El país está…podrido
TeleSUR
entrevista a Javier Sicilia
Más
de 40 mil muertos en los últimos 4 años, más de diez mil desaparecidos y un
aumento de un 50 por ciento de los jóvenes que consumen droga en México es la
cifra ofrecida por la corresponsal de teleSUR en el país norteamericano Aissa
García, información con la que aborda la entrevista con el poeta Javier Sicilia
quien encabeza al Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y
Dignidad.
Javier Sicilia en entrevista exclusiva con teleSUR habla del surgimiento de este Movimiento que nace luego de la muerte de su hijo, aborda los seis puntos del Pacto Nacional a firmarse el venidero 10 de junio y expone las exigencia al Gobierno que encabeza Felipe Calderón bajo la consigna de la necesidad de refundar un país que argumenta "está podrido".
AG: Hola que tal, tenemos la oportunidad de conversar con el poeta Javier Sicilia quien ha sido la cabeza principal del Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, ha convocado a una marcha nacional que recorrió durante varios días importantes ciudades de este país, una marcha que sólo en el Distrito Federal convocó a más de 250 mil personas y una marcha que fue multiplicada en otras ciudades dentro y fuera del país.
Muchas gracias poeta Javier Sicilia por esta entrevista para teleSUR.
Nos gustaría conocer qué lo llevó a formar este movimiento que es una realidad importante hoy por hoy, que se convirtió el domingo 8 de mayo en un verdadero coro de agravios contra la violencia y contra lo que está pasando en este país. Qué lectura puede dar de esta marcha que hubo y que ha llamado tanto la atención.
JC: Bueno en realidad yo no hice este movimiento, surgió. Surgió a raíz de la muerte de mi hijo que fue asesinado por estos vínculos podridos que hay en este país de ciertos policías y narcotraficantes.
Cuando sucedió esto yo estaba en Filipinas dando un tour de poesía y tardé cerca de un día y medio en llegar. Yo les decía que me esperaran porque no quería encontrarme con las cenizas de mi hijo sino que quería velarlo, pero bueno los jóvenes, los muchachos, porque a mi hijo lo querían mucho y también a mí. A los universitarios les indignó muchísimo este crimen y ellos mismos ya habían protestado, marchado, pusieron los altares que siempre estuvieron, hicieron también maratones de poseía. Cuando yo llegué tenía ya dos o tres días de gestar una especie de movilización.
Yo además de ser poeta he tenido una participación en la vida pública como analista político, también he participado en movilizaciones y movimientos y un poeta debe encarnarse también en la vida ciudadana porque habla del corazón del hombre.
Pues simplemente convoqué a la primera marcha y escribí un artículo que publicó Proceso, mi revista, que se llamaba: Estamos hasta la madre Carta a los políticos y a los delincuentes y ahí surge la primera marcha, la primera movilización.
Luego con el tiempo surge la segunda marcha que termina articulándose en un movimiento que pretende decir lo que descubrimos a partir de la muerte de mi hijo, lo que descubre la sociedad y es que el país está podrido.
Si el crimen está como está es porque las instituciones están podridas y en medio de una guerra con instituciones como las que están los que estamos poniendo los muertos somos nosotros.
AG: Ud. ha dicho que el país está en emergencia nacional y también ha cuestionado la política, la forma en que el Gobierno enfrenta al crimen organizado qué puede ampliarnos sobre esto.
JC: La guerra que hizo el Presidente de la República es como he insistido una guerra mal planteada, mal dirigida, mal llevada. Sí, había el problema de la criminalidad pero teníamos un problema muy añejo que es el pudrimiento de las instituciones de las que he hablado, que no es responsabilidad de Calderón eso pertenece al pasado.
Yo siempre he dicho que es a partir de la fundación del PRI que se construye un Estado mafioso que termina por fracturarse con la transición democrática que lleva a un Presidente del partido de la derecha con un consenso popular enorme y un Presidente que no hace las reformas y no sanea al Estado, sino que trata de administrar esas mafias donde el crimen empieza a florecer. Porque también las relaciones mafiosas entre el Gobierno y la delincuencia empezaron a fracturarse. Llega Felipe Calderón con muy escaso margen y con un sentimiento entre una parte de la nación de legitimidad e inventa una guerra y no se da cuenta de que la problemática empezaba en el Estado y la consecuencia de eso es que se ha visto el pudrimiento del Estado, porque el Estado no está cumpliendo con su labor fundamental que es cuidar a la ciudanía.
