Detienen a secretario de
juzgado tras detectarse cuenta con más de 432 mdp
De 2003 a 2010, Esiquio
Martínez obtuvo ingresos netos, declarados ante SAT, por 5 millones 444 mil 814
pesos. El arresto, luego de que el CJF, tras una denuncia anónima, acusó ante
PGR al funcionario.
Gustavo
Castillo
Publicado: 27/05/2011 15:25
Publicado: 27/05/2011 15:25
México, DF.
La Procuraduría
General de la República (PGR) ejercitó acción penal en contra de Esiquio
Martínez Hernández, secretario de Acuerdos del juzgado noveno de distrito en
materia administrativa, y obtuvo una orden de aprehensión por el delito de
enriquecimiento ilícito.
El mandamiento
judicial fue cumplimentado de inmediato por agentes federales y fue puesto a
disposición del juzgado tercero de distrito en materia penal con sede en la
ciudad de México, a fin de que en las próximas 72 horas defina su situación
jurídica.
Ante una denuncia
anónima por enriquecimiento ilícito, el Consejo de la Judicatura acusó ante la
PGR a Martínez Hernández, tras detectarse que en el periodo 2003-2010 “obtuvo y
registró ingresos y egresos” por un monto de 432 millones 536 mil 378 pesos con
57 centavos en una sola de sus cuentas bancarias.
De acuerdo con
información del Consejo de la Judicatura Federal, Martínez Hernández recibió,
sobre todo en el segundo semestre de 2010, depósitos millonarios en efectivo
tanto en sucursales de la Ciudad de México como en instituciones en otros
estados de la República.
De 2003 a 2010
Esiquio Martínez obtuvo ingresos netos, declarados ante el SAT, después de
impuestos y otras retenciones por la cantidad de cinco millones 444 mil 814
pesos con 25 centavos.
Los consejeros de
la Judicatura Federal Daniel Cabeza de Vaca Hernández y Jorge Efraín Moreno
Collado afirmaron que este es un caso indignante y que ello no significa que los
integrantes del Poder Judicial de la Federación no son corruptos y que se trata
de un caso aislado.
Los secretarios de
juzgado, como el caso de Esiquio Martínez Hernández, son funcionarios clave en
la actuación de todo juzgado de distrito o tribunal de justicia, pues se
encargan, la mayoría de las veces, de ser quienes desahogan las diligencias
judiciales, de revisar los expedientes y hasta de proponer la sentencia que se
puede dictar en un proceso penal, administrativo y de cualquier otra materia
jurídica.
Martínez Hernández
dependía del juez Álvaro Tovilla León, quien, entre otros casos, ha dictado
sentencias relacionadas con asuntos como el predio El Encino y la Torre
Mayor
Las
rebanadas del pastel
El destape del Cordero del señor sacó ronchas a los seis enanos
restantes, a quienes el inquilino de Los Pinos –Blanca Nieves, para los
cuates– les provocó la demolición del ánimo. Eso sí, algunos se niegan a
aceptarlo, como Alonso Lujambio. Según él, el actual secretario de Hacienda no
es el candidato de Felipe Calderón, por la simple razón, dice, de que en mi
partido no tenemos esa cultura y precisamente esa es la que combatimos durante
muchos años y no vamos a caer en ella. ¿De plano no se ha dado cuenta que el PAN
lejos de combatir las prácticas tricolores las ha llevado más
allá?
México SA
Débil
perspectiva económica
Peor
que en décadas anteriores
Carlos Fernández-Vega
Aferrados a un modelo económico que año tras año deteriora el nivel
de bienestar de los mexicanos, cinco gobiernos al hilo han prometido el paraíso
y un futuro venturoso, mientras el país se hunde más según se suceden los
sexenios. La realidad ha sido inversamente proporcional al discurso, pero nadie
mueve un dedo para alcanzar el equilibrio entra una y otra. De hecho, entre la
autodenominada clase gobernante nadie parece interesado en modificar un ápice el
estado de cosas, porque todos están con los ojos puestos en el próximo periodo
electoral para renovar (así le llaman) al inquilino de Los
Pinos.
Pues bien, más les vale que se apuren con sus grillas y enjuagues,
porque la perspectiva económica y social para el país va de mal en peor. Cierto
es que esto no es novedad, pero llama la atención que la estimación de la Cepal
para el futuro inmediato de México en materia de crecimiento económico resulte
inferior, por ejemplo, a la de Nicaragua y apenas por arriba a la de Paraguay. Y
ello es posible como resultado de un modelo económico-político que se niegan a
modificar.
En uno de sus análisis periódicos sobre la realidad
latinoamericana, la Cepal concluye que para el periodo 2010-2020 México destaca
(sin ser el único), pero en sentido negativo, toda vez que disminuiría aún más
su tasa de crecimiento con respecto a las dos décadas previas, producto, entre
otros elementos, de la caída en el aporte que el empleo y la productividad total
registrarían, algo que –se supone– es mucho más delicado y atendible que las
grillas de palacio.
