del segundo plan de rescate acordado en Bruselas a finales de octubre.
"Las máscaras han caído. Papandreu rechazó nuestra propuesta, asume así una enorme responsabilidad. Las elecciones son la única solución", replicó Samaras, líder del partido conservador Nueva Democracia.
Samaras acabó así con las esperanzas que levantó en un primer momento al mostrarse dispuesto a ratificar el plan europeo, a cambio de la salida de Papandreu y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Después de rechazar durante los dos últimos años la política de austeridad dictada por los acreedores de Grecia, Samaras lanzó esta oferta el miércoles, en el súmmum de un psicodrama político originado por el anuncio de Papandreu de convocar un referéndum sobre el plan europeo.
Este golpe de efecto sembró de pánico los mercados financieros mundiales y provocó la cólera de los acreedores del país, que amenazaron con cerrar la llave a Grecia.
"Quiero creer que aún hay margen de discusión, pero la crisis se agrava", declaró en la televisión pública Netel jefe del grupo parlamentario socialista, Chriostos Prototapas.
"Lo que quieren los griegos, un equipo liderado por un tercer hombre, que no sea ni Papandreu ni Samaras, está casi perdido, es peligroso", advirtió.
Sólo dos pequeñas formaciones de derechas, disidentes de Nueva Democracia, el partido de extrema derecha Laos de Georges Karatzaferis y la Alianza Democrática de la liberal Dora Bakoyanni, han mostrado su predisposición a negociar.
Como se esperaba, por su oposición frontal a la cura de austeridad administrada al país, los comunistas y la izquierda radical reclamaron la convocatoria de elecciones.
En un país sin cultura del consenso político, el diario liberalKathimerini se inquietaba este sábado por los "juegos políticos con fuego", al tiempo que el socialista Ta Neareclamó un "gobierno ya".
G-20: la bolsa o la vida
 
Silvia Ribeiro*
Niza. El primero de noviembre se manifestaron en Niza unas 10 mil personas, la mayoría europeos, pero también llegados de todos los otros continentes, convocados por una amplia coalición de activistas y organizaciones francesas, para protestar frente a la reunión del G-20 en Francia. Entre las consignas centrales –que resumen los temas del Foro de los Pueblos y movilizaciones de los días siguientes– se leía la vida, no la bolsa; ¡no jueguen con nuestra comida!; indignados, rebeldes, solidaridad; inequidad, austeridad ¡ya basta!, son 20, somos billones; en un elocuente resumen popular de los temas que afectan a la mayoría del planeta, mientras los gobiernos discuten como salvar los bancos.
El G-20 es un grupo auto elegido para decidir sobre los destinos financieros y económicos del planeta. Lo integran gobiernos de los países más industrializados (G-8), 11 gobiernos de economías emergentes del Sur (entre ellos China, India, Sudáfrica, Brasil, Argentina, México) y la Unión Europea como bloque. México asumirá la presidencia de este grupo a partir de 2012 y será anfitrión de su próxima reunión. Significativamente, antes de cada cumbre del G-20, las trasnacionales del planeta organizan una cumbre empresarial, que entrega sus demandas a los gobiernos reunidos. La sociedad civil, por el contrario, no puede ni acercarse a la fortaleza que en este caso formaron 12 mil policías, para aislar la ciudad de Cannes de cualquier contagio con la plebe y sus demandas.
El telón de fondo de esta reunión del G-20 es la grave crisis financiera que continúa y empeora –pese a que se le han robado al público sumas inmensas para salvar unos cuantos bancos e instituciones– y aunque no lo nombren, las crecientes protestas sociales frente a los llamados programas de austeridad que se traducen en brutales recortes a los gastos públicos y sociales, para pagar deudas y altos intereses. El punto álgido ahora es el riesgo de bancarrota de Grecia y la amenaza de quiebre de la zona euro.
Los gobiernos europeos acordaron la semana anterior apoyar el refinanciamiento de la deuda de Grecia. No por solidaridad, sino porque grandes bancos europeos y estadunidenses sufrirían un fuerte impacto por la suspensión de pagos de Grecia y se prevé además que Italia y España podrían estar en breve en una situación parecida. La receta para Grecia es un fracaso anunciado: se basa en una serie de pasos en falso, incluso dentro de su lógica (ver Dadme un palanca y hundiré el mundo, A. Nadal, La Jornada, 2/11/11), pero además presupone que la gente común aceptará pagar, nuevamente, para salvar los bancos. Parecería que los gobiernos creen que los movimientos de indignados que se manifestaron en 900 ciudades al mismo tiempo, que los Ocupa Wall Street y similares, son apenas gente que no tenía nada mejor que hacer en ese momento. Por ello, el anuncio del primer ministro griego de que habría referendo sobre las medidas para el rescate financiero –pese a ser un intento de chantaje para conseguir apoyo en el país– desató una ola de protestas de los otros gobiernos europeos que esperaban llegar con un mensaje tranquilizador a la reunión de G-20, a costa de la imposición de medidas draconianas contra el pueblo griego.
La crisis greco-europea domina en este momento la discusión. Francia y Alemania proponen medidas para controlar algo la especulación financiera y su impacto en el precio de las materias primas agrícolas. Otras propuestas, como la del gobierno de México de promover durante su presidencia en el G-20 la llamada economía verde, aumentarán ambas.
Esto sigue la línea del nuevo acuerdo verde global aclamado por Barak Obama, que afirma que se puede enfrentar al mismo tiempo la crisis financiera, climática y alimentaria, sin revisar sus causas ni cambiarlas, a través de ampliar los mercados financieros con naturaleza (mercados de carbono, servicios ambientales) y aplicando nuevas tecnologías (transgénicos, biología sintética, nanotecnología).
Esto significa, por ejemplo, aumentar programas como REDD en bosques y TEEB (economía de los ecosistemas y la biodiversidad) en biodiversidad, y que la agricultura y suelos entren al mercado de carbono. Implica una nueva ola de privatización de las funciones de la naturaleza para convertirlas en mercancías en los mercados financieros, a manos de las mismas corporaciones, gobiernos y especuladores que han causado las crisis actuales.
Con nuevas tecnologías se quiere promover transgénicos resistentes al clima, más uso de nanotecnología y biología sintética, que traerán nuevos riesgos al ambiente, la salud y las economías. En particular el uso de biología sintética para construir microorganismos que digieren celulosa –con cientos de genes artificiales, no algunos como los transgénicos– significa que trasnacionales de agronegocios, químicas, petroleras, podrán usar, por ejemplo, una cosecha de maíz para alimentos, o forraje, combustibles, farmacéuticos, plásticos o cualquier otra sustancia industrial, decidiendo el destino según le convenga el precio del momento. Esto aumentará exponencialmente la volatilidad de los precios y la especulación, usando la tecnología como plataforma para manipular la escasez y la oferta, según convenga a sus ganancias.
Aunque el G-20 y las trasnacionales siguen amenazando al mundo al grito de la bolsa o la vida, lo que pretenden es quedarse con la bolsa y con la vida. Las manifestaciones en Niza son apenas otra punta de un vasto iceberg, que se comunica por abajo con acciones y propuestas. Desde allí la consigna es clara: la vida, no la bolsa.
*Investigadora del Grupo ETC

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