Se crea esta guerra y en este pudrimiento del Estado, el crimen florece y hay una tremenda impunidad. Es un problema sumamente grave el que vive la Nación
AG: Definitivamente un problema muy grave, Ud. acaba de mencionar al presidente Felipe Calderón. Ud. se reunió con él después de lo que sucedió lamentablemente el 25 de marzo. Espera volver a reunirse con él, porque usted ha hablado de un diálogo pero un diálogo en formato de foro y en el Palacio Nacional
JC:Sí, el Presidente a lo largo de la marcha tuvo varias posiciones desde el enojo, y sólo hay una manera de combatir el crimen que es la mía tenemos la Ley y la Fuerzas. Quizás la Ley sí pero la fuerza no, porque parece que vamos destruyendo al país, después fue cambiando el tono hasta que terminó en un tono de invitación a un diálogo y nosotros lo aceptamos pero el formato que pedimos siempre fue un formato muy claro. Hemos insistido en que ya basta de opacidades, que todo lo que haga el Gobierno porque es una democracia participativa, tiene que ser de cara a la Nación.
Lo único que le pedimos en este formato es que sea público, segundo que estén las víctimas, no todas pero una parte representativa de las víctimas, que esté una parte representativa de los movimientos y de la sociedad civil y que sea en Palacio Nacional porque la tendencia del Presidente es hacerlo siempre en su casa, en Los Pinos. Nosotros queremos que sea en Palacio Nacional, porque es absolutamente simbólico y es el lugar donde se encuentran los poderes.
Estamos a la espera de la respuesta, si aceptan el formato vendrán ahora precisiones que harán algunas gentes del Movimiento, se reunirán yo creo que para precisar este formato y entraremos a un nuevo diálogo, yo ya no soy solo ya no puedo hablar solo con el Presiente esto ya se convirtió de una movilización en un movimiento.
AG: Ud. en el Zócalo capitalino frente a más de 250 mil personas y muchos miles otros que le escuchaban en el país anunció el Pacto Nacional de seis puntos, qué va a pasar con este Pacto se va a quedar ahí nada más? Se habla de una firma en Ciudad Juárez el 10 de junio hablemos un poco de este tema.
JC: En ese pacto creemos se consultaron a muchos ciudadanos, han sido agendas que se han trabajado en grupos sociales, en redes sociales, implica creemos porque toca la democracia, toca la seguridad y toca los medios de comunicación, el suelo que necesitamos para rearticular a las instituciones y sanear un poco a las instituciones.
El problema es muy complejo pero creemos que este mínimo suelo donde la ciudadanía entre a cuestionar y fiscalizar y que tenga instrumentos para castigar a sus políticos puede ser un principio para rearticular el país y tenemos que visibilizar a las víctimas, ya las víctimas se empezaron a visibilizar, salieron del miedo de su temor tenemos una deuda con esas víctimas.
Nosotros tenemos la intención de hacer un muro del holocausto, vamos a abrir un fideicomiso, a ponerle nombre y apellido. Saber que eso está ocurriendo en este país y que el Gobierno tiene que resarcir a muchas de estas familias porque ha habido una criminalización, un momento en que las han desaparecido como seres humanos para meterlas en concepto de cifras, y de bajas colaterales y de gente que no merecía vivir. Para que no nos vuelva a suceder esto en el caso de la democracia necesitamos instrumentos en la reforma política, necesitamos instrumentos ciudadanos para poder fiscalizar y castigar, como el voto blanco, la revocación de mandatos, el plebiscito, que se quite el fuero, entonces en esa línea va un poco el pacto que para nosotros es fundamental.
AG: Ahora antes de pasar al tema de la Ley de Seguridad Nacional, me gustaría que nos platicara de por qué se va a firmar el Pacto Nacional del que Ud. nos hablaba justo en Ciudad Juárez el 10 de junio
Primero porque las instituciones están podridas y es un símbolo de que ya las instituciones no pueden albergar. Porque hay que refundar el país y en ese sentido, Ciudad Juárez es un emblema del horror y del dolor es el lugar donde más muertos ha puesto, el lugar más inseguro probablemente por lo menos a nivel público y porque es un símbolo de que si no corregimos el rumbo, no refundamos al país, el país corre el riesgo de convertirse en Ciudad Juárez entera y es un signo que ojalá se pueda leer con mucho más sentido de lo que significa. Porque el tejido de la nación está desgarrado y Ciudad Juárez es la muestra de que ese tejido está desgarrado.
