El día en imágenes
Estados Unidos
entregó hoy a la Secretaría de Marina-Armada de México un avión CASA 235
Persuader y tres vehículos de inspección no invasiva, donados en el contexto de
la Iniciativa Mérida. Notimex
Golpe al crimen
México, DF. Elementos del Ejército mexicano
desarticularon redes de radiocomunicación clandestinas, que utilizaba la
delincuencia organizada para apoyar sus actividades ilícitas, en los estados de
Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí. LJ
AMLO en La Laguna
En Torreón, Andrés Manuel López Obrador convocó a
empresarios para sumar voluntades y luchar juntos contra la miseria en el país.
La Jornada / Lilia Angélica Ovalle
Huelga
Miembros de sindicatos del sector público y
privado realizaron una huelga general de 24 horas en Atenas, en protesta por las
nuevas medidas de austeridad. Notimex.
Asume cargo
En medio de protestas por la deuda pública
heredada de la administración anterior, Rubén Moreira rindió juramento como
gobernador de Coahuila. La Jornada / Alberto Puente
Londres. El
fundador de WikilLeaks, Julian Assange, durante la conferencia de prensa en la
que ofreció los detalles sobre el espionaje masivo que realizan 150
organizaciones de 25 países, de lo que libera 287 archivos. AP
Caracas. El
presidente venezolano, Hugo Chávez, y su par argentina, Cristina Kirchner,
refirmaron este jueves su afinidad política y su voluntad de luchar contra la
pobreza, durante la firma de una serie de acuerdos de cooperación en áreas como
comercio y tecnología. Reuters
Balance de un lustro
En el propio PAN se reconoce el desgaste de la figura del titular del
Ejecutivo
Calderón es el Presidente de la violencia, terco, incapaz de
brindar seguridad: investigador
El primero de diciembre de 2006 Felipe Calderón rindió
protesta como presidente en medio del escándalo. Pretendía, al contrario de
Vicente Fox, iniciar con poco margen y terminar con amplia gobernabilidadFoto José Antonio López
Claudia Herrera Beltrán
Periódico La Jornada
Jueves 1º de diciembre de 2011, p. 14
Jueves 1º de diciembre de 2011, p. 14
Artífice junto con Maximiliano Cortázar de confeccionar la imagen
presidencial, Alejandra Sota aseguraba al principio del sexenio que la figura de
Felipe Calderón era fuerte en términos mediáticos y por tanto debía concentrar
los reflectores. Concluía 2007 y en Los Pinos estaban convencidos de que la
guerra anticrimen y otras políticas permitirían, como alguna vez confió el
mandatario a reporteros, seguir el camino inverso al de Vicente Fox, iniciar con
poco margen y terminar con amplia gobernabilidad.
Esta política de comunicación dejó casi solo al Presidente en su lucha contra
la percepción pública, y hoy, al cumplir cinco años en el gobierno, en los
equipos de campaña del Partido Acción Nacional (PAN) se reconoce el desgaste de
su figura y hasta se contabiliza como factor en contra para las elecciones
presidenciales de 2012 aunado a la poca popularidad de los aspirantes del
blanquiazul.
Hace un año el mismo mandatario admitió que la comunicación –en la que ha
gastado casi 19 mil millones de pesos, según la Cuenta Pública–
no ha sido propiamente lo fuertey ofreció
enderezar el barco. Cortázar había dejado el cargo y Sota cumplía semanas como relevo. Sin embargo, este intento fue tardío y fallido, evalúan expertos en comunicación. La postura de la vocera está ausente de este análisis, porque no quiso dar entrevista a este diario y otros funcionarios cancelaron a último momento.
Hoy su
imagen es la del Presidente de la violencia, de los 50 mil muertos, de la guerra fallida, terco, incapaz de concebir una estrategia para garantizar condiciones de seguridad o la perspectiva de una victoria al ciudadano ordinario, evalúa Octavio Islas, investigador del Tecnológico de Monterrey y director del Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Digital.
El principal error, plantea, es que antes de declarar la guerra no hubo
ninguna estrategia para sensibilizar al ciudadano sobre su necesidad, y el
Ejército también se equivocó al creer que la lucha iba a ser rápida y
terminante.
El Presidente procedió como cualquier gobernante priísta autoritario que asume la sensibilidad nacional, la sintetiza y obra en consecuencia: no le preguntó a los mexicanos si estábamos de acuerdo con su estrategia, si valdría la pena pagar los costos.
Falta estrategia
Liébano Sáenz, secretario particular y una de las figuras y
operadores más poderosos de Ernesto Zedillo, cree que esta administración
inició con cuestionamientos a su legitimidad y cierto déficit de credibilidad, debido a lo cerrada que fue la elección y a las denuncias de fraude por parte de la izquierda. De alguna manera, añade, eso contribuyó a que el Presidente haya requerido refrendar su posición de manera constante, a través de una participación más intensa en las funciones de comunicación social.
