Casino Royale: Historias de una tragedia
Casino Royale. Memorial de la tragedia.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MONTERREY, N.L. (apro).- Después de más de un año del peor ataque contra un
establecimiento mercantil en México, los deudos del Casino Royale no hallan cómo
curar sus heridas.
El 25 de agosto de 2011, día de la masacre ocurrida en el número 205 de la
avenida San Jerónimo, en la colonia del mismo nombre, Javier Hiram Treviño
González –coordinador de agentes del Ministerio Púbico Especializado en delitos
contra la Vida e Integridad Física de las personas– y Sergio Manuel Sandate
Rodríguez, delegado del MP adscrito a la agencia número 4, levantaron en la
escena del siniestro un acta de fe e inspección cadavérica.
Los funcionarios llegaron al centro de apuestas cuando todavía las llamas
seguían encendidas. El primer parte rendido en relación con el ataque fue
proporcionado por el detective, quien informó que varias personas entraron por
la parte frontal del edificio, amenazaron con armas de fuego a personal y
clientela, rociaron gasolina y provocaron el incendio.
Cuando el humo se disipó, las historias de dolor comenzaron a surgir tras la
tragedia.
“Me dan ganas de seguirlo”
Alejandro Morales Ángeles perdió todo cuando su hijo Rubén murió en el
incendio del Casino Royale.
Originario de Querétaro, Morales Ángeles fungió como capitán de meseros
durante mucho tiempo. Su hijo, con apenas 19 años, comenzaba a trabajar en la
casa de apuestas, deseoso de convertirse en sommelier (especialista en vinos).
Era su primer día en el Royale.
El padre se encuentra literalmente despedazado. A un año de la tragedia, no
se ha recuperado por la pérdida de su hijo mayor y soporte económico de la
familia.
“Perdí dos gentes en una. Mi hijo era mi mejor amigo, porque convivimos
mucho. En Querétaro tomo apoyo psicológico, pero ya no quiero ir a las terapias.
Hablar de mi hijo me lastima y, en lugar de salir reconfortado, muchas veces he
pensado acompañarlo”.
La desgracia es absoluta para Alejandro Morales, quien a sus 59 años ya no
encuentra trabajo: este año fue diagnosticado con diabetes y ha sobrevivido a
tres infartos. Además, sufrió la perdida de varias piezas dentales y siente que
su apariencia física no es la óptima para atender a la clientela si alguien se
interesara en contratarlo.
El día de los hechos, Rubén –quien residía con su padre en el municipio de
san Nicolás– empezaba su turno a las 15:00 horas. Salió de su casa con una hora
de anticipación para llegar temprano al Casino, propiedad de Raúl Rocha
Cantú
“Las expectativas de mi niño eran ir a España para hacer carrera de sommelier. Trabajó en el Papa Bill durante un año, se salió, y uno de los gerentes le ofreció trabajo en el Royale. Un día antes le dieron un recorrido por el casino y empezó a trabajar de mesero, le pidieron toda su papelería”, recuerda.
“Las expectativas de mi niño eran ir a España para hacer carrera de sommelier. Trabajó en el Papa Bill durante un año, se salió, y uno de los gerentes le ofreció trabajo en el Royale. Un día antes le dieron un recorrido por el casino y empezó a trabajar de mesero, le pidieron toda su papelería”, recuerda.
A las 15:40 horas don Alejandro vio por televisión las noticias del incendio
en el Casino Royale. Las imágenes de televisión mostraban la entrada del sitio
en llamas. Inicialmente se reportaron cuatro fallecidos.
Preocupado, tomó un taxi y llegó al lugar de la tragedia, donde encontró el
fuego casi controlado. Nadie le dio noticias del muchacho. Sus sobrinos
emprendieron una búsqueda y encontraron el cadáver en el Hospital
Universitario.
A don Alejandro se le quiebra la voz: “Ahí estaba (Rubén) fallecido, lo
reconocí, estaba muy lacerado su cuerpo, su cara. La última vez que lo vi con
vida fue cuando salió a trabajar. Era el sostén de su mamá, de su hermano menor,
Mauricio, de 17 años”.