AG: Poeta díganos por qué la inquietud en torno a la Ley de Seguridad Nacional y por qué la inquietud cuando Ud. llegó al Zócalo aquél 8 de mayo ante aquella inmensa multitud pidió la renuncia del Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna que además fue una propuesta bastante aclamada la gente gritaba fuera, fuera, cuéntenos por favor.
JC: Porque la Ley de Seguridad Nacional está concebida como una Ley absolutamente violenta, es decir, es casi como caminar hacia un Estado policíaco o militar y nosotros no queremos un Estado ni policíaco, ni militar creemos que la seguridad pública no significa nada más violencia, significa también rehacer el tejido de la Nación y esto implica educación, empleo, reforzar el campo, es decir, muchos elementos que están devastados en el país.
Uno de los diseñadores de la Ley de Seguridad Nacional es el Secretario de la Seguridad Pública y se le ha dado una cantidad inmensa de dinero y no tenemos un mejor país. Tenemos 40 mil muertos, no va a cambiar nada la situación porque es muy honda con la renuncia de Genaro García Luna, pero podría ser un mensaje de buena voluntad del Presidente para saber que está dispuesto a discutir en otros términos sin dejar de ver la parte que tiene que ver con el Ejército y la policía, pero ampliarla y repensarla en no seguir en esta lógica de la violencia del Estado. En un Estado tan podrido como el nuestro que sólo está alimentando la violencia de los criminales y que en el centro pues estamos los ciudadanos cada vez más dañados, con más muertos y con más dolor. En este sentido, están unidas las dos pero no es un condicionante.
A mucha gente le sorprendió y a mí mismo me sorprendió, yo no pensaba decirlo, algunos miembros del Movimiento no comparten esta posición de solicitud de la renuncia del secretario pero en mi caso y en el caso de algunos cuando me sorprendió fue porque atrás se estaban oyendo unos casos de vínculos entre la policía y el narcotráfico.
En el caso de mi hijo también hay esos elementos, por desgracia se tomó esa aparte que como dije es la hoja, pero como dije lo importante no es la renuncia de Genaro Luna lo importante es el pacto, lo importante es tener conciencia de que tenemos que rehacer el país.
AG: Hablando de rehacer el país, desde que Ud. hizo esa convocatoria en el Zócalo capitalino la convocatoria al pacto nacional, han surgido en algunos medios algunas críticas a lo que Ud. ha planteado. Algunos medios y algunas plumas que son afines al Gobierno han dicho que su propuesta favorece al narco porque Ud. sólo esta responsabilizando al Gobierno por la violencia que recorre al país.
JC: Es bastante tonto pensar eso y es una muestra del alzheimer social y del alzheimer periodístico. Un gran filósofo Charles Péguy decía que no hay nada más viejo que el periódico de ayer y se les olvida que la primera convocatoria, la primera movilización que se sucedió en Cuernavaca se abrió con el que Estamos hasta la madre, un artículo mío Carta abierta a los políticos y a los narcotraficantes.
Yo les decía, incluso en mi primera conferencia de prensa, les decía a ellos que ya le pararan, que volvieran a sus códigos de honor porque debe de haber códigos éticos, en las mismas mafias los había y la respuesta fue evidente. Ahora si el interlocutor no es el Estado, cuya función es dar la seguridad pues entonces simplemente borramos al Estado y hacemos una autogestión ciudadana y vemos cómo enfrentamos al crimen. Entonces el Estado ya no existe entonces que ya no nos pidan impuestos, que nos nos pidan elecciones, es una contradicción.
A quién le va uno a decir, quién es el interlocutor el Estado o los narcotraficantes.