Aunque
transitar por un proceso de legitimación no pasa por vestirse de militar ni por decir cuántos narcotraficantes se han atrapado cuando ha costado mucha sangre, sino de crear otro tipo de relación con la ciudadanía, considera Claudia Benassini, comunicóloga por la Universidad Iberoamericana y quien ve a Calderón como un Presidente
solo, poco asesorado o que no se dejó ayudar.
Islas y Benassini coinciden en que hubo improvisación y poco trabajo
profesional en la arquitectura de la imagen del Ejecutivo. “Se dejó a los medios
semantizarlo y de hecho, desde el inicio del operativo en Michoacán,
donde aparece ataviado con un uniforme militar que le queda muy grande, es
caricaturizado, y eso habla de un trabajo nulo en términos de imagen”, explica
el investigador. Añade: el haber dejado en manos de Cortázar y de Sota, con
escasa experiencia en la relación con la prensa, muestra que el Presidente no
midió el momento histórico y la importancia de blindar su política. Eso –acota–
sólo podían hacerlo profesionales, no los
amigospor más leales que fueran.
Sobrexposición
Otro hierro, apuntan, fue la sobrexposición presidencial en los
medios de comunicación, y aunque se intentó corregir con los nombramientos de
Alejandro Poiré y Sota como voceros de seguridad, fue a destiempo.
La centralización de la comunicación social que se tuvo desde la Presidencia colocó al Ejecutivo como receptor de todos los problemas, no tuvo figuras relevantes de apoyo que le quitaran esa presión. Esta estrategia tuvo aciertos y áreas de oportunidad, explica Liébano Sáenz, quien reconoce como virtud que prevaleció la libertad de expresión.
Otra equivocación, dice Benassini, fue centrar el discurso en la inseguridad.
El país es mucho más y sin duda hubo logros, pero están poco presentes. Además, el Ejecutivo reprochó a los medios la abundancia de noticias sobre la violencia cuando él mismo la colocó como eje de la agenda.
En círculos cercanos al Presidente argumentan que los voceros recibieron
asesoría permanente de especialistas, pero les tocó enfrentar problemas muy
difíciles como la epidemia de la influenza, la muerte de dos secretarios de
Gobernación y las crisis económicas internacionales.
La película del Royal Tour, donde el Presidente actúa como guía de
turismo de aventura, es otro ejemplo, dice Islas, de una decisión desatinada. El
error consiste en mostrar al mandatario indolente hacia las víctimas que no se
divierten en ese México en paz.
Burbuja de seguridad
A medida que transcurrió el sexenio y se extendió la lucha contra
el narcotráfico la burbuja de seguridad alrededor de Calderón se reforzó tanto
que su proximidad a la gente, incluida la prensa, se redujo. Los reporteros que
cubrían sus actividades cotidianas fueron mantenidos en cercos, distantes, en
los últimos tiempos con escasas posibilidades de formular preguntas y con poca
interlocución con Los Pinos. Dicha función se delegó a funcionarios de tercer
nivel.
Es comprensible que el tema de la seguridad personal del titular de Los Pinos
sea relevante, explica Benassini, pero parece que el criterio del Estado Mayor
Presidencial se impuso en la agenda de comunicación.
Al Presidente se le percibe como un político de corbata, lejano de la
ciudadanía, acartonado y hace un parangón con Carlos Salinas de Gortari que
debió diseñar una política de mayor cercanía con la gente al llegar también con
dudas sobre su legitimidad y acusaciones de haber cometido fraude.
Apreciado por sus dotes de orador cuando fue legislador, el presidente
Calderón tampoco tuvo mucha oportunidad de explotar esa ventaja y de hecho en
varias ocasiones se quejó de las limitaciones impuestas por su equipo, que
inclusive lo criticó por utilizar expresiones como el
fuafrente a atletas de los Juegos Panamericanos.
Sin control de daños
No hubo control de daños, refiere Islas. Algunos estudios
demuestran, según Benassini, que el peor momento de la imagen presidencial se
dio con el incendio de la guardería ABC, porque no acudió a Hermosillo a ver a
los padres de los 49 niños muertos. Después viajó a Monterrey, a Ciudad Juárez,
tuvo el diálogo con Javier Sicilia y otras víctimas de la violencia, pero antes
mostró indife- rencia y calificó a las bajas civiles de
daños colaterales.
Otro aspecto que reflejó un pobre control de daños, explica Islas, ocurrió
cuando la periodista Carmen Aristegui fue sancionada en MVS por preguntar sobre
el supuesto alcoholismo del Presidente y a los pocos días Roberto Gil Zuarth
declaró que el mandatario gozaba de
buen estado de salud.
Todo esto ha propiciado una imagen de un Presidente que desprecia a muchos medios y en consecuencia a su público, porque además sólo da entrevistas a algunos, con excesos en su forma de beber, e incidentes como la detención y liberación de Jorge Hank Rhon lo hacen quedar en ridículo como si no tuviera estrategia, explica.
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