La salvación de la izquierda: un partido-frente
Porfirio Muñoz Ledo.
Foto: Octavio Gómez.
Foto: Octavio Gómez.
Embajador, exsecretario de Estado, expresidente de dos partidos,
candidato presidencial, senador y diputado… Protagonista y testigo privilegiado
de la vida pública mexicana desde hace décadas, Porfirio Muñoz Ledo analiza en
entrevista el momento político de la izquierda ante el regreso del PRI a la
presidencia y lo compara con la disyuntiva que enfrentó el Frente Democrático
Nacional en 1988. Concluye que con voluntad política los partidos del Movimiento
Progresista y Morena aún pueden mantenerse unidos en un “partido-frente”, a fin
de constituirse en una oposición fuerte y con agenda propia.
Para Porfirio Muñoz Ledo, que fue un destacado político del PRI y, con
Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez, entre otros, participó en la fundación
del PRD, el retorno del priismo a Los Pinos obliga a la izquierda a replantear
su organización y sus formas de hacer política, a fin de constituirse en una
verdadera oposición.
En entrevista con Proceso, una de las figuras históricas más
influyentes del perredismo, que incluso coordinó sus bancadas en la Cámara de
Senadores y en la de Diputados, plantea la creación de un partido-frente a
partir de un congreso refundacional como el realizado en agosto de 1995 en
Oaxtepec, Morelos, cuando él presidía el PRD y después de un descalabro
electoral en Aguascalientes, Veracruz, Baja California, Zacatecas y Oaxaca, que
dejó al partido al borde de la marginalidad (Proceso 980).
Muñoz Ledo llama a “las izquierdas” a “otro Oaxtepec” para “fijar la agenda
política, decidir la forma de negociación con otras fuerzas y definir su forma
de organización unitaria”, porque en su opinión esta es la última oportunidad de
unirse para cambiar.
Eso responde a la decisión de Andrés Manuel López Obrador de separarse de los
partidos que integraron el Movimiento Progresista (PRD, MC y PT) para formar
otro con la estructura de Morena, dependiendo de la decisión que se tome en la
mayoría de los distritos.
“Ya hay una serie de documentos básicos. No se ha tomado la decisión
definitiva, pero todo parece indicar que los militantes se inclinan hacia la
formación de un partido político”, admite.
Desde su amplia perspectiva histórica, dice que la medida se justifica porque
el actual escenario político mexicano es similar al de 1988, cuando “se cayó el
sistema” del IFE y el candidato priista Carlos Salinas de Gortari obtuvo un
cuestionado triunfo sobre Cuauhtémoc Cárdenas. Fue precisamente ese año cuando
él se atrevió a interpelar al presidente Miguel de la Madrid,
lo que causó revuelo.
El 18 de agosto de 1991 Muñoz Ledo fue el candidato perredista a la
gubernatura de Guanajuato, que le disputó al priista Ramón
Aguirre Velázquez y al panista Vicente Fox, y después impugnó la elección
porque la consideró fraudulenta. En 1997 fue el primer presidente
de la Cámara de Diputados de oposición, y en esa calidad respondió el informe
presidencial.
Entonces, dice volviendo a 1988, “éramos cuatro partidos y una corriente, el
Frente Democrático Nacional, que sería el símil de Morena. Yo creo que hay que
repetirlo, con modalidades diferentes. Ahora puede ser un partido-frente; eso es
lo que tenemos que actualizar. Si se manejan las cosas con buena voluntad todos
salimos ganando por un propósito común”, señala.
E insiste: “La izquierda necesita una refundación, no puede seguir así. ¿Es
posible una depuración en la izquierda? ¿La izquierda va a seguir sometida al
imperio de los grupos, de las fracciones? Esos son los grandes temas: formas de
organización y agenda inmediata”.
La última oportunidad
En 2007, el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, antes Convergencia,
resintieron la aprobación de reforma al Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (Cofipe) en el rubro de las coaliciones y estuvieron
a punto de romper con el PRD, con el que habían formado el Frente Amplio
Progresista (FAP) tras las elecciones presidenciales de 2006.
Para 2008 el PRD entró en una severa crisis que duró nueve meses, después de
la elección de la dirigencia nacional que ganó Jesús Ortega por resolución del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Alejandro
Encinas fue su contrincante y se dijo convencido de que no fueron los militantes
quienes eligieron a Ortega.
Al borde de la ruptura, Encinas planteó la renovación del PRD. Pidió retomar
la vocación de las izquierdas “para conformar un frente político y, quizá, más
adelante un nuevo partido” (Proceso 1674).
Para el ahora senador y exjefe de Gobierno capitalino, se trataba de “una
segunda llamada a cambiar las reglas del juego”, por lo que hizo un llamado a
rescatar “un proyecto que han construido desde hace 20 años y que se ha desviado
al punto de que se institucionalizaron la corrupción y el clientelismo”.
“Queremos proponer una agenda –abundó– y que el partido y los legisladores
dejen de tener una actitud reactiva a la agenda de la derecha. Queremos tomar
una iniciativa con nuestra agenda propia. Esa es la diferencia”.
En 2009, durante su peor crisis electoral tras obtener sólo 17% de los votos,
el PRD realizó su segundo congreso en Oaxtepec. Ahí se volvió a plantear el tema
y se formó la Comisión de Reforma para la Refundación del partido, coordinada
por el exgobernador de Tlaxcala Alfonso Sánchez Anaya.
Éste elaboró el análisis general de los foros de reforma del PRD, en el que
enumeró los problemas “organizativos”: fallas en la estructura y las normas
estatutarias, funcionamiento lento y viciado del partido, padrón confuso y
tendencial, falta de instrumentos para la toma de decisiones democráticas y
estrategias poco eficaces para incidir en los medios de comunicación
(Proceso 1726)
En aquel entonces Sánchez Anaya previó la necesidad de sumarse a movimientos
sociales como el que ahora encabeza el dos veces candidato presidencial Andrés
Manuel López Obrador, quien después de denunciar un fraude electoral en 2006
inició la resistencia civil que derivó en la formación, el 2 de octubre de 2011,
de la asociación civil Morena.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista
Proceso 1872, ya en circulación)
No hay comentarios:
Publicar un comentario