Los narcotraficantes ya nos respondieron, que nos responda el Estado cuya función es la seguridad del país cuyas instituciones no están funcionando entonces que nos digan qué lógica tiene y cómo se mueven en un alzhaimer social. Estos opinadores porque no son analistas, que trae mala leche parecen que hablan de ellos y no de mí
AG: Hablando de responsabilidades se dice que el Gobierno es responsable de esta violencia pero también es una responsabilidad compartida con Estados Unidos porque es Estados Unidos, no hace los controles para que las armas que matan aquí a los mexicanos no lleguen a México
JC:Sí el problema es grave, los Estados Unidos que buscan sus intereses globales nos imponen unilateralmente posiciones. Es curioso es el país que más consume drogas y que además tiende a legalizar algo mucho más peligroso que las drogas que son las armas que son contundentes y expansivas y lo estamos viendo.
Esas armas llegan al país y arman a los delincuentes y nosotros tenemos una guerra y ellos también tienen capos, muchos de los capos que operan aquí están allá y ellos no tienen una guerra. Yo creo que el gran problema es que precisamente se tiene que pensar en que la droga no es un problema de seguridad nacional es un problema de salud pública como el alcohol.
Si empezamos a mirarlo así y metemos a los narcotraficantes en las leyes férreas del mercado entonces vamos a despresurizar de alguna manera el problema y se puede empezar a atacar la delincuencia organizada en sus rubros verdaderamente delincuenciales como es el tráfico de personas, la prostitución infantil, como son muchas cosas en las que se ha diversificado el crimen organizado pero la droga deberíamos sacarla de ahí.
Y los grupos norteamericanos conscientes deberían también exigirle a su Gobierno que cambie su política frente al problema de las drogas y que cambie su política frente a México en el tema de armamento. Cómo van a controlar esas armas que entran a México.
De hecho en esta caravana que estamos tratando de hacer para ir rumbo a Ciudad Juárez estamos pidiéndole a los mexicanos que tuvieron que huir de Ciudad Juárez pero, también a las organizaciones civiles norteamericanas que hagan una caravana también de regreso apoyándonos, pero también con demandas al gobierno norteamericano. Entonces creo que es un problema muy complejo un problema que tenemos que atenderlo. Es un problema muy complejo pero que tenemos que pensarlo desde perspectivas más sanas más republicanas más civilizadas yo hablo desde realidades espirituales y morales y esto implica que uno tiene que aceptar males menores. La droga es un mal menor y tendríamos que aceptarlo y tendríamos que legalizarlo aceptando que es un fracaso del Estado y de la sociedad que no hemos podido confluir ese tejido moral que pudiera impedir la droga.
AG: Ud. ha sido considerado por muchos como el poeta de la palabra convocante hay mucho hastío en el país no sólo de la violencia, sino también de los partidos políticos su movimiento se va a concretar en esta lucha contra la violencia en el país o va a tomar otros rumbos.
JC: No lo sé, pues es un movimiento ciudadano, empiezan a emerger los actores. Yo soy como una voz convocante, creo que a pesar de que ya no voy a escribir poesía sigo siendo un poeta. Uno no puede renegar de su ser y el poeta lo defendía Héctor Mallarmé, gran poeta francés, como la voz de la tribu y en el plano ciudadano sería la voz ciudadana.
Soy un convocante porque soy una voz poética mal que bien la poesía convoca a la comunión hace la comunión, habla de lo mejor, de lo humanos en su forma de ser en una determinada tradición o en un determinado país y yo quisiera seguir siendo eso una voz de la tribu, una voz convocante y yo quiero seguir siendo eso porque no tengo intereses políticos, tengo intereses morales y espirituales.
En ese sentido convoco el etnos de una nación que encontró en esta voz a un poeta, la forma en la que se expresa el etnos y la ética y la vida fundamental, espiritual, humana de la nación que quiere rehacer la vida política, una vida política sin ética es un infierno como lo estamos viviendo ahora
AG: Poeta, el poeta no muere, la poesía no muere pero ¿qué va a ser que no muera este movimiento que hoy por hoy tiene tanta fuerza y tanto arraigo popular?
JC: Pues depende de la ciudadanía, de la buena voluntad de la clase política, depende de que la ciudadanía entienda que la soberanía está en ella y no en la clase política que tenga instrumentos para exigir, fiscalizar y castigar a una clase política que hasta el momento sólo ha vivido para reproducir poder, intereses y no para servir a la nación pero, yo simplemente seguiré siendo, hasta donde se pueda, hasta donde la gente quiera, una voz que se señala donde hay una luz pero todos tenemos que caminar hacia allá, creo que ya no es el tiempo de los hombres providenciales creo que ya es el tiempo de los hombres que se unen para transformar algo.