Lo recuerda como un estudiante saludable y alto. Un muchacho que, de acuerdo
con testimonios, tuvo la oportunidad de salvarse, pero en lugar de ello regresó
para auxiliar a los atrapados y ya dentro del lugar murió asfixiado.
“Él se puso para que salieran algunas gentes. Una señora embarazada se
comunicó al noticiero para decir que un jovencito moreno se puso de banquito
para que subiera al mezanine del Casino. Murió por aspiración de monóxido de
carbono”.
En el primer aniversario luctuoso de la tragedia, Morales Ángeles asegura que
no hay odio en su corazón contra los responsables. Y, aunque hay detenidos, cree
que no han pagado todos los responsables.
Considera que la investigación ha sido deficiente, pues los peritajes no han
arrojado luz sobre los hechos. Además, se queja de que el procurador de Justicia
de Nuevo León, Adrián de la Garza, les diga que ya han sido detenidas varias
personas, “pero el responsable principal –dice– es el dueño del casino, por no
tener condiciones de seguridad hacia sus clientes y empleados (…) Pero mi
corazón y mi mente están llenos de amor hacia mi niño, no me importa lo que
ocurra con esas gentes”.
Tras la muerte de Rubén, la vida de la familia se desmoronó. Don Alejandro
dice que por su edad ya no le dan trabajo, pese a que tiene experiencia de
muchos años en el área de meseros.
“Tengo una experiencia tremenda, fui capitán de meseros, conozco mucho de
gastronomía. Pese a ello, no hay quien me dé trabajo, por mi edad”.
Asegura que el DIF estatal le ayudó con los gastos funerarios para cremar al
muchacho y el gobierno de Nuevo León le dio un apoyo de 20 mil pesos. No
obstante, agrega, “cualquier dinero que me den no va a pagar la vida de mi hijo.
Eso es definitivo, y es lo mismo para los familiares de todas las víctimas”.
Alejandro dice que del gobierno federal le ofrecieron una vivienda, un
trabajo y una beca para Mauricio, pero hasta ahora no le han cumplido nada. Su
contacto ha sido Lilia Valdez, de Atención a Víctimas de la Procuraduría General
de la República, quien se ha comunicado con él a Querétaro.
A Rubén no lo reconocen como trabajador del Casino y por eso no hay pensión
para los deudos. Los familiares presentaron una demanda aboral, pero la
Secretaría del Trabajo alega que ya no hay a quien entregarle notificaciones,
debido a que el corporativo propietario de la empresa se desintegró.
No nacido
Irma Idalia Álvarez Fabela se identifica y, con una sonrisa triste, aclara
antes de la entrevista: “Pero ya no quiero llorar, oiga”.
En el incendio perdió a su hija Irma Sofía Vélez Álvarez, quien tenía seis
meses de embarazo y un niño: Antonio Emmanuel, que quedó bajo la custodia de
Irma Idalia.
Evocar a su hija, su sustento, le hace entrar en desesperación. Aún no puede
creer que la haya perdido en el incendio.
“Esto es muy triste porque el niño ya va para un año sin ver a su mamá. ¡Imagínese! Si con dos o tres días que no me hablaba, yo le andaba hable y hable, pues un años se me ha hecho eterno. No lo puedo asimilar, para mí son horas que no la he visto, pero ya sé que son muchos días”.
“Esto es muy triste porque el niño ya va para un año sin ver a su mamá. ¡Imagínese! Si con dos o tres días que no me hablaba, yo le andaba hable y hable, pues un años se me ha hecho eterno. No lo puedo asimilar, para mí son horas que no la he visto, pero ya sé que son muchos días”.
La mujer mantiene una esperanza que sabe imposible: que su hija regrese un
día. Sabe que no ocurrirá, porque ella verificó su muerte. Pero se consuela con
la idea.
“Le digo al niño: mira, y qué tal que un día llegara uno de mis sobrinos y me
dijera: ‘tía, te tengo una sorpresa’. Lo he pensado, que va a regresar y que me
diga que se escapó, que la raptaron. Que me lo dicen poco a poco, para no
agarrarme de sorpresa, es mi único pensar. Pero sé que no va a pasar porque ya
la vi en el sepelio. Para mí esto es todavía una pesadilla y (quiero creer) que
nada de lo que está pasando es cierto”, suspira.