La perspectiva mexicana se contrapone al crecimiento potencial de
América Latina, el cual se ha incrementado sostenidamente en las últimas dos
décadas, desde tasas ligeramente superiores a 2 por ciento a inicios de los años
90 a tasas cercanas a 4 por ciento en los años recientes. México, por el
contrario, ha ido de más a menos, con ganas de empeorar. En efecto, de acuerdo
con la información oficial, la economía mexicana registró una tasa promedio
anual de crecimiento superior a 6 por ciento durante tres décadas continuas, y
de sólo 2 por ciento en los 30 años siguientes.
Para no ir más lejos, en el sexenio de López Portillo la tasa anual
promedio de crecimiento fue de 6.55 por ciento. Cambió el modelo económico, y
Miguel de la Madrid desplomó esa tasa a 0.34 por ciento; con Carlos Salinas
subió a 3.9 por ciento; con Ernesto Zedillo descendió a 3.5; con Vicente Fox se
redujo a 2.3, y con Felipe Calderón a 1.9 por ciento, en el mejor de los casos.
Felizmente está por concluir el sexenio calderonista, pero el problema se
mantiene, porque la perspectiva y el potencial económicos del país van a la
baja.
Ahora que, como parte de su campaña propagandística, los
blanquiazules presumen los grandes logros en sus poco más de 10 años en
Los Pinos, vale mencionar que la propia estadística gubernamental revela que en
esa década la dupla panista ofrece los peores resultados económicos, por limitar
la revisión a ese campo. Como aquí se ha señalado, a punto de montarse en el
Ipiranga Porfirio Díaz dejó tras de sí una década, la primera del siglo
XX, con una tasa anual promedio de crecimiento económico de 3.31 por ciento. En
la primera del siglo XXI, Fox-Calderón apenas llegaron a 1.2 por
ciento.
¿Quién modificaría ese panorama en el próximo sexenio? ¨Por la
oferta de candidatos destapados, auto destapados y con muchas ganas de que
alguien los destape, ninguno. La Cepal reporta que el crecimiento potencial de
América Latina se ha incrementado sostenidamente en las dos décadas recientes,
desde tasas ligeramente superiores a 2 por ciento a inicios de los años 90, a
tasas superiores a 4 por ciento en los últimos años, pero en el feliz balance no
aparece México, pues ha seguido la misma ruta, pero en sentido contrario: de 6
en los 70 pasó a 1.2 en la primera década del nuevo siglo.
Por lo que toca sólo al actual inquilino de Los Pinos, la situación
no es para presumirla ni en los discursos. En campaña electoral prometió un
crecimiento económico anual de 5 por ciento, y al cierre de 2010 la tasa
promedió a duras penas 0.9 por ciento. Ese es el resultado concreto en cuatro
años, que se compara rotundamente de forma negativa con lo sucedido en el primer
cuatrienio de otros gobiernos, algunos de ellos también con crisis y
devaluaciones.
Las cifras oficiales dan cuenta de los resultados económicos
(promedio anual) en el primer cuatrienio de los siguientes gobiernos: Lázaro
Cárdenas, 5.1 por ciento; Manuel Ávila Camacho, 6.8; Miguel Alemán Valdés, 5.72;
Adolfo Ruiz Cortines, 6.4: Adolfo López Mateos, 5; el genocida Gustavo Díaz
Ordaz, 6.9; Luis Echeverría (ídem), 6.4, y José López Portillo,
7.82.
Llegaron los reformadores y el balance, para igual lapso, es el
siguiente: Miguel de la Madrid, -0.24 por ciento; Carlos Salinas de Gortari,
4.26; Ernesto Zedillo, 2.65; Vicente Fox, 1.52, y Felipe Calderón, 0.9. Muchas
cifras, sí, pero dan el contexto: en los primeros cuatro años del zedillato el
crecimiento económico fue casi 40 por ciento menor al reportado por el inquilino
anterior, el de la solidaridad; en igual periodo, pero con el ideas cortas y la
lengua larga en Los Pinos, tal crecimiento resultó 43 por ciento por abajo del
registrado en tiempos del que prometió bienestar para la familia, y con Calderón
el mismo indicador resulta 50 por ciento menor al alcanzado por el pregonero del
cambio, de tal suerte que si de pronósticos se trata, el próximo gobierno podría
presumir, con grado de excelencia, un avance promedio anual de 0.37 por ciento,
y así para adelante, hasta que el estallido social nos
alcance.
Por si fuera poco, los analistas de la Cepal pronostican que en el
periodo 2010-2020 la economía mexicana disminuirá aún más su tasa de
crecimiento. Imposible, pues, mantener el modelito.
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