Javier Sicilia en entrevista exclusiva con teleSUR habla del surgimiento de este Movimiento que nace luego de la muerte de su hijo, aborda los seis puntos del Pacto Nacional a firmarse el venidero 10 de junio y expone las exigencia al Gobierno que encabeza Felipe Calderón bajo la consigna de la necesidad de refundar un país que argumenta "está podrido".
AG: Hola que tal, tenemos la oportunidad de conversar con el poeta Javier Sicilia quien ha sido la cabeza principal del Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, ha convocado a una marcha nacional que recorrió durante varios días importantes ciudades de este país, una marcha que sólo en el Distrito Federal convocó a más de 250 mil personas y una marcha que fue multiplicada en otras ciudades dentro y fuera del país.
Muchas gracias poeta Javier Sicilia por esta entrevista para teleSUR.
Nos gustaría conocer qué lo llevó a formar este movimiento que es una realidad importante hoy por hoy, que se convirtió el domingo 8 de mayo en un verdadero coro de agravios contra la violencia y contra lo que está pasando en este país. Qué lectura puede dar de esta marcha que hubo y que ha llamado tanto la atención.
JC: Bueno en realidad yo no hice este movimiento, surgió. Surgió a raíz de la muerte de mi hijo que fue asesinado por estos vínculos podridos que hay en este país de ciertos policías y narcotraficantes.
Cuando sucedió esto yo estaba en Filipinas dando un tour de poesía y tardé cerca de un día y medio en llegar. Yo les decía que me esperaran porque no quería encontrarme con las cenizas de mi hijo sino que quería velarlo, pero bueno los jóvenes, los muchachos, porque a mi hijo lo querían mucho y también a mí. A los universitarios les indignó muchísimo este crimen y ellos mismos ya habían protestado, marchado, pusieron los altares que siempre estuvieron, hicieron también maratones de poseía. Cuando yo llegué tenía ya dos o tres días de gestar una especie de movilización.
Yo además de ser poeta he tenido una participación en la vida pública como analista político, también he participado en movilizaciones y movimientos y un poeta debe encarnarse también en la vida ciudadana porque habla del corazón del hombre.
Pues simplemente convoqué a la primera marcha y escribí un artículo que publicó Proceso, mi revista, que se llamaba: Estamos hasta la madre Carta a los políticos y a los delincuentes y ahí surge la primera marcha, la primera movilización.
Luego con el tiempo surge la segunda marcha que termina articulándose en un movimiento que pretende decir lo que descubrimos a partir de la muerte de mi hijo, lo que descubre la sociedad y es que el país está podrido.
Si el crimen está como está es porque las instituciones están podridas y en medio de una guerra con instituciones como las que están los que estamos poniendo los muertos somos nosotros.
AG: Ud. ha dicho que el país está en emergencia nacional y también ha cuestionado la política, la forma en que el Gobierno enfrenta al crimen organizado qué puede ampliarnos sobre esto.
JC: La guerra que hizo el Presidente de la República es como he insistido una guerra mal planteada, mal dirigida, mal llevada. Sí, había el problema de la criminalidad pero teníamos un problema muy añejo que es el pudrimiento de las instituciones de las que he hablado, que no es responsabilidad de Calderón eso pertenece al pasado.
Yo siempre he dicho que es a partir de la fundación del PRI que se construye un Estado mafioso que termina por fracturarse con la transición democrática que lleva a un Presidente del partido de la derecha con un consenso popular enorme y un Presidente que no hace las reformas y no sanea al Estado, sino que trata de administrar esas mafias donde el crimen empieza a florecer. Porque también las relaciones mafiosas entre el Gobierno y la delincuencia empezaron a fracturarse. Llega Felipe Calderón con muy escaso margen y con un sentimiento entre una parte de la nación de legitimidad e inventa una guerra y no se da cuenta de que la problemática empezaba en el Estado y la consecuencia de eso es que se ha visto el pudrimiento del Estado, porque el Estado no está cumpliendo con su labor fundamental que es cuidar a la ciudanía.