Junto con Irma Sofía pereció su amiga Caro, quien ese día la invitó a jugar
al casino Royale. Era la primera vez que acudía al lugar.
Como muchos de los deudos, la adolorida madre supo de la tragedia a través de
la televisión. Cuando vio en el noticiero el inmueble siniestrado, se comunicó
con Irma Sofía y con un hijo que trabaja en el casino New York, en la colonia
Vista Hermosa, por la misma zona.
Irma Sofía no le respondió, y su hijo le aseguró que estaba a salvo,
encerrado en el casino donde trabaja, y le dijo que “los malitos”, después de
atacar al Royale, pasaron por ese centro de apuestas para ordenarle a los
trabajadores que no dejaran el lugar.
Cuando comenzó a indagar sobre el paradero de su hija y de la amiga de ésta,
supo que irían al Casino Red, ubicado a una cuadra del Royale, pero como estaba
clausurado decidieron cambiar de destino. La casualidad fue trágica.
Irma Idalia se desplazó en taxi a la casa de su hija, localizada en la
colonia Álvaro Obregón de esta capital. Ahí encontró a quien era la pareja de la
muchacha. Él salió hacia el Royale y preguntó por las dos jóvenes.
Al no encontrarlas, alguien le recomendó que acudiera a las instalaciones de
la Agencia Estatal de Investigaciones, donde se estaba concentrando la
información de los fallecidos.
Alrededor de las 21:00 horas llegó al edificio, que a esa hora estaba
atestado de personas. Siempre mantuvo la esperanza de encontrar con vida a Irma
Sofía.
Irma Idalia recuerda que en las transmisiones televisivas vio a una mujer que
era transportada en camilla y pensó que tenía el cabello como el de Irma Sofía,
pero de inmediato desechó los malos pensamientos.
A la media noche se comunicó con un sobrino y con su hijo para que acudieran
al Hospital Universitario. No la encontraron entre los lesionados. A las una de
la mañana, los muchachos le avisaron que irían al anfiteatro, ubicado en el
mismo nosocomio.
“Yo les dije que no fueran, pero ellos insistieron. Yo les dije que como
quiera no estaría ahí. Mucho rato después apareció mi sobrino en la puerta,
estaba con mi hijo, los dos agachados. Lloré y lloré. Ya la hallamos, me
dijeron. Yo les dije que si estaba hospitalizada yo la iba a cuidar”.
Irma Idalia no puede continuar porque el llanto se lo impide.
“Le dije: no puede ser. Haga de cuenta que yo no estaba pisando en algo duro,
estaba pisando agua, como nadando. Yo le decía a mi sobrino que no era cierto,
que estaba jugando conmigo, porque es muy bromista, y le dije: no andes jugando
con eso, y me dijo: ‘No, tía, está muerta’. Yo le decía que no podía ser”.
En ese momento comprendió que sí era su hija la que había visto en la
televisión.
Apenas un día antes de morir, Irma Sofía supo que su bebé era una niña.
“Se había hecho el eco y me dijo que andaba bien contenta por que ella quería
una niña, y eso es lo que venía, porque quería hacerle chonguitos. Ella tenía
como ocho perritos peludos y a todos los arreglaba. Llevaba como seis meses de
embarazo.
Junto a ella falleció otra señora embarazada, por eso decimos que son 54 los
muertos”, dice Irma Idalia, que actualmente acude a terapia psicológica y
consume antidepresivos.
El gobierno del estado le regaló un remolque para que estableciera un negocio
de tamales, y el gobierno federal le prometió un apoyo de 50 mil pesos para
arrancarlo, pero hasta ahora no ha recibido el dinero.
Supuestamente Lilia Valdez, de Atención a Víctimas de la PGR, le iba a
entregar el cheque. “No me han hablado y luego que se atravesaron las
elecciones, menos”, subraya.
Debido a la falta de dinero, considera seriamente vender el local donde vende
los tamales que prepara, pues ya va para un año y, dice, no ha podido
utilizarlo.
