Tanques del ejército egipcio van rumbo al Palacio de Gobierno; se rumora golpe de Estado contra Morsi
El Cairo, 3 de julio (SinEmbargo/Agencias).– El Presidente de Egipto, Mohamed Morsi, se negó a dimitir este miércoles, justo antes de que venciera el ultimátum que el Ejército dio al mandatario islamista, lo que ha provocado que las fuerzas armadas comiencen a tomar edificios públicos.
Fuentes militares han anunciado, de acuerdo con la prensa árabe, que se inició un proceso de transición de entre nueve y 12 meses en el que se redactará una nueva Constitución y se convocarán nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales.
Una columna de tanques se dirige ya rumbo al Palacio de Gobierno en El Cairo. Las fuerzas militares también se ha desplegado hacia distintos barrios de esa ciudad. Las tropas controlan ya los dos más grandes puentes que cruzan el Río Nilo.
De acuerdo con EFE, la agencia oficial Mena, que cita a otra fuente militar, aseguró que la jefatura de la Zona Militar Central de Egipto ha ordenado un fuerte despliegue en la plaza Tahrir y junto al Palacio Presidencial de Itihadiya, donde se congregan los opositores, y la plazas de Rabea al Adauiya y Al Nahda, junto a la Universidad de El Cairo, donde se hallan los islamistas.
Según esa fuente, el objetivo de los militares es “cumplir con el máximo grado de protección a los manifestantes en esta etapa crítica de la historia de Egipto”.
Autoridades del Ejército se han reunido con distintas fuerzas políticas, religiosas y juveniles del paús para abordar la crisis, y los militares insisten en que “atenderán las demandas del pueblo”.
El presidente egipcio, Mohamed Morsi, y otros dirigentes islamistas tienen prohibido salir de Egipto, expusieron las fuentes de seguridad, mientras asesores del mandatario hablan ya de un “golpe de Estado en desarrollo”.
Funcionarios aeroportuarios confirmaron a las agencias informativas que recibieron órdenes de impedir que estos dirigentes, incluyendo a Morsi, al líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, y al número dos de la cofradía, Jairat al Shater, salgan del país.
Tras el anuncio de Morsi, decenas de miles de personas estaban concentradas en la Plaza Tahrir en El Cairo para exigir la renuncia del Presidente.
El Presidente egipcio rechazó un ultimátum del Ejército el martes. Dijo que no había sido consultado y que prefería seguir su propio plan para la reconciliación nacional.
A los seis miembros de su gabinete que renunciaron el lunes se unieron dos de sus voceros, con lo cual el líder islamista quedó cada vez más aislado, sin poder hablar con Ejército o la oposición liberal, a quienes apoyan millones en las calles.
Miembros de la Hermandad Musulmana, a la que pertenece Morsi, usaron las palabras “golpe de Estado” para describir el ultimátum militar acompañado de la amenaza de los generales de imponer sus propias soluciones si no hay respuesta del gobierno.
El jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, el general Abdel Fatah el Sisi, dio el lunes 48 horas al Presidente Morsi para llegar a un acuerdo con el pueblo.
El grupo Tamarrud (rebelión), quien ha convocado muchas de las movilizaciones, pidió la dimisión del Presidente e impuso un ultimátum al dirigente hasta el martes a las 17:00 horas para que cese su mandato y convoque elecciones anticiapadas.
El movimiento aseguró tener en su poder una carta firmada por 22 millones de egipcios que apoyan el fin del gobierno de Morsi.
Las concentraciones continúan desde el lunes tras las multitudinarias protestas que se han sucedido en Egipto a lo largo del fin de semana en varias ciudades de la República Árabe, y que se han cobrado la vida a por lo menos 16 personas desde el domingo y donde otras 600 resultaron heridas.
Muchos manifestantes volvieron a acampar durante la noche en la emblemática plaza de Tahir y siguieron protestando en contra del presidente Morsi.
Gran parte de los episodios de violencia tuvieron lugar a causa del enfrentamiento entre los protestantes y los simpatizantes del presidente egipcio que también se movilizaron en diferentes ciudades.
El Departamento de Estado norteamericano confirmó la muerte de un universitario estadounidense de 21 años, Andrew Pochter, mientras fotografiaba violentos choques entre simpatizantes islamistas y detractores del presidente Morsi, que el domingo cumple su primer año en el poder.
Obama dijo que estaba en contacto directo con el gobierno egipcio para garantizar la seguridad del personal estadounidense, su embajada y consulados en ese país pero su gobierno ha autorizado que sus empleados salgan del país y ha pedido a los ciudadanos estadounidenses que aplacen sus viajes a Egipto.
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