Se crea esta guerra y en este pudrimiento del Estado, el crimen florece y hay una tremenda impunidad. Es un problema sumamente grave el que vive la Nación
AG: Definitivamente un problema muy grave, Ud. acaba de mencionar al presidente Felipe Calderón. Ud. se reunió con él después de lo que sucedió lamentablemente el 25 de marzo. Espera volver a reunirse con él, porque usted ha hablado de un diálogo pero un diálogo en formato de foro y en el Palacio Nacional
JC:Sí, el Presidente a lo largo de la marcha tuvo varias posiciones desde el enojo, y sólo hay una manera de combatir el crimen que es la mía tenemos la Ley y la Fuerzas. Quizás la Ley sí pero la fuerza no, porque parece que vamos destruyendo al país, después fue cambiando el tono hasta que terminó en un tono de invitación a un diálogo y nosotros lo aceptamos pero el formato que pedimos siempre fue un formato muy claro. Hemos insistido en que ya basta de opacidades, que todo lo que haga el Gobierno porque es una democracia participativa, tiene que ser de cara a la Nación.
Lo único que le pedimos en este formato es que sea público, segundo que estén las víctimas, no todas pero una parte representativa de las víctimas, que esté una parte representativa de los movimientos y de la sociedad civil y que sea en Palacio Nacional porque la tendencia del Presidente es hacerlo siempre en su casa, en Los Pinos. Nosotros queremos que sea en Palacio Nacional, porque es absolutamente simbólico y es el lugar donde se encuentran los poderes.
Estamos a la espera de la respuesta, si aceptan el formato vendrán ahora precisiones que harán algunas gentes del Movimiento, se reunirán yo creo que para precisar este formato y entraremos a un nuevo diálogo, yo ya no soy solo ya no puedo hablar solo con el Presiente esto ya se convirtió de una movilización en un movimiento.
AG: Ud. en el Zócalo capitalino frente a más de 250 mil personas y muchos miles otros que le escuchaban en el país anunció el Pacto Nacional de seis puntos, qué va a pasar con este Pacto se va a quedar ahí nada más? Se habla de una firma en Ciudad Juárez el 10 de junio hablemos un poco de este tema.
JC: En ese pacto creemos se consultaron a muchos ciudadanos, han sido agendas que se han trabajado en grupos sociales, en redes sociales, implica creemos porque toca la democracia, toca la seguridad y toca los medios de comunicación, el suelo que necesitamos para rearticular a las instituciones y sanear un poco a las instituciones.
El problema es muy complejo pero creemos que este mínimo suelo donde la ciudadanía entre a cuestionar y fiscalizar y que tenga instrumentos para castigar a sus políticos puede ser un principio para rearticular el país y tenemos que visibilizar a las víctimas, ya las víctimas se empezaron a visibilizar, salieron del miedo de su temor tenemos una deuda con esas víctimas.
Nosotros tenemos la intención de hacer un muro del holocausto, vamos a abrir un fideicomiso, a ponerle nombre y apellido. Saber que eso está ocurriendo en este país y que el Gobierno tiene que resarcir a muchas de estas familias porque ha habido una criminalización, un momento en que las han desaparecido como seres humanos para meterlas en concepto de cifras, y de bajas colaterales y de gente que no merecía vivir. Para que no nos vuelva a suceder esto en el caso de la democracia necesitamos instrumentos en la reforma política, necesitamos instrumentos ciudadanos para poder fiscalizar y castigar, como el voto blanco, la revocación de mandatos, el plebiscito, que se quite el fuero, entonces en esa línea va un poco el pacto que para nosotros es fundamental.
AG: Ahora antes de pasar al tema de la Ley de Seguridad Nacional, me gustaría que nos platicara de por qué se va a firmar el Pacto Nacional del que Ud. nos hablaba justo en Ciudad Juárez el 10 de junio
Primero porque las instituciones están podridas y es un símbolo de que ya las instituciones no pueden albergar. Porque hay que refundar el país y en ese sentido, Ciudad Juárez es un emblema del horror y del dolor es el lugar donde más muertos ha puesto, el lugar más inseguro probablemente por lo menos a nivel público y porque es un símbolo de que si no corregimos el rumbo, no refundamos al país, el país corre el riesgo de convertirse en Ciudad Juárez entera y es un signo que ojalá se pueda leer con mucho más sentido de lo que significa. Porque el tejido de la nación está desgarrado y Ciudad Juárez es la muestra de que ese tejido está desgarrado.