“Pero la verdad yo no quiero nada, quiero que me la regresen (a mi hija). Me
hace mucha falta”, suelta Irma Idalia, mientras Antonio Emmanuel mira llorar a
su abuela.
Agonía de 13 minutos
“Si uno pudo salir, todos debieron haber salidos”, concluye Edmundo Jiménez
Ramírez.
En el incendio, el abogado laboral jubilado perdió a su esposa Rosa María
Ramírez Jiménez.
Por los testimonios de sobrevivientes, don Edmundo sabe que algunos pudieron
salir por puertas a las que no era muy fácil acceder, pero no hubo forma de
conducir hacia la salvación a los clientes del Royal que quedaron a salvo.
Los empleados no sabían qué hacer, no había regulación en las instalaciones y
nadie se percató de ello. La negligencia criminal no ha sido castigada,
lamenta.
Jiménez Ramírez afirma que los exalcaldes panistas de Monterrey, Adalberto
Madero y Fernando Larrázabal, actual diputado federal, dieron permisos
irregulares para el funcionamiento del casino, pero no hubo una revisión
adecuada por parte del director de Protección Civil, Jorge Camacho Rincón.
La tarde de la tragedia, don Edmundo dejó en el lugar a su esposa para que
jugara maquinitas y se retiró con el compromiso de regresar por ella más tarde.
La encontró muerta muerta en el Hospital Civil.
A las 15:50 horas recibió una llamada de su hija, quien le notificó que había
un problema en el casino, “quizás un bombazo”.
Al llegar al sitio encontró ambulancias, patrullas, socorristas y policías.
Al llegar al sitio encontró ambulancias, patrullas, socorristas y policías.
“A los bomberos les faltaba equipo, y Protección Civil no conocía el lugar. A
los ocho minutos decían que salía gente por atrás y yo se los dije, pero me
sacaron los ministeriales, no me dejaron ayudar”.
Supo que una persona que estaba atrapada en los baños se colocó la camisa
húmeda sobre nariz y boca para respirar, y localizó una puerta. Ya afuera, esa
persona aseguró que había gente en los baños, pero los rescatistas no pudieron
entrar por falta de equipo.
La esposa de don Edmundo pereció en uno de los baños, junto con unas 30
personas que quedaron atrapadas.
“Hubo margen de maniobra ahí. Son 13 minutos en los que se marca la asfixia
de mi mujer. Eran minutos suficientes para buscar una salida de emergencia”,
subraya.
Y recuerda el caso de Samara Pérez, quien estuvo dentro del incendio siete
minutos y se salvo porque siguió a los trabajadores del casino que buscaban la
puerta de entrada de empleados. Su esposa no lo consiguió.
Casinos: Gobernación nunca pierde
Los casinos de Juan José Rojas Cardona.
Foto: Rafael del Río
Foto: Rafael del Río
El lodo que invade el mundo de los casinos cubre por igual a quienes
otorgan los permisos y a quienes los explotan, pero hay signos de que incluso su
cancelación obedece a una lógica corrupta. Un caso: Si bien la Secretaría de
Gobernación inició el proceso para revocar el de Emex, propiedad del Zar de los
casinos –vinculado a la cúpula del PAN-, presuntamente lo hizo para beneficiar
al fondo de inversión británico BlueCrest. Esto es lo que cree el empresario de
origen argentino Rubén Horacio Pryluk, a quien Emex le adeuda 299 millones de
dólares.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- A tres meses de finalizar el sexenio, el gobierno de
Felipe Calderón inició el procedimiento para cancelar el permiso de operación de
centros de apuestas a Juan José Rojas Cardona, El Zar de los casinos, quien lo
obtuvo en la administración de Vicente Fox.
El 13 de agosto el titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de
Gobernación, Carlos Armando Reynoso Nuño, envió un oficio al apoderado legal de
Entretenimiento de México, S.A. de C.V. (Emex), Arturo Rojas Cardona –hermano de
Juan José–, para enterarlo del inicio del procedimiento administrativo.
