Las desaparecidas de Querétaro y las cifras maquilladas
Protesta contra los feminicidios en la
PGR.
De dos años a la fecha Querétaro se ha convertido en una
especie de agujero negro para las adolescentes. El número de muchachas de entre
13 y 16 años que simplemente “desaparecen” ha aumentado exponencialmente a
partir de 2010. Y en lugar de investigar y atender el problema, las autoridades
locales falsean las cifras, criminalizan a las víctimas y se escudan en una ley
ambigua para justificar su inacción. Son las familias de las desaparecidas y
organismos de derechos humanos los que se dan a la tarea de averiguar qué pasa…
Todo apunta a la operación de una red de tratantes de mujeres.
QUERÉTARO, QRO.- El número de mujeres jóvenes desaparecidas en
esta entidad se ha multiplicado en años recientes mientras la Procuraduría
General de Justicia de Querétaro (PGJQ) “maquilla” la información para tratar de
mostrar la cara de una entidad segura.
En su portal de Internet la PGJQ publica las fichas de cuatro
varones menores de edad, cinco hombres adultos, tres mujeres adultas y 15
jovencitas, todos en calidad de extraviados, pero el procurador local, Arsenio
Durán Becerra dijo a organizaciones civiles que este año tiene “reportes
activos” de 53 mujeres desaparecidas, de las cuales 48 son menores de edad.
Durán presentó estos datos en una reunión de organizaciones
defensoras de los derechos humanos con funcionarios de varios estados para
revisar el seguimiento a las recomendaciones internacionales por el caso Campo
Algodonero.
“Quién sabe hasta cuándo las autoridades estatales podrán sostener
esa imagen de que en Querétaro no pasa nada. Los queretanos nos estamos dando
cuenta de que sí pasa, de que la violencia también nos alcanza, de que ocurren
cosas; hay mujeres asesinadas, hay mantas de grupos delictivos mientras todo el
tiempo el discurso oficial es que son casos aislados, que aquí no hay
violencia”, dice a Proceso la coordinadora en Querétaro de la
Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser), Lluvia
Cervantes Contreras.
Alude a las tres mantas que el miércoles 12 aparecieron en el
municipio de Corregidora supuestamente firmadas por Los Zetas, en las que se
propone una tregua a Los Caballeros Templarios, grupo que ya ha dado señales de
presencia en Querétaro.
La activista alerta sobre el hecho de que según datos de la PGJQ
–obtenidos mediante solicitudes de información gubernamental– “se está
advirtiendo la desaparición de chicas de entre 13 y 16 años”.
En octubre de 2010 desaparecieron siete menores de edad –todas
mujeres– en un periodo de 10 días. “Aparentemente después de eso no hubo nuevos
casos hasta julio de este año, cuando desaparecieron otras siete. Y a principios
de este mes la Procuraduría publica en el portal otro número igual de casos,
pero resulta que estas niñas habían desaparecido entre 2009 y 2010”, detalla
Cervantes.
Con este manejo de la información las dudas sobre lo que realmente
ocurre son muchas, dice. La actualización de datos que publica la Procuraduría
es confusa, agrega, pero se advierten patrones al revisar los perfiles de las
jóvenes desaparecidas; incluso esa institución advierte acerca de la posibilidad
de que las muchachas hayan caído en manos de tratantes de personas para la
explotación sexual o laboral.
“Observamos la dinámica nacional de las redes de trata que operan
en el país. Hace poco la CNDH dio a conocer varias estadísticas que nos indican
que no son casos aislados que sólo pasan en Ciudad Juárez o en el Estado de
México, sino que son redes que operan para la trata de personas en muchas
partes. No podemos pensar que Querétaro es un caso aislado”, advierte.
Los familiares de estas jóvenes, por su parte, entran en la misma
dinámica que se ha descrito ante tantos otros casos en otras regiones del país:
Hacen el trabajo de las autoridades, siguen pistas, buscan a las jóvenes con sus
amigos o en las redes sociales.
No ayuda que, al menos en las escasas fichas que divulga el portal
de internet de la PGJQ, a varias de ellas se les etiquete como “rebeldes” o “con
problemas de conducta” o se describa que “es la tercera vez que se va de su
casa”; detalles “agregados” recientemente.
“Esto es violencia oficial”, dice Cervantes: “En cada foto que
vemos la explicación que se pone del momento en que desapareció esa chica tiene
que ver con que es muy rebelde, tiene problemas de conducta. Y en un país con un
contexto de violencia hacia las mujeres, esta violencia se oficializa, las
culpables son las mismas mujeres: Si te golpea tu pareja es porque algo hiciste
para que te lo merecieras y si desapareces es porque tenías una conducta
rebelde”.
La entrevistada rechaza tajante esos juicios de valor. “El trabajo
de la Procuraduría tendrá que ser apegarse a la ley y a la objetividad, no
juzgar por qué se fueron”.
Aunque prevalece el pesimismo en cuanto a la modificación de esas
posturas oficiales, pues lo mismo ocurre en el ámbito legislativo y en el
gobierno estatal, donde no se ha terminado de instrumentar cabalmente la ley de
atención a mujeres víctimas de violencia.
Querétaro es una entidad que aún no tipifica el delito de
feminicidio. “Algunas organizaciones de la sociedad civil han tratado de poner
sobre la mesa esta tipificación, pero la Legislatura que está por irse no abordó
el tema”, lamenta Cervantes y el panorama para la siguiente no es más alentador,
dice. El próximo Congreso sólo tendrá dos diputadas.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en
Proceso 1872, ya en circulación)
No hay comentarios:
Publicar un comentario