AG: Poeta díganos por qué la inquietud en torno a la Ley de Seguridad Nacional y por qué la inquietud cuando Ud. llegó al Zócalo aquél 8 de mayo ante aquella inmensa multitud pidió la renuncia del Secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna que además fue una propuesta bastante aclamada la gente gritaba fuera, fuera, cuéntenos por favor.
JC: Porque la Ley de Seguridad Nacional está concebida como una Ley absolutamente violenta, es decir, es casi como caminar hacia un Estado policíaco o militar y nosotros no queremos un Estado ni policíaco, ni militar creemos que la seguridad pública no significa nada más violencia, significa también rehacer el tejido de la Nación y esto implica educación, empleo, reforzar el campo, es decir, muchos elementos que están devastados en el país.
Uno de los diseñadores de la Ley de Seguridad Nacional es el Secretario de la Seguridad Pública y se le ha dado una cantidad inmensa de dinero y no tenemos un mejor país. Tenemos 40 mil muertos, no va a cambiar nada la situación porque es muy honda con la renuncia de Genaro García Luna, pero podría ser un mensaje de buena voluntad del Presidente para saber que está dispuesto a discutir en otros términos sin dejar de ver la parte que tiene que ver con el Ejército y la policía, pero ampliarla y repensarla en no seguir en esta lógica de la violencia del Estado. En un Estado tan podrido como el nuestro que sólo está alimentando la violencia de los criminales y que en el centro pues estamos los ciudadanos cada vez más dañados, con más muertos y con más dolor. En este sentido, están unidas las dos pero no es un condicionante.
A mucha gente le sorprendió y a mí mismo me sorprendió, yo no pensaba decirlo, algunos miembros del Movimiento no comparten esta posición de solicitud de la renuncia del secretario pero en mi caso y en el caso de algunos cuando me sorprendió fue porque atrás se estaban oyendo unos casos de vínculos entre la policía y el narcotráfico.
En el caso de mi hijo también hay esos elementos, por desgracia se tomó esa aparte que como dije es la hoja, pero como dije lo importante no es la renuncia de Genaro Luna lo importante es el pacto, lo importante es tener conciencia de que tenemos que rehacer el país.
AG: Hablando de rehacer el país, desde que Ud. hizo esa convocatoria en el Zócalo capitalino la convocatoria al pacto nacional, han surgido en algunos medios algunas críticas a lo que Ud. ha planteado. Algunos medios y algunas plumas que son afines al Gobierno han dicho que su propuesta favorece al narco porque Ud. sólo esta responsabilizando al Gobierno por la violencia que recorre al país.
JC: Es bastante tonto pensar eso y es una muestra del alzheimer social y del alzheimer periodístico. Un gran filósofo Charles Péguy decía que no hay nada más viejo que el periódico de ayer y se les olvida que la primera convocatoria, la primera movilización que se sucedió en Cuernavaca se abrió con el que Estamos hasta la madre, un artículo mío Carta abierta a los políticos y a los narcotraficantes.
Yo les decía, incluso en mi primera conferencia de prensa, les decía a ellos que ya le pararan, que volvieran a sus códigos de honor porque debe de haber códigos éticos, en las mismas mafias los había y la respuesta fue evidente. Ahora si el interlocutor no es el Estado, cuya función es dar la seguridad pues entonces simplemente borramos al Estado y hacemos una autogestión ciudadana y vemos cómo enfrentamos al crimen. Entonces el Estado ya no existe entonces que ya no nos pidan impuestos, que nos nos pidan elecciones, es una contradicción.
A quién le va uno a decir, quién es el interlocutor el Estado o los narcotraficantes.
Los narcotraficantes ya nos respondieron, que nos responda el Estado cuya función es la seguridad del país cuyas instituciones no están funcionando entonces que nos digan qué lógica tiene y cómo se mueven en un alzhaimer social. Estos opinadores porque no son analistas, que trae mala leche parecen que hablan de ellos y no de mí
AG: Hablando de responsabilidades se dice que el Gobierno es responsable de esta violencia pero también es una responsabilidad compartida con Estados Unidos porque es Estados Unidos, no hace los controles para que las armas que matan aquí a los mexicanos no lleguen a México
JC:Sí el problema es grave, los Estados Unidos que buscan sus intereses globales nos imponen unilateralmente posiciones. Es curioso es el país que más consume drogas y que además tiende a legalizar algo mucho más peligroso que las drogas que son las armas que son contundentes y expansivas y lo estamos viendo.