Sin embargo, esta decisión es ilegal e infundada, asegura el apoderado legal
de la empresa Cellular Networks Solutions Mexico, S. de R.L. de C.V., Rubén
Horacio Pryluk, a la que Emex adeuda 299 millones de dólares, que podría no
cobrar si se revoca el permiso.
Más aún, afirma, la Secretaría de Gobernación busca beneficiar a BlueCrest,
el fondo de inversión británico que a su vez reclama a los Rojas Cardona el pago
de 63 millones de dólares, pese a que se trata de un “crédito inexistente”, como
él lo denunció ante la Procuraduría General de la República (PGR).
En lo que es el más reciente episodio de la truculenta historia del Zar de
los casinos, vinculado a prominentes políticos y legisladores del Partido Acción
Nacional (PAN), Pryluk afirma que la Secretaría de Gobernación inició la
revocación del permiso a Emex “a petición expresa” del apoderado de BlueCrest,
Santiago García Luque.
Esto a pesar de que existe impedimento legal para proceder
administrativamente, debido a que Emex se encuentra en concurso mercantil,
promovido también por BlueCrest, y la ley protege la conservación de la empresa
y a los acreedores, como él.
Precisamente por ello presentó una denuncia penal ante la PGR contra Reynoso
Nuño –hermano del vocero del CEN del PAN– y García Luque, que se suma a otra que
formuló contra este último por falsear documentos.
Empresario de origen argentino, quien firmó con Emex un contrato para
proveerlo de tecnología –ajena a centros de apuestas, aclara–, Pryluk afirma que
la revocación del permiso lo perjudica a él, quien además, denuncia, ha sido
víctima de amenazas y de obstáculos para impedir su naturalización.
“Bluecrest Special Situations, Bluecrest Special Situation Master Fund
Limited y la Secretaría de Gobernación violan la legislación aplicable en forma
impune y en perjuicio de mi patrimonio empresarial inventando un proceso
administrativo totalmente ilegal e infundado en contra de mi deudor,
Entretenimiento de México, y de igual forma por debajo de la mesa bloquean mi
naturalización como mexicano, así como la de toda mi familia.”
En breve entrevista con el reportero, la tarde del jueves 27, Pryluk adelanta
que, “en caso de no terminar este acoso legal y personal”, presentará otra
denuncia contra Reynoso Nuño y contra los apoderados legales de BlueCrest, entre
ellos García Luque.
–¿Qué gana BlueCrest si le quitan el permiso a Emex?
–¡Por favor! ¡Se queda con el permiso, se queda con todo!
Panistas “casineros”
La revocación del permiso a Emex, que obtuvo en mayo de 2005 –cuando el
secretario de Gobernación era Santiago Creel–, representaría el derrumbe de los
hermanos Rojas Cardona, involucrados en numerosos escándalos financieros,
judiciales y políticos, sobre todo Juan José.
En agosto del año pasado, tras la muerte de 52 personas en el casino Royale
en Monterrey, Nuevo León, emergió la red de complicidades de autoridades,
políticos y operadores de casinos, entre ellos prominentes panistas.
De hecho, este semanario publicó un informe elaborado por panistas que
documenta que Gustavo Madero recibió financiamiento, “en efectivo y en especie”,
del Zar de los casinos para su campaña por la presidencia del PAN (Proceso
1860).
Los apoyos de Rojas Cardona a Madero se hicieron a través del secretario
particular de éste, Jorge Villalobos Seañez, actual vicecoordinador de la
diputación del PAN, y del que fue coordinador de campaña, Rodolfo Dorador,
también diputado federal.
De hecho, un personaje de Nuevo León, identificado como empleado de Rojas
Cardona, Paul Iván Garza Téllez, fue designado por Madero director del Registro
Nacional de Miembros (RNM) del PAN, y allegado a Margarita Arellanes, alcaldesa
electa de Monterrey, quien sustituyó a Fernando Larrazabal, también diputado
federal.
Además de estos dos personajes, el coordinador de la bancada del PAN, Luis
Alberto Villarreal, y su hermano Ricardo, también diputado, están vinculados con
los casinos, lo mismo que otro miembro de la diputación, Guillermo Anaya,
compadre de Calderón.
El tema cobró relevancia luego de que el equipo de campaña por la relección
de Barack Obama, presidente de Estados Unidos, devolvió donativos por 200 mil
dólares a Carlos y Alberto Rojas Cardona, hermanos de Juan José, quien fue
encontrado culpable de tráfico de drogas en 1994, luego violó su libertad bajo
fianza en Iowa y se instaló en México en el negocio de los casinos.
La investigación en el PAN se inició a raíz de que Madero designó a Garza
Téllez como director general del RNM –el padrón del PAN–, miembro del grupo que
en Nuevo León es conocido como “La santísima trinidad”. El informe dice:
A mediados del mes de diciembre de 2010 y después de conocerse la noticia del
nuevo director del RNM del PAN, la senadora Judith Díaz trató de hablar con el
presidente del partido, Gustavo Madero, para advertir de las relaciones públicas
y privadas de Iván Garza, pero como ha sucedido en otras ocasiones no habló con
Madero porque su secretario, Jorge Villalobos, sistemáticamente debe enterarse a
fondo del tema a tratar y si él puede responder por el senador pues no se da la
entrevista.
Él le explicó que no había ningún problema con la contratación del nuevo
director, ya que él (Iván Garza) se había peleado con los consejeros nacionales
de Nuevo León que apoyaron a Roberto Gil, refiriéndose a que Garza Téllez ya no
pertenecía al poderoso grupo San Nicolás, hoy llamado en medios públicos y
panistas como La santísima trinidad –Fernando Larrazabal, Zeferino Salgado y
Raúl Gracia–.
También le argumentó Judith Díaz la relación con Juan José Rojas Cardona, a
lo que contestó Villalobos que tampoco había problema, porque había apoyado la
campaña del senador Madero a la presidencia del partido, en efectivo y en
especie, comentando que José Serrano tenía control de esa relación.
Truculencias
Ajeno a estas truculencias, el ciudadano de origen argentino Rubén Horacio
Pryluk trabó relación con Emex en 2010, con el fin de proveerlo de tecnología
para implementar un sistema informático “inteligente de procesamiento de datos,
transacciones y operaciones on line” en puntos de venta en el país para, por
ejemplo, la recarga de teléfonos celulares.
El 30 de abril de 2010 firmó un contrato de provisión de capacidad con Emex,
representada por Víctor Hugo González Montemayor, pero la empresa de los Rojas
Cardona incumplió a raíz de la demanda de concurso mercantil de BlueCrest y él
quebró.
Ahora Pryluk reclama a Emex el pago de 299 millones de dólares, que no podrá
cobrar si la Secretaría de Gobernación revoca el permiso, algo para lo que esa
dependencia está jurídicamente impedida, como se lo hizo saber, el 18 de
septiembre, a la Dirección General de Juegos y Sorteos.
De hecho, el propio juez Tercero de Distrito en materia civil y de trabajo de
Nuevo León le dio a Pryluk la calidad de “acreedor mayoritario”, según la
“Sentencia de reconocimiento, graduación y prelación de créditos”, que dictó el
24 de agosto, y por eso impugna el procedimiento para revocar el permiso.
La Secretaría de Gobernación argumenta que inició el procedimiento con base
en el artículo 34, fracción 4 del reglamento de la Ley Federal de Juegos y
Sorteos, que establece que el permiso se extinguirá cuando el permisionario se
encuentre, entre otras hipótesis, en “concurso mercantil”.
Sin embargo, no es el reglamento de esa ley la aplicable, sino la Ley de
Concursos Mercantiles, que persigue la conservación de la empresa como una
cuestión de interés público.
Pero además, recuerda, la sentencia de concurso mercantil no está firme, sino
sujeta a apelación, por lo que tampoco la Secretaría de Gobernación puede
aplicar el reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos.
“En virtud de lo anterior y en estricto apego a lo dispuesto por la Ley de
Concursos Mercantiles, queda claro que no puede llevarse a cabo ningún acto que
tenga por objeto o finalidad revocar, extinguir y/o limitar el permiso número
DGJS/SCEVF/P-06/2005 conferido a la empresa Entretenimiento de México, S.A. de
C.V., sin que implique quebrantar las disposiciones de la Ley Concursal y por
supuesto el interés público que reviste el procedimiento de concurso
mercantil.”
En la denuncia que presentó ante la PGR contra Reynoso Nuño, Pryluk ratifica
que el funcionario conoció de un asunto para el cual tiene un impedimento legal,
petición que le hizo el apoderado legal de BlueCrest, Santiago García Luque,
contra quien también procedió por alegar “hechos falsos” ante la Secretaría de
Gobernación.
“El Lic. Carlos Armando Reynoso Nuño, titular de la Unidad de Gobierno de la
Subsecretaría de Gobierno de la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos
(sic) de la Secretaría de Gobernación teniendo impedimento legal expreso de
atender la petición del Lic. Santiago García Luque accionó un procedimiento
administrativo violando preceptos terminantes de la Ley de Concursos Mercantiles
en que todo comerciante que sea declarado en concurso podrá y deberá continuar
con las operaciones de su empresa hasta llegar a la última etapa del concurso
(la quiebra), amén de poder lograr la mejor utilización de sus recursos y así
lograr el pago de sus obligaciones e incluso llegar a la conciliación de los
mismos con sus acreedores evitando la quiebra y disolución de la empresa, ya que
con el actuar de este servidor público NUNCA PODRÉ COBRAR UN PESO de lo que me
adeuda Entretenimiento de México, ya que la causa de lo causado para poder
generar dinero para pagar sus obligaciones mercantiles lo es la explotación del
permiso.”
Esta es la segunda denuncia que Pryluk presenta contra García Luque. El 9 de
mayo pasado lo acusó de reclamar a Emex el pago de 63 millones de dólares,
“exhibiendo como documento base para tal reconocimiento, entre otros, un
contrato de Asunción de Deuda y Préstamo de fecha 3 de julio de 2007”.
Según la denuncia, con la que se inició la averiguación previa
AP/PGR/DDF/SPE/XVIII/2813/12-05, este contrato es “jurídicamente inexistente,
dado que en el documento no aparece la firma de quien supuestamente participó
reconociendo el adeudo y cediéndolo a un tercero”.
Esta averiguación previa se está integrando: hace un mes, el 29 de agosto, la
agente del Ministerio Público Elsa García Badillo solicitó al director general
de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación “copias certificadas de
todos y cada uno de los escritos” de las dos entidades de BlueCrest relacionadas
con el permiso de los Rojas Cardona.
En este contexto es que se han presentado, desde hace cuatro meses, llamadas
amenazantes a Pryluk y se ha entorpecido el trámite en el Instituto Nacional de
Migración para su naturalización como mexicano, afirma su abogado, Rodolfo Reus
Medina.
–¿Hay un contubernio Secretaría de Gobernación-BlueCrest?
–Sí lo hay, claro. La revocación del permiso, el bloqueo en Gobernación para
naturalizarse, el estarle hablando por teléfono. Claro que lo hay.
Reus Medina insiste en que la revocación del permiso a Emex es totalmente
improcedente por el estado procesal que guarda el concurso mercantil, y la Ley
de Concursos Mercantiles protege a la empresa para que siga funcionando y pueda
pagar a todos sus acreedores.
“En un concurso mercantil se dan varias sentencias. Estamos donde ya los
créditos son reconocidos. A veces se llega a una conciliación, se puede abrir la
empresa del concurso mercantil y si no hasta que un juez declare la quiebra y
las circunstancias serían otras. Pero ahora no se puede revocar el permiso.”
Entretenimiento de México, de los Rojas Cardona, le debe a la empresa de
Pryluk 299 millones de dólares, derivado de la quiebra que sufrió tras el
incumplimiento del contrato, y se han impuesto penas convencionales.
“Quebró porque el contrato no se pudo llevar a cabo. Quebró, pero se está
recuperando. Él es judío y los judíos son de lucha, se apoyan y se levantan”,
dice el litigante.
Concluye: “Para mi cliente es mejor que Emex siga trabajando para que pague.
Es un asunto de negocios…”.
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