Esas armas llegan al país y arman a los delincuentes y nosotros tenemos una guerra y ellos también tienen capos, muchos de los capos que operan aquí están allá y ellos no tienen una guerra. Yo creo que el gran problema es que precisamente se tiene que pensar en que la droga no es un problema de seguridad nacional es un problema de salud pública como el alcohol.
Si empezamos a mirarlo así y metemos a los narcotraficantes en las leyes férreas del mercado entonces vamos a despresurizar de alguna manera el problema y se puede empezar a atacar la delincuencia organizada en sus rubros verdaderamente delincuenciales como es el tráfico de personas, la prostitución infantil, como son muchas cosas en las que se ha diversificado el crimen organizado pero la droga deberíamos sacarla de ahí.
Y los grupos norteamericanos conscientes deberían también exigirle a su Gobierno que cambie su política frente al problema de las drogas y que cambie su política frente a México en el tema de armamento. Cómo van a controlar esas armas que entran a México.
De hecho en esta caravana que estamos tratando de hacer para ir rumbo a Ciudad Juárez estamos pidiéndole a los mexicanos que tuvieron que huir de Ciudad Juárez pero, también a las organizaciones civiles norteamericanas que hagan una caravana también de regreso apoyándonos, pero también con demandas al gobierno norteamericano. Entonces creo que es un problema muy complejo un problema que tenemos que atenderlo. Es un problema muy complejo pero que tenemos que pensarlo desde perspectivas más sanas más republicanas más civilizadas yo hablo desde realidades espirituales y morales y esto implica que uno tiene que aceptar males menores. La droga es un mal menor y tendríamos que aceptarlo y tendríamos que legalizarlo aceptando que es un fracaso del Estado y de la sociedad que no hemos podido confluir ese tejido moral que pudiera impedir la droga.
AG: Ud. ha sido considerado por muchos como el poeta de la palabra convocante hay mucho hastío en el país no sólo de la violencia, sino también de los partidos políticos su movimiento se va a concretar en esta lucha contra la violencia en el país o va a tomar otros rumbos.
JC: No lo sé, pues es un movimiento ciudadano, empiezan a emerger los actores. Yo soy como una voz convocante, creo que a pesar de que ya no voy a escribir poesía sigo siendo un poeta. Uno no puede renegar de su ser y el poeta lo defendía Héctor Mallarmé, gran poeta francés, como la voz de la tribu y en el plano ciudadano sería la voz ciudadana.
Soy un convocante porque soy una voz poética mal que bien la poesía convoca a la comunión hace la comunión, habla de lo mejor, de lo humanos en su forma de ser en una determinada tradición o en un determinado país y yo quisiera seguir siendo eso una voz de la tribu, una voz convocante y yo quiero seguir siendo eso porque no tengo intereses políticos, tengo intereses morales y espirituales.
En ese sentido convoco el etnos de una nación que encontró en esta voz a un poeta, la forma en la que se expresa el etnos y la ética y la vida fundamental, espiritual, humana de la nación que quiere rehacer la vida política, una vida política sin ética es un infierno como lo estamos viviendo ahora
AG: Poeta, el poeta no muere, la poesía no muere pero ¿qué va a ser que no muera este movimiento que hoy por hoy tiene tanta fuerza y tanto arraigo popular?
JC: Pues depende de la ciudadanía, de la buena voluntad de la clase política, depende de que la ciudadanía entienda que la soberanía está en ella y no en la clase política que tenga instrumentos para exigir, fiscalizar y castigar a una clase política que hasta el momento sólo ha vivido para reproducir poder, intereses y no para servir a la nación pero, yo simplemente seguiré siendo, hasta donde se pueda, hasta donde la gente quiera, una voz que se señala donde hay una luz pero todos tenemos que caminar hacia allá, creo que ya no es el tiempo de los hombres providenciales creo que ya es el tiempo de los hombres que se unen para transformar algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario